Ángela, mi mujer una gran puta ( II )

Conseguí follar a mi mujer entre tres amigos y yo

Bueno, a los que habéis leído el primer relato, os pongo el segundo. Esto es completamente verídico, al menos en parte, porque hace tiempo que pasó y lo cuento como lo recuerdo. Espero que os guste.

I Parte

Después de aquella vez, los comentarios mientras follabamos sobre terceras y cuartas personas fueron en aumento y Ángela ya no le daba importacia a mi fantasía porque ahora también era fantasía suya.

Yo empecé a ir a un sex-shop a comprar artilugios y ropa, entre los que más le gustaban a ella estaban una correa larga parecida a la de los perros y una fusta, que yo usaba para ponerla a raya cada vez que no obedecía mis ordenes.

Llegó el verano y como no, la calor. Ese verano fue un verano agradable, hacía calor pero se llevaba bien, o todo lo bien que se puede llevar en Sevilla.

Algunos días, no muchos (una vez al mes, el mes que tocaba), saliamos en parejas, dos compañeras del trabajo de Ángela con sus respectivos maridos y un compañero de mi trabajo y su mujer. Alberto y Rosa, Fran y Maite del trabajo de Ángela, y Sergio y Sara del mio. Todos casados menos Ángela y yo, pero aún así ellos se referían a Ángela como mi mujer, y cuando hablaban con ella se referían a mi como su marido. Eramos todos casi de la misma edad, menos Fran y Maite que eran algo mayores pero poco, unos 10 años máso menos. Nos llevabamos bien porque a ninguno nos iba el rollo discoteca, más bien, cena ligerita, poco alcohol y sesión nocturna de cine, para luego tomar un café, un helado o algo así en cualquier pastelería que abriera hasta tarde.

Entre los cuatro chicos más o menos manteniamos contacto por el móvil a base de mensajes y teniamos un grupo en internet donde los cuatro, de vez en cuando, jugabamos al poker online contra otras personas, eso sí, sin apostar dinero, solo por echar un ratillo.

Fran y Maite tenían dos hijos pequeños, y Sergio y Sara uno, Alberto y Rosa ya habían decidido tener el primero pero aún no se habían puesto, querían hacerlo de forma que el embarazo les coincidiera bien con las vacaciones de ambos y estaban esperando el momento adecuado.

Una tarde de un sábado de Julio quedaron las chicas para ver una película en el cine, una de esas que solo les gusta a ellas, así que se fueron al cine las cuatro y luego a cenar y quizás tomarse una copas en cualquier pub, así que nosotros quedamos para hacer una timba de poker en mi casa, y apostarnos unos eurillos sin que ellas se enteraran, iba a ser poco dinero unos 20 euros por persona, solo era por darle emoción al juego, nada más.

Aquella tarde Ángela se arregló, pero nada del otro mundo, casi no iba ni maquillada, y sobre las 6 de la tarde se fue. A las 7 empezaron a llegar a mi casa los tres, Alberto, Fran y Sergio, empezamos a charlar, saqué unos aperitivos, unos mojitos y empezamos la partida.

Durante la partida, nos enseñabamos fotos de chicas que teniamos en los móviles y hablabamos del sexo con nuestras mujeres pero sin entrar en muchos detalles, una conversación muy educada. Pedimos pizza y comimos un poco, se hizo de noche y aún teniamos cada uno casi todo nuestro dinero, pues nadie iba a saco. Casi eran las once y media de la noche cuando Ángela llegó a casa, nosotros estabamos un poco alegres por los mojitos y la cerveza pero sin pasarnos, la noche iba a ser larga para nosotros (y para Ángela también pero ella aún no lo sabía). Ángela nos sacó una foto en la mesa dónde jugabamos y se las mandó a sus mujeres, diciéndole que nos quedaba rato y que ella se iba a la cama, habían quedado las cuatro de nuevo para ir a un mercadillo por la mañana temprano. Por cierto, Sara la mujer de Sergio le dijo a mi mujer (no lo era aun pero faltaba poco tiempo para serlo) que tuviera cuidado con Sergio, que él no tenía vergüenza, Ángela nos enseñó el mensaje y todos nos reímos, Sergio se quedó un poco cortado y dijo que era mentira, que solo era mala fama infundada. Ángela me dió un beso muy discreto, se despidió y se marchó a nuestra habitación.

Seguimos bebiendo mojitos y ya se nos empezó a ir de las manos el alcohol, se empezó a hacer tarde y decidimos subir las apuestas para acabar pronto. Empecé a perder a posta y rápidamente me quedé sin fichas para jugar. Después de dos manos viéndolos y yo haciéndome el aburrido por no poder participar, propuse poner más dinero para volver a entrar en el juego y me dijeron que no que era tarde, eran casi las 12. Yo seguí insistiendo y entre risas me seguían diciendo que no, así que casi sin persarmelo les solté: “¡Me apuesto a mi mujer!”, se hizo el silencio, después de unos segundos, Fran (casado y con dos hijos y con una vida sexual un poco aburrida), sonrió, Sergio miró a Fran y al ver su sonrisa también sonrió, pero Alberto que estaba en casi búsqueda de su primer hijo negaba con la cabeza.

Yo: “Venga, ¿que tenéis que perder? ¿no os gusta mi mujer? Está muy buena y la chupa muy bien” les dije.

Fran y Sergio después de mirarse un momento dieron un golpe en la mesa y ambos dijeron “¡Lo veo!”, Alberto dijo: “yo no voy, me retiro, mi mujer se entera de esto y me cuesta el matrimonio y sé que me arrepentiría después..”.

Yo le dije: “No te puedes retirar, la apuesta es contra todo vuestro dinero y a una mano. Además si esto se alarga y llegas antes que los demas a tu casa las mujeres de Fran y Sergio se van a mosquear”.

A lo que Alberto respondió después de pensar un momento: “Está bien, yo apoyo a Fran y Sergio con mi dinero pero no entraré en el cobro de la apuesta, solo miraré y espero que Rosa no se entere porque me mata”.

Entonces aclaré: “De acuerdo. Sólo pongo dos condiciones, una que se hará lo que yo diga y la otra que si quiero participar puedo hacerlo en cuanto yo quiera y por favor, respeto dentro de lo que cabe”.

Se miraron todos y Sergio dijo: “Me parece bien”, a lo que los otros dos asintieron con la cabeza.

Sergio me dijo: “Oye, ¿tu mujer estará de acuerdo?”.

Yo le dije: “No te ofendas, Sergio, pero eso es asunto mio y de Ángela”.

Sergio hizo señas con los brazos y la cara como diciendo: “Vale, vale, no he dicho nada”

Fran se dispuso a repartir, la tensión se palpaba en el ambiente. Después de repartir las cartas resulta que me tocó una buena mano, tuve que ingeniármelas para desacerme de mis cartas sin llamar la atención. Después de dos descartes me quedé sin nada, solo una humilde pareja, que era lo que yo quería, y Fran y Sergio se miraban con cara de pillos, estaba claro que llevaban buena mano. Llegó el momento de enseñar las cartas, Alberto las tiró bocabajo, decía que no llevaba nada, yo saqué una pareja de dieces, entonces Fran y Sergió sonriendo enseñaron sus cartas, uno llevaba un full y el otro una doble pareja, Fran me dijo: “Bueno Luis, parece que nos lo vamos a montar con tu mujer”.

Alberto enseguida se puso a recoger las cartas y las fichas y a repartir el dinero que habían ganado cada uno. Yo me levanté y me fui a la habitación a despertar a mi mujer.

Ángela estaba aun despierta así que cuando abrí la puerta me dijo: “¿Ya se han ido?”, y le djie: “No, aún siguen aquí, es que tengo un problema”.

Ángela: “¿Qué te pasa?”

Yo: “Ángela, con la emoción de la partida te he apostado y he perdido”

Ángela: “¡¿Qué?!”

Ángela: “¡¿Estás loco?!”

Me senté en la cama y comencé a tocarle suavemente las caderas: “Mira cariño, se que te va a gustar, lo noto cuando te follo”

Ángela: “Pero si son los maridos de mis amigas, que va a pasar si..”

Yo: “Tranquila, hemos hecho pacto de silencio esto no va a salir de aquí”.

Ángela: “No, me niego, estás loco esto no puede acabar bi..”

La interrumpí y con voz seria y autoritaria le dije: “¡Mira! ¡Callate y obedece! Ahora mismo te maquillas, te pones uno de conjuntos sexys que utilizamos para follar y te vas al salón.. allí te esperamos, y no tardes o será peor.”

Ángela me miraba con cara de asombro.

Salí de la habitación dejando la puerta entreabierta y me quedé un momento en el pasillo, a los pocos segundos Ángela encendió la luz de la habitación y oí como abría el ropero, todo iba como yo quería.

Llegué al salón y Sergio me preguntó: “¿Todo bien?”, yo le dije: “Sí, se está arreglando.”.

Me fui a la cocina y traje una botella de agua, todos bebimos agua, ya nadie quería más alcohol. Al cabo de 15 minutos, ya nos estabamos poniendo impacientes, se empezó a oir el taconeo por el pasillo, era Ángela que venía ya. Los tres miraron para el pasillo y allí apareció ella. Llevaba sus zapatos negros con hevillas que tanto le gustan, unas medias blancas, una falda de hilo muy fresca y suelta, y una blusa de gasa transparente que dejaba ver su sujetador blanco, también transparente por el que se le veían sus pequeños pero puntiagudos pezones. Llevaba el pelo suelto. Se había maquillado como una auténtica puta, estaba muy blanca debido al maquillaje, los labios se los pintó de forma exagerada, le hacían los labios más gordos de lo que los tenía de verdad, de un rojo muy vivo, y los ojos con excesiva sombra negra, vamos, un putón de los de verdad.

Se plantó en la puerta del pasillo, y me miró muy seria y le dije: “No te quedes ahí, ponte en el centro que te veamos bien.”

Miró hacia el suelo y comenzó a andar hasta el centro del salón, y con actitud chulesca se detuvo, alzó la mirada y miró fijamente a Fran y Sergio que estaban en el sofá casi con la boca abierta.

Yo: “Ángela, te voy explicar. Alberto solo va a mirar, pero a Fran y a Sergio los tienes que tratar bien, no quiero que piensen que mi mujer no se se sabe comportar, ¿está claro?”

Ángela muy seria: “Vale, ¿que más?”

Me acerqué a Ángela, la cogí de la cintura y le susurré “Súbete un poco la falda que veamos que tienes debajo.”

Ángela se inclinó un poco, la falda le llegaba por la rodilla, se la cogió de un lado y nos enseño una pierna entera y parte de las bragas. Las medias eran blancas y lisas hasta un poco más de la rodilla, pero a partir de la rodilla eran de redecilla hasta la mitad del muslo acabando en una cinta ancha de encaje que le apretaba el muslo. Sus bragas también eran de encaje y con transparencias, se le podia ver parte su raja y el pequeño bigote que ella tenía encima del coño.

Yo: “¿Qué? Está buena mi mujer, ehh. Espero que le deis caña, Ángela tiene aguante”

Fran y Sergio se empezaron a mover sospechosamente en el sofá, supongo que para que no se les notara lo dura y grande que tenían las pollas.

Me acerqué al mueble del salón y puse música, era blues y soul, algo tranquilo. Le dije a Ángela: “¿No sacas a nuestros amigos a bailar?”

Ángela dio dos grandes pasos y cogió a Fran de la mano, lo levantó del sofá y se lo llevó al centro del salón. Fran la agarró de la cintura, Ángela le echó sus brazos por encima de los hombros y comenzarón a bailar tímidamente. Fran no se quería pegar mucho a Ángela, ya se le notaba el bulto en sus pantalones, así que dije: “Ángela, Fran es muy tímido, ayúdalo tú.”, Ángela me miró muy seria, cogió una mano de Fran y se la puso en su culo, ella agarró en culo de Fran y le arrimó la bulba contra el bultó de los pantalones.

Fran se empezó a desinhibir y le dio un beso en los labios a Ángela, ella me miró fijamente y yo le sonreí, le hice un gesto dándole permiso,entonces le soltó un muerdo de película a Fran en medio del salón. Después de un par de minutos morreándose les dije: “No le vais a dejar nada a Sergio, ehh”. Rápidamente Ángela se separó de Fran y lo llevó al sofá para cambiarlo por Sergio. Sergio nada más empezar, le cogió el culo con una mano y con la otra una teta y empezó a magrearla, a chuparle el cuello y mientras Ángela me seguía mirando fijamente. Empezó a cerrar los ojos, se estaba poniendo cachonda y le plantó la mano en el bulto del pantalón de Sergio y comenzó a pajearlo por encima.

Fran en el sofá comenzó a tocarse también pero sin bajarse el pantalón. Yo tenía la polla bastante dura y mojada por ver lo zorra que era mi mujer y como ella estaba empezando a disfrutar de la situación.

Yo: “Bueno, creo que ya estamos todos calientes.”

Ángela me miró y me dijo: “¿Qué quieres ahora?”

Yo: “Le vas a hacer una buena mamada a cada uno en el sofá”

Ángela le dio un par de besos a Sergio y lo acompañó al sofá para que se sentara.

Retiré la mesa para tener una buena vista de la situación y para hacerle hueco a Ángela.

Yo: “Empieza por Fran”

Ángela se fue hacia el mueble del salón y cogió una gomilla para hacerse una coleta. Se puso frente a Fran y se arrodilló. Le desabrochó el cinturón, le quito los botones del pantalón y se los bajó. Le dió un beso a su polla por encima de los calzoncillos y mientras se los bajaba Ángela se relamía la boca.

Al bajarle los slips apareció su polla totalmente dura y brillante por la cantidad de líquido que tenía. Ángela empezó limpiándole ese líquido, y lamiéndole el tronco y los huevos, no paraba de mirar a los ojos de Fran y de vez en cuando me miraba a mi muy seria. Empezó metiéndose la polla de Fran casi entera, a lo que Fran empezó a gemir un poco. Aunque había música puesta se escuchaba perfectamente la respiración de Ángela por la nariz y los chupetones que le estaba dando a aquella polla. Fran comenzó a gemir y Ángela que estaba de rodillas se abrió un poco de piernas, metió su mano por debajo de la falda y comenzó a masturbarse lentamente mientras le chupaba la polla a Fran. Ahora se escuchaban los gemidos de Fran y Ángela. La situación no podía ser más morborsa. Me levanté y paré la música. Al quitarla los sonidos de Ángela chupando aquella polla se multiplicarón por cien, creo que se podía oir por toda la casa.

Fran apenas tocaba a Ángela, así que le dije: “Fran, cógela de la cabeza y muévesela tú, no te cortes”. Mientras tenía la polla en la boca, Ángela se giró y me miró más seria aún, Fran sin embargo sonrió levementey la cogió con fuerza de la cabeza la empezó a apretar contra su polla, Ángela puso sus dos manos sobre los muslos de Fran y con los codos hacia arriba, en una postura como resistiéndose pero a la vez situando su boca para que le entrara más adentro aún.

Sergio que estaba al lado de los dos no sabía qué hacer, así que lo animé: “Sergio, puedes ir cogiéndole las tetas a Ángela mientras, ehh, magrealá no te cortes”. Sin pensarselo dos veces la empezó a magrear mientras le chupaba la polla a Fran.

Al cabo de pocos minutos, y creo que debido a lo poco que folla Fran con su mujer, Fran empezó a ponerse arqueado, tenía ganas de correrse, yo que lo estaba viendo, le dije a Fran: “Fran, veo que te vas correr. Si quieres correrte dentro de la boca de Ángela apriétala fuerte porque a ella no le gusta y se va a quitar, así que agarralá fuerte de la cabeza para que se lo trague todo.”

Ángela volvió a girarse y sin sacarse la polla de la boca me echó una mirada de las que matan.

Ángela comenzó a chupar con más fuerza y con más energía y de nuevo comenzó a masturbarse pero esta vez con las piernas aún más abiertas y más rápido.

Sólo se escuchaban los gemidos de los dos, parecía que Ángela iba a correrse también, Sergio no dejaba de sobarle las tetas, de hecho le había subido un lado de la blusa y tenía una teta al aire por encima del sujetador.

De repente vi como Fran agarraba con las dos manos la cabeza de mi mujer y empezaba a follarse literalmente la boca de Ángela, a lo que ella dejó la cabeza totalmente quieta y comenzó a masturbarse con las dos manos y muy rápido.

Fran se arqueó por completo y por fin se empezó a correr dentro de la boca de Ángela, Fran gemia de placer y mi mujer de rodillas en el suelo comenzó a arquearse y convulsionar, se estaba corriendo y también no paraba de gemir.

Ángela siguió con la polla en laboca chupando, pero más lentamente, parecía que estaba saboreando todo el semen de Fran, también seguía masturbándose pero con mucho menos ritmo. Así siguió un par de minutos, Fran ya no la agarraba con fuerza, solo la tenía cogida por la cola pero muy suavemente.

Ángela siguió masajeandole los huevos un rato pero sin sacarse la polla de la boca, como si quisiera dejarlo vacío. Al sacarse la polla de la boca no había nada de semén por ningún lado, Ángela lo había exprimido y se lo había tragado todo.

Yo: “Muy bien cariño, has hecho una gran mamada, sí señor, pero Sergio está esperando lo suyo también, espero que no decaigas con él”

Yo que veía la postura incómoda en la que estaba Ángela cogí dos cojines iguales, bastante buenos que tenemos y se los tiré a los pies de Sergio. Ángela sabía para lo que eran.

Sergio que estaba con una sonrisa de oreja a oreja no se lo pensó y mientras Ángela se desplazaba un poco hacia el lado para ponerse frente a Sergio, éste se puso de pie se quitó los pantalones y se quedo en calzoncillos solo con la camisa que llevaba. Ángela acomodó los dos cojines debajo de sus rodillas y empezó a morderle la polla por encima de los calzoncillos para un instantente después quitarselos, Sergio estaba de pie así que no costó mucho trabajo.

Ángela empezó lentamente a chuparle la polla a Sergio, primero los huevos, se los metía y sacaba de la boca para luego lamérselos con la lengua, luego el tronco por todos los lados, por la derecha, por la izquierda, por arriba, por abajo, ella iba girando su cabeza para poder lamerle bien el tronco. Sergio seguía de pie y Ángela tenía puestas sus manos en la parte de delante de los muslos de Sergio. De repente dijo Sergio: “Yo paso de que tu mujer me chupe la polla, me voy a follar su boca directamente y luego me la voy a follar a ella”.

Rápidamente Sergio agarró la cabeza de Ángela con las dos manos y le metió su polla en la boca, su polla era notablemente más grande que la de Fran, un poco más larga pero bastante más gorda, con lo que Ángela dobló su espalda y movió la cabeza hacia atrás para prepararse una postura que le permitiera meterse aquello. Ángela comenzó a respirar con fuerza por la nariz y a emitir unos leves gemidos, mantenía la cabeza completamente mientras Sergio no paraba de follarla con intensidad, de vez en cuando Sergio sacaba su miembro de la boca de Ángela y le movía la cabeza a ella para que le lamiera el tronco. Esos momentos le daban a mi mujer la posibilidad de tomar aire para a continuación continuar con la follada de boca espectacular que le estaba haciendo.

Sergio: “Joder, que bien se folla la boca de tu parienta, es una auténtica puta”. Ángela empezó a gemir con un poco de más fuerza, levantó la mirada hacia arriba mirando a los ojos de Sergio, se abrió sus piernas, se levantó la falda hasta la cintura, se echó las bragas hacia un lado y comenzó a masturbarse mientras le metían aquella polla por la boca.

Yo: “Parece que le gusta que la tratemos como una puta”. Ángela giró la cabeza para mirarme, a lo que Sergio con fuerza se la volvió a girar hacia él para seguir con su mamada.

Sergió comenzó a gemir con más fuerza también y Ángela también gemía con más fuerza a la par que Sergio.

Sergio empezó a reducir sus embestidas contra la boca de mi mujer y dijo: “Voy a ir parando porque me la quiero follar”.

Fran que estaba a su lado dijo: “Tio, a mi me ha comido la polla muy bien pero me voy a quedar con las ganas de follármela”.

Entoces le hice un gesto con las manos a Fran, indicándole que se tranquilizara, que luego nos la ibamos a follar. Ángela por supuesto no vio mis señales.

Sergio al ver mis señales, sonrió y dijo: “Bueno, ya que estoy así me la voy a terminar de follar por la boca”. Ángela se la sacó por un momento, tomó aire y de una embestida se la volvió a meter en la boca. Esta vez Ángela gemía con gran intensidad, con una mano se masturbaba con mucha velocidad y con la otra se agarraba fuertemente una de sus tetas.

Los gemidos de Ángela eran brutales, cada vez tenía más abiertas las piernas. Sergio seguía igual, agarrando la cabeza con las dos manos para que la mantuviese quieta y metiéndole la polla hasta el fondo a Ángela.

Después de un par de minutos así Ángela, con la polla dentro de suboca, comenzó casi a gritar de placer, daba pequeños gritos uno tras otro, tenía su dedo anular metido hasta el fondo en su coño, lo metía y sacaba dando giros con mucha fuerza, hasta que finalmente pudimos ver como daba espasmos y gemía de puro placer, mi mujer se estaba corriendo.

Cuando los espamos pararon Ángela relajó su mano y ahora solo se daba pequeños masajes en su coño. Sergio seguía follándose su boca y gimiendo con intensidad, estaba también a punto de correrse, sacó su polla de su boca y le dijo: “Abre la boca que me voy a correr dentro”, Ángela muy obediente, inclinó la cabeza hacia atrás, abrió su boca y sacó la lengua, con la que de vez en cuando le lamía el capullo a Sergio.

Ángela que ya no se masturbaba, agarró con una mano los huevos de Sergio y comenzó a masajearlos. Con la otra mano agarró su polla y comenzó a masturbarlo, todo esto con la boca abierta y la lengua fuera, de vez en cuando le daba una embestida a Sergio, le chupaba la polla por unos segundos para de nuevo volver a abrirle la boca para que le echara todo el semen dentro. Ella no paraba de mirar fijamente a los ojos a Sergio y emitía unos gemidos de ansiedad por las ganas que tenía de ver correrse a Sergio.

Sergio comenzó a arquearse y de repente se corrió en la cara de Ángela. Ella muy veloz dirigió la polla de Sergio a su boca y todo el semen siguiente le entró dentro de la boca. Seguía masturbándolo y masajeándole los huevos, pero con más tranquilidad y sincronizada con los espasmos que tenía Sergio. Cuando ya casi no echaba semen, Ángela se volvió a meter la polla en la boca y estuvo un buen rato chupando y tragando todo lo que tenía dentro de la boca, luego se la sacó y la estuvo lamiendo otro rato, hasta dejarla completamente limpia y flácida.

Sergio le empujó la cabeza hacia atrás indicándole que ya había terminado, a lo que Ángela se retiró un poco y con el antebrazo se limpió todo el semen que aún tenia rodeándole la boca.

Ángela cogió una servilleta de la mesa que había al lado y se limpió toda la cara.

Después de limpiarse la cara, se le había corrido el rimel, la sombra de ojos, y el carmín de los labios, parecía una puta después de pasar una larga noche de trabajo.

Yo: “¿Ángela, te ha gustado comerte esas dos pollas?”, pensé que iba a asentir, ya que se había corrido dos veces, una vez con cada una, pero ella muy seria y casi mirando al suelo, negó con su cabeza.

Aún seguía de rodillas. Volvió a levantar la mirada, nos miró uno a uno y se quedó mirando a Alberto que estaba casi boquiabierto de semejante espectaculo.

La situación era la siguiente, yo estaba sentado en un sillón individual, a mi izquierda estaban en sofá triplaza, Fran y Sergio, y Ángela de rodillas frente a ellos, y al lado del sofá triplaza y frente a mi, estaba Alberto en otro sillón.

Ángela se levantó del suelo y con los pies movió los cojines que tenía bajo sus rodillas y los puso frente a Alberto. A Alberto se le cambió la expresión y dijo: “¿Qué vas a hacer?”

Ángela respondió: “Chuparte la polla”.

Alberto: “No, no, te he dicho que yo no entraba en el juego”

Ángela dijo: “Un minuto, ahora vuelvo” y se fue al dormitorio.

Alberto dijo: “Bueno yo me voy que no quiero hacer algo de lo que me arrepienta” y amagó con levantarse y yo le dije: “Tranquilo tío, no hagas nada si no quieres, pero no te vayas porque si no nos vas a cortar el rollo a los demás”

Fran y Sergio se estaban poniendo los pantalones y comentando la buena mamada que se habían llevado. Al momento llegó Ángela.

Se había puesto una minifalda rosa muy muy corta, se le veia parte del culo, seguía con las medias blancas hasta la mitad del muslo pero se quitó la blusa y el sujetador, traía puesta una camiseta de mangas largas y con cuello alto que le compré en el sex-shop, era blanca de redecilla (con las celdas muy amplias) y muy ajustada, que solo le cubría hasta los pezones, dejando al aire la curva inferior de sus tetas, las mangas se anclaban a su dedo anular, cubriendo casi toda la mano por arriba pero dejando las palmas libres. Estaba espectacular y el sonido de sus tacones contribuía a poner más caliente el ambiente.

Alberto bufó al ver aquello y se incorporó en el sofá, no sabía como ponerse.

Ángela se fue directamente hacia a Alberto, éste negaba con la cabeza y miraba al suelo, no quería mirarla. Ángela se puso frente a él le cogió una mano y se la puso en una teta por encima de la camiseta, él la intentaba retirar así que casi ella lo estaba forzado a magrearla. Después de un momento Alberto empezó a ser él quien movía su mano. Yo solo le veía a Ángela la espalda y su fabuloso culo. Vi como ella le cogía la otra mano y se la acercó a su otra teta. Mientras Alberto le magreaba las tetas ella colocó bien los cojines bajo sus pies. Se agarró a las rodillas de Alberto y se puso de rodillas, esta vez se deslizó abriendo sus piernas bastante, con ese movimiento la miniflada se le subió hasta casi la cintura dejando su culo a la vista de todos nosotros.

Le desabrochó el cinturón, le quitó los botones del pantalón y se los bajó hasta los tobillos, desde atrás pude ver como ella se inclinaba para chuparle o morderle la polla, no lo sé porque solo le veía la espalda. Al momento le bajó los calzoncillos y también se los puso por los tobillos.

Yo veía como giraba la cabeza de un lado hacia otro, lamiéndole su tronco, de vez en cuando y con la polla en su mano derecha veía como agachaba su cabeza para lamerle los huevos. Alberto le acariciaba suavemente la cabeza.

Ángela cogió una postura comoda, apoyó su brazo izquierdo en el muslo de Alberto y empezó a hacerla su mamada a Alberto.

Yo solo la veía de espaldas, pero veía claramente como con su mano derecha estaba machacando la polla de Alberto mientras subía y bajaba su cabeza, mamándole la polla mientras le hacia semejante pajote. Cada par de minutos aproximadamente, se la sacaba de la boca para lamérsela entera por todos lados incluido los huevos, para de nuevo volver a seguir con su mamada-paja que estaba haciendo.

Después de varios minutos así, Ángela se empezó a detener lentamente, se la sacó de la boca y mientras le lamía los huevos y la polla a Alberto le dijo: “¿Qué?, ¿Quieres que pare o prefieres que te la siga chupando hasta correrte?”.

Alberto no dijo nada la miró, la agarró de su cola y la puso otra vez a chuparle la polla. Aunque me dijo que no le gustó comerse aquellas dos pollas, allí estaba ella mamando la tercera y gimiendo como si le gustara.

Alberto le tenía puesta una mano en una teta y la otra sobre el hombro de mi mujer. Por la postura de su cabeza, ya que yo solo veía los movimientos de la cabeza de Ángela, vi como ella levantaba la mirada hacia Alberto y la mantuvo así un rato.

Sin dejar de mirar hacia arriba, con la mano izquierda que la tenía sobre el muslo derecho de Alberto, agarró su mano derecha y se la llevó hasta su coleta, haciéndo que Alberto la agarrara de su cabeza para que le indicara el ritmo y la profundidad de la penetración oral que le estaba haciendo. Y así hizo Alberto, comenzó a mandar en la mamada, se ve que Ángela prefería ser mandada que llevar ella las riendas.

Los siguientes minutos fueron geniales, ahora que mandaba Alberto, los movimientos de cabeza de Ángela eran mas amplios, de hecho casi que levantaba todo el cuerpo para después dejarse caer sobre la polla de Alberto. Tenía las piernas abiertas y al estar inclinada un poco hacia delante, desde atrás podía ver como Ángela tenía dos de sus dedos completamente dentro de su coño, ella gemía de placer y solo estaba comiéndose una polla, creo que lo que la excitaba era que la estuvieramos usando como un objeto de placer, eso la excitaba, porque cuando Alberto la agarró de la cabeza sus gemidos eran más fuertes.

Después de varios minutos así y de gemidos de los dos, Ángela agarró la mano izquierda de Alberto que la tenía sobre su teta, y se la puso en la cabeza también. Ahora le agarraba la cabeza con las dos manos.

Yo: “Alberto, creo que mi mujer quiere que le folles la boca”.

Ángela que tenía la polla dentro y que no podía hablar, evidentemente, asintió y dijo: “Ajá”, pero como tenia la boca llena, solo eschuchamos “mm mmmm”.

Alberto se levantó del sofá, Ángela que ahora tenía la polla un poco más abajo, abrió más las piernas para bajarse un poco más y levantó la cabeza hacia arriba, para mirar a los ojos a Alberto. Con la mano derecha se metió dos dedos en su coño y con la mano izquierda agarraba el culo de Alberto para empujarlo hacia ella y que le metiera la polla hasta el fondo.

Alberto empezó a mover sus caderas, ayudado por Ángela que claramente lo empujaba para metersela entera. De nuevo se la estaban follando por la boca y ella gemía de placer, no paraba de meterse y sacarse los dos dedos del su coño.

Fran dijo: “Tio, ya estoy empalmado otra vez” y Sergio respondió: “Yo llevo así desde que salió de la habitación con ese modelito”.

Yo hacía rato que la tenía durísima también, tenía una lucha interna para no participar, de momento, y no hacerme una paja allí mirando a mi mujer lo que estaba disfrutando siendo tratada como una zorra.

Ángela seguía siendo follada por la boca pero no dejaba de mirar hacia arriba, creo que le gustaba ver la cara de placer que tenía Alberto y Alberto no dejaba tampoco de mirar a mujer.

Así siguieron un rato grande hasta que Alberto comenzó a gemir indicando que estaba a punto de correrse, esta vez Ángela no se iba a correr. Al escuchar los gemidos de Alberto se sacó la mano de su coño y ahora agarraba con las dos manos fuertemente el culo de Alberto, haciendo fuerza hacia ella, bajó la cabeza para ponerla completamente recta frente a la polla de Alberto.

De repente Alberto dio un gemido fuerte y movió las caderas hacia delante, metiendo toda su polla en la boca de Ángela, se estaba corriendo. Ángela comenzó a gemir. Daba pequeños movimientos hacia delante empujando la boca de mi mujer. Ángela deslizaba sus manos por la parte de atrás de Alberto, desde el culo hacia la parte de atrás de las rodillas, y luego de vuelta hacia arriba, mientras hacía unos leves movimientos circulares con la cabeza.

Alberto se echó un poco hacia atrás pero de nuevo volvía a penetrar la boca de mi mujer. Ángela con la polla en su boca emitía unos gemidos como si estuviese comiéndose un manjar.

Pude ver desde atrás como se sacaba la polla de la boca y movía la cabeza de lado a lado limpiando su miembro hasta no dejar nada.

Cuando terminó vi como se pasaba el antebrazo por la boca para limpiarse los pocos restos de semen que aún le quedaban.

II PARTE

Se levantó, se bajó la minifalda que la tenía por la cintura, me miró y dijo: “Bueno, yo aquí ya he acabado. Me voy a la cama”

Yo: “¿Cómo? ¿Quién te ha dicho que ya has acabado? Yo aún no he hecho nada, además, ahora toca follarte”

Ángela se mordió el labio inferior y nos miró uno a uno y después de pensar un poco dijo: “Bueno, pero estos tres se ponen condón y follamos en la cama”

Yo: “Tranquila, antes de follar nos vas a hacer un espectáculo, tráete el consolador grande que hay en la habitación.”

Ángela: “¿Para qué?”

Yo: “Cállate y tráetelo, obedece”

Ángela salió del salón dando fuertes zancadas y se dirigió al dormitorio, solo tardó segundos cuando ya estaba en el salón de nuevo. El consolador que traía, a parte de ser grande y gordo tenía vibrador, que se controlaba con una pequeña ruleta que tenía en la base.

Yo: “Fran, Sergio, quitaos del sofá y dejad a mi mujer que se siente ahí”, Fran y Sergio se levantaron rápidamente y Ángela, enérgicamente, pasó a ocupar su lugar en el centro del sofá grande (el triplaza). Retiré más aún la mesa, los sofas individuales y traje cuatro sillas que coloqué en semicirculo delante de Ángela, pero dejando espacio en el centro. Nos sentamos y nos quedamos mirando a mi mujer.

Ángela: “Bueno, ¿qué hago?”

Yo: “Ya puedes empezar a masturbarte, que te veamos.”

Ángela: “¿Así? No, me da verguenza”

Fran y Sergio sonrieron.

Yo: “¿Verguenza? ¿Después de lo que has hecho? Me da igual, ábrete bien de piernas que te veamos y empieza ya, ¡vamos!”

Ángela tímidamente se abrió de piernas y comenzó a tocarse por encima de las bragas, tenía los ojos cerrados que de vez en cuando abría, veía la cara de satisfacción que teniamos los cuatro y los volvía a cerrar.

El consolador estaba a su lado en el sofá.

Yo: “Ángela, usa el vibrador.”

Ángela cogió el vibrador, y sin encenderlo aún lo pasó por encima de sus humedas bragas. Lo notaría seco que inmediatamente comenzó a lamerlo lentamente, sin dejar de tocarse su coño. Después de varios lametazos al vibrador, comenzó a pasar el glande de este por su clitoris aún sin quitarse las bragas.

Mientras se frotaba con el vibrador en su clitoris con la otra mano empezó a sobarse las tetas, se las apretaba y de vez en cuando se pellizcaba los pezones que los tenía duros y sobresalientes por la redecilla de la minicamiseta que llevaba. Apenas abría los ojos pero se mordía los labios y sacaba la lengua para humedecérselos.

Encendió el vibrador, se echó las bragas hacia un lado y con la punta de la polla vibratoria se lo pasaba de arriba a abajo por todos los labios de su vagina, deteniéndose de vez en cuando en la parte superior. Como con la otra mano se estaba tocando las tetas, las bragas volvían a su posición natural, teniendo que dejar de sobarse ella misma para volver a echárselas a un lado.

Yo vi la situación y le dije: “Ángela, quítate las bragas”.

Abrió los ojos, puso el consolador a un lado y juntó las piernas para poder bajárselas. Cuando se las bajó hasta el tobillo solo sacó una pierna y levantó la pierna derecha con las bragas que le colgaban del tobillo derecho y puso su pie en el sofá. Ahora estaba abierta de piernas completamente con un pie en el suelo y con el otro, del que colgaban sus lindas bragas, encima del sofá.

Yo estaba muy caliente viendo aquello así que me quité el cinturón me desabroché el pantalón y me saqué la polla y empecé a masajearmela lentamente, no me quería correr aún. Al momento, Sergio, que parecía el más desinhibido de mis tres amigos, hizo lo mismo.

En un momento, Ángela abrió los ojos y nos vio allí, con las pollas fuera mirándola y las pollas duras y mojadas, le gustó lo que vio porque ya no cerró los ojos más.

Ángela, que ya no tenía bragas, comenzó a meterse lentamente la punta de la polla vibradora que tenía en su mano. Se la metía un poco para luego sacarla y resfregarsela por todo los labios de su coño. Se subió la camiseta hasta el cuello y se pasaba bruscamente la otra mano por sus dos pechos.

Despues de estar un rato jugando con el vibrador, de fuera a dentro y de dentro a fuera, se introdujo hasta casi la mitad aquel vibrador de latex y lanzó un quejio. Ahora que lo tenía dentro hasta casi la mitad, comenzó a darle vueltas en círculos, como si quisiera abrirse más su pequeño coño.

Ángela no paraba de moverse, lo mismo se apretaba los pechos, que con el vibrador metido se frotaba el clitoris o incluso se llevaba la mano a la boca para meterse dos y tres dedos en la misma, simulando que se comia una polla, estaba claro que aún tenía ganas de marcha.

Yo ya tenía muchas ganas de participar, así que me levanté, me fui hacia ella le comí la boca fui bajando lentamente pasando por sus pechos donde me detuve un rato para saborear sus pezones hasta que llegué a su clitoris. Con mi lengua le lamía el clitoris como se que a ella le gusta, pero ella seguía siendo dueña de aquel vibrador, el cual no sacaba de su coño, es más desde que le empecé a chupar su clitoris lo tenía casi dentro del todo.

Sergio se lavantó y se unió a la fiesta, miré hacia arriba y vi como se comían la boca, muchas veces incluso sacaban sus lenguas y las frotaban solo desde lejos, sin juntar sus labios. Sergio también le mordía el cuello mientras le magreaba las tetas.

A los pocos minutos, Fran se levantó también y se encargó del único hueco libre que quedaba. Allí estabamos los cuatro, mi mujer en el centro metiéndose un consolador descomunal y nosotros tres manoseándola y chupándola por todos lados. Ángela se puso hecha una auténtica bestia, con su mano retiró mi cabeza que estaba entre sus piernas, dejó de morrearse con Sergio y Fran y se centró en su coño. Ya sólo se miraba ella misma, gimiendo con la boca completamente abierta y mirando como se metía aquel juguete hasta el fondo.

Le dio más velocidad al vibrador, ahora lo metía y sacaba con violencia y rapidez mientras se estimulaba ella misma su clitoris, se iba a correr de nuevo. Comenzó a gemir con fuerza, se metía y sacaba el vibrador rapidamente y nos miraba uno a uno con cara de no creerse lo que le estaba pasando, a todo esto estaban Sergio y Fran cada uno en un lateral del cuello dádole fuertes bocados y entre los tres le agarrabamos su pechos como podiamos.

Ángela comenzó a gritar de placer, se doblaba y casi nos era imposible seguir sobándola mientras ella tenía su tercer orgasmo de la noche. Cerraba las piernas aun con el vibrador dentro, el cual habia desconectado ya, lo sacaba y lo metía lentamente, pero estaba casi entero dentro.

Ella siguió masajeándose dos o tres minutos más, mientras le duraban los espasmos hasta que por fin acabaron. Fran y Sergio se retiraron del sofá. Ángela se sacó aquella polla de latex de su coño y se lo tapó con la mano, como si le diera vergüenza estar allí abierta de piernas enseñándonos su precioso coño. Tenía los muslos por dentro chorreando.

En ese momento, Ángela me sonrió, era la primera vez que lo hacía en toda la noche. Me agaché nos dimos un pequeño muerdo me bajé los calzoncillos y le metí la polla en la boca, ella comenzó a chupar muy tranquilamente. Estaba en el centro del sofá sentada chupándome la polla a mi solo.

Después de un rato pequeño, le dije: “Ahora sí te vamos a follar”, me giré la cabeza y le hice un gesto a los tres que estaban sentados para que se acercaran, así lo hicieron.

Hicimos un pequeño coro alrededor de Ángela y le pusimos las cuatro pollas cerca de la cara, ella iba chupándolas de una en una y con las dos manos iba masturbando las que quedaban fuera de su boca.

Entre los cuatro amigos hicimos un pequeño juego. Por ejemplo, Sergio la agarraba de la cabeza y la obligaba a comerme la polla a mi, luego yo la agarraba de su cabeza y la obligaba a comerle la polla a Alberto y así nos ibamos pasando la cabeza de mi mujer, ella miraba hacia arriba y sonreia.

Estuvimos un rato así, bastante lote de pollas se había pegado ya, ahora faltaba follarla.

Yo: “Ángela, ¿quieres que te follemos ya?”, ella miró hacia arriba y sonriendo y sin sacarse la polla que tenía dentro de la boca dijo: “mm mmm”, que traducido era: “Ajá”.

Yo: “Venga, levantémosla y pongamosla de espaldas contra el sofá”

Ángela que estaba de pie dijo: “No, habiamos quedado que en la cama y con condón”. Yo no entendía lo del condón pues ella tomaba la pildora a diario y nunca se le olvidaba.

Yo: “Cállate y ponte contra el sofá”.

En ese momento se puso seria e intentó abrirse camino entre nosotros que la estabamos rodeando. Yo la agarré del brazo y le dije a Fran que estaba al otro extremo del semicírculo: “Agárrala Fran y ayúdame a ponerla contra el sofá”. Fran no se lo pensó dos veces y la agarró por el otro brazo y entre los dos la pusimos contra el sofá, la pusimos mirando contra la pared, le subimos las dos piernas al sofá y la pusimos de rodillas en él con el culo en pompa. Ella intentaba zafarse y hacía fuerza para poder liberarse de Fran y de mi, pero yo que la conocía sabía que ella era más fuerte, si no hubiese querido de verdad nos hubiera costado mucho trabajo. Mi mujer giraba la cabeza hacia atrás y hacia los lados, repitiendo: “No, no, así no por favor”. Era puro teatro, yo le estaba viendo la cara, estaba seria pero muy caliente, no paraba de mover su culo de delante hacia atrás.

Yo: “Sergio, vamos, vas a ser el primero”.

Sergio: “Eso está hecho”.

Ángela ahora no decía que no, solo repetía: “Por favor, poneos un condón”.

Sergio me miró y yo le hice señas para que siguiera adelante.

Como Ángela estaba de espaldas a nosotros, sujeta por los brazos por Fran y por mi, Sergio me preguntó: “¿Por dónde?”

Yo: “Empieza por su culo”

Ahora Ángela si que se empezó a agitar un poco más fuerte: “No, no, eso si que no, por el culo no”

Yo: “Tranquila, Sergio lo va a hacer con cuidado, ¿verdad Sergio?”

Sergio: “Claro que sí, iré con cuidado”

Mientras Ángela seguia moviéndose para intentar liberarse y diciendo no, Sergio con una mano la agarró de su cintura para que no la moviera y casi la tenía inmovil de cintura para abajo. Y empezó a intentar meterle sólo la punta.

Ángela: “Ah, ah, no por el culo no”. Le estaba doliendo un poco. Sergio al oir sus pequeños gritos de dolor se retiraba un poco pero enseguida volvía a intentarlo.

Fran y yo veíamos como poco a poco el culo de mi mujer se iba ensanchando y poco a poco, embestida tras embestida la polla de Sergio se hacia hueco en su estrecho ano e iba entrando.

Ahora los gritos eran mezcla de dolor y placer.

Ángela seguía: “Ah, ah, noo, mmmm”, ahora no parecía dolerle, estaba claro que le estaba entrando la polla por el culo y le estaba gustando, ya apenas hacía fuerza para zafarse de Fran y de mi.

Pasaron pocos segundos cuando la polla de Sergio ya estaba dentro. Ahora mi mujer era la que claramente movia su culo de delante hacia atrás para meterse aquella polla bien hasta el fondo. Sergio que la tenía cogida por la cintura con una mano, iba alternado, había veces que, mientras la penetraba analmente, la masturbaba con la mano que tenía libre y otras la cogía de la coleta le tiraba con cierta fuerza hacia atrás. Ángela gemía de puro placer, ahora sí que estaba disfrutando de verdad.

Ángela: “Ah, ah, ah, ah...”

Ángela no gemía, gritaba de placer.

Al los pocos minutos le dije a Sergio que se cambiara por mi, que me la quería follar. Sin pensárselo dos veces sacó su polla del culo y se vino a donde estaba yo a agarrar a mi mujer.

Cuando Ángela notó la polla fuera de su culo enseguida giró hacia atrás su cabeza, muy seria, como enfadada porque le habían sacado la polla de su culo.

Enotnces comenzó a mirarnos a los demás para ver la siguiente polla que se la iba a follar, la mia.

La agarré por la cola le puse la cara contra el respaldo del sofá, le metí la polla de golpe, como estaba dilatado no le dolería mucho, aún así dio un pequeño grito de gusto-dolor.

Y comencé a follármela, fuerte. Era lo que ella quería, no paraba de empujar hacia atrás con su culo buscando que se la metiera entera, la agarraba de su cola y le giraba la cabeza para de vez en cuando comerle su boca mientras era perforada, ella no paraba de gemir y gritar. Por un momento le toqué su coño con la mano y lo tenía chorreando, parecía que se había meado encima.

Seguí follando un buen rato más y antes de que me entraran de correrme dije: “Vamos Fran, te toca”.

Alberto que estaba un poco más retirado se acerco a Fran y se cambió por él, ahora eran Sergio y Alberto los que sujetaban a mi mujer. Saqué mi polla de su lindo culo pero antes de quitarme la traje más al borde del sofá para que tuviera su culo más em pompa.

Aunque no tenía ninguna polla en su culo, no dejaba de moverlo adelante y hacia atrás, Ángela estaba super caliente, se giró para ver la siguiente polla, la de Fran.

Fran decidió no follársela por el culo, le empezó a resfregar su polla como si fuera una brocha por su coño hasta que al final se la acabó metiendo.

Ángela gimió con fuerza y decía: “Sí, sí, ¡fólladme!, ¡no pareis!, ¡folladme! soy vuestra puta”.

Fran se la estuvo follando bastante rato por el coño, Ángela ya no hacía fuerzas para zafarse así que le dije a Sergio y a Alberto que la soltaran. La soltaron y se retiraron para poder ver mejor la follada de Fran.

Ya llevabamos, por lo menos, más de 20 minutos de follada entre los tres, con Ángela de espaldas a nosotros.

Nada más verse libre, Ángela comenzó a mastrubarse su coño, no pasaron ni dos minutos cuando se estaba corriendo. Gritaba, gemía, se mordía los labios, se sacaba su mano del coño y se la chupaba, en fin mi mujer estaba disfrutando de lo lindo, como nunca.

Justo en ese momento le di un toque a Fran en el hombro para que se apartara, a lo que Alberto que estaba con la polla en la mano se apresuró a follarse a Ángela que aún seguía con los espasmos de la corrida.

Alberto comenzó a follarsela, ahora que Ángela estaba libre se giró en el sofá, seguía a cuatro patas pero a lo largo del sofá, Alberto se puso de rodillas en el sofá para poder follarse a Ángela.

Ahora que estaba de lado aproveché y me senté cerca de la cara de Ángela, la cogí de la cabeza y mientras Alberto se la follaba, Ángela me estaba chupando la polla, ahora sí con muchas energías.

Así estuvimos un buen rato los cinco, Ángela a cuatro patas en el sofá y y nosotros intercambiando posiciones, follándola por el culo, su coño y la boca indistintamente. Ella no parecía cansarse, incluso tenía iniciativa, en los cambios en sus mamadas, era ella la que alargaba la mano para agarrar la siguiente polla que iba a chupar. Incluso a veces, mientras uno se la follaba, por el culo o por el coño, y el otro le metía la polla en la boca, ella con la mano que tenía libre iba masturbando al siguiente, también el otro le magreba sus tetas.

Era para haber sacado una foto, mi mujer rodeada por cuatro hombres que no paraban de follársela y magrearla.

Después de un rato grande dije de cambiarnos al dormitorio, algo que Ángela agradeció, el sofá era muy blando, nuestra cama era bastante dura, iba a estar más comoda allí.

Por el pasillo llevé a Ángela cogida de la mano y comiéndole la boca, mientras veia las manos de no sé quién magrearle las tetas.

III Parte

Llegamos a la habitación.

Yo: “Ahora nos vas a hacer una cabalgada a cada uno de nosotros”

Ángela asintió con la cabeza, se montó en la cama y se puso de rodillas en la cama esperando al primero que cabalgar.

Alberto sin pensárselo dos veces se montó en la cama y se puso bocarriba (menos mal que no iba a participar :-) ). Ángela se puso encima de él con una mano agarró su polla y se la metió en su coño. Al principio no cabalgaba, solo la tenía dentro del todo, movía la cadera haciendo círculos y se cogía las tetas.

Después de un momento ya comenzó a cabalgar, mientras cabalgaba se masturbaba su coño. Yo sabía que en esa postura Ángela tardaba poco en correrse pero esta vez no iba a ser así. Después de varias cabalgadas Alberto la tuvo que retirar porque se iba a correr. Momento que aprovechó para quitarse y dejar paso a otro de nosotros.

Fuimos pasando todos por la cama, por lo menos 4 veces cada uno, y Ángela nos cabalgaba sin problemas a cada uno de nosotros mientras los otros miraban y se masturbaban lentamente. Era un ambiente muy lujurioso. Ángela estaba disfrutando mucho, gemía, pero lo que realmente le gustaba era ver como nos turnabamos, cada vez que nos turnabamos ella sonreía y antes de follarnos nos daba un pequeño muerdo con lengua.

Mi mujer había tenido varios orgasmos y no le faltaba una polla dura que echarse a su coño.

En uno de los turnos de Sergio se puso a cabalgarlo, ya cansada, pues seguro que llevabamos por lo menos media hora, uno tras otro sin parar, se echó sobre él y mientras se la follaba se comían la boca.

Entonces vi el ano de Ángela me monté en la cama y me dispuse a hacerle una doble penetración.

Mientras Sergio se la follaba por el coño y le comía la boca, yo logré meterle mi polla en su culo, ya tenía las dos pollas dentro.

Ángela comenzó a gemir y a gritar como no había gemido en toda la noche.

Ángela: “Ah, ah, sí, sí, ¡folladme! ¡folladme! ¡más fuerte! ¡más fuerte! ¡no pareis!”

Incluso había veces que parecía que iba a llorar, pero no, ella disfrutaba como nunca.

Ángela de repente, comenzó a mover su culo de delante hacía atrás rápidamente, gritó, se echó sobre Sergio, que era el que estaba debajo y se empezó a correr.

Ángela: “Ah, ah, aaaahhhhh”

Después de un rato abajo, se incorporó un poco, ahora estaba casi recta, con las manos sobre el pecho de Sergio y yo mientras agarrándola de su cola y dándole fuerte por el culo.

Ahora que estaba casi recta después de correrse y que casi no se movía, eramos Sergio y yo los que nos moviamos para meter y sacar nuestras pollas de dentro de ella. Fran y Alberto se vinieron a la cama también, se pusieron de pie a ambos lados y Ángela comenzó de nuevo a chupar pollas y pajearlos.

A los pocos minutos, decidimos cambiar posiciones. Sergio y yo dejamos de follarla, Fran se puso bocarriba en la cama, Ángela se puso bocarriba encima de Fran y se metió la polla por el culo, y Alberto se puso frente a los dos, entre sus piernas para follarse el coño de mi mujer.

Ahora estaban Fran y Alberto perforando a mi mujer, y Sergio y yo a cada lado con nuestras pollas en la pequeña boca de Ángela.

En esta postura, las pollas tenían mas recorrido de penetración y Ángela nos miraba a todos mientras era follada brutalmente.

Después de un tiempo considerable, pero no mucho, Ángela comenzó a curvarse y a dar pequeños movimientos con su espalda. Se quedó quieta por un momento y comenzó a gritar de placer, se estaba corriendo de nuevo, pero nos la estabamos follando por su culo, su coño y su boca a la vez.

Los espasmos siguientes eran tan fuertes que se salieron las pollas de los agujeros de Ángela, ella se inclinó hacia delante y dijo: “Por favor parad, no puedo más” se inclinó y como pudo se tumbó en la cama, aún daba pequeños espasmos, ella se agarraba su coño con fuerza y le daba pequeños masajes.

Yo: “Ángela, aún tenemos que corrernos nosotros cuatro. Te vas a tumbar bocarriba y te vamos a follar hasta corrernos”.

Aún seguía gimiendo.

Al ratito, nos miró y se incorporó un poco, puso su cabeza encima de la almohada abrió las piernas y levantó las rodillas para poder apoyar las plantas de los pies en la cama.

Yo fui el primero, sin condón por supuesto, me puse encima y comencé a follarmela bastante fuerte.

Ella gemia de placer mientras me agarraba el culo y hacía un poco de fuerza para que le metiera bien hondo mi polla. Su coño estaba completamente empapado, notaba el líquido en sus muslos.

Después de un rato así Ángela se despegó un poco del cabecero de la cama, levantó las dos piernas y mientras las mantenía arriba las tenía completamente abiertas en forma de V. Una postura que a mi me excita mucho.

Yo estaba muy excitado, aún no me había corrido en toda la noche, así que aguanté poco, 15 minutos más o menos.

Me seguía agarrando mi culo, yo fui acelerando cada vez más el ritmo, ya estaba a punto de correrme.

Después de varias embestidas fuertes comencé a correrme dentro de ella, no lo veía pero estaba echando una cantidad de semen dentro de ella como nunca. Ella al notar mi semen dentro se masturbaba pero lentamente, no para correrse, si no para disfrutar de mi relleno. Me fui exprimiendo la polla hasta dejarle todo dentro. Me retiré poco a poco y me levanté de la cama.

Allí estaban los tres de pie mirándose a ver quién era el siguiente, estaba claro que el último se iba a encontrar un coño lleno de semen.

Ángela que se acaraciaba su coño mientras, incluso se metía los dedos con mucha tranquilidad dijo: “Bueno, ¿quién va a ser el siguiente en correrse dentro de mí?”. Estaba muy zorra, ya le daba igual lo que pensaramos de ella.

Sergio dijo: “Venga voy yo”

Sergio la tenía un poco flácida, y comenzó a agitarse la polla para ponérsela dura, a lo que Ángela le dijo: “Ven, traémela que te la chupe, verás cómo se pone dura” y Sergio le puso la polla cerca de su boca.

Ángela levantó la cabeza, dobló la almohada para mantener la cabeza más erguida y comenzó a chupársela, parecía que se comía un helado, se la metía entera para luego sacársela del todo chupándola hasta la punta, acabando en un lamida de capullo. En poco tiempo Sergio ya la tenía dura así que dejó de chupársela, sonrió y dijo: “¿Ves? Ya me puedes follar”

Se bajó hacia abajo y comenzó a follársela bien duro, mi mujer volvió a hacer lo mismo, agarró a Sergio del culo y lo empujaba para que se la metiera hasta el fondo. De nuevo después de bastante rato de follársela, Ángela abrió y levantó las piernas en forma de V, preparándose para ser rellenada de nuevo.

Sería por el cansancio que las piernas se le caían, y tenía que sujetárselas con las manos. Rodeé la cama y le dije a Fran que estaba en el otro lado: “Fran, agárrale la pierna a mi mujer”.

Menuda estampa, Ángela gimiendo y agarrando el culo de Sergio, éste follándosela bastante fuerte, y Fran y yo sujetándole las piernas a mi mujer para que no se le cayeran.

Después de varios minutos, en los cuales Ángela no paraba de gemir, Sergió se corrió dentro de ella. Podía ver como Ángela apretaba con fuerza el culo de Sergio, de nuevo para que no se escapara ni una gota, mientras Sergio daba espasmos.

Ángela decía: “mmmm, sí, todo, vamos, todo”.

Sergio hizo como yo, se exprimió la polla dentro del coño de Ángela para que no saliera nada fuera.

Fran y yo le bajamos las piernas a mi mujer, y al retirarse Sergio, todos vimos un chorro de semen que salía del coño de Ángela, ya estaba llena.

Sergio sonriente se levantó de la cama y se puso de pie junto a ella. Ángela se acaraciaba el coño, se metía los dedos dentro para luego sacárselos y llevárselos a la boca para chupar el semen que se quedaba pegado en ellos.

Ángela volvió a decir: “Bueno ¿qué? aún quedais dos, ¿me vais a terminar de follar?”

Fran miró a Alberto y le dijo: “Venga Alberto, fóllatela tu, que más da ya ser el último o el penúltimo”

Alberto respondió: “Eso es cierto”

Alberto tampoco la tenía muy dura que digamos, así que mientras se subía en la cama Ángela que lo estaba viendo, alargó su mano y se lo llevó hacia arriba para chupársela un poco y ponérsela dura.

Esta vez mientras se la chupaba a Alberto, ella se estuvo masturbando mientras y, después de un rato, aunque Alberto ya la tenía dura, ella siguió chupando con intensidad, de hecho, fue Alberto el que después de tenerla bien dura se retiró para follársela y ella acompañó con la cabeza todo lo que pudo la polla de Alberto hasta que ya no alcanzaba, parecía que no quería dejar de chupar pollas la muy viciosa.

Ángela se abrió con las manos los labios de su coño, para que Alberto viera bien dónde tenía que meterla. Alberto la ensartó a la primera, Ángela dio un gemido. Comenzaron a follar, Alberto se lo tomaba con más calma, parecía que a Ángela eso le gustaba más. Ángela no paró de masturbarse en ningún momento. Después de varios minutos Ángela intentó levantar las piernas pero no podía. Fran y yo se las levantamos.

Ahora con Alberto era distinto, con una mano le agarraba el culo a Alberto para marcarle el ritmo y con la otra se masturbaba. Así estuvieron por lo menos 15 minutos. Alberto estaba completamente echado sobre Ángela. Mientras follaban se comían la boca. Después de un rato así, Ángela lo empujó hacia atrás, mientras se la follaba, ella se masturbaba cada vez más fuerte, con la mano en el culo le marcaba el ritmo para que él también fuera cada vez más rápido. Comenzaron a gemir los dos con bastante intensidad parecía que Ángela se volvería a correr.

Ángela solo miraba a dos sitios, a la polla de Alberto viendo como entraba y salía de su coño, y a los ojos de Alberto, todo esto sin dejar de frotarse fuertemente su clitoris mientras decía: “Sí, sí, Alberto, así así folláme así”

Alberto comenzó a gemir fuerte y ya se puso bastante bruto, la tenía agarrada por detrás de la nuca levántandole la cabeza a ella mientras le daba fuertes embestidas.

Ángela: “Oh sí, me voy a correr otra vez, sí, sí.”

Ángela: “Alberto, no pares, no pares ahora por favor”

Alberto se inclinó y pego su cara contra la cara de Ángela mientras la tenía agarrada por la nuca y mirándola a los ojos le dijo: “Abre la boca puta, ábrela”

Sergio y yo nos miramos y nos reimos. ¿Alberto diciéndole puta a mi mujer? Menos mal que no se la iba a follar :-D

Ángela obedeció, y entonces Alberto comenzó a echar su saliva dentro de la boca de Ángela. Ángela la recogía con la lengua y se la tragaba y de nuevo volvía a abrir la boca para que Alberto le volviera a escupir dentro.

Mientras Alberto literalmente escupía dentro de la boca de Ángela, a parte de los gemidos, ella emitía el mismo sonido que se emite cuando vas al médico y te mete la paletilla de madera para mirarte el fondo de la garganta: “Aaahhh”, pero muy leve.

Tras tragarse bastante saliva de Alberto, al rato, dijo Ángela: “No puedo más Alberto, córrete, correte dentro vamos, lléname por favor”

Esas palabras palabras iban a ser suficientes para que Alberto se corriera.

Ángela: “Vamos córrete y me corro contigo, vamos, hasta el fondo Alberto”

Entonces Alberto pegó tres o cuatro embestidas más, y se curvó completamente hacia atrás, había empezado a correrse, a lo que Ángela dijo: “Sí, sí, así, muy bien, empuja, empuja fuerte, lléname”, ahora Ángela lo tenía cogido por el culo y lo apretaba fuerte contra ella, a los pocos segundos comenzó a gemir fuerte porque ella también se estaba corriendo, con sus piernas hacia fuerza hacia abajo, así que Fran y yo se las soltamos.

Ángela mientras Alberto daba espasmos, claramente con cada uno de ellos le echaba un chorro de semen, ella no paraba de mover la cadera, de lado a lado y de arriba abajo, pero siempre apretando fuerte su coño contra su polla y gimiendo de gusto, la corrida duró unos pocos minutos.

Cuando Alberto parece que se tranquilizó y se disponía a sacarla, Ángela le dijo: “exprímela bien antes de sacármela”. Alberto sonrió y eso hizo. Posteriormente se levantó de la cama y le dió una palmada a Fran en la espalda.

Fran dijo: “Bueno, ahora voy yo, ¿no?”

Ángela dijo: “Espera. Yo estoy llena. Te voy a dar a elegir. ¿qué prefieres? ¿follarme el coño o la boca?”. Creo que dijo eso porque entre los tres nos pegamos casi una hora encima de ella follándola, y después de las veces que se había corrido, supongo que tendría el coño un poco dolorido.

Fran la miraba indeciso, veía como salía semen sin parar de su coño, eso lo estaba echando para atrás y después de unos segundos, dijo: “Prefiero que me la chupes”

Ángela dijo: “No te la voy a chupar, estoy muy cansada para hacer una buena mamada, prefiero que me folles la boca y te corras cuando tú quieras”

Fran la miró y con media sonrisa dijo: “De acuerdo no hay problema” y se fue a subir a la cama.

Ángela lo paró y dijo: “No, no, desde ahí, quédate de pie”, él no entendía muy bien.

Ángela se giró si se puso transversal a la cama y se fue acomodando hasta poner su cuello en el borde de la cama y dejó caer su cabeza por el lateral.

Se le cambió la cara a Alberto al ver eso.

Cuando se sitúo dijo Ángela: “Venga Fran, ya estoy”

Fran acercó su polla a la boca de mi mujer, ella comenzó lamiéndole los huevos un rato, y luego el tronco, a Fran se le puso dura de momento tras lo que comenzó a follarse la boca de Ángela.

Allí estaba él, tenía las dos manos sobre las tetas de Ángela, Ángela mientras se acaraciaba el coño y lentamente se metía los dedos, tenía las plantas de los zapatos sobre la cama y las piernas flexionadas con las rodillas en alto, parecía que tenía una buena postura.

Alberto se movía de atrás hacia delante, como si estuviese follando, gemía de placer y metía la polla en la boca de Ángela pero sin llegar a meterla del todo, no quería abusar de la situación. Después de un rato así, Ángela llevo sus manos para agarrar el culo de Fran, ella empezó a hacer fuerza para que le metiera la polla hasta el fondo.

Ángela de vez en cuando se arqueaba, y daba una arcada, estaba llegando al tope, pero eso a Fran le gustaba mucho y no paraba seguía, Fran gemía de puro placer.

Ángela seguía apretando el culo de Fran para que le metiera la polla hasta el fondo de la garganta a lo que mi mujer volvía a responder con una arcada.

Fran que se percató de la situación le sacó la polla de la boca, y dejó que ella tomara un poco de aire, después de respirar un poco Ángela dijo: “Vamos sigue, no pares ahora”, Fran obedeció y comenzó a follársela de nuevo.

Fran se la follaba por la boca con bastante ritmo y con unos movimientos de cadera muy marcados, Ángela quitó las manos del culo de Fran y volvió a acariciarse su coño mientras Fran le follaba la boca y le apretaba sus tetas.

Fran que ya había cogido confianza, le metía la polla hasta el fondo, dejándola unos segundos ahí, en ese momento Ángela se arqueaba para que le entrara entera y cuando Fran se retiraba un poco ella volvía a su posición normal.

Así estuvieron varios minutos, Fran comenzó a gemir y a meter y sacar la polla de la boca de Ángela con rápidez, se iba a correr de un momento a otro.

Ángela que es muy lista también comenzó a gemir para excitar más a Fran, este empezó a moverse rápidamente y con mucha energía hasta que al final, dio un empujón fuerte sobre la boca de Ángela y se comenzó a correr dentro de su boca. Ángela estaba completamente arqueada en la cama pero no parecía estar pasándolo mal. Desde donde yo estaba podía ver claramente como le tenía la polla metida hasta el fondo de su boca y Ángela, con la boca llena, conseguía sacar su lengua para lamer el tronco de Fran mientras este le echaba todo el semen dentro.

Ángela sacó un poco la polla de Fran de su boca para poder respirar mientras se la exprimía de arriba a abajo. Al mismo tiempo ella se estaba metiendo dos dedos en su coño del que aún salía semen.

Al momento, con Fran completamente exprimido se retiró y Ángela se estiró completamente en la cama, ya había terminado con todos.

Ángela tenía la cara completamente brillante, por el sudor, la saliva y la cantidad de semen que le había caido encima. Todo el maquillaje estaba completamente corrido y ella extasiada respiraba en la cama con una cara de placer que jamás vi en ella.

Después de un par minutos, Ángela se levantó tapándose el coño con la mano para no chorrear semen por el suelo, y dijo: “Bueno chicos, ha sido una gran velada, me voy a la ducha” y se fue a la ducha.

Los tres se miraron y dijeron lo tarde que era, que sus mujeres los iban a matar se fueron al salón donde estaban sus ropas, se vistieron y se fueron.

Mientras yo cambié las sábanas de la cama y me tumbé a esperar a Ángela.

Al rato Ángela salió, me vio tumbado desnudo en la cama ya limpia, me sonrió y se tumbó junto a mí, empezó a besarme y a darme las gracias por tan magnífica noche. Aún no teníamos sueño.

Le pregunté que como se sentía, me dijo que muy bien, que aquella noche se habían cunplido varias fantasías de ella.

Yo: “¿Qué es lo que más te ha gustado de toda la noche?”

Ángela: “Lo que más me excitó fue la casi violación por el culo en el sofá, mientras me teníais agarrada por los brazos y piernas, pero la doble penetración ha sido brutal”

Yo: “¿Sí?, cuando quieras te lo volvemos a hacer, no te preocupes”

Ella me dió un manotazo en el pecho y se echó a reir.

Seguimos hablando hasta que ya empezamos a tener sueño y nos dormimos.

Tardamos bastante en volver a ver a nuestros amigos, se ve que tuvieron algunos problemas con sus mujeres por la hora a la que llegaron, pero eso es otra historia.

Nosotros sin embargo, disfrutamos del sexo los días siguientes recordando aquella noche y diciéndonos las guarradas mas guarras que os podais imaginar, Ángela y yo nos habiamos liberado sexualmente y follabamos como posesos continuamente.

Volvimos a tener más sexo en grupo con nuestros amigos y con desconocidos, ya os lo contaré, pero seguro que os gustará el regalo que le hice a Ángela la noche de nuestra boda.

Continuará….