Andrea - 11
Marga y Elvira dan a luz, primera operación implante de mamas
ANDREA – 11
Tras el parto, Rosa, pidió que la dejaran descansar, me quede sola con ella, y con nuestro hijo, fue entonces que me dijo:
- Andrea, gracias por lo bien que te portaste con migo me gustaría ponerle tu nombre a nuestro hijo, pero seguro que tanto Marga como Elvira también querrán ponérselo y no podremos tener 4 Andreas en casa, por eso quiero ponerle ANDRES, es lo más parecido y siempre me recordara a ti, además es el nombre de mi padre.
- Me parece muy bien la elección, y el motivo, como yo no me pienso cambiar de nombre, ya que aquí, mi nombre es de mujer seguiré con el que me pusieron mis padres, quieres que avise a tus padres para decirle que tienen un nieto?
- No, les daría un disgusto, me tomarían por una cualquiera, ya se lo diré yo en su momento, cuando pase el tiempo y pueda llevárselo para que lo vean, le contare toda la verdad y prefiero incluso que tú me acompañes cuando tu transformación se haya completado al 100% y decirle de lo buena persona que has sido con nosotras. Si quieren aceptarlo me alegrare mucho y si no, no se lo reprochare, y lo comprenderé pero me entristecerá de que nuestro hijo no pueda disfrutar de sus abuelos y ellos de su nieto.
Durante los primeros días de Rosa en el hospital, nos turnábamos las cuatro, contando con Katrina, para hacerle compañía, además si a Marga se le adelantaba el parto, estaría mas tranquila sabiendo que estaba en el sitio indicado.
No fue así, a los tres días le dieron el alta, y volvió para casa, tuvimos que reestructurar la distribución de los dormitorios, el mío, como habíamos dispuesto quedaría para los niños y yo estaría cambiando de cama diariamente, en un principio las tres cunas que habíamos comprado estaban en mi dormitorio, pero una la trasladamos al cuarto de Rosa, de esa manera ella estaría más tranquila teniéndola en su cuarto y más comodidad para darle el pecho por la noche, yo durante la primera quincena dormiría con Rosa, para darle la confianza de mujer recién parida y con el padre de su hijo a su lado, lo mismo haríamos con Marga y Elvira después yo pasaría a mi cuarto y una vez a la semana dormiría con cada una de ellas.
A los quince días de haber nacido Andrés, tenía el examen de las de segundo curso, me presente temblando había hecho un gran esfuerzo para sacarlas la noche anterior apenas dormí, cuando salí del examen tenía la impresión de que no las sacaría y habría perdido tres meses de retraso en mi transformación. Una semana después del examen me acerque por la escuela para ver los resultados, casi me desmayo, había aprobado las dos asignaturas con un notable alto, corrí a casa para darles la noticia a las chicas cuando me encuentro a Elvira y a Marga saliendo de casa camino del sanatorio, Marga había roto aguas, me dijeron que Rosa estaba bien y que no se preocupase. Fui con ella a la clínica, al ingresar la llevaron de inmediato a reconocimiento, se le comunico a Dr. de guardia que era un parto ge melar, le pregunto a Marga si quería cesárea o epidural ella le dijo.
- A los hijos se les quiere más, cuanto más dolor te den al nacer, prefiero la epidural, si hubiese complicaciones abran y sáquemelos vivos, por favor.
- No tengas miedo, saldrá todo bien y pronto los tendrás en tus brazos.
Avise a Katrina, me dijo que no podía venir que tenía un cliente, pero cuando terminase se desplazaría de inmediato. Permanecí a su lado todo el tiempo cuando llego el momento la trasladaron al paritorio pedí permiso para estar con ella y me dijeron que si tenían que abrir tenía que abandonar el quirófano, acepte las indicaciones y en todo momento apretaba su mano. Tras una hora en el paritorio salí con la cara mas pálida que una cirio, todo había acabado. 3,100 y 2,800 niña y niño, la madre bien descansando y yo llorando porque mis hijos estaban bien y su madre también, es eso llego Katrina preguntando como loca que había pasado, fue Elvira la que le informo, yo no podía hablar, estaba en un rincón llorando.
Cuando nos dijeron que podíamos pasar, fue Elvira y Katrina las primeras en entrar y felicitar a la nueva mamá, que enseguida pregunto dónde estaba yo. Cuando Elvira le dijo que estaba fuera y en el estado anímico en que me encontraba, le pidió que me fuese a buscar, quería decirme una cosa.
Cuando entre en la habitación, no pude contenerme y delante de todas, le dije que las quería, que no sabía que me pasaría si alguna me faltase, el ambiente se parecía más a un velatorio que a una habitación de una recién parida, todas llorando, pero de felicidad, Katrina, nos saco una foto con los recién en los brazos después nos pidieron que la dejásemos sola para descansar, le pedí a Katrina que llevase a casa a Elvira, yo me quedaría con Marga.
Cuando nos quedamos solas, me dijo.
- Cariño, gracias por haberme hecho tan feliz si quieres saber, no tenía mucha fe en que esto se produjese, no solo el embarazo, sino el que llegase a buen fin, quiero ponerle los nombres de mis padres si no te importa, serán Lucia y Jaime, te parece bien?
- Lo que tu decidas será perfecto, quieres que avise a tus padres?
- No, ya me pondré yo en contacto con ellos en su momento, cuando llegue ese día quiero que tu estés presente, estés como estés y le diremos la verdad, si la aceptan felicidad para todos y sino ellos perderán
- dos hijas y dos nietos.
- Una cosa similar me dijo Rosa, me parece que cuando llegue ese día tendremos que hacer un viaje toda la familia para ver a los abuelos maternos y paternos, esperemos que todo salga bien.
La permanencia de Marga en la clínica se prolongo más de lo debido, ya que haber parido a dos, la recuperación no fue tan rápida, no obstante al quinto día le dieron el alta, pero en casa guardo cama durante una semana más. Las dos cunas que nos quedaban las pusimos en el dormitorio de Marga, la primera semana dormía con Marga, por la misma causa que con Rosa, además al ser dos las criaturas por la noche le ayudaba ya que mientras le daba el pecho a una yo cambiaba a la otra y viceversa.
Tras la primera semana, compre la otra cuna que nos faltaba para el de Elvira, que no tardaría en llegar, por fortuna este tuvieron que provocarle el parto, ya que se había pasado de cuentas casi 15 días, Tubo una niña que peso 3,200 y media 54cm pelo rubio. Le puso el nombre de Esperanza y mantuvo las mismas intenciones con respecto a sus padres, ya le comunicaría la novedad en su día.
Durante los días de espera de la niña de Elvira, aproveche para hacer el cambio de matricula a otra escuela, rellene los papeles con mi nombre, DNI dirección y todos aquellos datos que me pedían. Me hice los análisis que me había pedido el Dr. y se los lleve. Programamos la operación para el mes siguiente, con ese espacio de tiempo, las chicas ya estaban recuperadas y comenzaban con su vida normal de una madres primerizas, de vez en cuando siempre que no tenia clientes Katrina les iba a echa una mano atendiendo a los niños y acompañándolas de paseo.
El día de la operación, Katrina me acompaño a la clínica, ya que las chicas con los niños no podían atenderme, además como ella ya había pasado por esa experiencia, me daba consejos en lo que respecta al dolor y demás molestias que sentía.
Me acompaño hasta la puerta de quirófano y no salió de la sala de espera hasta que yo salí del mismo completamente dormida y enfajada tórax rostro, como me había dicho el Dr. me harían unos retoques en nariz, pómulos mentón y liposucción, reposicionando la grasa de cintura en caderas y glúteos. Cuando desperté, me dolía todo el cuerpo a base de analgésicos supere los primeros días, la cara la tenía un poco hinchada todavía por la cirugía, pero a los diez días ya estaba para recibir visitas, aunque se notaba un poco la hinchazón. Todos los días el Dr. me visitaba, comprobaba los implantes, las cicatrices y me daba las pautas a seguir tras el proceso quirúrgico, no tomar el sol, no hacer esfuerzos con el pecho, utilizar un sujetador deportivo que me oprimiese bien durante un mes el lavado de los pechos y que acudiese a las revisiones periódicas según el calendario que me facilito.
Cuando regrese a casa, las chicas estaban deseosas de verme la nueva imagen que tenia, les dije que no quería enseñarlas hasta dentro de un mes, cuando ya estuviesen afirmadas, aprovecharía ese tiempo y cuando mi nuevo rostro estuviese preparado para preparar mis cejas y los últimos toques a nivel facial, le pedí a Katrina que me comprase un sujetador deportivo para cuando pudiese salir, mientras llevaba puesto uno que me habían facilitado en la clínica que me oprimía los pechos para ajustarlos a mi cuerpo, las zonas donde se había efectuado la liposucción también las tenia enfajadas con el fin de evitar por un lado el descolgamiento de la piel donde me la habían quitado y reafirmar donde me la habían colocado, ya que en si había sido un autotrasplante, quitar de aquí y poner aquí, evitando de esa manera el rechazo. Durante todo ese mes dormía sola en mi habitación, pero les ayudaba a las chicas en el cuidado de los niños bañándolos cambiándolos etc. estaban deseando ver mi nueva silueta, pero yo la mantenía en secreto, amplios jersey que desfiguraban mi torso o blusones las tenía en ascuas, la única que me había visto los pechos era Katrina, que venía todos los días y me ayudaba a lavarlos y a ponerme el sujetador de la clínica, que por lo visto era un poco incomodo de poner sobre todo los primeros días. Había pasado un mes desde mi operación y tenía que pasar la primera revisión, cuando llegue me saludo muy amablemente y me pregunto cómo me encontraba, si había tenido molestias, me mando desnudar y me reviso todas las zonas operadas, las encontró perfectamente, los implantes se habían ajustado perfectamente, me indico que siguiese durmiendo boca arriba por lo menos un mes más y con el sujetador deportivo, no obstante para la vida normal ya podía utilizar otro tipo de sujetador, las zonas de la liposucción habían quedado perfectas, mi trasero estaba un poco más alto y redondeado y mi rostro era irreconocible era otra persona, me aconsejo que no dejase la medicación que me había recetado el endocrino, que esa tenía que ser constante, ya que si la abandonaba con el tiempo todos los logros con respecto a mi feminidad a nivel hormonal tendrían un retroceso, volviéndome a salir el bello en cara, regresando a los parámetros de hombre.
Cuando salí de la consulta, lo primero que hice fue entrar en una corsetería y escoger unos bonitos sujetadores más seductores, aunque para diario podía utilizar los de las chicas que me sirviesen de copa y para seducir utilizaría los nuevos, escogí también un corsé con sujetador de media copa y liguero.
Por la noche, les dije a las chicas que habría pase de modelos, que una vez dejasen a los niños dormidos nos reuníamos en el salón. Así fue, todas estaban deseando verme y tocar mis pechos. Aparecí con el corsé de media copa, color blanco, unas bragas haciendo juego y unas medias blancas. Cuando me vieron se quedaron con las bocas abiertas al ver mi nueva figura no podían creer que ese era mi nuevo cuerpo, una a una se levantaron y me acariciaron los pechos la opinión de las tres fue unánime. Eran PRECIOSOS y muy naturales, ya que al tocarlos comprobaron de que no eran los clásicos pechos duros que se ven que son implantes, me dijeron que mi trasero se parecía al de Jennifer López, redondito y respingón.
Luego me probé otros conjuntos y todos les gustaron como me quedaban, aprovechando de que estábamos en tarea de probarme ropa, cada una trajo sus antiguos sujetadores para que me los probase por el tamaño de las copas, ya que ellas en ese momento no los necesitaban, usaban sujetadores maternales que les facilitaba la acción de darles el pecho a los niños.
A partir de esa día, ya salía a la calle completamente vestida con la ropa que me hacia feliz, pantalones ajustados blusas ceñidas en un decir, mostrando mi nuevo cuerpo.
El primer día de clase, me puse unos vaqueros elásticos y un jersey con escote en pico, de esa manera mostraba un poco el canalillo, ya tendría tiempo de lucir mi nuevo armario. Lo clásico, los chicos enseguida se pusieron a mi disposición al ver que era nueva en la escuela, indicándome que profes eran huesos y cuales un pedazo de pan, nadie se dio cuenta de que yo en realidad era un transexual.
Mi vida comenzó a trascurrir con normalidad, hasta que recibí una carta del banco en la que me informaban en que mi cuenta presentaba un descubierto de 2.000€ y que me daban un plazo de 2 meses para su regularización.
Necesitaba reponer ese dinero, no se lo podía pedir a mis padres sin una explicación razonable que aunque ellos me mandaban dinero todos los meses, los gastos de operación y los partos me habían dejado en números rojos, a quien podía acudir para solucionar este problema?