Anabel-2

Continuación de las vivencias sexuales de Anabel

ANABEL  Segunda Parte

Después de que se acabara aquella primera relación, y una vez mas que iniciada ya en los placeres del amor y el sexo, tuve varias relaciones esporádicas con distintos chicos que  me gustaron, aunque no se alargaron demasiado en el tiempo. Posteriormente me traslade a otra ciudad para estudiar en la Universidad, estar alejada de la casa familiar y vivir sola, me daba mucha mas libertad para todo, y aunque no andaba yo muy sobrada económicamente, si que tenia como para desenvolverme bastante bien y a mi antojo. Ya que ademas de lo que mis padres me enviaban, yo lo incrementaba trabajando algunos fines de semana en un Pub, lo que me hacia despejarme un poco de los estudios, ganar un dinero extra y conocer a bastante gente, de donde también tuve “unas cuantas amistades de cierta intimidad”.

Entre los profesores que tenia, había uno que me atraía  mucho por su aspecto,  su edad y  su forma de ser, se llamaba Juan. Y quizás por ello en sus clases, no solo prestaba especial atención, sino que siempre andaba haciéndole preguntas y pidiéndole aclaraciones sobre diferentes materias, ademas de estar siempre  dispuesta para hacer los trabajos de clase o incluso echarle una mano en todo lo que el necesitaba. Cosa que para el no pasaba en absoluto desapercibida, no solo por mi interés, sino porque físicamente yo estaba muy, pero que muy bien, y el no perdía puntada en ello, llegando a demostrármelo a veces con alguna que otra mirada y sonrisa de forma disimulada, pero picarona. Yo siempre solía ir bastante femenina y a veces provocativa, mas pensando en el que en mis propios compañeros, que también había algunos nada despreciables por cierto. Pero el caso es que en aquellos días era ese profesor, y no otro, el que había cautivado  de alguna manera mi corazón, mi deseo y mi interés. El era obviamente mayor que yo, tendría unos treinta y tantos largos, pero estaba como un tren, y el muy cabrón lo sabia, y de hecho, no era yo la única que andaba tonteando y mariposeando  a su alrededor.

Así pasaron los meses jugueteando con las miradas, las palabras y los gestos, hasta que un día, por motivos de un trabajo que estaba realizando, espere a que todos los compañeros salieran de clase, y me acerque a el para decirle que tenia problemas con el trabajo y le pedí información y documentación para poder realizarlo. No era la primera vez que me esperaba a que se fueran todos los compañeros, para con alguna escusa quedarme a solas un rato hablando con el, incluso mas de una veza coincidíamos en la cafetería y charlábamos mientras tomábamos algo. Pero aquel día el cielo se me ilumino, cuando el me dijo que esa tarde estaría trabajando en su casa, y que me pasara por allí para darme ciertos libros y apuntes para consultar y sacar datos e ideas sobre el trabajo que estaba realizando. Ante aquellas palabras mi rostro se ilumino y una sonrisa de ilusión se dibujo en mis labios, ya que vi la oportunidad perfecta e ello. El se dio perfectamente cuenta de mi reacción y me sonrió mientras me apuntaba la dirección en un papel. Le di las gracias y me despedí.

Las horas pasaron muy lentamente esperando el momento de ir a su casa, estaba ilusionada y deseosa, pero sumamente nerviosa. Me probé casi toda la ropa que tenia sin saber que ponerme, ya por un lado quería estar muy atractiva e insinuante, pero por otro no quería que el pensara mal de mi, así que estaba hecha un lio. Finalmente me puse una falda cortita, por encima de las rodillas, una camisa ajustada con los últimos botones sin abrochar, dejando así un generoso escote, y unos zapatos con algo de tacón. Al llegar la hora, salí de casa  y cogí el bus que me acerco a la zona donde el vivía. Era una urbanización de bloques con zonas ajardinadas y piscina comunitaria que estaba bastante bien. El vivía en un ático, no se lo montaba nada mal el tio. Toque al portero y me abrió, subí mas nerviosa que nunca mientras me arreglaba un poco el pelo y me recomponía la falda y la camisa, entreabriéndola un poquito por arriba dejando entrever ligeramente mis pechos. Llegue y toque al timbre, sonaron unos pasos y se abrió la puerta, y allí estaba el, guapo y esbelto y con una agradable sonrisa. Hola Anabel, pasa. Que tal, ¿te ha costado dar con la dirección? Me pregunto. No, que va, no he tenido ningún problema, le dije yo. Muy bien, pero pasa, no te quedes ahí. Cerro la puerta tras de mi, y me llevo a través del salón, hasta una especie de despacho-biblioteca, donde supuestamente estaba trabajando, con la mesa llena de libros y papeles. Mira, he estado buscando estos libros y estos apuntes sobre el tema que me comentaste,  estoy seguro que con esto tendrás mas que suficiente. De todas formas, también te he apuntado alguna bibliografía relacionada con todo ello, por si quieres profundizar aún mas en el tema. Yo cogí algo nerviosa uno de los libros y empecé a ojearlo, aunque la verdad es que no veía nada por lo nerviosa que estaba, cosa que el me noto enseguida, aunque no dijo nada. Entonces se acerco a mi para hacerme algunas observaciones sobre el libro que yo estaba ojeando, y entonces sentí su cuerpo  pegado al mio, lo que aún me puso mas nerviosa aún al sentir aquel contacto y el aroma que desprendía. Me pareció que aquel roce de su cuerpo con el mio no era casual, y que lo estaba haciendo a posta para ver mi reacción. Estuvo así unos larguísimos minutos ojeando paginas y enseñándome algunas anotaciones, y ello causo en mi todo tipo de sensaciones, poniéndome incluso ligeramente mojada y bastante excitada. Entonces se retiro y me pregunto que si tenia prisa. Le dije que no, en absoluto, y entonces me pregunto que si quería una cerveza, a lo que yo le dije entusiasmada que si.

Pasamos al salón, y me dijo que me pusiera cómoda mientras el traía las cervezas. Fué a por ellas, y trajo unos botellines, unas copas y un plato con algo para picar. Se sentó también en el sofá junto a mi y brindamos con las copas antes del primer sorbo. Note como miraba mis tetas por el escote de la camisa y mis muslos, ya que al sentarme, la falda, que era bastante corta, se me subió a mas de medio muslo. Miraba sin cortarse un pelo, con mucha seguridad por su parte. Estuvimos hablando primero sobre el trabajo y después pasamos a temas mas personales, preguntándome si tenia novio o si salia con alguien, a lo que le dije que no, pero que si que había alguien que me gustaba y mucho, mientras lo miraba a los ojos con una mirada cálida y profunda acercándome a el hasta dejar mi rostro a apenas unos centímetros del suyo. El entonces me sonrió con cierto descaro, mientras se acerco mas a mi, me paso su mano por la nuca y comenzó a besarme en la boca. Fué un beso lento, suave y profundo, con mucho deseo y cogiéndome toda la boca mientras su lengua se metía y exploraba dentro de mi. Se movía con soltura, naturalidad y precisión. Sabia hacerlo y muy bien, jamas antes me habían besado así, y mi cuerpo reaccionaba de una forma casi animal, llenándome por momentos de un deseo que no era capaz de contener. Lo abrace con fuerza y mi boca se volvió loca buscando desesperadamente su boca y su lengua, mientras la respiración se me aceleraba y unos tímidos e incipientes gemidos empezaban a brotar de mi. Note entonces como su otra mano, se fue directamente a mi camisa, desabrocho con pericia los botones y comenzó a acariciar mis tetas, primero ligera y suavemente sobre el sujetador, y  poco después lo desabrocho para cogérmelas  sin nada de por medio,  y todo ello sin dejar de besarme de forma apasionada. Yo me estaba calentado por momentos y sentía mi coñito ya completamente empapado. También mi mano busco desesperada su entrepierna encontrando un enorme bulto bajo el pantalón, lo que me hizo estremecer al sentir aquella polla bien dura. Dejó mis pechos entonces para llevar su mano hasta mis muslos, los acaricio suavemente varias veces, antes de llevarla muy lentamente hasta mi entrepierna, y mis piernas se fueron abriendo a cada centímetro que el avanzaba su mano hacia mi dulce y deseoso coñito. Llego por fin hasta el, y noto la humedad que rezumaba a través incluso de la braguita. Sus hábiles y expertos dedos buscaron el lateral de la braguita y se introdujeron bajo ella, comenzando a acariciar mi coño caliente y chorreante. Y entonces yo gemí, gemí fuerte y sin pudor al sentirlo, Agggggghhhhhhhhhh. Siguió acariciando mi coñito, metió sus dedos en mi rajita, urgó con suavidad en su interior, acarició posteriormente mi clítoris y después los saco muy, muy mojados. Separó su boca de la mía, me miró y chupo sus dedos mojados con los fluidos de mi coño, con una lujuriosa lentitud ante mi atónita mirada. Yo ya estaba caliente como una perra, y entonces se levanto, me cogió de la mano y me dijo, ven, vayamos a mi cuarto.

Era un dormitorio amplio, con una cama enorme y una gran ventana que daba a la terraza que rodeaba el ático y por la que entraba el sol que inundaba la habitación. Me llevo junto a la cama y comenzó a quitarme la ropa lentamente, dejándola caer al suelo mientras besaba cada rincón de mi piel. Me tumbo sobre la cama y entonces se desvistió el sin prisas, dejando su ropa igualmente en el suelo junto a la mia. Estaba increíble, tenia un cuerpo precioso y bien formado, musculado pero sin exagerar,  y de el sobresalía erecta una gran polla tremendamente dura que rápidamente capto toda mi atención. Imagine en un segundo lo que sería sentirla dentro de mi, suspire y desee que me follara ya. Pero el no tenia prisa para nada. Se acerco a mi, y me beso de nuevo dulce, suave y apasionadamente, después su boca se fue deslizando hasta mi cuello, mi  oreja, mis pechos, y fue depositando besos por cada zona que pasaba suave, muy suavemente, mientras sus manos acariciaban con un ligerísimo roce cada centímetro de mi piel, y yo me retorcía de placer, ante tales caricias y jadeaba sin parar. Aquel hombre sabía hacer las cosas bien, joderrrrrrr ya lo creo que lo sabía. Sus besos y sus caricias continuaban por todo mi cuerpo sin prisa alguna, se deleitaba en mi y a mi me estaba subiendo a los mismísimos cielos aquella forma de actuar. Fue bajando lentamente por mi vientre y mis caderas con sus labios y su lengua. Llego a mi pubis y lo beso, abrió mis piernas de par en par, y su boca fue hacia mi coño, pero no lo toco, solo un pequeño y ligerísimo beso sobre sus labios, apenas un roce, lo que me produjo un temblor y un gemido, Ahhhgghhhhhhhhggg. Desvió sus labios hacia mis muslos y fue besándolos muy lentamente hasta llegar a los pies, y allí se entretuvo con ellos, los beso y los acaricio pausadamente. Yo estaba  impaciente y ansiosa, y el lo sabia, pero parecía disfrutar con ello y se hacia de rogar. Comenzó a subir de nuevo por mis piernas hacia arriba. Su lengua y sus labios jugueteaban  sobre mi piel haciéndome sentir placeres hasta ahora desconocidos, llego a mis muslos, se acerco de nuevo a mi entrepierna,  rodeo mi coño con su lengua y de nuevo paso de largo, subiendo hasta mis pechos en los que se entretuvo lamiéndolos, besándolos, chupándolos y mordisqueándolos, Yo estaba ya loca de deseo, no aguantaba mas, necesitaba que me follara ya, y así se lo dije. Follame, follame por Diosssss, follame ya , no puedo mas, necesito esa polla siiiiiii, la necesito metemelaaaaa. Pero el no hizo caso alguno. Me beso en la boca y volvió de nuevo a mis pechos, y de ahí comenzó a bajar de nuevo lentamente por todo mi cuerpo, lamiendo y besando, y haciéndome retorcer de puro placer y deseo. Llego de nuevo a mi pubis, beso los labios de mi coño, y entonces su lengua empezó muy lentamente a acariciarlo. Ahora si quería centrarse por completo en mi preciado tesoro. Su experta lengua lamia despacio toda mi rajita, de arriba abajo, después la introducía por completo dentro de mi coño y la removía dentro de mi, para sacarla de nuevo e irse hacia mi clítoris causándome un placer que me estaba volviendo loca, estuvo allí un buen rato, y entonces su boca se abrió por completo y comenzó a chupármelo con suavidad pero con fuerza, parecía querer tragárselo por completo. Diossssssss que gusto me estaba dando el muy cabrón, era todo un experto en el tema y por supuesto no era el primer coño que se comía. Se bebía todos mis jugos mientras me lo chupaba, volvió otra vez a mi clítoris y ya no aguante, explote como una puta y me corrí en su boca chillando y retorciéndome como una perra. Ahhhhhghghhghhhh me corrooooooo Diossssssssss me estas matando Ahhhhhhgggghhhhh, pero sigueeeeeeeee, sigueeeeeeeeee siiiiiiiiiiiiiiiii asiiiiiiiiiiiii Ahhhhhhgggggg siiiiiiiiiiiiiiiiiii. El no paraba de comérmelo, y seguía chupando y lamiendo sin quitar su cabeza de entre mis piernas, mientras yo seguía jadeando y gimiendo sin parar, y entonces me volví a correr de nuevo con otra explosión de placer bestial...Diosssssssssss me corrooooo, me corrooooo otra vez siiiiiiiiiiiiii, Agggghhhhggggghhhhhhhhh, siiiiiiiiiiiii me matas Diossssssss me matas. Mi cuerpo se tensaba y arqueaba mientras mis manos se agarraban con fuerza a las sabanas con los dedos completamente crispados, y el seguía y seguía comiéndome y chupándome el coño como nunca nadie antes me lo había hecho. Me corrí cuatro o cinco veces seguidas, una detrás de otra. Entonces descubrí lo que era un verdadero orgasmo, y que ademas tenia la suerte de ser multiorgasmica. Con la última corrida me quede completamente hecha polvo y desparramada sobre la cama, pero con la necesidad aún de sentir aquella polla dentro de mi. Necesitaba que me follara, y así se lo dije. Ahoraaaa follame, necesito sentir tu polla dentro de mi, necesito que me folles y te corras dentro de mi, quiero que me llenes el coño de leche siiiiiiiii….follameeeeeee. Entonces el quito su maravillosa boca de mi coño, se incorporo, se puso entre mis piernas y llevo aquella maravillosa y hermosa polla hacía mi coño hambriento y chorreante, la puso entre los jugosos labios y empujo. Diosssssssss lo que sentí cuando entro aquella polla dentro de mi, creí morir de gusto, me la metió suave y lentamente hasta el fondo, hasta los huevos, y me sentí completamente empalada. Entonces empezó  a follarme con embestidas lentas y a fondo, manteniendo un ritmo pausado, mientras me decía...Anabel tienes un coño verdaderamente maravilloso, Ummmmmmmm me encanta tocártelo, me encanta comértelo y me encanta follártelo siiiiiiiiiii me encanta, Ummmmmmmm Diossssssss que cosita mas rica. Y me follaba cada vez a mas ritmo, y madre mía como sentía yo aquel pedazo de polla entrando y saliendo de mi coño empapado, era una verdadera delicia y me estaba haciendo disfrutar de lo lindo. Siiiiiiiiii asiiiiiiii, dame fuerte asiiiiiiii siiiiiiii me encanta como me follas siiiiiiiiiiii Diosssss que polla mas rica tienes, dame, dame,  dame, siiii asiiiii dame fuerte Agggggghhhhhhhh que gusto Diosssssssss. Pense que se correría rápidamente, pero no fue así, y el seguía y seguía follándome. Paro un momento, saco su polla de mi coño y me puso a cuatro patas y rápidamente me la volvió a clavar por detras hasta los huevos. Me cogió por las caderas y empezó a embestirme con fuerza. De esa postura me entraba hasta las mismísimas entrañas, Diosssssssssss creía que me iba a llegar a la garganta, y el mas fuerte me daba y las tetas me bamboleaban como locas con los empujones. Me vas a matar Joderrrrrrr como me entra, como la siento y como me gusta, Siiiiiiiiii dame, dame fuerte, asiiiiii siiiiiiiii no paressss sigueeeeee sigue, siiiiiiiiiiiiiii, asiiiiiiiiiii. Estuvo un buen rato follándome en esa postura y nuevamente me la saco y me llevo hasta la esquina de la cama, me sentó allí, me recostó sobre mis espaldas, me cogió las piernas y me las levanto y abrió de par ene par, y me la volvió a meter. También en esa postura me entraba a tope, y el miraba como su polla entraba y salia de mi coño bien abierto, y aquello parecía ponerlo mas cachondo aún. Llevábamos follando ya un buen rato y el comenzaba a sudar del esfuerzo, pero no paraba de darme, y darme mas y mas y mas. Jadeaba ya con fuerza, presa del placer, y yo estaba ya a punto de correrme otra vez, aquella polla me estaba volviendo loca, y verlo a el jadeante y sudoroso mientras me follaba disparaba aún mas mi excitación y mi placer. Ahhhhgggggggg vas a hacer que me corra otra vez Diosssssssss, Sigueeeeee, sigueeeeeeee, siiiiiiiiiii, siiiiiiiiiii no pares, noooooo dame, dame dame fuerte,  Ahoraaaa, siiiiiiii ahoraaaaa siiiiiiiiii ahhhhgggghhhhh me corroooo, cabrón me corroooooooooo otra vez, siiiiiiiiiiii agggggghhhgghhhh. Y mientras me estaba corriendo, lo escuche jadear con  mucha fuerza, y su cuerpo empezó a vibrar y a temblar, y se agarro a mis piernas con fuerza y a darme fuerte, muy fuerte, mientras empezó a correrse el también. Ahhhhhggghhhhhhh me corro, siiiiiiii me corrroooooo, toma, siiiiiii tomaaaaaaaa, tomaaaaaaaaa ahhhgggghhhhhhhh, y su polla empezó a echarme leche a chorros, sin que el dejara de embestirme. Siiiiiiiiiii échamela, dámela todaaaaaa siiiiiiiii asiiiiiiiiiiii ahhhhgggggghh, asiiiiiiiiii. Aquel pedazo de polla finalmente paro y se quedo clavada en mi, y yo la sentía palpitar con fuerza bien clavada y apretada hasta el fondo en mi coño repleto de jugos y de leche, y se quedo un rato allí, hasta que la saco chorreando de mi, y yo no me pude aguantar. Me incorpore, se la cogí, la metí en mi boca y empece a  chupársela. Aquello también fue una verdadera delicia, sentir aquella hermosa polla, dura, vibrante y chorreando en mi boca era todo un placer, la suavidad, lo caliente, lo dura y gorda que estaba, me estaba haciendo derretirme de gusto, lo que me hacia que se la  chupara con verdadera ansia, y el sonriente me dejo hacer sin dejar de mirarme. ¿Te ha gustado?, me pregunto. Y yo sacándola un momento de mi boca, le respondí que aunque yo había follado con bastantes tíos, nunca nadie me había hecho disfrutar y correrme como lo había hecho el, y seguí chupándosela y tragándome aquellos jugos fruto de la pasión y el deseo de de ambos. Y es que era cierto, el sabía hacer las cosas bien, muy bien. Sabia comerme el coño y follármelo como nadie, y ademas tenia mucho aguante, con lo que me hacia disfrutar como una loca, era increíble. Y en ese momento pensé que lo quería para mi, para mi coño, y que quería que me follara siempre el.

Desde aquel día, follábamos con bastante frecuencia y regularidad, pero me dijo que el no quería compromisos de ningún tipo y que cada cual era libre como un pájaro. Y yo acepte los términos, primero porque no me quedaba otro remedio y segundo porque mi mente también empezaba a abrirse y sabía, que tenia muchos hombres por conocer y placeres por descubrir y mi coño estaba ansioso de ambas cosas.

Mi profesor, y ahora también amante, que por cierto, vivía y se lo montaba de puta madre, entre otras cosas tenía un pequeño velero de unos 12 metros de eslora, con el que salía con frecuencia a navegar. Y un día me comento que si quería irme con el a pasar el fin de semana navegando. Yo por supuesto le dije que si, que la idea me parecía fantástica, pero me advirtió que no iríamos solos, pues vendría también una pareja de amigos suyos, un amigo que conocía desde la infancia y su actual pareja, y que esperaba que no me importara la compañía, a lo que le dije que no había ningún problema.

Llego por fin el ansiado día. Me lo aviso un par de días antes, durante los cuales estuve verdaderamente nerviosa y solo pensando en ese deseado momento. Yo nunca antes había navegado ni poco ni mucho, y así se lo hice saber, pero el me dijo que no pasaba nada, que todo el mundo para todo tiene un primer día. Me fue a recoger a casa un sábado a primera hora, ya que teníamos algo mas de dos horas hasta el puerto donde tenia amarrado el barco. Sus  amigos ya venían con el, me los presento rápidamente y  salimos de inmediato. Eran de su edad y muy atractivos ambos, el era un chico guapo y con un buen cuerpo, se ve que se cuidaba bastante, quizás algo engreído, pero no me callo mal, y ella era una mujer bastante atractiva, casi espectacular. Hicimos el viaje con música de fondo, pero sobre todo tratando de conocernos un poquito, y entre comentarios y sonrisas el viaje se paso casi sin darnos cuenta. Ella resulto ademas de atractiva, una mujer bastante abierta, liberal y muy simpática, y ambas congeniamos rápidamente y muy bien.

Era un pequeño pueblo costero, con un club náutico de no demasiados barcos, pero muy coqueto.  Aparco el coche junto al muelle, y al apearnos me señalo con la mano y me dijo, este es mi barco, ¿te gusta?. Era un barco no muy grande, un velero algo antiguo, de madera y un solo palo, pero era realmente bonito y estaba muy bien conservado. Sí que me gusta, es realmente precioso. Pues sube que te lo enseñe. Así que cogimos las cosas y subimos a bordo. Tenia una bañera en la parte trasera donde estaba situado el timón, y de la que  bajaban unas escaleritas hacia una especie de  salón, rodeado de asientos y ventanas que daban a cubierta, en una esquina estaba una pequeña cocina y una puerta que daba paso a un pequeño baño, un pequeño camarote, y al fondo justamente en la proa otro camarote algo mas grande con una cama bastante amplia con forma casi triangular, adaptándose a la forma del casco. Ese era nuestro camarote, mire la cama y ya me dieron ganas de follarmelo en ese mismo momento, estaba ansiosa y cachonda perdida, aquel ambiente me estaba poniendo a mil, el intuyo algo y sonrió.

Desempacamos las cosas que llevábamos, metimos la comida y bebida en el frigorífico, subimos a cubierta, encendió el motor, soltó amarras y comenzamos a salir del puerto lentamente. El barco se deslizaba suavemente sobre las tranquilas aguas del puerto, con una agradable brisa acariciándonos, mientras las gaviotas revoloteaban alrededor. Aquella sensación me pareció fantástica, me encantaba, pensée que seria una experiencia preciosa. Salimos del puerto y enfilo hacia mar abierto. Nada mas salir, y aunque el mar estaba tranquilo, el barco comenzó a moverse con cierta regularidad mientras iba cortando majestuosamente las olas. Entonces largo las velas y el barco cogió mayor velocidad, y en poco tiempo nos alejamos de la costa. Me gustaba verlo al timón, con el cabello al viento y la camisa  ondulándose entreabierta. Estaba buenísimo el muy cabrón, y el lo sabia, y yo estaba coladísima por el. Sus amigos se habían ido a la proa, y no perdían el tiempo, se estaban comiendo vivos, y el la estaba desnudando mientras no dejaba de besarla y toquetearla por todos lados mientras ella jadeaba de placer y deseo, cuando estuvieron ambos desnudos pusieron unas toallas sobre la cubierta y ambos se tumbaron  entregándose de inmediato al placer y a la pasión. Yo me acerque a Juan, lo abrace y lo bese apasionadamente, mientras llevaba mi mano directamente hacia su polla. Esta, comenzó a endurecerse rápidamente ante mis caricias, mientras el me miraba y sonreía. Cuando alcanzo su máximo esplendor, la libere de su prisión bajándole el pantalón,  entonces la cogí con mi mano con el mayor de los deseos, y empece a acariciarla suave y delicadamente con mis manos, pasándole de vez en cuando  la lengua a lo largo de toda ella, mientras lo miraba de manera sensual y lujuriosa. Tenia ganas de polla, muchas ganas y no aguante mas. La cogí, me la metí en la boca, y comencé a chupársela con ansia como la mejor de las putas. Diosssssss como me gustaba aquella hermosa polla, me corría de gusto de solo sentirla en mi boca... tan caliente, tan suave, tan dura, tan gorda, ummmmmmmm que cosa mas rica. El al sentir mi esplendida mamada, comenzó a jadear de placer llevando una de sus manos hasta mi cabeza mientras me decía, Joderrrrrrr Anabel, cada vez me lo haces mejor, Diossssssss que gusto me das, Ummmmmmmm, siiiiiiiiiiii,  sigue asiiiiiiiii, siiiiiiiiii  Ahhhhhhgggggggg. Y yo seguía chupándosela y metiéndomela toda entera, hasta los huevos, me llegaba a la garganta, y cuanto mas se la chupaba mas cachonda me ponía y mas ganas de polla tenia.  Sentía ya mi coño chorreando y caliente que me quemaba, y yo seguía chupándosela con ansia y desesperación, me encantaba comérsela. Sus amigos también estaban disfrutando de lo lindo, pues ella jadeaba y chillaba como una perra. A Juan ya le temblaban las piernas, se aferraba con sus manos a mi cabeza como para que no lo dejara, estaba a punto de correrse, se lo notaba, jadeaba y gemía como un animal...Ahhhhhhgggggggg siiiiiiiiii asiiiiiiiiii siiiiiiii sigueeeeeee, sigueeeeeee, Ahhhhhgghhh no pares ahhhhhhgggg siiiiiiiiiiii siiiiiiiiiii siiiiiiiiiiiii, asiiiiiiii putaaa asiiiiiiiiii siiiiiiiii ahhhhhggghhhh me corroooooooooo Ahhhhhhggggggg me corrooooo siiiiiiiiiiiiiiiiiii. Y su polla mas dura y mas caliente que nunca, empezó a palpitar con fuerza a la vez que me llenaba la boca y la garganta de leche caliente que lanzaba a chorros sin parar, mientras cogía mi cabeza con mas fuerza y me la apretaba como si quisiera meterme en la boca hasta los mismísimos huevos también. Casi me ahogaba aquel pedazo de polla clavada tan adentro, pero me gustaba, y la leche me chorreaba por la comisura de los labios hasta la barbilla, desde donde me goteaba hasta las tetas. Por fin dejo mi cabeza y solo jadeaba con fuerza y la respiración muy alterada, mientras su polla seguía palpitando dentro de mi. Joderrrrrrrrrr que buena eres cabrona, nadie me la ha comido como tu, eres la hostia joderrrrrrrrr, me encantas. Entonces saque su polla de mi boca, y trague todo lo que quedaba en mi boca, después con mi dedo recogí lo que me chorreaba por la cara y lo chupe lascivamente mirándolo a los ojos. Entonces el puso el piloto automático, me cogió, me tumbo en el suelo me abrió las piernas, me miro, me toco el coño, y me dijo, madre mía como lo tienes....te chorrea. Si mi amor, lo tengo chorreando y ardiendo….tu me lo pones así, tiene ganas de ti, muuuuuuuchas ganas. Pues no lo haré esperar mas, y diciéndome esto llevo su boca hacia mi coño y empezó a comérmelo a boca llena. Grite como una puta al sentir su boca en mi hambriento coño, y el se puso a comérmelo volviéndome loca por completo. Yo jadeaba, gritaba, me retorcía y decía barbaridades mientras cogía su cabeza y abría mis piernas todo lo que podía, para entregarle mi tesoro completamente abierto. Creí morir de puro placer, respiraba completamente alterada y me retorcía sin control,... y me corrí, joderrrrrr como me corrí, como una guarra, a chorros y gritando como una bestia, y el seguía y seguía comiéndomelo, y cuando ya parecía que se acababa, me volví a correr de nuevo aún mas fuerte, y así hasta tres veces. Me dejo lista, echa polvo por completo, con los ojos en blanco y totalmente desparramada sobre la cubierta de madera. Pero entonces el muy cabrón, se acerco a mi y me dijo, y ahora te voy a dar polla, un buen rato de buena polla, y sin decir mas, me la metió hasta los huevos. Ni que decir tiene que entro como si nada, ya que mi coño estaba lubricado y bien lubricado, y empezó a follarme salvajemente, embistiendome con fuerza y hasta el fondo. Y el placer volvió a mi  al sentir su enorme polla horadando con fuerza mi coño. Diosssssssssss me vas a matar, Ahhhhgggghhh, pero sigueeeeeeee, dame polla, siiiiiiiiiiiii dame polla, dame esa polla tan ricaa que tienes, siiiiiiii, asiiiiiiiiiii, fuerteeeee  dame, dame, dame fuerteeeeee siiiiiiiii asiiiiiiiii cabrón asiiiiiiiii ahhhhhggghhhhhhh. Sus amigos estaban allí al lado, de pie mirándonos mientras sonreían. Me puso después a cuatro patas,  me la metió por detrás  y siguió follándome como un animal. El tio ahora aguantaba mucho mas después de haberse corrido abundantemente en mi boca. Entonces el amigo de Juan, sin mediar palabra, se puso delante de mi, me levanto la cabeza y me dijo, mira lo que tengo para ti, mostrándome su polla bien gorda y bien dura. No me dejo  pensarlo, y me la metió directamente en la boca, y yo sorprendida, pero presa del mayor de los placeres y caliente de nuevo, me puse a chupársela con gusto sin pensarmelo. Aquello ya era demasiado, un pedazo de polla follándome salvajemente el coño y otra no menos hermosa metida en mi boca, y yo disfrutando como una loca de ambas, estaba como en otro mundo. La pareja de su amigo, nos miraba entre sonriente y sorprendida, pero no se quiso quedar a solas, y se puso a besar a Juan mientras le acariciaba los huevos. Momentos después ella se tumbo debajo de mi y comenzó a lamerme al coño sin que Juan dejara de follarme, y allí estábamos los cuatro, liados y bien liados, y disfrutando como locos. El primero en correrse fue el amigo de Juan que me volvió a llenar la boca de leche, y Diosssss como soltaba leche aquella polla, no me daba tiempo a tragar tanta cantidad y el no me dejaba sacarla tampoco, por lo que me chorreaba hasta las tetas, que  a su vez bamboleaban sin parar ante las continuas embestidas de Juan. Al momento me corrí yo, entre la enorme follada de Juan y los lametones en mi coño y en mi clitoris de la pareja de su amigo, me volví a correr a chorros como una puta, y Juan se corrió poco después llenándome por completo el coño de leche hasta hacerlo chorrear abundantemente. Y todo esto, mi corrida, mas la de Juan, fué cayendo sobre la pareja de su amigo que la esperaba con la boca abierta. Se quedaron aquellas dos pollas clavadas en mi un buen rato, mientras seguían palpitando y ellos jadeando. Después, Juan la saco de mi coño y la pareja de su amigo se la cogió y se la chupo hasta dejarla limpia y brillante, para volver de nuevo a lamer y chupar  mi coño que empezaba a soltar todo lo que tenia dentro, que era mucho, y la muy puta se lo fue tragando con deleite y placer mientras no dejaba de chupármelo con deseo. Su pareja por fin me saco la polla de la boca,  y yo caí rendida al suelo con el placer recorriéndome aún todo el cuerpo.

Aquello fue un verdadero polvazo, algo realmente increíble, pero no fue el único. Durante el fin de semana, no paramos de follar como locos, en cubierta,  en la cama, en el agua, en pareja y los cuatro juntos. Hicimos de todo, a mi me follaron por todos sitios, se corrieron los muy cabrones en todo mi cuerpo, llenaron de leche todos mis agujeros, mi cara, mis tetas, mis muslos, mi pelo, mi vientre, cada centímetro de mi piel. Y ella me comió el coño como solo una mujer lo sabe hacer, haciéndome tocar el cielo mil veces. Yo también se lo comí a ella, devolviéndole generosamente esos inmensos momentos de placer que me proporciono. Y me gusto hacerla disfrutar de aquella manera, mientras la hacia correrse en mi boca sin control jadeando y gritando como una perra.

Follamos hasta en el agua, ya que Juan, mientras nos bañábamos, me dijo que me agarrara a la escalerilla del barco, y entonces el me cogió por detrás, mientras me la metía agarrándose a mis caderas, para follarme a placer de una forma y en un lugar donde jamas antes me lo habían hecho. Fue un poco complicado, pero también algo bastante especial y placentero, pues ademas del muchísimo placer que sentí en aquel estado de semiíngravidez, después, cuando terminamos y saco su polla de mi coño, fue todo un espectáculo ver como la leche me salia del coño lenta y suavemente y se iba diluyendo en el agua, formando figuras y remolinos blanquecinos, que se extendían largamente con el movimiento del mar hasta desaparecer mezclados en el agua.

En otra ocasión, y no menos placentera en todos los sentidos, Juan me follo en la misma proa del barco mientras íbamos navegando. Yo me apoye justamente en la barandilla en la misma proa, sacando la cabeza fuera del propio barco y viendo pasar el agua bajo la afilada proa que cortaba con un ligero balanceo, mientras Juan me cogía por detrás y me follaba con fuerza, haciendo que todo mi cuerpo y muy especialmente mis tetas se movieran al compás de sus fuertes embestidas. El placer que sentí fue sencillamente inmenso, pues ademas del muchísimo placer que me daba  Juan cada vez que follaba, este se mezclaba con la maravillosa visión desde aquella posición,  el sonido del mar y la caricia de la brisa marina en en todo mi cuerpo y muy especialmente en mi rostro y mis cabellos. Fue toda una mezcla de sensaciones, que acabaron haciendo que me corriera como una puta, mientras el me llenaba copiosamente el coño con su abundante, cremosa y caliente leche,  para permanecer después unos larguísimos momentos clavado hasta el fondo en mi, mientras su polla palpitaba con fuerza en el interior de mi coño, y el jadeaba y temblaba como un animal herido agarrado  a mis caderas.

Tampoco olvidare las veces que follamos en el camarote, sobre la cama, mientras el barco permanecía anclado frente a una pequeña playa rodeada de acantilados, que la convertía casi en privada. El suave movimiento del barco mientras flotaba en un mar en calma, generaba una sensación, extraña para mi al principio, pero agradable y placentera después. Y sentir ese suave movimiento de balanceo en la cama, mientras nos estregábamos a la pasión mas animal y follábamos como locos hasta quedar exhaustos, fue también algo indescriptible y maravilloso.

Incluso sobre la arena de aquella playa solitaria también lo hicimos. Tumbados sobre la arena, acariciados por los cálidos rayos del sol, y el agua tibia procedente de las pequeñas olas mojándonos las piernas. Todo ello, bajo el único sonido de nuestros propios gemidos de placer, el graznido de las gaviotas, y el producido por la olas al romper contra la arena de la playa…..una verdadera delicia.

Fue un fin de semana inolvidable, en el que recorrimos buena parte de la costa, visitando rincones y zonas realmente preciosas, y en el que hubo de todo. Ninguno quería que aquello terminara, habíamos congeniado y empatizamos perfectamente los cuatro, lo pasamos sencillamente genial, fue algo verdaderamente maravilloso que jamas olvidare.

Pero nada dura eternamente, y toco regresar de nuevo al trabajo, a los estudios y a la rutina. Seguí con Juan durante un tiempo, mientras duraron mis estudios. Y aunque nos veíamos con cierta regularidad, el siempre me lo dijo, que no quería ataduras, y lo llevaba a rajatabla, de hecho, no solo se veía conmigo, yo sabia perfectamente que no era la única, que también andaba con otras, y el no lo ocultaba en absoluto, y yo lo sabía y lo aceptaba. Pero eso también dio paso a que yo expandiera mis horizontes, flirteara con otros hombres, y tuviera también mis aventuras y escarceos.