Ángela, mi mujer, una gran puta ( I )
Iniciando a mi mujer en el sexo con varios hombres
Hola amig@s , os voy a contar una historia completamente verídica sobre mí y mi mujer y como estoy consiguiendo hacer de ella una auténtica esclava sexual.
En esta historia voy a cambiar mi nombre por uno ficticio, Luis, pero el nombre de mi mujer sí es el de verdad, esa se llama Ángela (de ángel tiene poco ;-) ), somos de Sevilla capital y ambos trabajamos. Ángela trabaja en un jardin de infancia bastante importante y yo en una consultoría grande del centro de la ciudad. Suelo salir temprano de trabajar y ella también con lo que tenemos bastante tiempo libre que aprovechamos en gran parte para follar sea a la hora que sea.
Una de mis fantasías era la de ver a mi mujer follar con otros hombres pero nunca se lo he comentado ni a ella ni a ninguna de mis parejas anteriores por temor de que pudieran pensar mal de mi o algo por el estilo o incluso de que se hiciera realidad y que mi pareja me dejara por otro. Sin embargo, desde que estoy con Ángela, no sé si será por la estabilidad que ella me da, muchas veces cuando estoy follando con ella y después de un rato grande me apetece correrme, empiezo a pensar que Ángela es follada por otro o por varios hombres y me corro rápidamente.
Ángela es una mujer de 33 años, menudita, sólo mide 1'60, de cara es normal pero guapa, y sus pechos son normales, nada del otro mundo, pero tiene una figura muy sensual, que se resalta cuando se pone vestidos de hilo ceñidos al cuerpo. Sólo tiene un defecto y es que nunca se pone ropa sin sujetador y con la forma que tienen sus pechos, de base redondeada, es una delicia ver la forma de estos a través de la silueta de la ropa.
Después de varios años buenos de noviazgo, nuestra relación no podía ir mejor, tanto en la vida cotidiana como en la sexual, no nos faltaba de nada (al menos a ella), a mi me seguían resquemando mis fantasías de Ángela con otros hombres, así que decidí que ya era hora de que yo disfrutara plenamente de una relación y seguramente a ella también le vendría bien (aunque ella no lo supiera). He de decir tambien que ya estabamos prometidos, ibamos a casarnos por lo civil en pocos meses, solo por beneficios fiscales, en realidad ni a ella ni a mi nos apetecía.
Era primavera cuando empecé con mi astuto plan, con el buen tiempo empezamos a follar más y por toda la casa, yo de vez en cuando le traía lencería fina, de la que a mi me gusta, para vestirla como una profesional del sexo. Una tarde que estuvimos follando muy agusto, era viernes, justo después de follar nos duchamos y le propuse a Ángela salir a tomar algo y accedió a regañadientes, ella no suele beber alcohol porque no tiene mucha tolerancia. Eran las 7 de la tarde más o menos cuando llegamos a un pub/café que estaba lleno de gente que habían salido de trabajar y estaban de copas. Ángela me dijo de sentarnos en la barra y así lo hicimos, y allí charlando y bebiendo estuvimos los dos hasta casí las 10 de la noche. Ángela se bebió tres mojitos, yo cuatro, y estaba bastante borrachita. Durante el tiempo que estuvimos allí no le dije nada para que siguiera haciéndolo pero me di cuenta que no paraba de mirar a un grupo de hombres de nuestra edad que estaban con sus señoras esposas o novias, y casi todos de muy buen aspecto. Sobre todo me fije en dos, uno con un jersey celeste y otro con traje chaqueta con una camisa púrpura muy oscura, los dos le metían mano a sus mujeres con bastante descaro en el pub y Ángela no paraba de mirarlos.
Decidimos irnos para cenar y Ángela me susurró al oído que debido al alcohol tenía muchas ganas de follar otra vez, así que la cogí del brazo como si fuera un trozo de carne y con fuerza la saqué del pub y la metí en coche, por supuesto por el camino no paré de magrearla, incluso de vez en cuando le sobaba las tetas y ella riéndose me quitaba las manos.
Una vez en casa pasamos de la cena y empezamos a meternos mano, nada más empezar le subí la falda y tenía las bragas muy mojadas, estaba claro que en el pub se puso más cachonda de lo que yo pensé en un principio. Paré de meterle mano y le dije que se pusiera el último conjunto de lencería que le había traido, Ángela muy obediente se dirigió al dormitorio y se encerró, tardo bastante pero al final salió. Yo mientras había puesto en el reproductor la discografía de Jamiroquai, que a ella le gusta mucho.
Se había pintado los labios de un rojo muy fuerte, también se había hecho una sutil línea negra en los bordes de los ojos, y con lo blanquita que está llamaba mucho la atención. Las medias que tenía puesta eran de esas que se sujetan solas a la mitad del muslo, blancas y de redecilla, no llevaba tanga, eran unas bragas que están entre medio de ser tanga o bragas, con transparencias, y el sujetador de encaje al igual que las bragas era blanco y con transparencias, estaba deliciosa, para hacerse una paja mirándola.
Los zapatos que llevaba eran negros con un tacón muy fino, y con tres correitas finas que acababan en hevillas, una de las correitas le daba la vuelta al tobillo.
Ángela nada más entrar al salón escuchó la música e inmediatamente se puso a bailar de forma muy sensual, no paraba de moverse y tocarse; se tocaba los pechos, bajaba su mano hasta el coño y se hacía una medio masturbación por encima de las bragas, todo ello mirándome con una auténtica cara de golfa, se mordía los labios y sacaba ligeramente su lengua para humedecerse aún más los labios, menudo espectáculo me estaba regalando.
Yo estaba en el sofá sentado con la polla muy dura, se acercó a mí y la empecé a magrear, por el culo, las tetas, de vez en cuando me inclinaba hacia delante y le chupaba el coño por encima de las bragas, cosa que a ella le encantaba. Ya por la molestia de tenerla tan dura y grande y el pantalón aún puesto, me lo desabroché y me saqué la polla para empezar a tocármela delante de ella.
Tenía la polla superdura, apareció una gruesa vena que se retuerce a mitad del tornco. Me levanté del sofá y mientras lo hacia le recorría con mi lengua todo el cuerpo hasta llegar a su boca, entonces la agarré de la cabeza y la obligué a ponerse de rodillas, rápidamente Ángela comenzó a limpiar mi polla con su lengua de todo el liquido preseminal que había, que era bastante. Una vez limpia se la metió en la boca y comenzó a chupar como nunca lo había hecho antes, de repente se paró y me dijo: “Luis, ¿quieres que me coja una cola para ver como te chupo la polla?”, yo le dije que sí, se levantó hacia un mueble que tenemos en el salón cogió una gomilla y de pie sin dejar de mirarme se hizo una cola alta, mientras yo le decía que lo buenisíma que estaba y que volviera a chuparme la polla, y eso hizo.
Después de un rato chupándome la polla, la levanté, la senté en el sofá y empecé a comerle el coño, pero sin quitarle las bragas, sólo se las eché hacia un lado. Mientras con mis manos le recorria las piernas, deleitándome del tacto de aquellas medias de redecilla y del frescor de la parte interior de sus muslos que estaban completamente mojados.
Ángela me pidió que me la follara ya, y así hice.
Empezamos a follar, yo ya ni escuchaba la música y creo que ella tampoco. Estaba muy húmeda, ella estaba de frente a mí sentada con las piernas abiertas y yo de pie follándomela, mientras lo hacía le comía la boca y le echaba un poco de saliva dentro de su boca y Ángela la recogía con su lengua y se la tragaba. Después de un rato así la puse de espaldas, sentada sobre sus rodillas y con las manos en la parte superior del sofá. Con una mano la agarraba de la cola con fuerza y con la otra de la cadera para hacer fuerza y poder embestirla bien por detrás y comencé a decirle:
“Ángela, ¿te gusta que te follen como a una puta, verdad?”
Ángela entre gemidos: “mmm, sí, Luis, fóllame como a una puta… soy tu puta.. mmm...”
Luis: “Ángela, te crees que no te he visto mirando a esos dos hombres en el pub, ehh.. sé que te han puesto cachonda”.
Ángela abrió los ojos y muy seria siguión gimiendo.
Luis: “Sé que te gustaría que estuvieran aquí y que te follaran después de mí”.
Ángela volvió a cerrar los ojos pero esta vez tenía una leve sonrisa en su cara. Entonces mientras que me la follaba desde atrás le empecé a meter dos dedos en la boca, pero poco a poco, muy despacio y le dije:
“¿Te gustaría chuparles la polla mientras yo te follo, verdad?”, Ángela entonces comenzó a moverse más fuerte y a chupar con más intensidad mis dedos, que ahora los tenía casi enteros dentro de su pequeña boca.
Luis: “Sí, sigue así chupandoles la polla, como una buena puta, no pares”, Ángela no paraba de gemir, y con los ojos cerrados, estaba claro que pensaba en ellos mientras yo me la follaba.
Luis: “Ángela, ¿te gustaría que te follaramos por turnos? ¿Quieres que los llame para que te follemos sin parar uno tras otro?”, Ángela empezó casi a gritar de placer, me agarró la mano que tenía dentro de su boca y hacía fuerza para meterse los dedos aún más en la boca.
Luis: “¿Quieres que nos corramos los tres dentro de tu coño?”, ella comenzó a gemir con más fuerza aún.
Entonces le dije: “No, mejor me corro yo dentro de tu coño y ellos dentro de tu boca, para que te lo tragues como una puta obediente..”, y de repente redujo la velocidad de sus movimientos para empezar a tener espamos, se estaba corriendo. Me extrañó porque a Ángela no le gusta que me corra dentro de su boca, solo lo he conseguido en contadas ocasiones y no le a agradado.
Yo estaba también a punto de correrme, después de que ella se corriera se dió la vuelta se sentó en el sofá y comenzó a chuparme la polla, no paraba de mirarme a los ojos y chupaba con fuerza, empecé a correrme y ella se la sacó rápidamente de la boca para echárse todo el semen sobre sus tetas y así acabamos.
Ángela me dio un beso y se fue al cuarto de baño a limpiarse. Yo me limpié con unas toallitas húmedas y me fui al dormitorio a esperarla, tardó mucho, más de 15 minutos pero al final salió.
Salió muy seria del cuarto de baño, se tumbó de lado en la cama y se puso a dormir, no me dijo nada.
Los siguientes 4 ó 5 días fueron muy extraños,Ángela hablaba poco, pero después de esos días todo volvió a la normalidad, creo que se empezó a plantear su forma de follar conmigo.