Angela (1)

Aquí continúa mi historia con ese rico culo de Angela.

ANGELA 1

Cuando terminamos de echarnos nuestro primer palito, ambos quedamos fatigados, pero seguimos dándonos los besos que habíamos estado conteniendo durante los 15 días que teníamos de conocernos, y así entre beso y beso, Ángela me dijo, "nunca me imaginé que estuvieras tan peludo" y yo le contesté, ¿y no te gusta?, a lo que ella me contestó, me encanta, nunca había estado con alguien tan peludo como tú, pero lo que más me gustó fue la forma en que me mamaste la concha, pues nunca había gozado unas mamadas como las que me acabas de dar, mi marido solo se bajaba cuando andaba borracho y como es lógico, lo hacía muy mal, pues me daba dos o tres lengüetazos y luego quería que yo le tocara la corneta para que se le parara, pues como andaba bien pedo no podía y así me tenía un rato y muchas veces hasta se quedaba dormido y su pinche verga nunca se levantaba y ahora entiendo, porqué mis amigas o mis hermanas, me comentaban que la mamada era muy rica, pero yo no entendía porque, hasta hoy que me encuentro con un cabrón que sabe para que es la lengua, ¿verdad? Y yo solo sonreí.

Al cabo de un rato de permanecer acostados, completamente desnudos y de estar cachondeando, nos empezamos a calentar nuevamente, motivo por el cual, ella me dijo, "mámame la panocha como hace rato", yo no contesté, solamente procedí a bajarme nuevamente y empecé abrirle sus labios y encontrar su clítoris, el cual se encontraba bien paradito con ganas de que se lo lamiera y mordiera y así lo hice y ella gemía y me apretaba la cabeza con sus manos en contra de su concha como si quisiera que esta entrara dentro de su panocha, mientras decía, "así papito cómetelo, así cabroncito como culo, asíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ahhhhhhhhhhhh, ya me vine cabrón, que rica lengua tienes hijo de la chingada, pero sigue cabrón, que me encanta, sigue mamando cabrón, no pares hasta que yo llene de lengua", y yo muy obediente seguí chupando y mordiendo despacio su botoncito y al poco rato nuevamente me dice "mama, mama más cabrón, ahí, ahí, no pares, ya me estoy viniendo papito,ya,yaaaaaaaaaaaaa", después de esas dos espectaculares venidas de Ángela yo ya estaba súper caliente, y ella lo sabía y veía, así que me dijo, ahora si papacito, ya te toca, acuéstate y déjame matarme sola y así lo hice, me acosté boca arriba y ella se introdujo mi verga en un solo sentón, pues por un lado la concha de ella ya estaba súper mojada y por otra parte yo nunca me he distinguido por calzar grande, pues con mis escasas 6.5 pulgadas de largo y quizás 2 de grosor, no se asusta ni se incomoda a nadie y menos a ella, así que de un chingazo se la comió toda y luego empezó a mover su cuerpo en una forma cadenciosa y sabrosa, mientras me preguntaba, "¿te gusta como te la pelo?,¿te gusta mi culo?, y yo le decía que me encantaba toda ella y sobre todo que su cuerpo estaba muy duro, pues tanto piernas como nalgas las tenía muy duras y yo notaba de inmediato la diferencia entre las carnes de ella y las de mi mujer, las cuales no estaban mal, pero las de Ángela estaban de primera, y al poco rato de estar limando, sentí como ella ya casi no se salía, sino que por el contrario yo sentía que prácticamente se restregaba y me decía, hay papito, que rico, que rico y de repente, solo dijo ahhhhhhhhhhhhhhh y me dijo cabrón ya me vine y así seguimos por unos cuantos minutos hasta que yo ya no pude y empecé a aventar las primeras descargas dentro de su culito y le dije, ya estoy viniéndome y ella aceleró el paso de entrar y salir y solo me dijo, "si, ya sentí los chorros de leche, sigue aventando más cabrón, que me gusta mucho que me rieguen el culo, cabrón". Y así fue como ambos terminamos juntos y ella se quedó acostada sobre mi pecho durante varios minutos, y mientras me acariciaba los bellos del pecho, me decía, "papacito, que rico me has hecho", y yo le pregunté, ¿te gustó?, y ella me dijo, claro, pues aunque no calzas grande, tienes mucha leche y se te para rápido y eso aquí en el sureste vale mucho.

Después de reposar un rato, nos bañamos, nos vestimos y la invité a comer, durante la comida traté de conocer más de la vida de ella, se sus problemas, sus expectativas y sobre todo de saber si el seguir cogiéndomela me podría traer problemas con alguna persona con la cual ella estuviera relacionada sentimentalmente y así fue como me contó lo siguiente:

Cuando yo tenía 14 años e iba a primer año de secundaria, una amiga y yo, conocimos a un par de mecánicos que trabajaban cerca de la escuela, y aunque ellos eran mayores 8 años que nosotras, les gustábamos y como nosotras éramos muy calientes pronto los aceptamos como novios, y así fue como empezamos a salir con ellos y como eran mayores que nosotras, sabían perfectamente lo que querían y pronto nos empezaron a dar tremendas cachondeadas que nos dejaban ardiendo y cada día eran mayores las agarradas, así nos calentaron varias veces, hasta que un día consiguieron un carro y nos llevaron a una playa que está un poco escondidita y ahí nos empezaron a calentar a las dos, hasta que finalmente ese día nos tronaron en el carro, mi amiga en el asiento de adelante y yo en el de atrás perdimos el quinto, claro que eso nos gustó y a partir de ese día cada que se podía nos culiaban, hasta que pasó lo que tenía, mi amiga salió panzona y su novio se fue de la ciudad, yo seguí cogiendo con Andrés y a los 15 años me pidió que nos casáramos y a los 16 tuve mi hijo, el único problema fue, que Andrés siempre tomó mucho y el vicio lo hizo perder el trabajo y empezamos a tener muchos problemas económicos y finalmente lo dejé y me regresé a vivir con mis padres y desde entonces he andado trabajando en muchos lugares, hasta que hace un año mi papá me llevó a la compañía y desde entonces trabajo ahí.

Cuando me terminó de contar esa primera parte de su vida, yo le pregunté, ¿pero apoco desde que te separaste de tu marido, no coges? Y ella me contestó, claro que no, como te digo, yo siempre he sido muy caliente y por supuesto que he tenido algunos hombres que me han estado picando, y entonces yo le pregunté, y ahora ¿tienes alguien que sea el dueño de ese sabroso bizcocho que me comí hace rato? Y ella me contestó, no, puedes comértelo sin ninguna preocupación, ya que hace meses que no le pertenece a nadie, y yo le insistí, ¿segura?, y ella me contestó, segurísima, es más si quieres a partir de hoy me voy a vivir contigo y yo le pregunté ¿y tu hijo? Y ella me dijo, mi papá tiene un rancho a unos 40 kilómetros de aquí, ahí vive mi mamá, mi hermana, mi hijo y él, yo vivo aquí en la ciudad en casa de una amiga, así que por eso no hay problema, además si me voy a vivir contigo, me ahorro la renta de mi cuarto, me ahorro el agua, el detergente para lavar la ropa y tu tienes culo caliente todos los días y así no extrañas a tu vieja, ¿cómo la ves? Y yo le dije, me parece estupendo.

Cuando salimos del restaurante, ella me dijo "papito, vamos a mi casa a recoger mis cosas", y así lo hicimos, claro que cuando llegamos al lugar donde ella vivía, observé la razón por la cual se quería salir de ahí, pues era una serie de cuartos muy pequeños, poco ventilados, sucios y calientes, así que en unos cuantos minutos preparó su maleta y le dijo a su compañera de cuarto, bueno Laura, yo me voy, el ingeniero tiene un departamento grande y quiere que me haga cargo de la limpieza del mismo y ahí me van a dar una recamara para vivir, y Laura, que por cierto estaba igual de buena que Ángela, me preguntó ¿tiene niños?, y yo le dije que no, y ella me preguntó, ¿entonces nada más sus esposa vive con usted?, y yo le contesté, no ella está en el norte, vendrá después y Laura se sonrío y le dijo a Ángela, bueno, cuando le llegue la señora, por acá nos vemos y Ángela le contestó, eres una hija de la chingada y ambas se rieron y ya cuando nos estábamos subiendo al carro Laura le dijo, a Ángela, que los disfrutes cabrona.

En el trayecto, le dije, tu amiga es una hija de la chingada, pero está tan buena como tú y ella preguntó ¿te gustó, verdad? Y yo le contesté solo con una leve sonrisa y ella me dijo, pues si algún día requieres invitar a algún ingeniero a que pase un rato sabroso, podemos hablarle a Laura y ella te lo entretiene y yo le dije, que bueno que me dices, pues algunas veces se requiere hacer alguna fiesta para los clientes en donde vayan chicas que los atiendan en todo, y Ángela me contestó, cuando eso suceda tú nomás me dices y yo te pongo las chicas que quieras.

Al llegar a la casa nos metimos a mi recamara, ella sacó su poca ropa que traía en la maleta y la colocó en el closet junto a la mía, claro que cuando yo vi que contaba con poca ropa, le dije, mañana vas al centro comercial nuevo y te compras ropa, porque a veces será necesario que salgas conmigo a otra ciudad o a cenas y tendrás que ir bien vestida y a ella se le iluminó su moreno rostro.

Cuando nos acostamos, la primer diferencia que encontré entre dormir con Ángela o con mi mujer, es que la primera dormía en pelotas y mi vieja nunca pudo dormir así. También al acostarnos y empezar a cachondear para echarnos el de la noche, Ángela me preguntó, ¿De verdad tu vieja va a venirse a vivir contigo? Y yo le contesté, no, ¿por qué?, y ella me dijo, es que a Laura le dijiste eso y yo le contesté, bueno solo le dije eso para que no pensara cosas malas, y ella me dijo, que bueno que no se venga, así yo disfruto lo que tu pinche vieja no usa y yo me reí y ella me preguntó ¿y por qué deja que tú andes solo en un lugar donde cogemos tanto?, y yo le contesté, bueno es que tenemos hijas en la escuela y no pueden viajar y arreglamos que cada mes vaya a regarle el jardín unas cuantas veces y me regrese y ella riéndose me dijo, pues a la mejor yo no te voy a dejar leche para regar nada y yo solo sonreí y empecé a mamarle las tetas y entre gemidos y risas, me dijo, ves ya te voy a dar otra exprimida cabrón.

Esta es solamente la segunda de muchas partes que viví con ese hermoso culo que es Ángela a la cual recuerdo y se me para la verga, si ustedes son tan amables y leen mis relatos, es posible que siga contando mi historia con ella.