Andrea - 9

Rosa y Marga reciben la noticia de su embarazo, comienza en tratamiento de transformacion

ANDREA – 9

Esa noche no tuvimos sesión de sexo, aunque dormí con Marga, quería que sintiese mi cuerpo a su lado como cualquier matrimonio, las dos descansamos toda la noche siempre abrazadas. Al despertarnos nos dimos un beso y comenzamos con las caricias consabidas para ponernos a tono, jugando sobre la cama y besándonos todo el cuerpo, cuando comprobamos que ya estábamos suficientemente excitados, me coloque de rodillas ante Marga que se ponía con las piernas bien abiertas le puse sus piernas sobre mis hombros y abriéndole la vagina con mis dedos le metí en un solo movimiento la totalidad de mi pene, ella me dijo.

-          Cariño te ha sentado muy bien el descanso de anoche, la tienes enorme y me está tocando el cuello del útero, por favor comienza a moverte y lléname el depósito.

Lentamente empecé a moverme adelante y atrás notaba la fricción de mi pene en las paredes de su vagina que con movimientos pélvicos apretaban mi pene dándole masajes aumente la velocidad de los movimientos, ella comenzaba a emitir gemidos de placer su cabeza la movía de un lado para otro, sus manos agarraban su pelo largo dejándolo todo revuelto sus labios se mordían mutuamente, la respiración cada vez era más intensa en eso puso los ojos en blanco soltando un grito de placer, que despertó a Elvira, momento en el que eyacule en el interior de su profunda vagina. Me acerque a sus labios y la bese.

-          Creo, que si de esta no te dejo preñada ya no sé cómo hacerlo, te he visto llegar al éxtasis con una pasión que mereces tener no uno sino tres hijos en el mismo embarazo.

Me tumbe a su lado y la acaricie, poniéndole un cojín bajo la cadera para levantársela. Tras unos minutos le dije.

-          No te muevas te traigo el desayuno a la cama, reposa toda la mañana si quieres, yo voy a ir a la facultad para matricularme en alguna asignatura del próximo curso.

Estas sesiones se repitieron dos días más, después y antes del turno de Elvira, había descansado unos días, tenía que ir en buenas condiciones al banco de semen para hacer las donaciones, el día señalado acudí al banco y tras presentarme me hicieron pasar a una sala me dieron unos frascos y me indicaron que si necesitaba ayuda tenia videos y revistas para excitarme. Tras echarles una ojeada me puse manos a la obra, nunca mejor dicho, y tras media hora dándole a la mano los tres frascos que me dieron estaban por la mitad, cantidad suficiente para varias fecundaciones, si el recuento y movilidad de los espermatozoides no era buena me avisarían para ponerme un  tratamiento para mejorarlo.

Al día siguiente comenzaba el turno de Elvira, los procedimientos fueron similares, escogíamos las posturas más idóneas para efectuar el coito con fines reproductivos mañana y noche se repetía el protocolo, durante los cuatro días fértiles de Elvira las tres chicas me cebaron a comer, había tenido mucho desgaste y sabían que después adelgazaría con el tratamiento, mis tres mujeres me trataban a cuerpo de rey.

Cuando termine los días fértiles quería comenzar el tratamiento ya, compre las medicinas y siguiendo las indicaciones del endocrino comencé con ellas, tenía que tomar un protector para el hígado, dos pastillas diarias de estrógenos y otras dos de inhibidores de testosterona, además de una serie de inyecciones y cremas para la elasticidad de los pechos.

De las inyecciones se encharcaban Marga y Rosa que eran enfermeras de las cremas Elvira y entre las tres me recordaban la toma de pastillas constantemente, dejándomelas preparadas en el desayuno y la cena.

El día que empecé, les pregunte quien quería hacer los honores de ponerme la primera inyección, Marga se levanto y me dijo.

-          Como yo he sido la primera en descubrir tu polla, quiero ser la primera en decirle adiós, ya que no volverá a entrar en mi coño.

Me mando ponerme en posición se acerco, me dio un beso en la polla y sin ningún miramiento me inyecto mi primera dosis. Había comenzado un camino que no tendría marcha atrás.

Durante el primer mes de tratamiento, apenas tuve alteraciones, algún dolor de cabeza cambios de humor pero se pasaban rápido, lo único que sentía era un ardor interno recién me ponían las inyecciones y un poco mas de suavidad en los pechos tras ponerme las cremas.

Tras dos meses de tratamiento, un día Rosa por la mañana al levantarse mostraba muy mala cara, tras desayunar y comenzar a arreglarse devolvió todo el desayuno, en un principio nos alarmo pero enseguida nos dimos cuenta que posiblemente estuviese embarazada, le preguntamos si había tenido la regla y nos dijo que tenía una falta, se lo achaco a un retraso ya que no era regular no obstante compraría un predictor para salir de dudas.

Al hacer la prueba los resultados salieron negativos, la desilusión nos toco a todas, ya queríamos ser mamas, tías y papa.

Cada una de nosotras seguía con su vida cotidiana, yo había empezado a preparar dos asignaturas para presentarme en Septiembre y las chicas, asistiendo a las clases y las practicas de sus futuras titulaciones, enfermería y veterinaria. Habían pasado ya dos meses desde el comienzo de mi tratamiento, notaba que el pelo lo tenía más suave y la piel más sensible, en eso estando en la cocina, Rosa empezó a encontrarse indispuesta, se le tomo el pulso lo tenía un poco bajo, pero se recupero enseguida, Marga insistió en que volviese hacerse una prueba de embarazo, bajo a la farmacia y trajo tres test.

Le dio uno a Rosa y la mando al baño a que lo hiciese, cuando salió lo traía en la mano, lo dejo en la mesa y nos quedamos las cuatro esperando el resultado, tras los minutos reglamentarios fuimos a comprobar el resultado. Nadie dijo nada, nos miramos y abrazando a Rosa les dijimos, EN HORA BUENA MAMA, estas embarazada, luego Rosa me vio se acerco y me dijo.

-          Gracias, vas a ser papá, el papá mas bueno del mundo, y dándome un beso me abrazo y se puso a llorar.

El test anterior había dado negativo porque por lo visto debía de pasar un determinado tiempo aproximadamente 2 meses desde la última regla.

Ese día fue de fiesta, al día siguiente, Rosa pidió cita en el ginecólogo para ponerse en manos del médico que la trataría, no quise ir con ella, ya que tendría que ir con las tres y pensarían que tenía un aren, fue Elvira, que había sido la última y nadie pensaría mal si la acompañase una amiga. Así se turnarían ya que ninguna iría al mismo medico

El Dr. Que la atendió, le hizo el reconocimiento oportuno, le mando las vitaminas necesarias, análisis de sangre para comprobar cómo estaba de hierro, albumina etc. la peso, le pregunto la fecha de la ultima regla y le dijo que estaba de dos meses y que de momento la veía muy bien que volviese dentro de dos meses para las revisiones oportunas., descanso no levantar pesos y caminar mucho tomar las cosas con calma y vida normal, el embarazo no es una enfermedad, es un estado normal en las mujeres que dura 9 meses.

Las cosas en la casa siguieron con plena normalidad, yo seguía con mi tratamiento, lento pero seguro, mis pechos eran suave y notaba una elasticidad en ellos, con la ayuda de las chicas empezaron a enseñarme como maquillarme, para estar en casa, a la calle de momento no salía maquillada ya que no se notaba nada mi transformación, pero seguía aprendiendo, como caminar con zapatos de tacón, primero con zapatos con poco tacón y progresivamente aumentaba el tamaño de los mismos, decidimos que mi habitación quedaría para los niños y yo dormiría una noche con cada una, así no se enfadarían y primero Rosa, tendría la sensación de que el padre de su hijo la cuidaba.

Al mes de conocer la noticia del embarazo de Rosa, Marga, comenzó con molestias estomacales y sensibilidad en las mamas había tenido una falta en su menstruación, y se notaba mas cansada, se hizo la prueba de embarazo y el resultado fue positivo, otro día de fiesta en la casa Marga me dijo.

-          Papá, el ultimo polvo que me echaste ya te dije que me dejarías preñada vas a tener otro hijo y seguro que será tan guapo como tú.

-          Marga, prefiero que mis hijos sean tan guapos como sus madres.

Al día siguiente, Marga acompañada por Rosa, fue al ginecólogo, revisiones, análisis, medidas, preguntas etc. todo correcto y le mando que volviese dentro de dos meses.

La familia comenzaba a aumentar, de momento ninguna había hablado del cambio de vestuario, sus vientres no mostraban los signos de su embarazo las únicas molestias que sufrían eran el paulatino aumento de mamas, cansancio cambios de humor y repugnancia a algunos olores y los dichosos antojos, pero esos de mutuo acuerdo fueron descartados ya que serian tres al mismo tiempo y la casa se volvería en una jaula de locas.

Yo seguía preparando las asignaturas para septiembre, comencé a notar que algunos pantalones me quedaban apretados de cadera y que mi cintura era menor de la que tenia lo comente con las chicas y me dijeron que podría probarme algún pantalón de ellas que posiblemente le quedasen mejor mientras ellas no los podrían usar. Note también que mis pezones estaban más sensibles, que el roce de la ropa me molestaba, la aureola se había expandido un poco alrededor de ello dándoles una pequeña forma puntiaguda, fue entonces cuando me probé los formadores que me había dado Katrina, me protegerían los pezones del roce y me iría acostumbrando a llevar sujetador, en casa no me importaba vestir una blusa de color claro que se notase el sujetador, pero en la calle, procuraba vestir una ropa mas holgada y de color. Mi voz comenzaba a aclararse y mi barba ya no necesitaba afeitarme todos los días podía hacerlo cada 2 días, el aprendizaje de maquillarme y peinarme resultaba muy gratificante, el pelo ya me llegaba a la altura de los hombros y cada vez que me lavaba la cabeza, para secármela, me ponía la clásica toalla en forma de turbante en la cabeza, no hacía falta que al salir del baño me sujetase la toalla a la altura de los pechos, éramos todas chicas y a todas les había visto las tetas y el coño y ellas me habían visto mi pene, flácido y erecto.

Estaba próxima la siguiente visita de Rosa al médico para la revisión correspondiente del primer trimestre, cuando Elvira comenzó con los síntomas ya conocidos, si hizo la prueba y dio positiva, el objetivo había sido alcanzado, las tres estaban embarazadas, todas contentas y felices los niños se llevaría aproximadamente entre dos y tres meses, visita al ginecólogo, revisiones, medidas, preguntas, análisis todo correcto, ya lo habías tomado como una rutina normal, a Rosa, se le empezaba a notar un poco la tripita incipiente, cuando se acostaba me fije que el sujetador le dejaba unas marcas en su busto, las mamas le habían crecido bastante, probo con los de Marga que eran una copa mayor y se encontraba mas cómoda, las cuatro empezábamos a tener problemas con los sujetadores, ama aun me quedaban grandes los de ellas y a ellas los suyos les quedaban pequeños, decidieron un día a ir de compras de sujetadores, yo me arreglaría con los de ellas y los de Katrina hasta la operación de implantes de prótesis.

Los vientres de Rosa y Marga con los días aumentaban su volumen, yo comenzaba a sentirme incomoda, los pechos me dolían un poco, me encontraba más pesada, mis movimientos eran un poco más lentos motivado a que la grasa se me acumulaba en glúteos y caderas, mi cintura era más delgada y mi voz cada día era más atiplada. Elvira se encontró mal de repente y no eran los síntomas de embarazo, fue al médico y tras un reconocimiento y análisis le diagnostico de que estaba embarazada, le indico que no sentía ningún síntoma y que la ultima regla la había tenido hace un mes y medio, lo tomo como un retraso, ya que no era regular, cuando regreso a casa con la noticia entonces sí que se armo una fiesta, el propósito que habían diseñado se estaba cumpliendo, tenía a tres hermosas chicas viviendo conmigo a las que por su propia voluntad las había dejado preñadas. Se comenzó entonces en la casa una programación para las tres, las fechas en que cada una debería hacerse las revisiones trimestrales, los análisis, el comprar la ropa premamá de cada una las cunas las comidas que tenían que tomar según los análisis etc. un día que salí con Rosa a pasear y a la peluquería aproveché entre en una farmacia y pedí que me perforaran las orejas, a nadie le extraño, hoy día hay muchos chicos que llevan pendientes, allí mismo me las hicieron y me colocaron unos pendientes provisionales para que no se me cerrara el agujero de las orejas, luego entramos en una tienda de complementos y nos compramos varios, unos de fantasía, otros un poco más elegantes haciendo juego con colgantes y anillos y por ultimo entramos en un supermercado de firma multinacional y compramos 10 paquetes de pañales para recién y otros tantos para edades de 3 a 6 meses, pezoneras y toallas absorbentes para el pecho. Aprovechamos y vimos varios modelos de fajas maternales sujetadores para lactancia cremas anti estrías.