Anécdota

La primera vez que sentí la debilidad de sumisión...

Hice un poco el esquema de mi cuerpo, mis pensamientos en general como soy, era principativo conocerme para expresar las humillaciones. Entré nueva en un restaurante de comida rápida, en principio, en las entrevistas, me percaté de varias chicas jovenes y algún que otro chico de la misma edad sin prestarles mucha importancia. Los primeros días me asignaron lavar los platos e ir limpiando la ventana donde se ponían los servicios, algo simple y aburrido, para que mentir, trabajaba tranquila, sin prisa, de vez en cuando veía que los cocineros estaban mirándome y riendose de mí, porque menudas pintas, sudores por todos lados, los pelos de loca en la redecilla, el vestizaje lleno de espuma y gotas de agua, vamos, horrenda.

También tienen pedidos para llevar, la zona del lavadero está practicamente a la vista de la parte donde salen a por la moto, cada vez que tenían que salir pasaban por donde yo estaba. Les bajaba la mirada por timidez, pero notaba que se fijaban en mí. Terminando el primer día y el último turno, cuando casi se estaba cerrando y salían los últimos pedidos apurados, un chico musculado, con pintas de latino, los brazos tatuados, vamos, un bombón, al haber dos chicas en el mismo espacio, tenían que girar un poco para no darnos, quizá fuera sin querer, pero en ese momento noté como se rozaba contra mí, su cintura con mis gluteos, además, llevaba unas mallas muy apretadas, se me marcaba todo.

Al finalizar la noche, se acercó y estuvimos hablando un poco sobre coches, motos y alguna que otra película y gusto en común, bastante majo, se ofreció para llevarme, pero se lo negué, tenía la casa cerca, además había quedado con un amigo para pasar la noche con él, insistió un poco más, le dije que otro día, y bueno, nos pasamos los números y redes sociales.

Pasé la noche con el chico, por cierto, vaya pesadez, después de venir de estar todo el día de pié, aguantar a una persona hablandote, encima convivía con dos chicas, y tampoco podiamos hacer apenas ruido, entonces, los susurros atorrillantes y el no poder gritar de placer fue muy estresante, una noche fatídica.

Entraba sobre las 2, el mismo proceso, nada mas llegar, estaba la compañera que se pasó la noche anterior al lado mía y la jefa. Empezamos a limpiar el suelo y las mesas, y al poco llegó el chico de arriba, nos saludamos, él se puso a hacer los preparativos para el almuerzo y yo seguía ahí, limpiando como una posesa. Iba en vaqueros azules, igual de justos y pegados que las mallas, con una camiseta pegada negra, sin sujetador, para mí normal, pero la mirada que entrelazamos por la ventana él y yo, fue muy excitante, le aparté la mirada sonriendole, y me piuse a pensar si hizo de manera consciente lo de ayer, si me estaría mirando porque le atraigo, tantas cosas se me pasaban por la cabeza, que acabé tropezando casi tirando la mesa recien montada. Me tropecé con la silla, y traté de agarrarme en la mesa, estupida de mi, que no recordaba el mantel, vaya pifio, menos mal que no ocurrió nada, no quise mirar hacia donde estaba él no vaya a ser que me estuviera mirando, y de repente escucho una voz de fondo, ten cuidado morena, que la plancha aún se está calentando, no supe que responder, le miré, y nos reimos todos los compañeros, fue bastante gracioso el comentario, acababa de encender los fogones para limpiar la plancha de grasa, un puntazo.

Se llenó entero, tuvieron que mandarme para la cocina a hacer de pinche,maridar, limpiar, vamos, lo más aburrido, para aligerar un poco los comensales, cuando ya había menos gente estaba más calmado aquello, casi todas las mesas estaban servidas, practicamente habiamos terminado casi de emplatarlos y quienes no habían comido estaban en la parte de las heladería, el chico se acerco a decirme que si me salía a fumarme un cigarro, que nos dejaban descansar un rato porque no habíamos parado, no era muy de fumar, pero a veces fumaba, me dijo, vamos, anoche te ví con el chico fumando, no me digas que no, eso me convenció, estabamos al lado practicamente del restaurante, en un poyete, a las puertas tambíen de un supermercado, empezamos retomando la conversación de anoche y su mano izquierda se entremetió entre mis piernas posandose por la parte interior de la pierna derecha,me temblaban las piernas, le aguantaba la mirada mientras me tiraba el humo, quería que me dejase y que me follase ahí en medio, me sentía desprotejida, quería fumar pero solo le suspiraba, me decía, se te cae la baba cariño, tienes los ojos pidiendo juego, mató el cigaro,movió rapidamente la mano a la cintura me hizo cosquillas, y me dijo vamos que hay que seguir trabajando, ni me lo fumé, por la mitad lo tiré, estaba jodidamente cachonda. necesitaba ir al baño urgentemente, hablé con los jefes, me dijero que me diera prisa, que acababa de volver, pero que si era por la compresa y tal sí, además me apoyó el chico, vaya salvadas me hacía, cerre el pestillo, sin abrir la tapa ni nada, en un cuadrículo donde podías estirar los brazos y chocarte en ambos lados, el lavabo y el vater, la papelera y poco más, puse una de mis piernas apoyada en el lavabo y la otra en la pared, sentía que como me oyesen se me caería todo encima,estaba mojando toda la tapa, olía a frituras y un fuerte edor a flora vaginal por lo excitada que estaba que no era ni medible, me temblaban las piernas de estar apoyada y de como mis dedos cada vez dilataban mas las paredes, con la otra mano abría mis labios para meterlos con más fuerza, mientras con esa misma mano con el dedo corazón estimulaba mi clítoris, oí unos pasos, llamaron y dije espere estoy terminando, menos mal que era un cliente, llega a ser alguien que trabajaba conmigo, no paré de tocarme ni habiendome tenido que poner a contestarle, al poco de haber venido la mujer o lo que fuera, encharqué aquello dejando un aroma a meadero de burro, intenté limpiarlo con papel, aunque al menos el vater se disimulaba, me lavé las manos y nada en unos 10 minutos volví a la cocina, me dijeron que quue había tardado, yo, bueno, respondí que también surgieron otras necesidades y me reí con ellos.

(Continuara....)