Anfitrión de una orgía

Como Elena y yo llegamos a un acuerdo para organizar una orgia entre sus amigas y mis amigos. El más joven de nosotros tiene 81 años, la más mayor de ellas 19.

Qué tal estáis amigos, ha pasado un buen tiempo en que no os he podido contar las últimas fechorías de este anciano. Pero esta...esta no podía pasarlo por alto. Todo empezó en una de las últimas veces que me vi con Elena en mi céntrico piso. Si la recordáis, Elena es la amiga de mi nieta de 18 años que me inició en el sexo con chicas jóvenes, una rubia explosiva, con unos pechos enormes a pesar de su figura delgada, un culo redondo y respingón, y sobre todo, la habilidad de meterse en la cama de los abuelos de sus amigas. Efectivamente, yo no era el único, y la chica (idéntica a la estrella porno Gabbie Carter) llevaba un listado actualizado de todo anciano con el que tenía relaciones, manteniendo su récord en los 88 años. Acababamos de terminar de follar y la conversación siguió así:

  • Elena...esto que hacemos está mal y lo sabes. Tengo 81 años, puedo ser tu abuelo, y además eres amiga de mi nieta...si se entera mi hija, acabaré en un asilo o peor.

  • Vaya, no te he oído decir eso mientras meneaba tu polla entre mis tetas...

  • Sabes que me encantas, sabes que me das vida, que con mi edad no debería ni levantarse...pero me haces sentir joven a cada vez que nos acostamos.

  • ¡Pues entonces! Yayo, tú relájate y disfruta. A mí me haces un favor...adoro follar contigo.

Se abalanzó sobre mí y nos fundimos en un beso que, de no ser el tercero del día, seguramente hubiera terminado conmigo dentro de ella otra vez. Me encantaba esa chica. Era deslumbrante, con un punto de perversión absolutamente loco. Su afición a follar con ancianos era tan real como el día, y no había día en que no me preocupase que sus exagerados gemidos nos delatasen. Estaba mojadísima y disfrutaba como una leona.

  • Sabes qué...? Deberíamos celebrar una fiesta. Tus amigos y mis amigas.

  • ¿Pero qué dices? ¿A qué te refieres?

  • Ya lo sabes...mis amigas, y tus amigos... - emuló el gesto de introducir un dedo entre otros dos dedos formando un aro.

  • Pero cómo...Elena, no todas tus amigas van a pasar por ahí, ni comparten tu gusto por...los viejos, me incluyo. Es más, dudo que a los tres o cuatro amigos que nos juntamos se le levante a más de dos.

  • Yayo...déjame a mi a mis amigas y a tus amigos. Te garantizo que unos y otras estarán satisfechos...

  • ¿Pero cómo vamos a hacerlo? ¿Vais a venir a jugar al mus? es absurdo...

  • Sebastián...tan fácil como un botellón, solo eso. Nosotras te pedimos el piso para beber y vosotros casualmente estáis aquí ese día...

  • Ya...y una cosa lleva a la otra. Es muy bonito imaginarlo, pero es imposible.

  • Tú habla con ellos, de verdad, todo saldrá bien....

  • ¿Y mi nieta?

  • Ella no vendrá, ya sabes que se ha echado novio y últimamente...no hay quien la vea. Vendrá mi grupo, unas cuatro chicas, la mayor tiene 19...- dijo entre risas.

  • Ya, y el más joven de nosotros soy yo con 81.

  • Me encanta, jijiji, va a ser una fiesta 10.

Yo no estaba exagerando...de verdad, de mis amigos, yo era el más joven. Nos reuniamos periodicamente en el bar del barrio, y entre ellos estaban: Leo, argentino, de 85 años, soltero toda la vida y bastante amigo de la cerveza; Agustin, de 83 años, había sido albañil, era una gran amistad desde hace tiempo...y tengo que decir que su nieta también era un bombón; y por último, estaba Joaquín, de 89 años. Joaquín era el mayor, había sido empresario de una gran comercial, vivía solo y según los rumores...le encantaban las chicas de 18 a 20 años. Esa semana nos volvimos a ver y les presenté la idea:

  • Señores, esta semana mus en mi casa, el viernes por la noche, sed puntuales y portaos bien...vendrán unas amigas de mi nieta.

  • ¿Al mus? - dijo Agus riéndose

  • No burro, me han pedido hacer botellón en casa para evitar la multa, estarán un rato y se marcharán de fiesta.

  • Pues ya podrían quedarse...- Cómo no, Joaquín soltó la perla.

  • Joaquín, si son crias! - Leo cortó la broma - podrían ser tu tataranieta, viejo verde.

  • Pero no lo son - respondió Joaquín.

  • Y tanto...- se me escapó

  • Muy bien, allí estaremos - coincidieron todos.

Esa misma tarde hablé con Elena para comentarle lo sucedido, y así mismo ella me anunció que vendrían 3 de sus amigas: Sandra, de 18 años, una morena muy delgadita, con tatuajes, también bastante pechugona y con un aspecto muy chulesco; Lucía, una chica alta, de 18 años, de la que destacaba especialmente un culo muy trabajado en el gimnasio; y la mayor, Leila, de 19 años, una colombiana de muchas curvas y un aspecto dulce.

Llegó el día y efectivamente, los veteranos fuimos los primeros en llegar, preparándo bebidas y comenzando la partida a eso de las 20:00, mientras teníamos de fondo el fútbol. A las 21:00 sonó el timbre, eran las chicas. Acudí a abrir la puerta y...se me cayó la baba. Delante de mí desfilaron las 4 chicas, 4 bombones que serían la fuente de miradas de cualquier sitio en el que se presentaran. Os podéis imaginar la reacción de mis amigos. No se lo podían creer. Nos presentamos y acordamos que se quedarían en el amplio salón con nosotros, donde les preparé una mesa.

  • Siempre tan atento...- me dijo Elena con un guiño - te acompaño a por los hielos a la cocina.

Elena estaba espectacular. Un top negro apenas si contenía sus enormes tetas, y una minifalda roja dejaba espacio a sus pierna para lucirse mientras remarcaban su trasero. Una vez en la cocina...comenzamos a besarnos.

  • Qué edad tiene tu amigo, el del chaleco gris? - me preguntó Elena acariciándome el paquete, que ya latía excitado.

  • 89 para 90...por?

  • Parece que hoy batiré mi récord...- me dijo entre risas.

  • ¿Piensas follártelo? ¿Y yo?

  • No seas agonías...tienes donde elegir....Cualquiera de ellas podrá hacer que olvides tu nombre mil veces, jiji.

  • Pero ninguna eres tú...

  • Conmigo follas siempre que quieres, hoy relajate y disfruta.

Acepté a regañadientes.

La noche siguió entre bromas y miradas, hasta que Joaquín rompió el hielo.

  • Señoritas, quiero proponer un brindis por la juventud, voy a cumplir 90 años y estar aquí es algo que no imaginaba volver a vivir.

  • Por ti! - gritaron las chicas mientras brindaban.

  • Además, te tenemos...bueno, os tenemos una sorpresa - dijo Elena, agarrando a Leila de la mano...

  • A ver qué os parece, viejos verdes...solo hacéis comernos con la mirada. - dijo Sandra.

Al instante, comenzaron a besarse entre ellas mientras se acariciaban, dejandonos a todos, yo incluido, de piedra.

  • Y esto solo acaba de empezar, dijo Elena, descubriéndose las tetas.

  • Es vuestra noche de suerte papis...- dijo Leila.

Mientras ellas se desnudaban, nos miramos entre nosotros...No sabíamos qué hacer e incluso yo estaba en shock viendo como esos cuatro cuerpos esculturales de las chicas se quedaban totalmente desnudos en mi salón. Las cuatro, con sus tatuajes, su ropa joven, sus coños rasurados...aquello era un sueño.

  • ¿No vais a desnudaros? - Dijo Elena, acariciándose los labios del coño mientras Laila le chupaba las tetas.

Lentamente nos levantamos, como hechizados, y comenzamos a desprendernos de nuestras anticuadas ropas, que hacían contraste con la lencería fina de las chicas. Para mi sorpresa, los cuatro estabamos totalmente erectos.

  • Muy bien...ahora toca elegir, jiji- dijo Elena

Al oirla, Joaquín se adelanto, y con sus 89 años y sin cortarse, mientras se masturbaba, dijo.

  • Ellos que elijan lo que quieran...pero a ti te voy a follar yo.

  • ¿Sabes qué, viejo maleducado? - dijo Elena - que me parece bien

Elena, con sus 18 años, su cuerpo joven y sus tetas balanceandose, sentó a Joaquín en una butaca, y comenzó a comerle la polla, a introducirsela entre las tetas, y a decirle toda clase de guarradas a un hombre que le sacaba 71 años.

Leo no pudo esperar y se lanzó sobre Leila, la chica colombiana de grandes pechos, y al cogerla de la mano, se la llevó a uno de los cuartos de invitados mientras esta le masturbaba entre risas.

Agustín decidió que el culo de Lucía era su favorito, e hizo lo propio llevándola a otra de las habitaciones.

Sandra, la más rebelde, tatuada y con aspecto de chulería, me dijo: Yayo...parece que estamos mano a mano.

  • Ven aquí, zorra- le dije, siguiendo sus normas.

Lo que siguió fueron varias horas de sexo desenfrenado, y ni que decir tiene, cambiamos en varias ocasiones nuestras parejas. Sandra resultó todo un descubrimiento, ardiente, fogosa, con unas tetas algo más pequeñas que las de Elena...pero muy fogosa y con un coño muy apretado. Follamos en varias posiciones y en el mismo suelo del salón, donde permanecían Joaquín y Elena.

La visión era increíble, no ocultare mis celos al ver como Elena, de espaldas a él, cabalgaba a Joaquín, mientras sus enormes pechos se movían arriba y abajo, y sus gemidos hacían temblar las paredes. La química entre el próximo cumpleañero de 90 años y la chica de 18 años era bastante notable, y pude verla volver los ojos atrás en varias posiciones, mientras el anciano la embestía agarrando sus tetas, bufando como loco. Estoy seguro de que después de esa noche volvieron a follar varias veces.

Pase por los dormitorios y todas las escenas eran idénticas: Agustin poniendo a cuatro patas a Lucía, cuyo culo era una auténtica locura, y Leila tumbada de espaldas, mientras Leo le lamía el coño en uno de los parones que tuvo que hacer, antes de morir de un infarto de tener a la colombiana encima haciéndole movimientos con las caderas mientras se clavaba en su pene.

Como decía, cambiamos de pareja en varias ocasiones, y la noche llegó a su fin conmigo y Elena, concretamente conmigo llenando sus pechos de semen, que ella lamió y entre risas:

  • Sigues siendo mi favorito - guiñó.

A eso de las 03:00 de la mañana, y después de ducharse, las chicas se despidieron de nosotros. Podíamos haber aguantado otro round, pero no estaba previsto que durmieran fuera de casa y prefirieron no dar explicaciones. Una vez se marcharon, los cuatro ancianos nos miramos entre sonrisas de camaradería y orgullo, y Joaquín comentó:

  • Esto hay que repetirlo.

Y vaya si se repetirá....