Andrea (03)
Llegamos con tiempo al centro, lo que nos dio tiempo de pasear un poco hasta que se aproximara la hora de ir a buscar a la madre de mi querida novia.
Andrea (III).
Llegamos con tiempo al centro, lo que nos dio tiempo de pasear un poco hasta que se aproximara la hora de ir a buscar a la madre de mi querida novia.
Ya en la puerta, nos estaba esperando. Tenia puesta la misma pollera blanca tableada, caminamos unas cuadras, hasta la zona de los cines, con el sol de la tarde cayendo entre los edificios, sus rayos tenues se filtraban transparentando su falda pudiéndose ver sus piernas contorneadas y el comienzo de sus bragas blancas.
En el cine nada importante, al salir comentamos la película, mientras comíamos algo liviano. El único contratiempo fue que al llegar a la estación de tren
ya habían cancelado dos trenes anteriores por una huelga de señaleros y la central estaba repleta de gente y en los andenes no cabria un alfiler.
Logramos ascender y estuvimos demorados media hora mas, antes de salir se corto la luz dentro del vagón y quedamos en penumbras, con tanto movimientos y empujones, quedamos cerca de una puerta que comunica con el vagón continuo. Mi novia quedo abrazada por su mama como protegiéndola y yo que tras de ella, no habia pasado ni la primera estación que me vi obligado a colocar una mano en su cintura.
- Sos vos Claudio?
-Sí como están.
- Bien.
-Y Andrea.
-Acá... estoy bien, apretada y con sueño. Con el amparo de la oscuridad fui, poco a poco apoyándome en la hermosa colita de la madre de Andrea me fui animando cada vez mas, a la vez que sentía que ella hacia recibo de ello sin decir una palabra. Después de la segunda estación que paramos en la cual subió mas gente, la situación me daba excusas ante cualquier protesta, pero como no las hubo y yo estando bien exitado, al estar tan unidos que su pollera ya se hundía metiéndose entre sus nalgas. Queriéndolas sentir mas y dada su pasividad me arriesgue a comprobar si era realmente aceptación. Me baje el cierre cubierto por la gente y la oscuridad reinante y comencé a frotármela entre sus nalgas, pronunciando los vaivenes del tren, ella contrariamente a lo imaginado aproximo mas su cola dejándose deliberadamente apoyar y librándose a disfrutar con mucho disimulo, cruzando algunas palabras con su hija.
Me di cuenta de su calentura por que apoyo su mano sobre la mía que la tenia en su cintura.
Estas bien Claudio?
Si Irma no se preocupe cuídeme a la nena.
Como fuera mi hija.
Mientras intercambiábamos palabras nuestros cuerpos pujaban por estar mas cerca. Al pasar la cuarta estación, no pude mas y le fui levantando su falda hasta que parte de su ruedo quedo a la altura de mi estomago y mi pija quedo sobre su bombacha y entre sus nalgas. Por los movimientos del tren pude pasarle mi pija por sus cachetes, quedando en ese entonces, piel con piel lo cual aumentaba su desenfreno, dejándosela pasar calladita sin una palabra, como si fuera una colegiala que es manoseada por primera vez por entre las piernas.
En la quinta estación, me la tome con mi mano y se la pase por el lado interior de sus piernas, ella sintiendo esa carne caliente, entreabrió las piernas un poco, permitiéndome llegar a su pubis y hacer presión por sobre su bombachita blanca, eso sucedió varias veces, el tiempo para mi era interminablemente delicioso.
Pude sentir lo mojada que estaba la zona por sus flujos, al faltar una estación para bajarnos, volví a colocársela entre las nalgas y la fricción de ambos cuerpo llego a ese camino natural, que culmino con mi descarga copiosa, abundante de semen, entre su bombacha y pollera. No pude desaprovechar la ocasión, una oportunidad como estas no se da todos los días, así que me di el lujo de limpiar y expandir mi leche con mi pija por sus nalgas y piernas y termine de limpiármela con el ruedo de su pollera antes de guardarla, sabiendo desde ya, que al llegar a su casa y sacársela llevaría a su boca los restos de leche de su falda y se haría una paja de lujo, después de esa experiencia de le hizo vivir el novio de su hija, que ni su marido en las buenas épocas, logro despojarla de toda prudencia y llevarla a tal grado de indecencia.
Al bajar del tren, nos adentramos al frío para el cual no estabamos preparados, teníamos que caminar tan solo seis cuadras pero parecieron veinte. El viento nos obligo a abrazarnos a los tres quedando yo por suerte en el medio de ambas mujeres, lo cual nos causo risas y así entre temblores y chistes se fueron pasando las cuadras, antes de llegar a casa pensaba en la leche derramaba, todavía liquida entre su pollera y su bombachita blanca. Con este pensamiento ya la tenia parada nuevamente. Al doblar la ultima esquina e internándonos en la calle mas oscura e inevitable por ser la cuadra de la casa de Irma, y hablando del frío y de lo bien que nos caería un café, fui dejando su cintura bajando mi mano por el fin de su espalda para volver a sentir la falda mojada por mi leche, y animándome a bajarla mas, para poder por ultima vez, manoseándole lentamente y descaradamente su cola pasándole bien dos dedos por la raya de la cola llegando casi hasta el final de sus piernas, teniendo en cuenta que tanto su pollera era de una tela suave y su bombacha de raso, la sensación de mi mano ante ese cuerpo fue única. Subí y baje dos o tres veces la mano y apreté con delicia sus cahetes. Ya llegaba a levantar un poco la falda por el movimiento del breve pero intenso manoseo.
Bueno... Bueno..(dijo Irma como avisándome) ya llegamos chicos. Y yo ahora les voy a preparar un buen café, después de ponerme cómoda por que estos zapatos me están matando, que les parece.
Bárbaro mama yo y Claudio te ayudamos.
Al entrar Irma inmediatamente se dirigió al baño.
Chicos me voy a dar una ducha en seguida salgo. Pueden ir preparando las cosas en la cocina.
Si mama.
Ya en la cocina la tome a Andrea en mis brazos.
Dale Andrea chúpamela antes de que salga tu mama, que llevo la leche de todo el día mi amor.
Humm.. debe ser mucha pobrecita le debe doler tener acumulada tanta lechita, yo te la voy a sacar.
Así mi amor pajéamela bien, pásale la lengua como vos sabes, antes de caiga tu mama.
- Y si llegara mi mama y nos descubriera te gustaría.
Tal comentario me calentó tanto, que Andrea se dio cuenta y me pajeo con mas fuerza para hacerme acabar.
-Y si al verme pajearte y ver tu pija grandota y sus venas hinchadas y me ayudara a chupártela, danlole tu leche en su boca y salpicándole toda la cara.
-Dicho esto acabe en su boca un manantial de leche.
Hija de puta que cochinita que Sos.
Todo por tu leche mi amor.
Después ya en el comedor, los tres conversamos con el televisor prendido a media vos.
-Llegó carta de mi hermana.
-Sí como esta la tía.
-Bien tiene que hacer unos tramites en capital, y la invite a que pase unos días acá.
- Y cuando viene.
-No falta mucho, ella piensa que el mes entrante.
Mi tía es muy buena, todos los del campo lo son o viven de otra manera.
Seguro no tan acelerados como los de la ciudad.
Esa noche hubo una vuelta mas de café y yo me despedí y ellas se fueron a dormir.
De regreso, el frío, la noche y mi casa. Ya en mi cama, pensaba en volver a estar en casa de mi novia. Y como tentar y dejarme tentar, en ese juego sutil que, sin dejar sentadas las bases, cada día estaba mas candente. Juego de fuego, de momentos intensos, arriesgados y prohibidos.
Continuara...
Datos del autor
Nombre: Delfín
E-mail: ddelfin@yahoo.com