Anécdotas de Romeo : La violación.
Unos ladrones entraron a robar a casa, aunque uno de ellos decide que no es suficiente.
Acababa de salir del trabajo era tarde y me dirigí a casa, cuando entré a casa no noté nada raro, pero cuando pase al salón fue cuando me percaté de la situación, todo el salón estaba patas arriba, me habían robado.
"Joder, mierda." Dije impotente, comencé a llamar a la policía y camine hacía la cocina, note algo frío pegado a mi cabeza y una voz grave me dijo tras de mí ; Dame el móvil y no hagas ruido a te vuelo la puta cabeza. Me giré con delicadeza y le dí el móvil, entonces aprecié la escena, un cañón de pistola me apuntaba, habían tres hombres con pasa montañas, vestidos con ropas oscuras y llevaban guantes.
"Aquí ya hemos terminado, vamonos." Dijo uno de ellos al que me apuntaba, mientras se colgaba una mochila de deporte.
"Iros vosotros ahora os alcanzo." Dijo él que me tenía en el punto de mira, sentí un miedo terrible, porque no se fue con los demás después de llevarse consigo lo que quería, temí lo peor, cuando los otros dos se fueron...
"Vamos camina." Dijo con tono autoritario y moviendo la pistola con movimientos pequeños, comencé a caminar.
"A la habitación vamos." Continuaba en un tono amenazante, caminé en silencio, cuando llegamos al dormitorio.
"Por favor, no me mates." Dije asustado.
"Cállate." Dijo automáticamente.
"No voy a decir nada a la policía por favor." Suplique.
"¡¡Cierra la puta boca!!" Alzó la voz.
"Quítate la ropa." Ordenó, yo le miré paralizado.
"¡Desnudate vamos!" En una de sus manos tenía la pistola y con la otra me zarandeo y me arrastró hasta tirarme a la cama, fue cuando analicé un poco aquel hombre era grande y el único aspecto físico que podía apreciar con claridad eran unos ojos azules grandes y muy poblados de pestañas con unos cejas negras, bastante definidas y largas.
Era corpulento lo que me complicaba a mi más las cosas. Comencé a desnudarme, me quité la ropa quedándome solo en ropa interior.
"He dicho que te desnudes." Me quité mi boxer y lo dejé caer al suelo. Quedé sentado sobre la cama completamente desnudo, miraba al suelo.
"Date la vuelta." Ordenó, me giré sobre la cama.
"Ponte a cuatro patas, vamos." Hice caso contra mi voluntad y le expuse mi culo a eso cerdo.
"Que culo." Esbozó mientras se agarraba el paquete, se sentó en una silla que tenía en mi dormitorio y bajo el elástico de su pantalón junto al de su ropa interior, dejó a relucir su polla morcillona. Cuando la vi me asustó, no estaba dura y ya era más grande que la de mi ex.
"Ven aquí y arrodillate." Dijo moviendo la pistola, me levanté de la cama y me puse entre sus piernas, arrodillado en el suelo, me quedé parado.
"¿Voy a tener que explicarte paso por paso lo que tienes que hacer?" Me apuntó a la sien, negué con la cabeza.
"Pues empieza de una puta vez."
Agarré su polla y masajee suavemente, conforme se puso dura pajeaba más rápidamente, mi mano subía y bajaba rápidamente.
"Abre la boca." Ordenó, le miré desde abajo y abrí mi boca, me metió el cañón de la pistola.
"¡Chupa!" Dijo amenazante, empecé a chupar la pistola.
"Muy bien... Sabes chuparla." Dijo en un tono humillante.
"Deja la puta paja y metetela hasta la garganta zorrita."
La agarré de la base y comencé a meterme el glande.
"Aaaarg así putita." Dijo gimiendo al sentir mis labios en su polla.
Comencé a subir y bajar por su polla, mi saliva llenaba su rabo, aunque no llegaba a metermela entera, así estuve un rato, los chupones era lo único que se escuchaba aparte de su respiración excitada, el ritmo de la mamada aumentó, cuando me cogió de pelo y comenzó a marcar el ritmo de la mamada.
"Gggrrr." Me atragante, aunque el siguió con su ritmo, si cabía metiéndomela más y con más rapidez, me empujó tirandome al suelo.
"Sube a la cama." Al tirarme al suelo me hizo daño y comencé a reincorporarme, poco a poco.
"Estás acabando con mi paciencia." Diciendo esto me agarró clavandome sus dedos en el brazo y me tiró sobre la cama. Se puso sobre mí en la cama, me abrió las piernas con las suyas y me agarró la manos sobre mi cabeza, me inmovilizó y noté la punta de su polla en mi agujero.
"No, no, no." Dije llorando y gritando, agarró sobre mi cabeza mis muñecas con una mano y con la otra mano me dio un bofetón, había dejado la pistola sobre la mesita, sentía que la cara me ardía.
"Portate bien puta." Volvió a darme otra hostia, dos lágrimas cayeron por mi cara.
"No llores puta." Gritó amenazante. Me soltó de las manos y sin apartar su polla de mi agujero comenzó a reír mientras me revisaba con la mirada, en ese pequeño descuido de él agarré la lámpara de la mesilla de noche y le golpee con ella haciéndole caer a mi lado en la cama.
"Hijo de puta." Dijo mientras se quitaba los trozos de cristal de los ojos, yo había salido corriendo por el pasillo, me alcanzó a pocos metros de la puerta, me dio tal empujón que caí al suelo de manera brusca, me giró poniéndose sobre mi inmovilizandome de nuevo y me dio otro bofetón.
"¿A dónde ibas a ir? ¡Eh, puta! ¿Qué ibas hacer zorra?" A cada pregunta era un bofetón que me daba, me hizo sangre en la nariz y la boca, yo lloraba temblando.
"Estaba siendo bueno contigo pero tú lo has querido así." Me giró en el suelo, instintivamente quise volver a huir, pero me dio un puñetazo en la espalda dejándome sin respirar y me arrastró hasta el salón agarrándome de los tobillos, se puso tras de mí, la puso entre mis nalgas, mientras me agarraba y me la metió hasta el fondo, en seco. El grito que dí se escuchó por toda la casa, el dolor que sentir fue desgarrador, me dejó helado y a la vez me quemaba por dentro, las lágrimas cayeron por mi rostro, pero sin ni siquiera poder asimilar ese dolor comenzó a follarme brutalmente, yo gritaba desgarrado.
"Para, para, por favor, para, aaaaaaah." El continuaba encendido y parecía que cuanto más suplicaba más se encendía, comencé a sentir como un líquido abundante salía de mi culo, él mientras me agarraba de la cabeza y me apretaba contra el suelo mientras continuaba destrozandome, su polla era enorme, solo quería que ese infierno pasara y a la vez temía que terminará, sabía que acabaría con mi vida.
"Aah, ooh, Aaah." Comenzó a gemir y a correrse en mi interior.
"Joder que asco, me has llenado la polla de sangre guarra." Dijo mientras se levantaba y la sacaba de mi interior. Me encogi en el suelo y cerré mis ojos temiendo lo peor, él se pegó a mi oído.
"¡Te gusta comer rabo eh! Provocas y luego lloras, es que eres cerda." Me escupió en la cara, yo era incapaz de abrir mis ojos, escuché como rompía algunas cosas y luego oí un portazo, tenía todo el cuerpo dolorido y el miedo me había paralizado, me quedé allí encogido, hasta que llegó la policía y me encontró allí tirado con un charquero de sangre que salía de mi culo, una vecina les había llamado por mis gritos.