AniCarlita... Mi nueva Cerda (Parte II)

Siguen las aventuras de la pequeña Carla con John

J

ohn sin darle tiempo a la pobre Carla de recuperarse del dolor ni de la corrida, la tomo del cabello y tirando de él haciendo que se bajara de la cama, quedo arrodillada frente a John quien con una sola mirada fuerte y penetrante le dio a ella una orden muy clara.

-Ya sabes lo que tienes que hacer- Agrego John

A lo que ella sin dudarlo bajo el cierre de su pantalón para dejar salir su polla erecta de su pantalón, y llevársela directo a su boca, recorrer todo el tronco de arriba abajo con su lengua... detenerse en su capullo y lamerlo, morderlo, para coronar metiéndosela hasta el fondo de la garganta, repitiendo todo el proceso un par de veces.

John puso dos manos detrás de la cabeza de Carla y empezó a empujarla hacia su polla, haciendo que se la tragara por completo hasta tocarle los huevos con sus labios. Empezó a escucharse como la pobre chiquilla y de la manera más patética empezaba a ahogarse y a tener arcadas al ritmo que John empezaba a follarle la boca, primero lento y poco a poco cada vez más rápido solo para recrearse con el sonido que salía de su boca, las lágrimas que recorrían sus mejillas y el sonido de las arcadas que llenaban la habitación.

El cada vez le follaba la boca más rápido, mientras sentía que estaba a punto de correrse ella sentía como esa verga se hinchaba en su boca cada vez más y más... sentía que iba a explotar cuando escucho:

-Me voy a correr Cerda...

Aaaaaah

A lo que le siguió una última embestida dejando su polla completamente alojada en la garganta de la pequeña Carla a lo que ella sintió como un montón de lefa se disparaba desde aquella polla hacia su garganta mientras él se corría directo dentro de ella entre bramidos.

Ella sintió como la polla de John fue deshinchándose poco a poco, pero le extraño que él no se la sacara de la boca, poco tiempo después entendió lo que pasaba... empezó a sentir como un líquido caliente y amargo tocaba su lengua y bajaba por su garganta, Le estaba orinando adentro! Pero poco podía hacer... era tragárselo o vomitar y esperar el peor castigo que podía imaginarse, así que entre arcadas y asco hizo su mayor esfuerzo para complacer a su amo y convertirse en lo que

é

l

quería que fuese... su inodoro personal.

Cuando se vio satisfecho saco su polla de la boca de Carla y jalándola del cabello hacia arriba le escupió 3 veces en el rostro.

-Me das asco cerda- a lo que acompaño un último escupitajo, para luego tirar de ella y arrastrarla hacia una silla que se veía estaba previamente preparada con un montón de cuerdas.

John sentó a Carla en la silla y empezó a atarla, primero los tobillos a las patas de la silla de manera que sus orificios quedaran accesibles y luego las manos tras el respaldar de la silla, le puso un

gagball

en la boca y una vez termino de “prepararla” se alejó de ella para apreciar el trabajo que había hecho. Volvió a acercarse y empezó a recorrer su cuerpo con las yemas de sus dedos, desde su cuello, bajando por su pecho, hasta llegar a sus tetas donde se detuvo...

Plaaaaas

... se escuchó en la habitación acompañado de un grito de dolor de Carla ahogado por la bola que tenía en la boca, había empezado a azotarle las tetas.

Plaaaaaas

... nuevamente se escuchó, aún más fuerte que en la ocasión anterior... Y así siguió una y otra vez hasta que sus ya grandes pechos se hincharon y se enrojecieron, azoto ambas con tal brutalidad que Carla no podía evitar soltar ese llanto ahogado y

patético

producto del dolor.

-Aun no

haz

sufrido lo suficiente. A lo que él se alejó de ella y buscando en el maletín que tenía saco un pequeño aparato unido a unos parches por unos cables.

Él le empezó a poner los parches, un par en cada teta y otro en el coño, la pequeña Carlita no entendía, estaba perdida en sus pensamientos... “Que era eso?” “Para que era?” “Que tenía pensado hacer con él?”

Todas sus dudas se disiparon cuando sintió la primera descarga salir de los parches y recorrer su cuerpo, fue leve... lo suficiente para que le incomodase y a la vez le excitase, sentía como después de la descarga su coño empezaba a humedecerse cada vez más y más mientras el solo la miraba con esa cara de satisfecho y dominante que a ella no

hacía

más que excitarla aún más...

-Me encargare de que sufras mucho

más

zorra...

Continuara...