Andrea, mi hembra sumisa
Cada viernes, despues de una semana dura de trabajo, esperaba poder disfrutar de mi hembra. Se llamaba Andrea, era una bella mujer morena, delgada pero muy esbelta. La llamaba a media tarde para que se preparase para mi. Ella entonces llegaba a mi piso y despues de hacer las tareas del hogar se duchaba, depilaba y arreglaba para mi. Se ponia un tanga minusculo, tacones de 10 cm y una bata transparente.
Cada viernes, despues de una semana dura de trabajo, esperaba poder disfrutar de mi hembra. Se llamaba Andrea, era una bella mujer morena, delgada pero muy esbelta. La llamaba a media tarde para que se preparase para mi. Ella entonces llegaba a mi piso y despues de hacer las tareas del hogar se duchaba, depilaba y arreglaba para mi. Se ponia un tanga minusculo, tacones de 10 cm y una bata transparente.
Yo llegaba cansado y desde entonces todo eran atenciones para mi. A mi llegada lo primero que hacia era mostrarme su sumision. Se arrodillaba, me bajaba los pantalones y cogia mi miembro para llevarselo a su boca. Sus labios eran gruesos y su lengua no paraba de limpiar mi pene. Lo chupaba una y otra vez hasta que le decia basta. Entonces yo la manoseaba, le acariciaba sus nalgas, sus senos, acercando mis dedos a su vagina y a su ano.
Despues acostumbraba a ducharme, ella me desvestia y me enjabonaba, con sus manos y su lengua iba recorriendo todo mi cuerpo peludo. Me masajeaba la espalda, mi abdomen, mis testiculos y mi pene. Acercaba a mi su bello cuerpo de hembra, estaba siempre muy cerca de mi para que yo pudiese disfrutar de todo su cuerpo. Me encantaba acariciar sus nalgas y sus senos. Sus pezones eran grandes y oscuros, me encantaba mordisquearlos y succionarlos, y mas todavia oirla gemir de placer.
Despues de la ducha me secaba y vestia, listo todo para relajarme mas todavia y empezar a cenar. Mientras ella preparaba la comida, era una gran cocinera, yo me distraia con la prensa y viendo su ir y venir del comedor a la cocina. Sus piernas eran muy largas y un poco musculadas, toda su tez morena, me encantaba verla andar con esos tacones que resaltaban aun mas su figura. Su tanga me permitia disfrutar de sus nalgas y la bata transparente me permitia ver sus grandes senos que se iban moviendo y balanceando. En esos momentos mi pene quedaba erecto y cuando ella se daba cuenta venia junto a mi y me lo chupaba, dejandome sus senos y nalgas a mi alcance y deleite personal.
La cena acostumbraba a ser muy buena, tanto para mi paladar como para mi vista. Me encantaba verla comer y disfrutar de su belleza. Despues de la cena tomabamos alguna copa y nos ibamos a dormir. Siempre le pedia que subiese ella primero a la habitacion y se preparase para mi. A mi me encantaba me esperase estirada desnuda mostrandome su espalda y sus nalgas, sin quitarse los tacones. A mi llegada ella siempre parecia dormida pero esperando su completa racion. yo siempre empezaba a acariciar sus nalgas y su ano, mis dedos recorrian todo su cuerpo sin cesar. Le encantaban los azotes que le daba y no podia resirtirse a empezar a chupar mi pene sin mas demora. El 69 era una de las primeras posturas donde yo empezaba a disfrutar de sus mieles y ella se apropiaba de mi pene erecto. La pasion se desataba y yo empezaba a darle a su vagina por detras, mi miembro carnoso entraba en su vagina humeda y ella empezaba a gemir. Ella en posicion de 4 y yo dandole fuerte, chocando mis testiculos con su vagina.
Ella no paraba de gemir, lo hacia en un tono bajo que a mi me excitaba. Luego le daba la vuelta y ponia sus piernas sobre mis hombros para darle mas fuerte. Me encantaba esa posicion pues a continuacion cambiaba su vagina por su ano a mi eleccion. Ella gemia y me agradecia la posesion, me pedia que la llamase su hembra, y me prometia fidelidad eterna. Despues de encularla siempre se llevaba mi pene a su boca para dejarlo bien limpio. Luego me gustaba explotar denbtro de ella poniendola otra vez como una perra y embistiendola muy fuerte hasta que no podia aguantar mas y le derramaba todo mi semen.
Al dia siguiente me preparaba el desayuno, en la cocina yo solia acercarme a ella por detras y se la metia sin avisar, mientras exprimia las naranjas para el zumo, usandola a mi entero antojo y capricho. Despues a media mañana se marchaba, tenia familia que cuidar. Hasta el siguiente viernes.
easy way