Anabelle

Se trata de un prostíbulo de lujo en una ciudad grande al que acuden altos capitostes.

ANABELLE

A 15 kms de una ciudad de unos 850.000 habitantes, estaba situado el prostíbulo de lujo Anabelle, que consistía en un chalet aislado de 925 M2, con jardín y parking.

En la pared del recibidor había colgado un cartel  que ponía :

LISTA DE PRECIOS

1-     Francés  (1/2 hora)   …………………………………………………….  100 euros

2-     Completo                   ……………………………………………………..  200 euros

3-     Griego                         ……………………………………………………..  400 euros

4-     Sádico   (sin sangre ni asfixia) ……………………………………….   600 euros

5-     Otros     (consultar)

Tiempo máximo (del 2 al 5) 1 hora

El elenco estaba formado por 12 pupilas, todas despampanantes, de las siguientes nacionalidades :

1 rusa, 1 india, 2 brasileñas, 1 senegalesa, 2 dominicanas, 1 rumana, 1 marroquí, 2 españolas y 1 portuguesa.

El horario era de 8 de la tarde a 2 de la madrugada, de lunes viernes y cerraba los sabados, domingos y festivos, ya que la clientela solía pasar esos días con la familia.

Los viernes se ponía de bote en bote y algunas chicas llegaban a hacer 6 prestaciones seguidas.

El chalet disponía de 3 salitas de espera y de 12 habitaciones, que a su vez servían de dormitorios para las chicas a partir del cierre del local

El reparto de los ingresos se dividía al 50% entre la propiedad y las chicas, aunque estas últimas debían pagar un 15% de sus emolumentos en concepto de manutención y alojamiento.

La comida era buena y saludable y las habitaciones disponían todas de baño.

Una chica  estándar promediaba unos 15  servicios semanales, lo que mensualmente suponía un montante de unos 6.460 euros, después de repartir el sueldo con la Propiedad y pagar los gastos de manutención y alojamiento.

Unas chicas eran expertas, otras no tanto; unas rubias ( varias de bote ) y otras morenas, pelirrojas o azabaches; a unas les gustaba exhibirse a otras no; unas iban depiladas, otras recortadas; unas iban muy maquilladas, otras menos; unas eran blancas, otras de varias tonalidades; unas disfrutaban de un busto exuberante, otras de tamaños más reducidos; unas tenían los ojos azules y otras de otros colores; unas tenían el trasero redondo, otras más o menos respingón, pero ninguna caído.

Era un jueves de julio a las 22.15 horas , cuando sonó el timbre y la encargada acudió a abrir.

-Buenas noches Don Gerardo (dueño de un periódico), Noemí saldrá en 10 minutos; pase a la salita 2, que ahora le llevo su gin-tonic. No habían transcurrido 5 minutos, cuando volvió a sonar el timbre.

  • Buenas noches Monseñor, Jennifer está libre, así que puede pasar por caja y esperarla en la habitación nº 8.

Salieron 2 clientes a la calle y , al cabo, el timbre sonó de nuevo.

-Que alegría señor Alcalde, Iris tardará un ratito, pero pase a la salita 1 y ahora le llevo su whisky.

Llamaron de nuevo.

  • Me alegro de verlo Don Manuel (director general de un Banco), Susi estará libre enseguida, pase a la salita 3 y le voy a servir su refresco.

Eran ya las 23.20 horas , cuando volvieron a llamar. En la puerta apareció un desconocido, que preguntó : ¿Cuántas chicas hay disponibles y cómo están físicamente?.

  • Pues hay 12 en total y todas parecen modelos. El recién llegado, que portaba un maletín, echó un vistazo a las tarifas y dijo: me quedo.

-¿qué categoría elige?. Elijo la nº 5 es decir “otras”.

  • En ese caso tendrá que hablarlo con Madame .Vaya al fondo del pasillo y llame a la puerta que pone Gerencia

Toc, toc. Adelante. Buenas noches Señora.

  • ¿qué se le ofrece?. Quería saber la tarifa para estar con 2 chicas a la vez.

-El completo es de 600 euros por una hora.

  • De acuerdo.

  • Entonces vaya a la salita que le indique la encargada y espere para elegir a las 2 que más le gusten.

Al salir la encargada le envió a la salita nº 2 y le preguntó que le apetecía beber.

  • Un cubata de ron con mucho hielo. Se sentó en una butaca y mientras estaba degustando el trago, aparecieron en fila 6 chicas  con unos dorsales en el brazo, numerados del 1 al 6. Dieron, despacio dos vueltas y salieron por la puerta. Al poco entró la encargada y le preguntó cuáles había elegido. La 2 y la 5 respondió. Muy bien, acábese la bebida, pase por caja y vaya a la habitación nº6. El hizo lo que le habían dicho y tras desembolsar los 600 euros se metió en la habitación designada.

Pasaron 3 minutos y las chicas nº2 y nº5 entraron y saludaron.

  • Yo me llamo Natasha, dijo la 2 que era rusa, rubia natural, de 22 años, 1,80 de estatura, 65 kgs y piel muy blanca.

  • Yo soy Fátima, dijo la 5, que era senegalesa, con rastras, de 20 años, 1,68 de altura, 60 kgs y la piel como el carbón.

-Podéis desnudaros dijo el cliente. Una vez desnudas, observó que la rusa tenía los pechos puntiagudos, el culo en pompa y unas piernas muy largas. La senegalesa, a su vez, era portadora de unos pechos firmes, un trasero merecedor de un pellizco y unos muslos torneados.

-Para empezar quiero que hagáis el cunnilingus.

  • Eso te costará 200 euros más. Él, que todavía estaba vestido , cogió su billetera y sacó 2 billetes de 100 euros.

-Tenéis que estar al menos 5 minutos y sacando un cronómetro del bolsillo lo puso en marcha. Las chicas se pusieron en marcha, hasta que les dijo que parasen.

Entonces abrió su maletín y extrajo un doble pene, elástico de silicona, que formaba un solo cilindro en el que los prepucios ocupaban los extremos. Ahora quiero que os penetréis mutuamente con este juguete.

  • Eso conlleva un suplemento de 200 euros, exclamaron . Él volvió a sacar la cartera y les entregó los 200 pavos.

-Tenéis que hacerlo un mínimo de 5 minutos y tras entregarles el consolador, puso en marcha el cronómetro. Las chicas comenzaron a bombearse el artilugio, que previamente él lo había untado de aceite. Al concluir el tiempo establecido les dijo: podéis parar ya.

-Ahora, dijo mientras se desnudaba, quiero que Natasha me haga un francés, mientras que Fátima le introduce un vibrador por la vagina y abriendo de nuevo el maletín, sacó uno gigante a pilas.

  • Pues eso significan 200 euros extra le dijeron. Él se dirigió a la percha donde tenía colgada la chaqueta y sacó otros 200 machacantes y se los entregó.

  • Este número deberá durar al menos otros 5 minutos, lo cual se puso a cronometrar. Ya es suficiente dijo, transcurrido el tiempo.

-Ahora quiero hacerle un griego a Fátima, mientras le succiono a Natasha la vulva.

  • Eso tiene un recargo de 200 euros anunciaron.Él se dirigió a la chaqueta y extrajo otros 200 de vellón.

Una vez que se hubieron instalado y comenzado la faena, las chicas comenzaron a charlar. ¿qué vas a hacer este fin de semana?. Pues me iré con mi novio a la playa, ¿y tú?. Saldré a comer con Vanessa a un restaurante que me ha recomendado un cliente.

En ese momento, él tuvo un gatillazo, que provocó que Fátima dijese: se te ha puesto floja.

  • ¿Y, qué quieres que pase, si tenéis una conversación tan excitante?. No pretendo que le pongáis sentimiento, pero os ruego que permanezcáis calladas y mostréis un poco de interés en la faena. Ellas enmudecieron y reanudaron el trabajo, una vez que Fátima le hubo reanimado con un francés. Transcurridos los 5 minutos de reglamento, más otros 5 por la interrupción, él dio la orden de parar.

Entonces, sacando 2 dildos del maletín , dijo: quiero que nos pongamos en fila, de rodillas y que mientras yo le hago un griego a Natasha, Fátima haga lo mismo conmigo.

-Eso conlleva un suplemento de 200  euros dijeron al unísono. Entonces él , señalando la chaqueta, exclamó:¡¡¡ servíos vosotras mismas!!!.

Tío Eulogio (diciembre 2019)

tioeulogioytom@gmail.com