Andrea 02 - Soñando en el metro

Como ya sabéis, me llamo Andrea. Anteriormente os hablé de mí, y os conté cómo soy y qué me gusta. Este viaje no ha hecho más que empezar, y a partir de ahí, la emoción, las sensaciones y las experiencias solo van hacia arriba… Quedaos conmigo y prestad atención: la aventura ya ha comenzado.

Como ya sabéis, me llamo Andrea. Anteriormente os hablé de mí, y os conté cómo soy y qué me gusta. Este viaje no ha hecho más que empezar, y a partir de ahí, la emoción, las sensaciones y las experiencias solo van hacia arriba…Quedaos conmigo y prestad atención: la aventura ya ha comenzado.

Es un día tranquilo, acabo de salir de una de mis primeras clases en la universidad y voy de vuelta a mi piso de estudiantes. Hace apenas un par de semanas seguía en mi casa, con mi familia, en mi ciudad… Pero todo es ahora muy diferente; salgo de la facultad y me espera un metro y un pequeño espacio de tiempo que tendré que aprender a rellenar, nuevas amistades que hacer, nueva ciudad a la que adaptarme, nuevas personas con quienes convivir… Una sensación de independencia e incertidumbre me embarga ahora mismo.

Llego al torno del metro, paso mi tarjeta y a continuación recorro las escaleras mecánicas hacia el andén… Pienso en las largas horas de clase que he tenido, y en mis nuevos compañeros… ¿Cuántos días hace que no me toco como es debido? Hoy, respirando las hormonas que flotaban en el ambiente de mi clase, no he podido evitar imaginarme desvirgada por alguno de mis nuevos compañeros… altos, musculosos, seguros de sí mismos. He de confesar que hasta me he humedecido un poco pensando en ello y frotando disimuladamente mis muslos bajo el pupitre…

Llega el metro, entro al vagón y no puedo más que agarrarme a una de las barras, puesto que está hasta arriba de gente que a esa hora sale de clase, vuelve o va a trabajar. Un par de chicos jóvenes, también universitarios, están detrás de mí agarrados a donde pueden. Noto, sin pretenderlo, el paquete erecto de uno de ellos contra mi culo. No puedo evitar sentirme algo excitada por provocar esa reacción en él, teniendo además mi mano agarrada alrededor de esa barra cilíndrica que bien podría ser uno de esos rabos con los que fantaseo en mis sesiones de masturbación…

Ahora no puedo parar de pensar en las ganas que tengo de tocarme. Desearía no ser virgen, desearía poder coger al chaval que tengo detrás de mí en ese apretujado vagón, y llevármelo de la mano a mi piso ahora mismo. Besarlo. Tocar su bulto sobre el pantalón. Dejar que me desnude. Bajar su bragueta. Sacar su miembro, esperando que sea como las pollas con las que me corro en esos vídeos porno. Dejar que me coma el coño con toda su cara entre mis piernas. Notar su polla colocadita en mis labios. Dejar que me folle la boca lento. Babearle su miembro. Ponerme a 4 patas como una cerda. Sentir la cabeza colocada ahí. Notar cómo me abre lentamente con un pollazo firme. Sentirlo muy dentro de… JODER, esta es mi parada, tengo que bajarme.

Camino de vuelta a casa, notándome húmeda y lubricada mientras ando y mi propio roce me estimula. Llego al portal y abro. Subo por el ascensor. Abro la puerta del piso. Saludo a Mónica, Rebeca, Patricia y Clara. Me dirijo a mi habitación. Echo el pestillo, enciendo el portátil rápidamente y me quito, con la prisa que mi libido pide, mis tirantes y mi sujetador. Desabrocho mi cinturón y dejo caer mis vaqueros cortos, quedándome en tanga mientras en el buscador abro el incógnito: es hora de buscar un ratito de placer… Voy frotando mi cuerpo con mi mano libre, mientras la otra se encarga de encontrar un buen vídeo porno… froto sobre mi tanga empapado, acaricio mis muslos y mis pezones, ya duros. No dejo de pensar en el chico, en lo que me excita haberlo puesto cachondo… Busco torpemente mis auriculares y los conecto.

Ya tengo el vídeo: esta vez no es negro, pero el actor le da un aire al chaval del metro. Esta alumna se ha portado muy mal… YO me merezco ese castigo. Sí, profesor, YO lo siento mucho… Joder, quiero tocar esa polla, esa erección tan excitante… Sí, toma mi boca, profesor. Voy a tragarme toda la polla que me metas, he sido una alumna muy mala… mhh, toma mi lengua. Toma mi saliva, mis asfixias. Mmmh, fóllame la boca, profesor – pienso mientras lamo mis dedos y me los trago lo que puedo- ugh, agh, agh, uggh, córrete dentro de la boca de tu alumna, profesor… esta zorrita va calentando adolescentes en el metro… gh, uggh, gg. Tu semen caliente resbala por mi boca, por la boca de esta alumna zorrona con cara de santa…

Sí, ponla dura otra vez… ¿Cómo? ¿Ya quieres metérmela? Profesor… yo…mhhh, soy virgen… cómeme el coño primero profesor… Me froto el coño como una cerda, pensando en esa alumna que ahora está ya siendo penetrada… mi mano resbala sobre mi flujo, denso y abundante. Mi coño está hinchado. Mi clítoris, a punto de reventar…, estoy tocándome de rodillas frente al ordenador, viendo a esa jovencita poco mayor que yo… Quiero que me follen así, quiero sentir un pene dentro de mi coñito rosado y caliente… No puedo más, empiezo a temblar de placer. Jadeo. Acelera mi mano. Aceleran las penetraciones del vídeo. Resbala flujo sobre mis muslos. Empieza a sonar mi mano frotando, acelerada y viciosa. Me recorre un relámpago de calor y placer. Estoy llegando. Mis temblores se vuelven incontrolables. Mis manos, torpes. Sigo, sigo, sigo… El actor va a correrse dentro, joder, SÍ. Lléname con tu leche caliente, mhhh. Se nubla mi vista. Llego al orgasmo, ahogando gemidos y temblando… empapada de mi sudor, deseando estar llena de su leche. Ella sonríe y lame los restos, mirando a cámara.

Paso unos minutos bajando de mi nube, saboreado mis dedos, recuperando la respiración, dejando que se seque mi sudor y sonriendo tras la sesión de autoplacer que me he regalado. Hoy ha sido una buena mañana, probablemente sea también un gran día.