Ángel y diabla (2)
Continua la historia de amor entre un padre y su hija, primeras experiencias.
-Alex-
Abrí lentamente los ojos y me encontré con los brazos de mi padre, abrazándome fuerte y sus piernas entralazadas a las mías. No quería moverme por si le despertaba… quizá entonces sería consciente de lo que habíamos hecho, se horrorizaría y me mandaría a vivir con mi madre.
Pero fue todo lo contrario. Mi padre abrió los ojos despacio y me miró, entre sus brazos, me apretó más fuerte y me besó en la frente
-Buenos días princesa.- Sacó esa media sonrisa que me volvía loca
-Buenos días.- le dije, mirando lo más inocentemente que pude, esperando su reacción.
-Lo de anoche… (pausa interminable)… fue maravilloso.- Me acariciaba el costado con la mano.- Pero no puede volver a pasar (Me lo temía! Mi mundo se estaba hundiendo por momentos, hasta que mi padre continuó…) No puedo volver a correrme dentro de ti sin que estés protegida cariño.- Me besó en los labios.- Sabes el riesgo que eso conlleva?
Mi mente volvió a volar, mi padre no se había echado para atrás con respecto a nuestra nueva relación! Sólo quería hacer las cosas bien, con protección, cosa que yo entendía, no sólo por la posibilidad del embarazo, sino porque tanto él como yo habíamos estado con otras personas.
-No te preocupes Papá, hoy mismo iré a la farmacia y me compraré la píldora!
-La píldora? No prefieres que usemos condones? He oído que las pastillas tienen muchísimos efectos secundarios…
-Me da igual Papá. Después de follar contigo a pelo no puedo pensar en otra posibilidad… quiero que te corras siempre dentro de mi, lo necesito.
No hizo falta que me dijera nada, sólo con esas dos frases noté como mi padre se empezó a empalmar. Me dio un beso profundo y pasional en los labios, ofreciéndome toda su lengua.
-Eres perfecta mi niña. Para mi fue la mejor sensación que he tenido nunca. No puedo explicar lo perfecto que fue.
- Sabes? Pensé que te arrepentirías, que te horrorizarías por lo que habíamos hecho y me mandarías lejos con mamá.
-Bromeas? Sabes cuánto tiempo llevo esperando esto? Te deseo desde que tenías 16 y aún te acurrucabas conmigo en el sofá. Desde que te empecé a ver como a una mujer… pero temía que me vieras como un monstruo y jamás hice nada que te diera pistas, hasta la otra noche… cuando viniste a mi no me lo podía creer! He pensado mucho en ello, se que puede parecer que es horrible, pero, cómo algo que se siente tan bien puede estar mal? Te quiero pequeña, y además te deseo completamente, pero no quiero hacer nada que tú no quieras. Si tú quieres, serás mía para siempre.
El discurso de mi padre casi me hace llorar, estaba explicando justamente lo que yo sentía desde hacía meses. Seguía sin creerme que fuera tan correspondida, quería que me follara allí mismo, pero también me gustaba hacerme un poco de rogar.
-Ah si? Y no me vas a dejar nunca escapar?.- Puse cara de traviesa
-Nunca…- Mi padre acercó sus labios hacia mi y justo cuando íbamos a rozar nuestros labios me levanté y salí corriendo del sofá.
-Pues a ver si me pillas!.- Quería seguir manteniendo ese clima de confianza entre nosotros, que no cambiara nada.
Me fui hacia la cocina y escuché como mi padre reía desde el sofá mientras se levantaba.
-Ángel-
Jamás pensé en estar viviendo una relación amorosa o sexual con mi hija. Había fantaseado muchas veces, pero siempre lo había visto tan lejos y tan irreal que el único alivio que tenía eran las múltiples veces que me había corrido en mis manos pensando en ella. La de anoche fue la noche más increíble del mundo, no sólo era la niña de mis ojos, la persona que más amaba en este mundo de todas las maneras posibles, sino que encima era una jovencita explosiva, con un cuerpo, culo y tetas de infarto, menudita y manejable, con una piel morena totalmente besable… vamos, que me estaba tirando a una tia que estaba tremenda!
Me levanté del sofá y puse rumbo a su encuentro, si quería juego iba a tenerlo. La vi allí en la cocina, de pie junto a la encimera, preparando café. Su larga cabellera cayendo por su espalda, su culito respingón, sus piernas cortas pero moldeadas. Totalmente desnuda… Mi erección que ya era considerable siguió creciendo, me la meneé un poco más para empalmarme completamente mientras la miraba y fui hacia ella. Se que ya había notado mi presencia pero aún así con mi polla apuntando al frente me pegué a su espalda y se la empecé a rozar por su culito y la parte baja de su espalda, bajando incluso a su rajita.
-Papá! Cómo te has puesto en un momento!
-Eres tú que me pones así de cachondo mi amor, sabes lo buena que estás? Me encanta verte desnuda por la casa.- Le susurraba mientras le besaba la nuca.
Alex empezó a excitarse, abrió un poco las piernas para darme acceso y seguí rozando mi polla entre sus labios notando ya su humedad.
-Fóllame papá.- Su espalda seguía pegada a mi pecho pero giró un poco la cara para buscar mi boca, y sus brazos intentaron rodearme el cuello, la tenía a mi merced. Agarré sus tetas con mis manos y empecé a meterle la puntita, para sacársela después, y así varias veces. Ella gemía y yo me volvía loco.
- Más, métemela más papá por favor.- Oirla suplicar me encendió por completo y la fui penetrando lentamente y hasta el fondo, para luego empezar a moverme fuera y dentro, de manera cada vez más fuerte. Se recostó hacia delante apoyándose en la encimera para poder abrir más las piernas y que las penetraciones fueran más profundas. Le alce un poco cogiéndola por las piernas para metérsela hasta lo más hondo. Se corrió dos veces antes de que yo sintiera que me venía. La saqué rápido y le di la vuelta pajeándome muy fuerte hasta que me corrí en su abdomen, no quería volver a correr el riesto de dejarla embarazada.
No me lo podía creer pero mi hija se llevó un dedo a su tripa donde estaban mis restos de semen para luego llevárselo a la boca en un gesto de total lascividad. Si no fuera porque me había quedado exhausto me la hubiese follado otra vez allí mismo.
-Papá, prométeme que va a ser siempre así, que no vamos a ser de esas parejas que caen en la monotonía…
-Ah, pero somos una pareja?.- Le dijé con intención de hacerla rabiar, me dio un puñetazo flojo en el hombro.- Anda, vamos a ducharnos y salimos a comer por ahí.
-Juntos? Así a partir de ahora podremos ahorrar agua!.- Ambos nos reimos, me encantaba su punto entre niña y mujer, entre morbosa e inocente. Me rodeo el cuello con los brazos y nos besamos profundamente, la agarré fuerte del culo y la subí hacia arriba como el peso de una pluma, ella me rodeo las caderas con sus piernas y la cargué hacia el baño entre risas y besos.
Tuve que contener todas mis fuerzas para no volver a follarmela mientras nos duchábamos, pero quería salir cuanto antes a la farmacia para que Alex empezara a tomar las pastillas y no correr riesgo alguno. A cambio me hizo una mamada espectacular justo antes de empezar a enjabonarme. Dónde había aprendido a hacerlo así?? Era obvio que mi niña tenía mucha experiencia en el terreno, y eso me creaba un sentimiento muy contradictorio... por un lado me gustaba que lo hiciera tan bien, pero por otra me desquiciaba pensar que lo había hecho con otros hombres. Celos? Seguro. Ahora ella era mía y no quería ni pensar en la posibilidad de compartirla con nadie más.