Ángela, mi mejor trofeo 2
Segundo capítulo. La cena con Alfonso, y, primera clase con Clara
Este es el segundo capítulo de la historia de Ángela, una mujer de apenas 20 años, de familia vinculada al Opus Dei, que, poco a poco, va descubriendo, con mi ayuda, y la de algún otro personaje, los placeres del sexo, entre otras cosas
Sigue, Ángela, narrando la historia
En el restaurante de tapas, Madrid ciudad.
Llegamos al bar de tapas, nos sentamos en una mesa, y, pedimos sendas copas de vino, mientras, Alfonso, leía la carta, para escoger nuestra cena.
Yo, me las prometía muy felices, pensaba hacer lo posible para que, al acabar la cena, Alfonso, me llevase a su casa, y, una vez allí, me follase, o, me hiciese lo que Él quisiera, pero, de
repente
, el plan, cambió un poco...
Momentos antes, en la oficina de Alfonso, había conocido a Celia, su secretaria, una atractiva y muy pecosa pelirroja, que, además de ser muy simpática, iba muy bien vestida, casi mejor que yo, y, eso que me preocupo mucho por ir siempre estupendamente vestida, además, me llamó la atención que, en su ojo derecho, llevaba un parche, pero, no le pude preguntar sobre eso, porque, apenas la vi dos minutos, y, con Alfonso delante.
Volviendo al tema, estaba Alfonso, escogiendo la cena, cuando, en el bar, entró Celia, acompañada de una chica rubia; enseguida, Celia, vino a nuestra mesa, a saludarnos, y, Alfonso, fue quien propuso que, los 4, nos sentáramos a cenar juntos.
Se me vino el plan abajo, pensé, pues, ya no habría forma de irnos a casa, los dos solos, al acabar la cena...
La amiga de Celia, se llamaba Clara, creo que, los que leéis los relatos de Alfonso, ya la
conocéis
, es profesora de Economía, y, también muy femenina vistiendo.
Celia le explicó a Alfonso, que, había quedado con Clara, para ir a cenar esa noche, y que, por casualidad, al estar cerca de la oficina, pues habían escogido el mismo bar que nosotros, para cenar.
Estuvimos disfrutando de la cena, y, mientras, hablamos de muchas cosas
- Le pude preguntar a Celia, por su parche, su respuesta fue que, a ella, le gustaba llevarlo, era algo que le calmaba, a la vez que le excitaba a nivel sexual.
- Clara, me estuvo preguntando, abiertamente, sobre mis gustos sexuales, si ya había follado, si había hecho alguna felación alguna vez... yo, le respondí que no, entonces, Clara, se ofreció a enseñarme a hacer cosas, guarradas, porque, al parecer, ella, era toda una experta en sexo, como, más tarde, pude comprobar.
Al acabar la cena, Celia dijo, que se tenía que ir a casa ya, que, al día siguiente, tenía que madrugar, sin embargo, Clara, logró convencer a Alfonso, para que Él, la llevara a su casa (A la de Alfonso, a pasar la noche), pero, tuvo el gesto, de, invitarme también a mí.
Es decir, la idea de Clara era que, las dos, Clara y yo, nos fuéramos, con Alfonso, a su casa, y, pasar allí, la noche.
Yo, acepté, sin pensarlo, porque, se me abría una oportunidad, aunque fuera, de ver a Clara en acción, pero, de explorar un mundo, el sexual, totalmente nuevo para mí.
Avisé a mi padre, por
, de que, me había surgido un plan con una amiga, que me había invitado a su casa, a pasar la noche, y que, esa noche, no dormiría allí, en mi casa.
Alfonso, aceptó, a regañadientes, pues, al parecer, la idea de ir con dos bellas mujeres, a su casa, no le entusiasmaba demasiado, pero, lo dicho, dijo que sí.
Clara, llevaba su coche, así que, se ofreció a llevar a Celia, a su casa, ya que, al llevar el ojo tapado, no debía conducir, y, después, iría a la casa de Alfonso.
Alfonso, me llevaría en su coche, a su casa, y, esperaríamos allí, a Clara.
Salimos del bar, y, fuimos a buscar los respectivos coches. Llegamos al parking, y, me monté en el coche de Alfonso, era otro diferente, al del día del restaurante, en el que me llevó a mi casa, después de la cena (Ver el primer capítulo de esta historia)
Durante el trayecto en coche, yo iba con muchas ganas de saber, lo que iba a pasar esa noche, si, por fin, Alfonso, me iba a follar o no, o, si, simplemente, iba a ser una espectadora, de una sesión sexual, entre Clara y Alfonso, algo que, por otro lado, lejos de ponerme celosa, también me excitaba.
En la casa de Alfonso, en Boadilla del Monte
Llegamos a la casa de Alfonso, estaba relativamente cerca de la mía, en una urbanización, de Boadilla del Monte, y, su casa, no estaba nada mal, casi tan grande, como la mía, aunque, en tamaño de
parcela
, sí que superaba a la mía.
Aparcó, Alfonso, su coche, y, entramos en su casa, dejé mi abrigo en una de las sillas del comedor, y, Alfonso, me ofreció una copa, mientras esperábamos a Clara.
Nos sentamos en uno de los sofás de cuero negro del salón de Alfonso, y, estuvimos un rato hablando, de cosas intrascendentes, pues yo, estaba nerviosa, era casi la primera vez que estaba con un hombre, con el que había posibilidades reales de follar, y, eso, era todo un reto para mí.
Para calmar los nervios, me encendí un cigarrillo, y, me lo fumé, mientras tanto, la conversación siguió, hasta que, el timbre de la puerta, nos interrumpió, justo cuando casi, estaba debatiéndome, conmigo misma, si, atreverme o no, a besar en la boca a Alfonso.
Sonó el timbre, era Clara, que ya había dejado a Celia en su casa, y, tal y como habíamos quedado, venía a la casa de Alfonso, a pasar la noche con nosotros.
Al llegar, Clara, dejó su abrigo, junto al mío, eran muy parecidos, los dos, largos, y de cuero negro, y, Alfonso, le ofreció también, una copa.
Cuando ya estábamos los 3, en el salón de Alfonso, Clara, sacó una bolsita, de su bolso, que contenía cocaína; era la primera vez que yo, veía algo de eso, hasta ahora, lo que sabía sobre la cocaína, era lo que había visto por tv, o, en el colegio, y, poco más.
Clara, se preparó una raya, y se la esnifó; yo, me quedé muy sorprendida, de la naturalidad con la que lo hacía, a mi cara de sorpresa, Clara me contó que, su padre, era narco, por lo que, para ella, la cocaína, era algo que estaba presente en su vida, desde siempre.
Alfonso, hizo un inciso, para explicarme que, una gran parte de su labor como abogado, consistía en ayudar a narcotraficantes, en cualquier asunto legal, que pudieran necesitar, gracias a eso, había podido hacer muchos contactos, y, conseguir la casa en la que vivía.
Clara, me intentó convencer, para que probara la cocaína, que me metiera una raya, y, la probara, yo, no supe muy bien qué responder, pero, hubo algo, dentro de mí, que me hizo decir que sí, por probar, no iba a pasar nada.
Así que, Clara, preparó otra raya, y, yo, me la metí en mi cuerpo, me la esnifé. Fue una sensación extraña, pero, me gustó.
Después, Clara, propuso empezar a darme lecciones sexuales, dada mi nula experiencia en ese nivel, así que, para empezar, le propuso a Alfonso, hacerle una felación, para que yo, me estuviera muy atenta, a todo el proceso, y, después, pudiera probar, a hacerle una a Alfonso.
Alfonso dijo que sí, por lo que, Clara, me empezó a enseñar el proceso, de cómo se hacía una felación.
Clara, me dijo, primero, que, las mejores felaciones, se hacen, sin poder ver, pero, por ser una, para enseñar, por esta vez, la haría con los ojos abiertos, con visión.
Después, se puso de rodillas, dejando casi, ver su culo, porque, llevaba una falda muy corta, sin nada debajo, con la que, a nada que se descuidara, se le veía todo.
Le desabrochó, a Alfonso, el botón del pantalón que llevaba, se lo bajó, y, después, le bajó el calzoncillo negro que llevaba, dejando al descubierto, una polla, la de Alfonso, bastante grande, que, sinceramente, dudaba de si iba a poder con ella, ya fuera en mi boca, o, en mi coño.
La polla de Alfonso, ya estaba toda dura, debido, supuse, a la excitación que tenía, por lo que iba a pasar a continuación.
Clara, primero, la agarró, y, empezó a hacerle una paja, para, después, poco a poco, ir metiéndosela en la boca, con suavidad al principio, y, después, ya, con más fuerza, hasta llegar a poder con toda su polla, dentro de la boca.
Pasó bastante tiempo, no sabía decir
cuánto
, hasta que, por fin, Alfonso, se corrió, y, lo hizo, en la boca de Clara, que, se tragó su semen.
Yo, me quedé, un poco abrumada por la situación, no sabía, sinceramente, si iba a ser capaz de hacer, lo mismo que, Clara había hecho, en especial, tragarme el semen de Alfonso.
En ese momento, recordé, tanto a Celia, como a Clara, lo que me habían dicho de que, al no poder ver, se relajaban más, y, se me ocurrió una idea.
Les pedí, a Alfonso y a Clara, si me podían tapar los ojos, a ver si así, al relajarme, la felación, me salía un poco mejor, pues, entre que era la primera vez, y, el haber tomado cocaína, pues, estaba algo nerviosa, a la vez que, muy excitada.
Alfonso dijo que iba a ir a buscar los materiales necesarios, para taparme los ojos, momento que aproveché, para hablar con Clara, a solas.
Ángela (Yo): “Clara, viendo que eres una experta en temas sexuales, ¿Podríamos quedar un día, tú y yo a solas, y, me enseñas?”
Clara: “Vale, me parece muy buena idea, me encantará enseñarte, los placeres del sexo”
Apenas tardó Alfonso, dos minutos en volver, y, lo hizo, con dos parches, como el que llevaba Celia en su ojo derecho, y, una venda negra.
Alfonso, le pidió a Clara, que me tapara los ojos, así que, Clara, hizo los honores.
Primero, despegó uno de los parches, de los papelitos que lo dejaban listo para su uso, y, me lo puso, en uno de mis ojos; Clara, me dejó un par de minutos, para que me adaptara a la situación, pues, era la primera vez que llevaba un parche, hasta ese momento, mi visión, era buena, ni siquiera usaba gafas.
La sensación, de ver con un solo ojo, me gustaba, recordaba a alguna compañera del colegio, que sí tenía problemas de visión, y me decía que odiaba el parche, pero, a mí, me gustó.
Le dije a Alfonso que, tal vez, podía probar así, en plan pirata, ya habría tiempo, de probar a ciegas.
Así que, comencé, por primera vez, a tocar una polla, a tener, entre mis manos, una polla, en este caso, la de Alfonso.
Con ayuda de Clara, que me fue indicando, fui, poco a poco, haciéndole una paja a Alfonso, hasta que, Clara me dijo que, ya era momento, de empezar a meterme la polla de Alfonso, en mi boca.
Con suavidad, me la fui metiendo, primero, la puntita, después, lo que mi boca me dejó, la sensación, me estaba gustando, me sentía un poco putilla, era excitante.
Clara, me fue guiando, en todo momento, con lo que tenía que hacer, hasta que, Alfonso, indicó que, se iba a correr.
Yo, me saqué la polla de Alfonso de la boca, y, cuando se corrió, me dejó, toda mi cara, llena con su semen, casi me dejó ciega, porque, parte del semen, entró en el ojo, por el que aún veía.
La sensación, fue muy agradable, de hecho, yo quería seguir la fiesta, quizás, llegar a follar, pero, fue Alfonso quien dijo que no.
Alfonso, le pidió a Clara, que me acompañara al baño, a limpiarme la cara, y que, al acabar, las dos, volviéramos al salón, para hablar.
Fui con Clara, a uno de los baños de la casa de Alfonso, y allí, Clara, me estuvo limpiando el semen, de la cara de Alfonso, con una toalla, aunque, me explicó que, cuando aprendiera más cosas, ella misma, me limpiaría la cara, con su lengua, que era mucho más excitante.
Volvimos al salón, y, Alfonso, me propuso lo siguiente:
Alfonso: “Ángela, la felación que me has hecho, no ha estado mal, para ser tu primera vez, pero, está claro que necesitas entrenamiento y experiencia a nivel sexual, por eso, Clara, que sabe mucho del tema, te va a ayudar, no te preocupes, habla con ella, para quedar cuando las dos podáis, y, ella ya sabe lo que tiene que hacer, confía en ella, por favor, Ángela”
Yo: “De acuerdo, así lo haremos, por mi parte, no hay problema, Clara, me ha caído muy bien, y, seguro, que es una profesora excelente, no solo de Economía...”
Alfonso, al acabar de hablar, me quitó el parche, y, quedamos en que, nos veríamos pronto, en cuanto que, Clara le avisara, de que mi entrenamiento iba lo suficientemente bien, como para poder follar conmigo.
Dicho esto, Alfonso se iba a ir ya a dormir, y, Clara, me llevó, en su coche, hasta mi casa.
En el trayecto en coche, quedamos en vernos, la tarde siguiente, para, empezar mi entrenamiento.
En el próximo capítulo, os contaré como fue, el primer entrenamiento con Clara. (Estará en la categoría de lésbicos, porque creo que es la más adecuada, a la historia)