Angel Lucas

Un chico de casi 18 años es presentado a un señor mayor y, pese a los reparos de este, le hace el...

ANGEL L U C A S

No todos los ángeles tienen alas, algunos angelitos no poseen alas, pero están dotados de unas palancas tan divinas, que son capaces de haceros sentir como en el mismo Cielo, con solo palanquearos un par de veces

Cardenal Franchiotto, duque de Lapinga

En tres o cuatro oportunidades, Ricardo había tenido la amabilidad de presentarme muchachos, con quienes tuve algunos "tiroteos amistosos". Por supuesto, en todos esos enfrentamientos, yo siempre "me tragué la bala", porque eso es lo que desde chiquito me ha gustado hacer...

En todos los casos, los jóvenes que me presentó eran mayores de 25 años, muy bien parecidos, sumamente confiables y, por supuesto, sabían muy bien lo que hacían. Por eso, cuando me lo encontré en la calle, acompañado por su esposa, y me dijo (en clave) que "tenía el repuesto para mí aspiradora", se me dio por pensar que sería algo similar a los "bombones" con quienes me había conectado anteriormente...

Tan es así que cuando me llamó a la Oficina para arreglar los detalles del encuentro, no le pedí mayores datos acerca del "repuesto" y me conformé con lo que me imaginaba... Arreglé con él que, dos días después, el viernes 13 de marzo (de 1998), pasadas las 23:30 hs., vendría con el candidato a mi "laboratorio", conforme la estrategia de siempre, para realizar el "trabajo de colocación"...

El viernes por la mañana, Ricardo volvió a llamarme a la Oficina para avisarme que tenía un contratiempo y le sería imposible ir por la noche a mi laboratorio... Ya me había hecho algunas ilusiones, por lo que esa noticia me cayó como un balde de agua fría... No obstante eso, le dije que no se hiciera problemas, que podíamos hacer el "trabajo" en cualquier otro momento... Para mi consuelo, me dijo que, si yo estaba de acuerdo, podía arreglar las cosas para que el "repuesto" viniera por sus propios medios al laboratorio... Presté mi conformidad y concertamos los detalles para que el candidato llegara sin inconvenientes. Lo concertado establecía que debía esperarlo con mi bata blanca en la puerta del laboratorio... El nombre del "repuesto" era Lucas y así se daría a conocer...

Aclaro que vivo en un lugar descampado; mi casa es la única de la cuadra; la calle es de tierra; a la puerta llega apenas la luz de un farol distante a 70 metros; a las once y media de la noche no circula ni el loro por allí...

Diez minutos antes de las once y media me planté en la puerta con mi bata blanca, esperando la aparición de mi visita, que por fuerza debía venir desde la calle asfaltada que pasa a una cuadra y media de distancia... Transcurrieron largamente los diez minutos y empezaba a hacerme a la idea de que no vendría, cuando vi dar vuelta una bicicleta en dirección a mi puesto de observación... Podía ser el candidato... Por las dudas no lo fuera, adopté la pose de uno que salió a mirar las estrellas... Cuando estuvo a unos metros de mí puesto de observación, enfiló hacia mí y me encaró...

-Buenas noches, soy Lucas, me manda Ricardo...

Lo saludé, abrí la puerta y rapidito lo hice pasar... Apoyó la bici contra una mesa del taller y pasamos al escritorio, donde funciona mi lugar de encuentros nocturnos reservados... Hay, o había, hoy la decoración es otra, una cama que hacía las veces de sofá y todos los arneses de un lugar de estudio, con algunos detalles de paquetería: cuadros, estatuillas, un equipo de música y un televisor... El lugar, con su luz tenue, estaba preparado para el crimen... A pesar de la escasa luminosidad, puede comprobar que mi visitante no era un veinteañero como me esperaba, sino un jovencito... De muy buen lomo; pero, seguramente menor de edad... La carita angelical lo delataba… Se me cayó el alma al piso, porque con menores nunca quise saber nada, por muy hermosos y atractivos que fuesen... Siempre me gustó transar con gente que, por la edad, supiera bien lo que hacía y, además, no entrañara ningún riesgo...

Al constatar esta realidad, juzgué que no era del caso dilatar el asunto... Lo hice sentar y, directamente, le pregunte la edad...

-17, en junio cumplo 18...

Un bebé... Delicadamente le expuse mi pensamiento en cuanto a relacionarme con menores, me disculpe por haberlo hecho venir, le entregué un cierto dinero para compensar sus molestias y quedé a la espera de que resolviera emprender la retirada...

El chico me escuchó con atención, tomó el dinero que le entregue, pero no se lo guardó y quedó pensativo... Al cabo de unos instantes, me preguntó si no tenía algo para tomar... Le ofrecí cerveza o coca y quiso coca... Bebió unos tragos y pausadamente, me dijo...

-No me esperaba esto... Está bien... Si usted quiere que no hagamos nada, no lo hacemos... Pero, le aclaro que yo no vine aquí sólo por la plata que me podía dar... Vine porque Ricardo me explicó todo y la mano me gusta... Soy menor, si; pero, se bien lo que hago...

-Oime, Lucas... En ningún momento dije o sugerí que lo que a vos te interesaba era solamente el dinero... Si te di unos pocos pesitos ha sido porque, de algún modo, he quiero compensar tus molestias... Es como si te diera algo que te guste, una golosina, una prueba, algo que testimonie mi reconocimiento... Lo que he sostenido es que no quiero hacer cosas con menores que, en una de esas, no tienen bien en claro lo que hacen y, después, se arrepienten de lo que hicieron...

-Lo entiendo; pero, no es mi caso... Se muy bien lo que hago y no de ahora, desde hace ya un par de años... ¿Puedo pedirle una cosa?...

-Si, por supuesto, pedime lo que quieras...

-Quisiera que me permitiese desvestirme...

Ni por las tapas se me hubiese ocurrido que me iba a pedir eso... Me descolocó por completo... A pesar de todos mis principios y de toda mi prudencia, no me faltaban ganas de verlo al chico en bolas... Tenía ganas de decirle que si y no sabía cómo hacerlo sin contrariar lo que antes había declarado... Lo miré sonriente un rato hasta que se me ocurrió una idea... Le dije

-No sé para qué querés desvestirte; pero, si es tu gusto, dale para adelante...

Lucas se incorporó y yo, que estaba sentado en el sillón de la compu, pasé a ocupar su lugar en el sofá-cama... Desde mi nueva posición, estando él parado, se podía apreciar que era un pendejón de puta madre... Lindísimo... Muy desarrollado para sus diecisiete añitos... Como si estuviese haciendo un strip tease, lenta y sensualmente, comenzó a quitarse la ropa... Primero, los zapatos y las medias; después la camisa y, por último, atacó al pantalón... Cuando se quitó la camisa quedó al desnudo un torso de maravillas... Sobre los pectorales, el vello apenas incipiente afirmaba su masculinidad... Conciente de su belleza, el chico ensayó algunas poses exhibiendo su musculatura... La quitada del pantalón y del slip fue todo un show... Hasta que depositó esas prendas sobre el sillón de la compu, me dio la espalda, haciendo discreta ostentación de su culito, bien formado y pequeñito... Ya totalmente desnudo, giró sobre sus talones y me presentó su atributo... ¡Mamita querida, eso si que era una pija!... No la tenía parada; pero, medio dormida, le llegaba casi hasta la mitad del muslo, haciendo gala de un grosor completamente inusual... Por lo menos para mi y hay que tener en cuenta que a lo largo de mi vida he visto un número bastante crecidito de porongas...

Pese a que me deslumbró con semejante sorpresa, traté de no demostrarlo y de permanecer lo mas inmutable posible... No estoy seguro de haberlo conseguido... Lucas comenzó, entonces, a sobarse lascivamente el miembro y en unos pocos segundos la tuvo completamente parada... Si medio dormida era todo un espectáculo, erecta era una apoteosis... Algo verdaderamente impresionante... Superaba holgadamente una cuarta, exhibía un grosor descomunal y proyectaba una cabeza completamente descubierta y palpitante...

Para aquellos que no saben que es "una cuarta", les comento que se trata de una unidad de medida antigua y equivale a la distancia existente entre el extremo del dedo pulgar y el extremo del dedo meñique cuando ambos se separan todo lo mas que da la mano… Va de suyo que, al variar el tamaño de la mano entre un individuo y otro, las cuartas también varían; pero, en promedio rondan los 20 cm

Semejante verga me trastornó y mas cuando Lucas, con voz sensual y mientras se la sacudía, me preguntó...

-¿Le parece que soy menor con ésto?...

El chico me metió en un callejón sin salida... Ya estaba resuelto a dar marcha atrás; pero, quería desdecirme con cierta elegancia... No parecer un muerto de hambre que ve un plato de comida y se tira de cabeza...

-La verdad es que la Madre Naturaleza no ha sido mezquina con vos, Lucas... Seguramente muchísimos te envidiarían ese aparato...

El chico era dueño de la situación y sabía desempeñarse... Mis palabras le dieron pie para decirme...

-No me interesan los que me la envidien... Me interesan los que les guste... ¿A usted le gusta?...

-Es hermosa...

Bastó que le manifestara eso, para que se me acercara con gesto oferente y, ya tuteándome, me dijese...

-Agarrámela...

Consideré que a esa altura del debate era un despropósito andar mañereando y, sin más ni más, se la manoteé... Claro está, delicadamente; porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa... El contacto con esa poronga grande, gruesa y tan dura me produjo una maravillosa sensación que inundaba todo mi ser... El chico se supo ganador de la partida; pero, no hizo alarde de su triunfo... Al contrario, me dejaba hacer y gozaba de las caricias que le prodigaba a su enorme pija... En voz baja y susurrante me sugirió que me quitara la bata y así lo hice... Los dos quedamos en bolas... Pretextando acomodar la prenda en una silla, me puse de espaldas a él y me incliné para que pudiera ver bien mi culo... Con toda naturalidad, estiró una mano y me lo cacheteó suavemente...

Cuando me di vuelta, Lucas me espetó

-Lindo ojete tenés viejito...

Eso de que me dijera "viejito" me encantó y allanó todas las distancias que podían existir entre nosotros... Porque, por la forma en que me lo dijo y el color que tiñó su voz, no denotaba algo despectivo, sino más bien algo afectuoso, simpático… Volví a sentarme en el borde del sofá cama y el chico con su verga erguida se posicionó tan cerca de mi cara que lo único que me restaba era metérmela en la boca y mandarle una de esas mamadas demoledoras que suelo mandarme cuando se me calienta el agujero... Pensar ésto y ejecutarlo fueron una misma y sola cosa... ¡Qué delicia tener semejante pija en la boca!... ¡Y mamarla, y lamerla, y pasármela por toda la cara, y besarle las bolas, y hacerle de todo!... Semejante fellatio lo enloqueció a Lucas... Los dos nos descontrolamos... Mientras se la mamaba con mi antigua técnica mamatoria, él hacía lo imposible para que se la tragara toda entera... Yo hacía el mayor esfuerzo imaginable; pero era demasiado gruesa… La cabeza me atravesaba la garganta, pero después no entraba más nada… Es que para tragarse esa poronga por la boca es necesario ejercitar al mango la gola, para que se dilate con todo… En película, he visto a un rubiecito tragarse la pija de Jeff Stryker íntegramente, pero, antes de hacerlo, debió haber practicado un tocazo… A la altura en que me enganchó Lucas, yo ya no veía un pija diariamente, como en mis buenos tiempos, ni las energías me acompañaban como para un entrenamiento tan riguroso

Así que nos tiramos sobre el sofacama y allí el chico me suministro una franela francamente revividora... Los años dejaron de pesarme y me sentí como en los remotos tiempos en que yo era un pendejo y alguno de los tantos machos que me cogieron quería romperme el culo...

En verdad, Lucas no necesitaba aprender nada más... Manejaba la situación con la maestría de un experto garchador de trolos... Y, además, se notaba que la cosa le gustaba y mucho… Eso lo confirmé cuando me hizo poner boca abajo y se concentró en jugar manualmente, digitalmente, como mi afiebrado agujerito… El empeño con el que maniobraba no era el de alguien que actúa por obligación o compromiso, sino el de un sujeto apasionado por lo que hace… Hasta encendió más luces para ver con claridad lo que hacía

Comenzó, tímidamente, metiéndome un dedito, el cual, calculo, lubricó con saliva para facilitar el tránsito… Fue entonces cuando le indiqué que sobre el escritorio encontraría una crema… Ni lerdo ni perezoso la manoteó y, satisfecho con mi aquiescencia, se entregó a su jueguito: hurguetearme el ano a lo loco… Me metía uno, dos, tres, cuatro, revolvía, me los sacaba, me los volvía a meter, posesionado en su trabajo, pidiéndome que me separara los cantos, elogiando la ausencia de pelitos y susurrando, medio como pregunta, medio como afirmación

-¿Te gusta?... Te gusta así… ¿Sentís mis deditos?... Eh…Te lo agrando bien, así después entra mejor

La verdad es que esos dedos, yendo y viniendo por mi culo, atravesando mi ano, frotando el contorno, me recontracalentaron… Me moría por pedirle que me la metiera de una vez, pero, apelando no sé a qué fuerza me contenía y lo dejaba hacer

El infante también estaba recaliente… En uno de sus muchos acomodos, su pija quedó al alcance de mi mano y se la manotee… La tenía dura, durísima… No bien se la apreté un poquito, me preguntó:

-¿Estás queriendo que te la ponga?...

-Si, ponémela que estoy muy caliente

-Aguanta un poco, quiero prepararte bien el ojete

No sé si lo que quería era prepararme el agujerito o deleitarse viendo que mi ano se entregaba a sus juegos descontrolados… Digo descontrolados, porque con un poquito más que hubiera forzado sus penetraciones, me habría metido toda la mano en el culo

Pese a que mi agilidad está bastante venida a menos a causa de mis no pocos años, el descontrol que me producían los dedos de Lucas, desencadenaban contorsiones de todo mi cuerpo por disfrutar al máximo del placer que deparaban

Hasta que al fin: llegó el momento indicado, la hora señalada, el instante en que el chico se ubicó detrás de mí, me hizo levantar el culo, se posicionarme mejor y comenzó a romperme el culo… Lo cual no es un eufemismo o una metáfora por la acción de fornicarme analmente, sino una expresión literal de la verdadera intención de este demonio del sexo… Me la hizo entrar con tal arte que no pude menos que convencerme que Lucas había nacido con el don del buencoger… Porque su habilidad no era algo que se aprende, sino algo que se trae en los genes, vaya a saberse desde que remoto pasado

Pero no es este el momento de divagar sobre el Arte del Buencoger, porque estamos frente a la obra de un buencogedor nato y lo que corresponde es apreciar su obra… Yo que puse el culo, lo sé

La cuestión es que el chico, grande y todo como era su verga, me la hizo entrar toda entera hasta los mismísimos huevos y me sacudió una garchada como tiempo hacía que no recibía… Porque hay que decirlo, cuando se presentó Lucas, mi época de oro ya había pasado… El beso de los soles, como dice el poeta, había marchitado mi frente y el aire de las soledades se ventilaba por donde no da el sol… ¡Qué pijazos celestiales me proporcionaba Lucas!... Jamás se me hubiera ocurrido que podía hacerlo tan bien… Era una ametralladora, una pistola a repetición… El culo se me abrió como una flor y su poronga iba y venía como Pancho por su casa

Además, me franeleaba y me hablaba, poniéndome en un estado de éxtasis tal, que lo único que sentía era el deseo de eso, de que me rompiera bien el culo… ¡Y vaya si me lo rompía!...

Pues bien, al cabo de serruchar duro y parejo dentro de mi orto, el nene llegó al punto culminante de su trabajo y acabó, despachando en mí recto las mieles de su leche muy caliente… Calentísima… Creo que la más caliente que sentí en toda mi vida…Su acabada estuvo envuelta por feroces estremecimientos del más intenso de los placeres… Los empellones finales nada tenían de voluntarios, eran ciegos dictados de la pasión que quería atravesarme

Buenamente, haciéndome un dulce coro, me acompañó en mi acabada que, no obstante mi calentura, tardo un poquitín en producirse… Me apretaba el brazo como si quisiera acentuar el ritmo pajero

Cuando volvimos a la normalidad, ya no éramos los mismos… Ese polvo fenomenal había cambiado la realidad, estableciendo un algo entre nosotros… Por mi parte tome conciencia de que debía actuar con mucha prudencia porque, pese a su actuación ejemplar, Lucas no dejaba de ser un menor y podía encerrar muchos peligros, respecto a los cuales debía protegerme… Adopté, entonces, una actitud discretamente cautelosa y me propuse averiguar bien en qué berenjenal podía estar metido

Cuando se enfrentan estas situaciones, es conveniente mostrar que uno no está preocupado y comportarse de manera alegre y distendida… Así lo hice y esto me permitió saber muchas cosas acerca del pibe, que solito fue diciendo todo lo que yo quería saber sobre él

Evidentemente, no era alguien de quien temer… Por el contrario, podía depositarse una cierta confianza en su persona, amén de una consideración afectuosa… Lo importante es que no andaba metido en cosas raras y tenía afición por el estudio y el conocimiento de cosas tan útiles como la computación y la electrónica… Cosa que pude testear

Cuando menos lo esperaba, me preguntó si me había gustado… (e hizo un gesto con el puño cerrado, moviéndolo corta y repetidamente hacia adelante y hacia atrás)… y si seguía pensando que era "un nene de mamá"… Mi respuesta no se hizo esperar… Sobre el pucho le marqué que si bien su desempeño había sido magistral (y acentué el término para halagar su vanidad), no dejaba de ser un menor y mi deber, a pesar de todo lo que habíamos hecho, era no presionarlo ni condicionarlo en ningún sentido y, mas, sugerirle que reflexionara para determinar si eso era bueno o malo para sus intereses personales

Mis palabras lo hicieron pensar un poco; pero, en seguida, con gran madurez acotó:

-No se… A mí me parece que no tiene nada de malo que yo te garche… A vos te gusta y a mí no me jode… La pasamos bien… Por lo que se de vos y por lo que me estás demostrando ahora, creo que sos un buen tipo y no querés abusar de mi… Tampoco yo quiero abusar de vos

Tal vez estas no hayan sido exactamente sus palabras, si lo que quiso decirme… Ratificando que yo no quería abusar de él ni de nadie, le dije que me alegraba de haberlo conocido

Ya era hora de que se retirara y se lo hice notar, su respuesta fue (repitiendo el gesto del puño cerrado) preguntarme si no quería que nos echáramos otro polvito… Le contesté negativamente y así surgió el tema de "cuándo volveríamos a vernos"… No quería apurarlo… Por su cuenta, solicitando mi conformidad, se comprometió a venir una semana después para una nueva "sesión de amor carnal"… Yo le prometí una ayuda económica… La aceptó, aclarando que la aceptaba porque andaba "seco", pero que sin ese "apoyo", él quería venir lo mismo

Y una semanita después vino… Como la vez anterior, a las 23:30 hs… La cámara del placer estaba adecuadamente preparada… La media luz, la música suave y el incienso eran toda una invitación a la lujuria… Sin pérdida de tiempo, el angelito comenzó a quitarse la ropa, sugiriéndome que me sacara la bata… Al toque estuvimos los dos pelotas… Yo sentado en el borde del sofacama y él paradito en el centro de la sala

La verdad es que el chico actuaba con tal desenvolvimiento y naturalidad que generaba un clima más que agradable, además contaba con otros atributos encantadores como la picara sonrisa y la graciosidad… Para calentar el ambiente, además de la media luz, había tomado el recaudo de hacer sonar un música suave, de marcado acento rítmico… Lucas aprovecho esto para bailar un poco así como estaba: en bolas y con la poronga al palo… Sus movimientos eran toda provocación y, para mí, la oportunidad de valorar en plenitud su notable belleza… No era la de un macho rudo, sino las de esos efebos que hoy llamamos metrosexuales y son capaces de despertar los más voraces apetitos

El ir y venir de esa pija fabulosa me sacó de quicio; pese a ello, no exterioricé mi estado… El chico, no sé cómo, percibió mi "estado de ánimo" y acentuó sus conteneos para echar más leña al fuego y, para rematarla, poco menos que me la refregaba en las narices… Como yo –no sin esfuerzo- no reaccionaba y me limitaba a sonreír complacido, Lucas explotó

-Échele lengua, papito… No se quede con las ganas

Y le eché lengua… ¡Qué sabor exquisito tenía esa pija!... Entre dulce y salado, picante y aromático… Daba ganas de mamarla y mamarla, hasta la consumación de los siglos… Lamerla, besarla, chuparla y hacerle todo los mimos habidos y por haber… También los poderosos huevos que la sustentaban y le daban la proyección de un monumento, merecían el cálido homenaje de mi lengua y yo no se lo mezquinaba

No sé cuánto tiempo mamándole los huevos y la pija… Lo que si se es que a Lucas lo recontracalentaba mi chupeteo y me lo decía

-¡Cómo me calentás, viejito!... ¡Qué lengua puta tenés!... ¡Seguí chupándome así!... ¡Comete toda mi pija!...

Yo estaba en la gloria jugando con esa poronga que era un dechado de virtudes… Mientras yo se la mamaba, Lucas no se quedaba quieto y me toqueteaba hasta donde la posición se lo permitía… Sobre todo me apretaba las tetas que parecía calentarlo muchísimo

De repente, hizo que me desprendiera de su nabo y me urgió a acomodarme para metérmela… Me ubiqué de rodillas al borde de la cama, a lo perrito, ofreciéndole todo mi depilado y perfumado ojete… Destapo el pote de crema que lo espera en una mesita cercana, me untó a lo bestia el agujerito y se lubricó la pija… Acto seguido la posicionó apuntando al ano, para lo cual tenía que bajarla un poco, porque de tan dura se le iba para arriba, a la par de su ombligo

Un par de certeras rempujadas sirvieron para que la verga traspasara mi ojete… De golpe sentí todo ese enorme zocotroco dentro de mí culo, llenando completo todo el espacio interior… Vino, entonces, la sesión de bombeo… ¡Qué bien se movía el muy guacho!... Porque el asunto no es meter y sacar a lo bobo… Sino integrar el bombeo propiamente dicho con otros movimientos, regular el ritmo, variar la profundidad y procurar extraer y brindar el máximo goce posible… En todas esas maniobras culeanderas, Lucas demostraba ser un artista consumado… Era como uno de esos músicos que logran arrancarle al instrumento las más maravillosas notas, las más bellas melodías, las más perfectas armonías y los más exuberantes ritmos

Digo que el chico cogía espectacularmente bien, porque el placer que me deparaba no lo sentía solo en mi culo, sino en todo el cuerpo; cada desplazamiento de su pija me provocaba un estremecimiento que recorría todo mi cuerpo… Su goce, que yo trataba de acentuarlo con movimientos de acompañamiento a su danza erótica, lo aprecié bien cuando acabó… Sus contorsiones espasmódicas y el ronquido rudo de su garganta, parecían decir que la leche no le brotaba de sus maravillosos huevos, sino de todas y cada una de las células de su cuerpo

Me inyectó leche hasta decir basta y, tras depositar la última gotita, sin sacármela, me obligó a estirarme sobre el sofacama y se tiró encima de mi cuerpo, para descansar después de semejante lucha y –sospecho- rubricar la posesión de mi persona… Porque en esos instantes, algo me decía que él se sentía mi dueño; lo cual –debo confesar- no me resultaba desagradable

Las visitas, casi sistemáticas, de Lucas se extendieron más de dos años, casi tres y nos permitieron tejer una buena amistad… Un par de meses después de que cumpliera sus 18 añitos, mediante un ardid tan sencillo como efectivo, logré que su vinculación conmigo dejara de ser algo clandestino y adquiriera un status de cosa común y corriente… Claro está no salió a la luz como un machito mío, sino como un joven recomendado para realizar un trabajo temporario, quien pasó a ser "amigo de la familia"… Cosa que en efecto fue y sigue siendo, aunque ahora no nos veamos sino muy esporádicamente

El chico no solo era un genio en el, no por ampliamente difundido menos difícil, arte de garchar; lo era en todos sus emprendimientos… Parecía tener el donde de saber que tecla debía apretar, que paso dar, donde no meterse, como cuidarse de todo aquello que lo pudiera dañar… Su actitud era la de un estudioso por naturaleza… Además no le hacía asco al trabajo y eso lo demostró sobradamente en casa, en todas las tareas que le encomendamos

Nuestros encuentros comenzaron a disminuir bruscamente cuando logró ubicarse en un trabajo, donde las posibilidades de progreso eran realmente ciertas y seguras… Un poco con mi apoyo y mucho con su empeño había logrado a lo largo de esos dos años y pico de relación concluir su escuela secundaria e iniciarse en algo que se estaba difundiendo a paso agigantado: la computación

Además, para ese entonces, comenzó a flirtear con una joven quién, por la foto que me mostró, hacía perfecta pareja con él, pues era una divina total

No añoro los buenos momentos que pasé junto a Lucas… Los observo a través del lente de la evocación, con una cierta alegría y con gran satisfacción… Gocé, hice gozar (siempre me dice que nadie le ha mamado la verga como yo) y sembré para una buena cosecha

Sé que, en cualquier momento, a despecho de los años que me repiten que ya no estoy para estos trotes, va a saltar algo nuevo que me obligue a sacudir el esqueleto y a renovar la liturgia de mi devoción por eso tan hermoso que los hombres tienen entre las piernas

Quien quiera escribirme, puede hacerlo a:

decubitoventral@yahoo.com.ar

Espero que hayan disfrutado de esta historia.

Eduardo de Altamirano