Anissa Kate

Hemos quedado unas cuantas amigas en casa de mi amiga Lucía para hacer una sesión de tupper sex para preparar la despedida de soltera de otra amiga nuestra que se nos casa en un par de semanas.

Hemos quedado unas cuantas amigas en casa de mi amiga Lucía para hacer una sesión de tupper sex para preparar la despedida de soltera de otra amiga nuestra que se nos casa en un par de semanas. La verdad es que no somos muy innovadoras en lo que se refiere a los preparativos que hemos pensado: alquilar una casa rural en su sitio tranquilo, hacer una barbacoa, música y esta sesión para que la novia se fuera con un buen ajuar por si la vida de casada hacía que su vida sexual se tornase demasiado aburrida.

Durante la reunión, una chica muy simpática, nos ha presentado un montón de artículos y artilugios diferentes, de todo tipo de tamaño y colores: plumas, esposas acolchadas, lubricantes, aceites de masaje, juegos eróticos, lencería y montón de diferentes tipos de vibradores. La chica ha traído una maleta llena de objetos y se notaba que era buena comercial porque ha estado explicando diferentes experiencias que le han comentado otras clientas sobre los diferentes productos que traía y ha conseguido que todas compremos algo y se ha ido con la maleta vacía.

Era mi primera reunión de este tipo y nunca he sido demasiado fan de la compra de artículos sexuales, ya que considero que la vida sexual que llevo con mi marido es totalmente satisfactoria y no he necesitado de ningún extra para tener una relaciones totalmente plenas, aunque he hecho alguna compra creo que llevada más por la animación general que por mi necesidad real (no quiero decir con esto que las otras sean unas salidas o unas necesitadas ni nada parecido). Mis otras dos amigas se han hecho con varios aceites y lubricantes, un par de dildos y un vibrador a control remoto y yo me he hecho con una pluma, unas esposas y vibrador pequeño.

Cuando se ha ido la comercial del tupper sex, se han ido yendo poco a poco todas las amigas que nos hemos ido congregando y nos hemos quedado a ayudar a recoger a mi amiga Lucía, mi otra amiga Andrea y yo. Mientras estamos recogiendo hemos ido comentando temas de la despedida: cómo llegar a la casa rural que hemos alquilado, qué grupos se van a encargar de la comida y la bebida y si finalmente íbamos a contratar a un striper porque a la futura novia no le hacía ni la menor gracia el asunto y estábamos hablando de eso mientras recogemos ya que yo opinaba que habría que respetar los gustos de cada una:

  • Pues yo creo que si ella no quiere un “boys” no lo llevaría y así podemos destinar esa pasta a otras cosas que podamos hacer, como cerrar un pub para nosotras o algo así.
  • Mira Blanca, yo creo que al final la fiesta de despedida no es sólo para la novia sino también para nosotras y yo quiero un striper que esté bien bueno.
  • Joder Lucía, parece como si no tuvieras bastante con lo que tienes en casa - Comentó Andrea un tanto asustada, ya que nos conocíamos desde BUP y no teníamos secretos entre nosotras y ese comentario de Lucía le había chocado mucho.
  • A ver, no me malinterpretes. Yo no pondría los cuernos con mi marido con ningún tío, pero nunca está de más alegrar la vista - contestó Lucía para tranquilizarle -. Además de que yo follo mucho y bien con mi maridito y no veas como se va a poner cuando le enseñe nuestros juguetes nuevos.

Lucía nos siguió explicando que no era el primer juguete que tenía y que su marido tenía unas miras bastante amplias y que ella hasta tenía una arnés que, a veces, utilizaba ella para follarse a su marido y decía que era lo más tener el poder de aquella manera y poder someter a alguien a sus caprichos como ellos hacían. Yo pensé en que mi marido no lo haría ni loco y le comentamos jocosamente a Lucía que ya no podríamos mirar de la misma manera a su marido sabiendo lo que nos había contado. Acabamos de recoger y nos preparamos un café para seguir charlando sobre nuestros temas y Andrea dijo:

  • Pues yo estoy deseando probar el vibrador a control remoto, a diferencia de ti a mi me gusta la idea de ceder el control a mi marido y que me haga gozar o sufrir, según se mire. - dijo Andrea evidentemente excitada mientras removía su nueva adquisición entre sus manos.
  • Ya estás tardando - le dije yo sin pensar. La verdad es que a mi la idea de poder controlar sexualmente a otra persona me excitaba mucho. La sola idea ya me estaba provocando que mis pezones se endureciesen -. Quiero decir que lo podrías probar ahora entre nosotras que sabes que tenemos confianza y así sabes si funciona y si no le preguntamos a la comercial que seguro que no está muy lejos. - He dicho, un poco para arreglar la situación y que no se malinterpretaran mis palabras.
  • A ver, tampoco es cuestión de tener una sesión aquí de porno en vivo. Ya lo probaré en casa a ver qué tal se da. - Contestó Andrea.
  • No lo veo mal -añadía Lucía-, es algo inocente. Hay un montón de videos en Youtube sobre el tema y no son porno.

Entonces se ha levantado y encendido su smart-TV y buscando algún video en Youtube y ha encontrado uno en el que una pareja americana recogía a la madre de la mujer y el marido se sentaba detrás mientras ella conducía y le soltaba descargas. La verdad es que nos han parecido muy graciosos y no hemos parado de reír y de hacer comentarios jocosos sobre qué pasa si tienes muchos pelos y si se pueden enredar o si eso le gustaría al marido de nuestra amiga Lucía y si se pueden poner en el culo. Empezamos a revisar las instrucciones y finalmente hemos convencido a Andrea para que se colocara el vibrador. Fue al baño y se lo puso, el vibrador tenía una forma que estimula tanto el clítoris como la entrada de la vagina. Cuando salió estábamos ansiosas por jugar con el control remoto que ya habíamos sincronizado antes de que ella se lo pusiera. Empezó Lucia y Andrea daba respingos y reaccionaba con una sonrisa nerviosa a cada acción sobre el control remoto y nosotras no parábamos de reír. Lucía me cedió el control y empecé a jugar con la potencia y la frecuencia de la acción.

Andrea no ha parado de coger más y más calor en la cara y, he de confesar, que me estaba poniendo el hacerle sufrir y he empezado a humedecer mi ropa interior. En un momento dado Andrea ha dicho que se iba al baño a quitárselo porque no aguantaba más y nos hemos reido mucho, tanto que cuando Lucía ha dicho que para que se iba a ir al baño teniendo la confianza que tenemos no nos ha parecido una auténtica locura:

  • Os he visto a las dos en pelotas tanto en el gimnasio como cuando os he ayudado a parir a vuestros hijos - Ella es comadrona y nos ha ayudado en todos nuestros partos-. No me malinterpretéis, pero veo que Blanca está igual que tú y yo tengo las bragas empapadas y sólo tengo un baño, así que sería injusto que solo tú te aliviaras. - ha dicho ella señalando mi pantalón y levantado la falda para mostrar una mancha bastante amplia en su ropa interior.
  • ¿Pero no es un poco fuerte ponernos aquí en el sofá mirándonos las unas a las otras? Querría algo de intimidad.- Hemos comentado casi a la vez Lucía y yo casi a la vez.
  • Tranquilas, que pongo un video y cada una nos ponemos a lo nuestro.
  • Vosotras tenéis ventaja, vuestra falda os ayuda y no tenéis que enseñarlo todo. - He comentado yo, casi viendo lo que era casi inevitable.
  • Ya te dejo algo para que te tapes anda. Iros poniendo cómodas. - Dijo Lucía levantándose a por una toalla de baño y poniendo un video de una página web de porno en el que aparecían tres chicas rubias con tres chicos negros.

El video ha empezado con las tres chicas haciendo como que estaban engañando a sus maridos con tres chicos que conocía una de las chicas. Yo me he quedado embobada con las cosas que iban haciendo en el video, que si los chicos empezaban a lamer los sexos de las chicas, que si las chicas intentaban tragar todos aquellos aparatos y yo estaba en mi punta del sofá con la toalla encima, pero sin quitarme los pantalones con la vista fija en la pantalla. He empezado a oír gemidos de mis amigas y cuando he girado la cabeza he visto una escena digna de película X: Lucia en la cheslong con las rodillas abiertas y sus manos sosteniendo algo que iba entrando y saliendo, imagino, que de su sexo; y Andrea con el mando a distancia cogido en una mano y con la otra acariciando sus pechos por encima de la ropa.

El video ha terminado y ha empezado otro, en el que una chica rubia y otro chico negro (parece que Lucía tenía una pequeña fijación sexual) empezaban a enrollarse. Yo no he podido aguantar más y he procedido a quitarme los pantalones y las bragas chorreantes dejándolas en el suelo y me he puesto he sentado en sofá en posición india con la toalla por encima de las rodillas. De lo caliente que voy no he pensado ni en usar nada y me he puesto a tomar mi sexo con ambas manos, acariciando mi clítoris y labios mayores y menores, mis gestos hacen que el calor me suba más todavía aunque estoy lejos de entrar en climax y sigo jugando con mi sexo, levando un par de dedos hacia la entrada de mi vagina y entran sin ningún tipo de dificultad. Me tengo que morder el labio para no exhalar un grito de placer.

Mientras tanto el video sigue con el chico lamiendo el sexo y el culo de la chica y yo me imagino que tres dedos míos son la lengua del chico negro y lo paso desde mi monte de venus hasta mi ano. La verdad que es super excitante y que me estoy poniendo muy a tono. Me saca de mi letargo sexual un comentario entre jadeos de Andrea:

  • Ojalá estuviera ese negrazo comiendo el coño ahora mismo.
  • Calla, calla, que me estoy volviendo loca solo de pensarlo, ¡Dios! - Respondo yo excitándome más todavía sólo con imaginarme la lengua del chico recorriendo mis recovecos. De la calentura me he quitado la toalla de la temperatura que estaba llegando el habitáculo formado por mi regazo y me he sentado encima de la toalla para no dejarle el sofá perdido a mi amiga, poniendo mis pies sobre el sofá con las rodillas bastante separadas.
  • Uf, ¡Cómo lo debe de hacer el negrazo ese! Estoy tan salida que soy capaz de comeros el coño si luego me lo coméis a mi. - Dijo Lucía.

Ninguna de las tres nos mirábamos, pero los ecos de nuestras palabras no hacían si no alentar más nuestro deseos más bajos. Yo me giré un poco para alcanzar mi sexo y mi culo desde encima de mi pierna y tener una mano libre para introducirme un dedo en el ano mientras seguía metiéndome dos en mi vagina a punto de hervir y con mi otra mano acariciaba mi clítoris frenéticamente:

  • No digas más que me voy a correr. Házlo o cállate porque estoy a punto de reventar. - Dije yo sin pensar lo que podría provocar y siguiendo mi estimulación.

Cierro los ojos con las imágenes del video del chico perforando a la chica que no paraba de gritar de placer y se contoneaba alrededor del miembro brutal del semental. No vi venir que mi amiga me estaba retirando las manos de mi sexo para que las colocara en las corvas para levantar las piernas y ella abriese mi coño humeante y metiera la lengua hasta donde podía dentro de mi vagina. Un escalofrío de placer recorre mi espina dorsal a cada lengüetazo de mi amiga y cada roce con mi hinchado clítoris. La dulce tortura a la que me somete dura varios minutos en los que me abstraigo del mundo, no es mi amiga la que me está lamiendo es un fornido y experimentado macho el que lo hace e intento abrir más piernas para que pueda llegar más adentro con labios y su lengua.

  • Que guarrilla eres, vienes con el coñito y el ano totalmente depilado como las de las películas y tengo decir que es super apetitoso.

  • No pares, lo estás haciendo de maravilla. - imploro por el placer que me está dando.

Lucía me voltea y ahora estoy a lo largo del sofá con una pierna en el respaldo y la otra con el pie apoyado en el suelo. Andrea se ha levantado y se ha acercado hacia donde estamos nosotras y me ayuda a quitarme el jersey y el sujetador. Me dejo llevar por la calentura, estoy muy cerca del orgasmo y mi cerebro no me deja pensar, estoy totalmente a su merced. Andrea ha aprovechado para coger las esposas que he comprado y me atrapa con ellas estirando mi brazos hacia la pata de la mesa centro que hay al lado del sofá de mi amiga. Tengo que preguntar que van a hacer conmigo, implorando tener ese orgasmo brutal que estaba cocinando Lucía con su lengua y acabe esta tortura. Su respuesta es “lo que queramos”.

Ahora es Andrea la que se desnuda y veo que tiene el sexo igual de depilado que yo, porque me lo pone en la cara. Me coge las piernas y me coloca las rodillas casi tocando con el asiento del sofá y contonea el culo a la vez que dice “Dijiste que comerías coño si te lo comían, ¡empieza!” ordena Andrea. Yo saco la lengua y empiezo a lamer el sexo súper húmedo de Andrea mientras ella empieza a gemir. No puedo ayudarme de las manos para abrirle el sexo y poder llegar más adentro, así que tiene que ser mi nariz la que tiene que conseguir mis propósitos. No noto la lengua de Andrea durante un rato, he escuchado pasos que se alejaban y volvían al cabo de un tiempo, pero no puedo verlo porque tengo encima el culo de mi amiga que usa su mano derecha para masajear mi sexo. Siento un chorro frío que cae sobre mi coñito y resbala hacia abajo y vuelvo a notar la boca de Lucía hurgando ahora mi ano, ahora la entrada de mi vagina mientras es Andrea la que se centra mi clítoris con sus dedos. Vuelvo a estar al límite, nuestra danza sexual gana más ritmo, yo luchando contra el culo de Andrea y ellas elevando al máximo nivel de excitación cuando Andrea introduce primero un dedo y luego otro en mi culo. No aguanto más y empiezo a convulsionar, mis caderas cobran vida propia y empiezan a moverse alocadamente para ayudar a la fricción de la mezcla de lenguas y dedos que se arremolinan en mi sexo y estallo en un brutal orgasmo que me hace gritar, pero se ven ahogados por el coño de Andrea que también estalla y me inunda la boca de flujos.

Andrea separa su culo de mi cara pero sigue sobre mi pecho y yo no paro de jadear y de boquear como si fuera un pez sacado del agua para recuperar el aliento. Me dejan poco tiempo para respirar, ya que noto como algo grande y gordo empieza a entrar en mi interior. Exclamo un gran “Ooooh” conforme va entrando en mi vagina. Es interminable, ya que siento como no para de entrar. Debe de ser lo más grande que me ha entrado nunca y siento una eternidad hasta que algo choca contra mi culo. Me siento llena y vuelvo a pensar en el chico negro del video y que soy yo la chica que está siendo empotrada.

  • Andrea, abrele bien las piernas que nos la vamos a follar bien follada. - Escucho que ordena Lucía a Andrea.
  • Va a saber lo que es bueno. - Contesta Andrea mientras baja de nuevo el culo para que siga chupando.

Se nota que Lucía tiene experiencia con su arnés, pero que no es un hombre. El ritmo que imprime es un poco torpe y desacompasado, pero el dildo que utiliza lo compensa y empiezo a jadear de nuevo. Noto cada centímetro de ese enorme aparato y como me parte el interior. Lucía intenta imprimir un fuerte ritmo en sus acometidas y noto que mi vagina no para de generar jugos para facilitar el movimiento, estoy totalmente a merced de mis amigas y parece que no van a tener mucha piedad conmigo cuando escucho:

  • Lucía, deja follarmela a mi también. - Escucho que pide Andrea.
  • Espera, vete poniendo ese otro arnés mientras yo le reviento el culo.

Me pongo en alerta porque no me puedo imaginar algo tan grande entrando por detrás y eso que practico sexo anal con mi marido de manera habitual.

  • Estarás de broma. - Le digo yo.
  • Date la vuelta y disfruta. - Ordena con voz irónica Lucía.

Sin entrar en discusiones, me giro y me quedo con el culo en pompa y con las manos cruzadas ya que no puedo moverlas. He de reconocer que la cantidad de fluido que he generado es enorme y que tengo el culo como si me hubiera duchado de lo húmero que lo tengo, pero no puedo parar la aceleración de mi corazón al pensar la que se me avecina. Algo muy frío me cae por el coxis y siento como unos expertos dedos empiezan a acariciar mi ano, más líquido cae y dos dedos directamente entrar por mi agujero trasero con mucha facilidad. Más líquido frío y ya son tres. A la vez van estimulando mi clítoris que me imagino de tamaño desmesurado por la excitación y yo empiezo a hacer círculos con el culo.

  • Como te va la marcha, so guarra. - dice Lucía mientras me da un sonoro palmotazo en el culo.
    • Yo hago como si me doliese y río mientras le contesto - ya que me he desinhibido, habrá que gozar.
  • Pues vas a gozar como una perra. - Sentencia Lucía mientras cambia sus dedos por la punta del aparato descomunal.

Noto como intenta abrirse paso, como le cuesta ganar cada espacio y como sorprendemente va encontrando hueco, solo noto frío, parece como si me hubieran untado algo anestésico. Mi amiga me lo saca cuando estimo que lleva la mitad y en el agujero me echa un buen chorro de líquido frío y vuelve a introducir el cacharro hasta el fondo y doy un respingo porque noto como si me hubieran metido un brazo hasta el codo. Cuando empieza a meter y sacar vuelven las sensaciones, se apaga el frío y empieza a aparecer un poco de dolor y placer. Empiezo a estar un poco incómoda por la postura y por el monstruo que tengo en mi interior y Lucía contesta moviéndose más rápido e intentado jugar con mi clítoris. Yo resoplo como si fuera un buey e intento acompasar las acometidas de Lucía con mi movimiento de caderas y mi coño no para de chorrear. Miro hacia la tele y ya ha pasado a otro video, en la que nos negros están con una chica, mientras uno le está reventando el ano otro tiene su polla en la boca de la chica. Loca de excitación al ver que estoy de nuevo en mi propia película le digo Andrea parece si ya ha terminado de colocarse el arnés y le ordeno que se ponga enfrente mía para que le chupe el dildo.

  • ¡Estás desatada! - Dice Andrea mientras se pone frente a mí y yo me meto el dildo todo lo que puedo en mi boca y no pierdo detalle del video.

Lucía sigue acelerando sus embestidas y yo logro apagar mis chillidos con el dildo de mi otra amiga. Tengo que cerrar los ojos porque estoy a punto de desfallecer de placer que siento. En un momento, Lucía para y le dice a Andrea que se ponga debajo de mí, que ya sabe que es lo que necesito. Andrea con un rápido movimiento pasa por debajo de mí y me mete su dildo de un golpe y yo empiezo a saltar como una posesa, mis piernas me arden del movimiento que no he parado de hacer en todo el tiempo que llevamos follando al poco tiempo es Lucía la que me busca por detrás y yo miro a la chica del video como tiene los ojos casi fuera de las órbitas del placer y tengo que cerrar los ojos cuando siento como Lucía se abre camino a la vez que Andrea en mi interior. La sensación es indescriptible, no me he sentido más llena en mi vida ellas intentan moverse lo más rápido que pueden y yo intento ayudar para obtener hasta la última partícula de placer y exploto en un orgasmo tremendo que me hace casi desmayarme mientras ellas continuan con su movimiento. Pierdo la noción del tiempo, creo que mi orgasmo dura minutos, horas, no tengo ni idea y echo de menos la sensación de unos buenos chorros de semén caliente en mi interior.

Por fin, mi amigas se dan por rendidas y se desacoplan de mi para poder descansar. Creo que no había disfrutado así en mi vida. ¿Cómo se lo explico a mi marido?

CONTINUARÁ