Andrea - segunda parte

Andrea recibió en su taller de costura una visita inesperada que hará una marca profunda en su vida, es continuación de relato anterior

ANDREA – Segunda parte

Transcribo el último párrafo de la primer parte de este relato:

-         Si te portas bien, nada te va a suceder, ahora si nos molestas, te juro que te violaremos enfrente de tu noviecita – Beto le habló en un tono que no le dejó ningún tipo de dudas a Vicente de ante quienes había caído él y nosotras ­.

Más tarde, Vicente me comentó que estaba aterrado, de solo pensar en que los atracadores actuaban a cara descubierta, eso los hacía mucho más peligrosos, ya que el final podría ser el peor, para que no hubiera posibilidad de denuncias o reconocimientos, en caso de que fueran atrapados.

Con Vicente esposado e inmóvil, todo volvió a como era entonces, Beto se volvió al lado de Alejandra a intentar convencerla por las buenas de lo que tenía que hacer y Pepe, me señaló la mesa, para que me volviese a acostar, ya que Vicente le había interrumpido el polvo que me estaba echando.

Mientras me desnudaba sentí algo que no puedo explicar, me excité al sentir que me estaba exhibiendo sin ropa frente a mi novio, mi amiga y dos extraños. Por otra parte, me avergonzaba, por la misma razón. Solo que fue más intensa la excitación que la vergüenza. Igual me pasó cuando me acosté sobre el escritorio, sabía que Vicente me estaba mirando, Alejandra y Beto también me miraban y Pepe se había desnudado totalmente, mostrándole la verga que me iba a clavar a todos los presentes.

Pude ver como Vicente lloraba, sus ojos estaban rojos y húmedos, miré de reojo a Alejandra y la vi mirando hacia donde estaba acostaba yo para ver lo que hacía, siempre pensando que a ella nada le iba a pasar.

-         No chiquita – me dijo Pepe -  así no, ahora está tu novio y quiero mostrarle como se trata a una perra. Date la vuelta, te quiero paradita contra el escritorio, con las patitas bien abiertas – me hizo apoyar el torso sobre la mesa del escritorio y con las manos tomar los costados del mismo, tan abiertas como tenía las piernas.

-         Así está bien? – le pregunté, tratando de demostrar a Vicente y a Alejandra, que tan mal no la estaba pasando.

-         Levanta bien tu culito, perra – me dijo Pepe, mientras con su verga en la mano, me la rozaba y refregaba por toda mi raya, desde mi concha hasta mi ano, ida y vuelta y metía la cabeza, bombeaba un poco hasta sentirla toda adentro y la volvía a sacar, para pasarla por mi raya, hasta que sentí con sus manos me abría la raya y con su verga pujaba por entrar en mi culo.

-         Ey, no, por ahí no, por adelante si, pero ahí no – se lo dije pensando que ya teníamos una relación y una cierta complicidad, al consentir que me cogiera delante de mi novio. Era evidente que yo no decidía nada ahí, por lo que sobrevino después.

-         Ah, no quieres que te haga el culito – me dijo Pepe al oído, susurrando y mordisqueando mi oreja, para no ser oído por las demás personas que nos estaban mirando.

-         No, por ahí no, ya te lo dije, respétame quieres?

-         Entonces pídeme que coja por adelante, pero en voz alta, quiero que tu novio sepa lo puta que eres – siempre hablándome sin que los demás escuchen.

-         No, ni loca te digo eso.

-         Entonces prepara tu culo, porque te lo hago si o si, perrita.

-         Está bien – dije en voz alta – Pepe quiero que me la metas por adelante.

-         Pide por favor perra – en voz muy baja.

-         Por favor Pepe, métemela por mi concha, quiero por adelante, por favor.

-         Bueno perrita, abre bien las piernas – y mirando a mi novio socarronamente, me la clavó de una hasta el fondo y empezó a moverse dentro mío, lo que me dió ataques de calentura que no podía controlar. Jadeos y gemidos no tardaron en llegar y Vicente y Alejandra se dieron cuenta que no eran fingidos, sino que verdaderamente estaba gozando mientras me violaban.

-         Te gusta puta, dilo para que sepan que lo haces por placer.

-         Si me gusta, disculpa Vicente, no lo puedo reprimir – y me largué a llorar desconsoladamente, no supe bien si era por la calentura o por la humillación que sentía por mi novio y por mi amiga.

A todo esto, Beto ya había comenzado a someter a Alejandra. Esta había dejado de llorar, creo que no tenía más lágrimas, así que solo le salía de tanto en tanto un pucherito. Aprovechando esta situación Beto, se había desnudado totalmente y refregaba su cuerpo contra el de mi amiga, cuando éste notó que la resistencia había disminuido, tomó una de las manos de Alejandra y la puso sobre su verga. Con mínima resistencia por parte de mi amiga, Beto la conminó a que se la acaricie para terminar pronto e irse y dejarnos a todos en paz. Alejandra le creyó y tímidamente comenzó a darle caricias en verga y huevos, a la vez que exploraba con sus manos entre las piernas del hombre, mientras acomodaba su cuerpo junto al de Beto.

  • Bueno ahora ya conoces mi verga, ya la has acariciado suficiente, ahora me la         tienes que chupar y prometo que te va a gustar hacerlo, a todas las chicas les         gusta, tu no eres la excepción – Beto trataba de llevarla por las buenas, pero     finalmente para conseguir su propósito debió aplicar la violencia, remedio que en    situaciones como esta es bastante efectivo.

  • No, no voy a hacer eso, me da asco – le respondió Alejandra, sin saber lo que se     le venía tras su respuesta.

  • Te dije que me la chupes gorda de mierda y me la vas a chupar, hasta que te diga basta, ponte de rodillas y como tu amiga, pon las manos tras tu cuerpo, abres la          boca y me la chupas o te doy con el cinto – Beto estaba rojo de la furia, se había        puesto de pie y había tomado su verga esperando a que Alejandra se la chupara.

  • No, por favor no, Andrea dile algo, por favor – y lloraba nuevamente como si fuese          un bebé, pero solo consiguió un fuerte golpe en su cabeza para reaccionar, luego  Beto le apretó los maxilares para obligarla a abrir la boca y empujó su verga   dentro – ahora chupa perra y cuidado con lo que haces.

  • Glup glup glup – Alejandra se prendió a la verga como si fuera una mamadera, ante          la mirada de Vicente, quien espiaba y daba vuelta su rostro, enrojecido de la        vergüenza. A mi también me sorprendió como mi amiga mamaba la verga esa, creí   ver algo de placer en esa chupada y no me equivoqué.

Beto demostraba que estaba disfrutando, ya que le acariciaba el cabello y la zona adonde la había golpeado minutos antes, ahora bombeaba suavemente dentro de la boca de Alejandra y yo seguía aguantando al bárbaro de Pepe que no podía acabar.

-         Bueno ahora si, vamos por atrás mamita, te la pongo y acabo enseguida, vamos por las buenas que será mejor, quieres? – Pepe me habló a medio volumen, de forma que todos escucharon lo que me estaba diciendo.

-         Prometes hacerlo despacio? – le contesté a sabiendas que no tenía chance de pedir nada, pero sabiendo que con esto provocaba y humillaba a Vicente, eso me daba mucha calentura, no lo podía manejar.

-         Abre el culo y relájate perra – fue la respuesta que coseché de Pepe, ya me la había sacado de adelante y separando mis nalgas la pasaba de arriba abajo, cuando tuvo una buena apertura de mis nalgas, se agachó sobre ellas y me escupió sobre el culito y esa saliva la metió dentro con uno de sus dedos, para dilatarme – a ver levanta bien tu culito, abre tus pompis, ahí te va – apoyó la cabeza sobre mi ano y de lo relajada que estaba y la calentura que tenía me la metió casi sin sentirla.

-         Suavecito, Pepe, por favor – ya lo llamaba por su nombre, sabía que esto escandalizaría a Vicente – métemela despacio, quieres?

-         Eres muy puta, no tienes vergüenza, está tu novio presente y me pides pija por el culo – Pepe lo miraba a Vicente y éste había pasado de estar rojo a estar pálido de la rabia que tenía.

Vicente no se como pudo haberse sentido, al descubrir que fui violada por dos hombres, que se dedicaban más a mi persona que a la de mi amiga, a la que despreciaban por ser una chica gorda. En cambio a mi me habían echo de todo, antes que viniera Vicente y estando Vicente con nosotras. Delante de él me trataban de puta, de perra, me hicieron chuparles la verga, me cogieron por mi concha y también por el culo y lo peor de todo era que se dio cuenta que yo disfrutaba haciéndolo. Sobre todo cuando Pepe me la puso por atrás, me la ponía a fondo y me la sacaba, con sus manos me atraía desde mis caderas hacia atrás y me la clavaba hasta el fondo, soltaba mis caderas y apretaba mis pezones hasta arrancarme un gritito que terminaba siendo placentero.

Pepe me estuvo haciendo el orto largo tiempo, sentí algo de dolor cuando me metió todo su pedazo, pero después mucho placer y lo hice saber a todos los presentes, me solté, pensé que la vida era una sola y si en ese momento la estaba pasando bien, no tenía que estar reprimiendo mi sentir.

De igual forma se expresó Alejandra, cuando Beto sin anunciar su acabada, le llenó la boca con su semen, que yo antes había degustado y el de Pepe también. Así que Beto satisfecho por la mamada recibida, dejó a Alejandra para ir a molestar a Vicente.

-         Te das cuenta lo que es no tener dinero? Si hubieras traído algo de dinero, lo hubiéramos tomado y nos hubiéramos ido. Pero no trajiste dinero y nos tuvimos que coger a tu novia y a su amiga.

-         Son unos miserables, ustedes no tienen perdón . . .

-         Shhh, no te hagas el vivo porque te tenemos atado, así que ya pide perdón y danos las gracias por habernos garchado a tu novia – le dijo Beto, burlonamente.

-         Eso nunca.

-         Beto, a mi no me gustan los hombres – le gritó Pepe desde el otro extremo de la habitación - pero una chupadita de pija no me vendría mal. La tengo sucia y necesito que me la limpien.

-         Lo que pasa es que está la novia presente Pepe.

-         Mejor todavía Beto, que la puta de Andrea le enseñe si no sabe.

-         Bueno Pepe, te lo dejo, por lo menos que te la limpie, ya que la metiste en el culo de la perra mayor.

Pepe se acercó a Vicente que amenazaba con agredir a patadas a los atracadores, ya que estaba inmovilizado de manos, por las esposas que lo sujetaban a la cañería de calefacción.

-         Ah, mira que malo que es, no me la quiere chupar y me quiere pegar. A ver, Andrea, perra mía, ven a mi lado y te pones de rodillas y me la chupas al ladito de tu novio para que el vea como se hace, quieres putita?

-         Yo te la chupo, si, pero por favor, con él no, no me hicieron caso con Alejandra, con él háganme caso, por favor.

-         Escucha, creo no equivocarme, pero Alejandra la pasó muy bien con Beto, después que me la mamen ustedes, me la voy a hacer chupar con ella o tal vez me la coja a la gorda.

Tuve que acomodarme de rodillas ante Pepe, Beto y mi novio mirando, desde al lado de donde estaba yo, Alejandra espiando desde su lugar y yo, sintiéndome la peor de todas, abrí la boca y le mamé la verga al hombre que minutos antes me había roto el culo. Pero no solo me había roto el culo, sino que me había arrancado otro orgasmo que no pude reprimir, ni quise tampoco, lo exterioricé al máximo y allá al que no le gustase.

-         Tú mira como la chupa tu novia y aprende, que después seguramente me la querrás chupar un poco, si?

-         Antes mátame, no pienso chupártela, bastardo – Vicente estaba fuera de si y eso ponía mas cachondo a Pepe, mientras que Beto seguía de cerca las conversaciones.

-         Cuidado con la boca, porque además de hacerte chupar la verga, te puedo coger, si me haces enojar, papi.

-         Antes muerto, basura.

-         Ya, déjalo Pepe, ven trae a la perra acá, que mientras te chupa la pija, se la quiero poner un poco por el culito, lo quiero probar a ver que rico que es – le dijo Beto a su socio.

-         Bueno, ya escuchaste, vamos para la mesa, ahora el que se va a acostar seré yo y tu te pones paradita, para que Beto te de por atrás.

-         Glup si, solo puedo obedecer, verdad? Glup splash glup.

-         Bueno larga la verga, no seas viciosa, que va a decir tu novio¡¡¡

Fuimos hasta el escritorio, Pepe se acostó boca arriba, yo parada apoyada entre sus piernas, me clavé su verga hasta la garganta, mientras le acariciaba los huevos con una mano y su pecho. Beto, se me colocó atrás mío, me abrió la piernas, se arrodilló y me chupó el culito tan lindo, que se lo hice saber.

-         Uy que bien que lo chupas, Beto, mójalo bien, ponme mucha saliva, para que no me duela tanto, quieres? – yo sabía que con esto tanto Vicente como Alejandra estarían escandalizados, finalmente me estaba gustando y la estaba pasando bien. Además había salvado a Alejandra que la violen y lo mismo a Vicente, ellos estaban en deuda conmigo, así que pensé que no deberían enojarse mucho. Al fin y al cabo, mi cuerpo era solo mío y durante el tiempo que duró el atraco, lo compartí con Beto y Pepe.

-         Eres muy putita, Andrea, me gustas, tal vez te vengamos a buscar otra vez para hacernos una fiestita – me dijo Beto – pero calla y chúpale la verga a Pepe o se enojará contigo.

-         Glup se la estoy chupando, glup lo mejor que puedo, glup y le estoy acariciando glup todo el cuerpo glup – y mientras estaba distraída con la verga de Pepe hasta la garganta, siento el glande de Beto pujando para entrar, hasta que entró y lo hizo sin parar el muy bestia, me metió el tronco hasta que sentí sus huevos golpear en mis pompas. Me gustaba como me cogía Beto, me sentía una puta, en realidad siempre fui muy puta, solo que reprimía mi devoción por el sexo.

Pepe prefirió dejarme a solas con su socio, para probar suerte con Alejandra. Ni bien llegó a su lado, le susurró algo al oído y sin que medie ninguna palabra por parte de mi amiga, pude observar como se acomodaba ella para chuparle la verga a Pepe. Este no hizo ningún esfuerzo para lograr la mamada, la consiguió solo con lo que le había dicho al oído. Después me enteré que le había dicho: me la chupas o te cojo, que prefieres?

Sin embargo, Pepe, a poco de estar recibiendo la mamada, le pidió a Alejandra que se acomodara en el piso, para coger con él. Alejandra, ni lerda ni perezosa, se quitó la verga de la boca y luego de tirar algo de ropa en el piso, se echó boca abajo, ofreciéndole su culo a Pepe. Ella solita palmeó sus nalgas y pasó uno de sus dedos por su raya, indicándole el lugar que le entregaba para que él penetrara. Pepe separó esas grandes nalgas, desparramó un poco de saliva en el agujero de Alejandra y se tiró sobre ella para metérsela por el culo. Solo apoyó la cabeza de la verga sobre el ano y ésta penetró y a una mínima puja que hizo, se le fue toda la poronga hasta el fondo.

-         Ah gorda de mierda, si te habrás tragado vergas, te hacías la virgen, pero este culo está más hecho que el de tu amiga. Se me pierde la pija adentro, jajaja.

-         Mmm sigue, si, sigue si, sigue si mmm – Alejandra mostraba una faceta de su vida que yo ignoraba, entonces no era virgen mi amiga. Después confesaría que en realidad era virgen de la vagina, no de atrás y mucho menos de su boca.

Todo transcurría según nosotras no lo habíamos planeado, creo que ellos tampoco y mucho menos Vicente. Alejandra y yo, finalmente la estábamos pasando bien, ambas pudimos relajarnos y sacar placer del dolor y la humillación. Beto y Pepe, no consiguieron el dinero que vinieron a buscar, pero se pasaron el día cogiendo como locos. El único que no salió ganancioso en nada había sido mi novio Vicente. El si la pasó mal. Pero dentro de todo, al menos, no lo violaron, aunque el susto se lo llevó.

Cuando Pepe terminó de culiarse a Alejandra, Beto ya había terminado conmigo y se estaba vistiendo, por lo que me asusté un poco, porque luego que ellos se fueran vendrían las recriminaciones, más que nada del lado de Vicente, porque Alejandra al final mostró la hilacha y terminó cogiendo con Pepe como la más puta. Vestidos nuestros atracadores, le quitaron las esposas a Vicente, al que lo encerraron en un baño que está al fondo del local, trabando la puerta para que no pudiera salir de ninguna forma.

Antes de retirarse nos mostraron fotos que fueron sacando uno y otro, con sus teléfonos celulares, que me mostraba más que nada a mi, en distintas posiciones, chupando verga o cogiendo, amenazándonos con subirlas a la red, en caso de que hubiera alguna denuncia o persecución contra ellos.

-         De mi parte no habrá denuncia alguna – les dije – al principio no la pasé bien, pero luego lo disfruté, no se que piensas tu, Alejandra?

-         Yo tampoco voy a hacer ningún tipo de acción en contra de Ustedes, el tema pasa más que nada por Vicente.

-         A él lo voy a parar yo, además las violadas somos nosotras y si nosotras decimos que no fuimos violadas, entonces no tiene causa alguna en contra de Ustedes.

-         Mejor así – dijo Beto – tal vez en otra oportunidad volvamos a visitarlas.

-         Solo avisen para poder esperarlos y recibirlos de otra forma.

En eso quedamos, yo hablé con Vicente y de nuestra charla, resultó nuestra ruptura como novios, pero tengo la conciencia tranquila que esta situación no fue planificada ni por Alejandra, ni por mí.

Este relato continúa

Marcela ( marce459@live.com.ar )