Andrea XXVI, jugando con amiguitas
Mi chocho se estaba mojando, teniendo semejantes bolas justo delante de mis ojos y mi cuerpo empezaba a aumentar la temperatura considerablemente.
Menuda noche pasé el otro día; al final el chico que conocí en el curso, que por cierto, no os dije su nombre, se llama Javi. Bueno, pues vino a recogerme y lo pasé de vicio, pero esa historia os la cuento otro día. Hoy mejor os cuento lo que me pasó antes de irme con Javi. Me había puesto ropa cómoda, un short y un top blancos, hacía mucho calor, así que abrí la ventana de la terraza y me eché en el sofá. Estaba tan cansada que me quedé dormida, pero al poco rato el roce de una mano subiendo por mi pierna hasta mi coño me despertó totalmente. Era mi prima Verónica y no estaba sola; había dos chicas sentadas en frente nuestra mirándonos nerviosas, totalmente excitadas con lo que habían visto. Cuando me fijé más, pude ver que estaban con las piernas abiertas y se estaban tocando sus chochos, disimuladamente con una mano.
"Hace mucho calor, ¿no crees que llevas demasiada ropa encima?", mi prima me decía esto mientras se abría el escote de su blusa y empezaba a rozarse las tetas con la punta de sus dedos.
Mi chocho se estaba mojando, teniendo semejantes bolas justo delante de mis ojos y mi cuerpo empezaba a aumentar la temperatura considerablemente.
Me quité rápidamente el top, quedándome con las tetas al aire, Verónica no pudo aguantarse y se echó de golpe con su boca a mis pezones para chuparlos como una auténtica puta, mientras que me las manoseaba.
Le agarré la cabeza para que siguiera chupando y miré hacia las otras chicas, que estaban calentándose tanto que se tocaban entre ellas y se comenzaban a desnudar.
Yo le quité la blusa a mi prima y empezamos a rozarnos pezón contra pezón y nos besábamos a la vez.
Noté como su mano acariciaba mi pierna y subía hacia mi culo, para luego intentar bajarme el short, el cual terminé quitándomelo yo misma, por no aguantar esperar más.
Me abrió de piernas y poniéndose de rodillas metió su lengua en el agujerito de mi coño hasta el fondo. Hizo que me mojara aún más y soltara un gemido, le agarré de la cabeza, empujándosela hacia mi chocho, quería que me lo comiera todo, que metiera su lengua por todos los recovecos, que succionara como una loca hasta dejármelo seco totalmente, y se lo dije, y al decírselo se puso muy cachonda, hizo todo lo que le pedí, haciéndome gemir como una loba.
Levanté la vista para ver lo que hacían las otras dos chicas y me llevé una sorpresa, estaban totalmente desnudas las dos, mirándonos y tocándose, pero cuando miraron que estaba viéndolas, una de ellas se levantó se puso con el culo en pompa contra la otra chica y cogiéndole la mano y llevándosela a su coño, empezó a meterse todos los dedos de la mano de su amiga, hasta el fondo, mientras me decía. "Nos pusisteis muchísimo".
Después de eso, me miró diciéndome "¿Te, gusta lo que ves?", no me dio tiempo a contestarla cuando ya se había apoderado de mi boca, me estaba besando como nunca me había besado alguna, y sus manos me recorrían entera, agarrando mis tetas, masajeándolas, pellizcándolas, moviéndolas todas. Su boca fue bajando, hasta que llegó a mi coño. Se arrodilló en el suelo y me levantó las piernas para tener un mejor acceso. Las apoyó sobre mis hombros y comenzó a besarme mi chocho depiladito, mientras con sus manos acariciaba mi culo. Hasta que encontró mi agujero y poco a poco, metió un dedo, dos, hasta llegar a tres. Los metía y los sacaba, y cada vez me notaba mas húmeda, mientras ella saboreaba mis jugos, y estaba a punto de estallar. Empezaba a notar que me venía el orgasmo; ella se sentó sobre mi y comenzó a frotar su coño contra el mío, mientras me comía la boca y no paraba de tocarme las tetas.
Mi prima no se quedaba atrás y de reojo veía como estaba jugando con la otra chica, lo que estaba viendo me ponía a mil, ellas se chupaban las tetas con gran maestría. La chica, como toda una experta, abría los labios del chocho de mi prima y le metía la lengua con suavidad y luego con fuerza, Verónica perdida, gemía con placer. Ella le introdujo dos dedos en el chochito y la masturbó mientras su boca y su lengua no abandonaban su clítoris. Lo hacía variando los movimientos, giraba los dedos, los abría al sacarlos y los cerraba al meterlos. Le sacó los dedos del chocho, pero sólo para volver a penetrarla con el dedo pulgar mientras su dedo mayor acariciaba suavemente su culito. Me di cuenta de su intención. Verónica estaba doblemente penetrada, mientras yo saltaba de clímax a clímax, chupando el coño y las tetas de mi compañera de juegos. A esa altura el salón era un caos de sexo, los sudores y olores se mezclaban.
Yo estaba deseando ya correrme, cogí a la chica por la cabeza y me restregué el coño contra su cara hasta que me corrí como una loca. Después le lamí su cara y nos besamos saboreando nuestras corridas. Mientras mi prima estaba entretenida en un suculento 69, ella le comía el coño y la otra a ella el culo. Hasta que se acabaron corriendo y sus líquidos chorrearon sobre sus caras. Excitadas nos acercamos a ellas y empezamos a chuparlas esos dedos impregnados del excitante y morboso sabor a vicio. Después de un descanso sudadas y agitadas cogí a mi prima y le dije que me acompañará al baño, dejando la puerta abierta para que las chicas pudieran ver el broche final del espectáculo. Entonces le dije que se pusiera de rodillas y ella sorprendida lo hizo, me agache un poco y comencé a descargar un buena meada que resbalaba por su cuello sus pechos su estómago... Ella sonreía de placer, le excitaba el calor del pis. Después le pedí que ella me lo hiciera a mí, me puse a lo perrito en la bañera y ella hizo como si me follara pero echando su meada fuerte sobre mi culo y mis piernas. Fantástico sentir la presión del pis caliente sobre mi culo. Después nos incorporamos y yo lamí sus pechos su estómago y su coño. Salado pero excitante, vicioso pero morboso. Ella hizo lo mismo conmigo, me lamió el culo, las nalgas y las piernas; después nos besamos y abrimos el grifo para darnos una buena ducha, dejando caer el agua caliente por nuestros cuerpos, mientras nuestras compañeras de juegos miraban desnudas y boquiabiertas desde la puerta. Creo que volveremos a contar con ellas para próximas aventuras.
El caso es que os figurareis lo mojada y caliente que me fui a la cita con Javi, pero como os dije antes, eso para otro día.