Animal
Un hombre lobo alterado por el influjo de la luna llena, asalta la casa de una joven poco recatada.
Capítulo 1
—La luna llena esta a punto de salir, Peter necesito tu ayuda —Dijo el moreno con la voz rota y cara de sufrimiento.
—Vaya, así que ahora necesitas mi ayuda… pues lo siento mucho sobrino, pero no pienso ayudarte —sentenció Peter cogiendo sus cosas, para salir del loft.
Algo que no ocurrió, puesto que Derek medio transformado se abalanzó sobre la puerta, impidiendo así que su tío saliera por ella.
—Grr...Peter, sabes que no te lo pediría si no fuera necesario, pero no puedo controlarlo -gruñó Derek intentando mantener la calma.
El mayor miró entonces aterrado a su sobrino, el cual no se veía para nada bien. Sus ojos pasaban de verdes a azules e incluso a veces se podía vislumbrar un toqué de rojo en ellos.
El descontrol interior que el lobo estaba sufriendo era totalmente visible a los ojos de su tío. Derek estaba perdiendo el control, jamás le había pasado algo parecido.
Lo que le estaba pasando tan solo era señal de que algo horrible iba a suceder y la luna llena no iba a ayudar a solucionar el problema.
Peter sabía de sobra que es lo que le sucedía a su sobrino, pero como de costumbre se hizo el loco, puesto que Derek nunca lo escuchaba.
Pero viendo hasta donde había llegado al ignorar lo obvio para todos, Peter decidió intervenir antes de que a cierta castaña le ocurrieran más daños de los previstos.
—Sobrino, como de costumbre has ignorado las señales que tu lobo te ha estado enviando. Pero como eres una cabezón, has acabado obligándole a tomar el control y te aseguró que no te va a gustar para nada como va a acabar esto si no te comportas como alguien maduro y te olvidas de las tonterías humanas -sentenció Peter mientras se liberaba de las garras de su sobrino.
Derek simplemente se quedó algo perdido, sin saber de lo que su tío le estaba hablando. Algo que era totalmente normal viniendo del moreno. Peter al observar la cara de idiota que tenía su sobrino, se pasó la mano por la cara frustrado y se acercó a él nuevamente para dejárselo más claro.
—Te lo diré de una forma más sencilla para que lo entiendas; busca a esa castaña que te trae loco y hazla gemir hasta que ambos quedéis satisfechos. ¿Lo pillas? -dijo Peter con una sonrisa maliciosa tras ver la cara de vergüenza de Derek.
El moreno entendió de golpe lo que quería su lobo y lo que su tío le acababa de decir. Los colores se le subieron de una, su cara roja como un tomate y su cuerpo volviendo a la normalidad hacían de ello un espectáculo de lo más divertido para Peter que reía a carcajada limpia.
—Ni de coña, no pienso hacer eso. Ella está genial sin mí, desde que me alejé de ella es mucho más feliz. Alejarme de ella ha sido la mejor decisión que he tomado y si a mi lobo no le gusta, pues que se joda - habló Derek con firmeza, algo que su parte humana aceptaba, pero su lobo se iba a pasar por el forro de los cojones en apenas unos segundos.
Nada más decir aquello, Derek perdió el control y el lobo emprendió su búsqueda. Los ojos del moreno se tornaron azules, el pelo creció de nuevo junto a su dentadura y las orejas puntiagudas.
Antes, pero de salir de la estancia, Peter detuvo al ahora lobo.
—No creo que vaya a ofrecer resistencia, me da a mí que esa castaña esconde más de un fetiches y que tú eres uno de ellos. Así que intenta ser gentil, seguro que si le explicas lo que va a pasar, ambos lo disfrutaréis más -dijo Peter sonriendo, para acto seguido abrirle la ventana al lobo y que este se lanzara a la oscuridad de la noche en busca de lo que más ansiaba.
“Esos dos hacen buena pareja, tan solo espero que el sheriff trabaje esta noche o le esperara una noche bastante extraña” -pensó Peter el cual buscó un libro de la estantería y se sentó en el sofá relajado.
El lobo corría por las calles de Beacon Hills siguiendo el dulce aroma que la castaña desprendía. No tardó mucho en llegar, puesto que sabía de sobras donde se encontraría a aquellas horas de la noche.
Se paró delante de la casa del sheriff y usando sus sentidos de lobo observo que tan solo estaba ella en casa.
Una sonrisa juguetona apareció en la cara del lobo, el cual de un saltó entró por la ventana abierta de su presa.
Con la delicadeza de un gato, cosa que no tenía ni por asomo, el lobo cayó en el interior de la habitación oscura. Dando uso a su visión nocturna, pudo vislumbrar a la joven dormida placidamente en su cama.
Como si de una presa se tratara, el lobo fue poco a poco acechando a la joven hasta llegar a la orilla de la cama. Justo fue a destaparla cuando de pronto esta se giró con rapidez y le lanzó unos polvos a la cara.
El lobo cayó rendido sobre la cama, dormido como un tronco.
—Lobo idiota, como si no supiera que esto iba a pasar. Menos mal que Peter me ha avisado con tiempo que si no... la cosa hubiera sido muy diferente -mencionó la joven mientras el lobo dormía plácidamente.
Capítulo 2
Derek abrió los ojos encontrándose en una habitación desconocida para él. Intentó levantarse, pero algo se lo impidió. Miro entonces a aquello que lo retenía y se dio cuenta entonces de que se encontraba maniatado en una cama y no era la suya.
Miró entonces mejor y observó como tan solo conservaba el bóxer negro apretado como ropa. Aquella prenda era la única que lo cubría, no sabía muy bien que había pasado y mucho menos como había llegado allí.
Pronto se dio cuenta de que una joven castaña lo observaba con admiración y deseo en sus ojos.
—Nunca puedes poner las cosas fáciles ¿verdad sourwolf? -preguntó la joven levantándose de la silla, para acto seguido colocarse sobre el torso desnudo y fornido del lobo.
Derek se alarmó entonces frente a lo que estaba viendo, la joven sentada sobre su torso se meneaba de manera sensual, mientras poco a poco se iba deshaciendo de la camisa blanca que la ocultaba.
Sin la camisa, un precioso sujetador de encaje negro a juego con unas braguitas hacían que la joven se viera increíblemente sensual y apetitosa. Algo que el lobo no pasó por alto.
—Esto Stella… verás, no sé lo que te ha podido decir el imbécil de mi tío. Pero deberías desatarme, esto es algo embarazoso para ambos. Tú tienes pareja y yo bueno… yo… grr como no me sueltes pienso arrancarte la garganta con mis dientes -gritó Derek furioso ante el poco caso que la castaña le ofrecía.
Así que creyendo como de costumbre, que la intimidación es la clave de todo, Derek empezó a gritar furioso para que Stella se alejara de él.
—Madre mía, como puedes estar tan ciego… no tengo novio idiota. Tan solo te he estado poniendo celoso para que dieras el primer paso. Pero eres tan mártir que es imposible que te dieras cuenta de nada. Así que he decidió pasar a la acción, prefiero seguir viva a que el estúpido de tu lobo me mate por no hecha un polvo —sentenció la joven para acto seguido arrancar con fuerza los calzoncillos del lobo y dejar expuesto el miembro más que dispuesto del mayor.
—¿Qué vas a hacer? ni se te ocurra, no sigas por donde vas o mañana te arrepentirás -intentó sonar autoritario el lobo, pero poco pudo hacer para ocultar el deseo que sentía porque la castaña se llevara a la boca su miembro duro.
Haciendo caso omiso a lo que el lobo gritaba, Stella descendió entonces poco a poco hacía la zona sur del lobo. Recorriendo cada centímetro de sus definidos músculos con la lengua, hasta llegar a la zona más necesitada del hombre.
En ella decidió provocarle y sacarle de sus casillas. Iba a hacerle de rogar.
—Joder Stella… hazlo ya - gimió Derek ahogadamente.
—¿Eso quieres? ¿no ibas a arrancarme la garganta si seguía con ello?- pronunció la joven con voz sensual y juguetona
—Grrr….
—Mmm… no sé cómo interpretar eso. Pero bueno, si te parece voy a seguir con mi trabajo.
La joven entonces engulló la enorme y caliente erección del lobo, el cual soltó un gemido al notar como su vértice era tragado por la experta boca de la castaña.
Stella degustaba, saboreaba, acariciaba y lamía de diferentes y placenteras formas el vértice del lobo, quien sentía que iba a estallar de placer.
Pero antes de que aquello ocurriera, la joven decidió dejar su tarea, para acto seguido y con cuidado retirar sus braguitas bajo la atenta mirada de Derek.
Las lanzó bien lejos, se acercó nuevamente gateando hasta la oreja del lobo donde le susurro.
—Espero que tengas bastante aguante lobito, porque aún nos queda mucha noche por delante.
Acto seguido y sin ningún miramiento, Stella besó a Derek y al hacerlo, se empaló con la erección del lobo haciendo así que ambos gimieran en aquel sensual y erótico beso.
—Joder Derek, no me importaría que fueras algo más pequeño -dijo la castaña con los ojos cerrados mientras disfrutaba y bajaba poco a poco para acabar engullendo el pene del lobo.
Tras adaptarse al tamaño del lobo, empezó a cabalgar con intensidad aquel delicioso y enorme trozo de carne. La pareja gemía de manera estruendosa, disfrutando de aquel acto tan especial e intimó que tanto habían esperado.
—Stella desátame ya, necesito tomar el control, quiero tocarte lo necesito -gimió necesitado el lobo el cual volvía tener sus ojos azules.
—No sé yo… esto de ser la que manda me está gustando demasiado- dijo la joven tras dar un gemido ahogado.
En ese momento Derek, uso su fuerza y sin saber muy bien como pudo romper las cadenas que supuestamente eran anti hombres lobo. Se levantó y besó a Stella con ansias para seguidamente romper el sujetador y bajar por el cuello de la joven hasta llegar a degustar los deliciosos pezones rosados y duros.
Gimiendo de placer Stella se sentía en el séptimo cielo. Aquello era indescriptible, Derek dentro de ella moviendo levemente las caderas mientras lamía los pezones, ni en sus mejores sueños aquello habría imaginado que podría pasar.
—Dioses… Derek… para como sigas así esto va a acabar demasiado rápido -intentó decir la joven entrecortadamente.
—Esto nada más acaba de empezar preciosa, pero antes de seguir con ello. Pienso hacer que te corras como nunca lo has hecho.
Derek entonces movió con cuidado a la joven y la posicionó de espaldas en la cama con las piernas bien abiertas y apoyadas sobre sus hombres para acto seguido entrar en el interior de la joven sin miramientos.
Aquello hizo que Stella soltara un grito de placer al tiempo que cerraba los ojos. El lobo sonrió ante lo que acaba de hacer, puesto que había dado de lleno en la próstata de la joven, la cual iba a seguir tocando hasta que la castaña se corriera como se merecía.
Y así fue, Derek siguió golpeando cada vez de forma más intensa el interior de la joven y aunque no quería acabar aún. Tras varios minutos entrando y saliendo de ella, la pareja llegó al éxtasis a la vez dejándose caer agotados tras soltar un enorme gemido que por parte del lobo se asemejó más a un aullido.
Cansados, agotados, acalorados y casi sin aire ambos se miraron a los ojos.
—Ves como no era tan difícil sourwolf, un polvo y todos tus problemas se han acabado y menudo polvo… joder -dijo agotada la joven, respirando con rapidez y los ojos cerrados.
—Debería haber escuchado más al lobo… pero quería que estuvieras bien y si estas conmigo siempre estarás en peligro.
—Sourwolf, has entrado en mi habitación y te he abatido yo sola, creo que me las puedo apañar yo solita. Así que no proyectes tus inseguridades en mí, creo que después de esto, queda más que claro que quiero estar contigo paso lo que pase -anunció Stella abriendo los ojos para mirar fijamente al lobo.
Fue entonces que la castaña pudo observar como los ojos del lobo ahora eran de color rojo, rojo alfa. Sabía bien lo que eso significaba y daba gracias por no haber tenido que lidiar con un lobo asesino fuera de control.
El lobo de Derek por fin había conseguido lo que quería y como recompensa había evolucionado para proteger a su ahora pareja sin necesidad de robar el poder de alfa.
Eso haría que Scott se enfadara, pero a ninguno de los dos le importaba lo que Scott pensara.
Así que después de recuperar un poco el aliento, decidieron seguir jugando hasta bien entrada la mañana, disputando del cuerpo de ambos y dando rienda suelta a su amor sin fronteras.
Bueno, hasta que el sheriff llegó y tuvieron que parar o tendrían que tener una charla para nada agradable con un muy cabreado sheriff y su pistola.