AniCarlita... Mi nueva Cerda

AniCarlita, curiosa de saber lo que era la vida de una verdadera sumisa, decide entregarse a un completo desconocido... que por alguna extraña razón, le excita más de lo que debería.

Él había llegado a buscar a Carla en su coche, ella estaba deseosa de experimentar lo que era realmente la sumisión... entregarse completa a sus caprichos y deseos más oscuros

,

quería saber lo que se sentía ser dominada por primera vez...

Carla es una chica como ninguna, algo bajita, delgada, cabello oscuro, un escote de infarto y un culo digno de ser destrozado.

-Te vas a arrepentir,

le dijo el

Tu solo sonreíste nerviosa mirando hacia el suelo y apretando tus piernas, seguramente estabas chorreando con solo la simple idea de pertenecerme al completo.

-Mírame cuando te hablo- a lo que no reaccionaste, a lo que

él

tuv

o

que tomar

a carla

por la barbilla y sostenerte la mirada hacia a mi...

Plaf... un sonoro bofetón resonó en

la

cara de Carla que le hizo saltar un par de lágrimas, quizás por la sorpresa, aunque al mismo tiempo su coño empezaba a humedecerse

– créeme que esto no es nada comparado con lo que soy capaz de hacerte si me desobedeces.

El b

aj

o

mi mano desde

s

u mejilla, pasando por

su

cuello y el escote considerable que llevaba puesto... hasta rozar

s

us muslos que se dejaban ver producto del vestido corto que llevaba,

empezó

a

acariciarlo

suavemente

e ir subiendo poco a poco hasta llegar a

la

ya empapada

entrepierna

de Carla

-No solo no llevas bragas, sino que estas húmeda, zorra...- a lo que

el llevo su mano derecha al coño de Carla y

muy suavemente

,

masajeo s

u clítoris solo para escuchar

l

e

como empezaba

a gemir suavemente. Sa

co

su

dedo de

l

coño

húmedo de ella

y

se lo metió

en la boca para que pudiese saborear el gusto a una autentica zorra.

L

legaron

a

l departamento de él

y antes de que

Carla

pudiese bajar

s

e del coche

el

amarr

o

un collar a

s

u cuello atada a una cadena y

la hizo

bajar tirando de ella hasta llegar al décimo piso... se

lla no era capaz de ver porque él la obligaba a tener la cabeza baja en todo momento

, pero

la gente que iba en el

asensor

y cruzaba los pasillos veían, algunos con sorpresa, otros con asco

...

y algún que otro viejo verde con morbo, el como él tiraba de la cadena para arrastrarla a donde quisiera....

como si estuvieran viendo a un animal sucio cualquiera.

Mas llegar al departamento

él le ordeno desnudarse

completamente, dejando ver ese cuerpo perfecto que

se cargaba la muy puta

... tir

o

de la cadena hacia abajo, haciéndo

l

e caminar a cuatro patas como las perras

–De ahora en adelante andarás así, hasta que yo lo ordene

Y te hice gatear hasta la cama, dejándote a 4 sobre ella, tome una fusta de madera que tenía cerca, y acariciando previamente tu culo con ella la estrelle en tu

glúteo

derecho.

-

Aaaaaaaah

, un grito de dolor salió de tu boca- de ahora en adelante quiero escuchar un “gracias amo” con cada azote, has entendido cerda? - a lo que siguió otro fustazo en tu culo.

-

Aaaaaaaaaaaah

... gracias amo... - se escuchaba

la

voz

de Carla

entrecortada por el dolor y el placer, era evidente como empezaba a recorrer gotas de

s

u flujo desde

s

u coño bajando por

s

us muslos...

Y empezaron a caer fustazos en tu culo, uno, dos, diez, veinte...

su pobre

culo había enrojecido, al punto de que se dejaban ver algún que otro hilo de sangre, las lágrimas por el dolor habían empezado a recorrer

s

us mejillas

aún más que con el bofetón

y

s

u coño estaba más húmedo que nunca... estaba a

punto de correr

s

e

... pero sabía que no debía hacerlo, no sin que su nuevo amo le diese permiso

,

En ese momento, ella no pudo evitar ver la evidente erección de su amo, a pesar del dolor, se relamía de solo imaginarse tener esa verga para ella

... sacarla de

su

pantalón y llevár

s

ela a la boca, se

imaginaba teniéndola metida hasta

lo

s huevos al punto de no poder respirar... pero eso no iba a pasar, no aún.

Él

Tom

ó

un pequeño vibrador que tenía a la mano y lo pus

o

en

s

u coño y

ella inevitablemente

empez

ó

a chillar aún más... mientras caían los fustazos

-

Aaaaaaaah

Gracias amo... deme

maaaaas

...

Rómpame

el culo por favor...

Él d

ej

o

de golpear

l

e el culo para que el vibrador terminase el trabajo y acercándo

s

e a

l oído de Carla

le susurro

... -Córrete como la puta cerda que eres-

A lo que entre chillidos propios de una perra en celo e

lla empezó

a convulsionar poniendo los ojos totalmente en blanco y cayendo desajustada y patética sobre la cama... cama que había dejado toda manchada de tus flujos.

Él se

pus

o

enfrente de

la pequeña Carla

y tomando

s

u mentón con

la mano derecha

l

e hi

zo

subir la mirada que

a

ú

n

tenía perdida...

-Aun no puedes descansar, esto apenas

está

empezando...

Continuara.