Anabel-1

Relato sobre las experiencias sexuales de una chica llamada Anabel, desde su inicio en la sexualidad.

ANABEL Primera Parte

Me llamo Anabel, tengo 44 años y actualmente vivo con Miguel, mi pareja, con quien llevo aproximadamente seis años. Mi aspecto físico se podría decir que es agradable, sensual y femenino. Mido 1,71 y peso 65 kilos. Mi cabello de color castaño claro, es largo y ondulado. Mis pechos no son enormes, pero si bastante hermosos y poseen una caída natural que les da una curvatura que los hace realmente bellos y sensuales, con unos pezones de buen tamaño, que se endurecen y aumentan notablemente cuando me excito. Mis caderas no son estrechas y tengo un culo muy, pero que muy atractivo, con unos buenos muslos y unas piernas esbeltas y proporcionadas. Mi coñito, está totalmente depilado, me encanta su tremenda suavidad en este estado, y a la mayoría de los hombres les pone a tope verlo y tocarlo así, y su rajita no es excesivamente grande, mas bien parece la de una muñequita, pero resalta tremendamente al ser mi pubis bastante hermoso y pronunciado, lo que hace que cuando me pongo algo apretado se señale con fuerza mi precioso y apreciado coñito, llamando la atención y las miradas embobadas de todo el  personal masculino. Trato de cuidarme y de hacer ejercicio con frecuencia para mantenerme bien en todos los aspectos, me gusta disfrutar plenamente de la vida y procuro tener el cuerpo en forma y adecuado para ello.

Soy una mujer a la que le gusta muchísimo el sexo, me encanta follar y disfruto como una loca con ello, por lo que  practico el sexo siempre que puedo y en todas las formas imaginables, dentro de ciertos limites. No por ello me considero ni una ninfómana, ni una puta, simplemente una mujer que trata de disfrutar con aquello que le gusta y que es una de las cosas mas bonitas y placenteras que nos ha proporcionado la vida, no hacerlo así lo considero una verdadera estupidez y una perdida de tiempo. Mi pareja y yo pensamos de forma muy similar, y a el le encanta que yo sea así, pues sabe que con ello tiene a una mujer apasionada, ardiente, abierta y dispuesta en todo momento, y eso le hace gozar al máximo y sentirse plenamente feliz. Ambos somos de mente abierta y bastante liberales, estamos abiertos a casi todo en el mundo del sexo, pero siempre hablamos sobre el tema, si decidimos hacer algo nuevo para estar siempre de acuerdo y en armonía. Hace tiempo que hemos llegado a la conclusión, de que la infidelidad no existe en la pareja, si se habla previamente de ello, y sobre todo si se es absolutamente sincero y no se esconde u oculta nada al respecto. Así pues, ambos tenemos total  libertad para hacer lo que queramos, donde y con quien queramos, siempre  que se hable con la pareja a priori o a posteriori de ello, y así lo hacemos, con lo que ambos tenemos una abundante, agradable y placentera vida sexual que nos hace disfrutar como locos. Pero empecemos por el principio.

Estaba en el instituto cuando tuve mi primera experiencia sexual real, es decir, cuando me echaron el primer polvo, ya que antes había tenido flirteos, besos y tocamientos,  pero sin llegar mucho mas allá. Fue con un chico unos años mayor que yo, un compañero alto, fuerte y guapo que no dejaba de mirarme en clase, y que me resultaba muy atractivo. Cada oportunidad que tenia intentaba charlar conmigo, y aunque tenia a muchas chicas detrás de el, y  tonteaba con ellas abiertamente, siempre me estaba mirando con ojos embobados. Cada vez pasaba mas tiempo hablando conmigo, y eso a mi me gustaba, pues aunque el era algo engreído, era bastante simpático y ademas estaba buenísimo. Un día llego al instituto en coche, y a la salida de clase se me acerco y me dijo que si me apetecía dar una vuelta en el coche con el. Yo le dije de inmediato que si, así que nos subimos al coche y nos fuimos. Salimos de la ciudad y se dirigió hacia el campo, cogió una carretera secundaria y subió a un altozano desde donde se veía la ciudad a lo lejos. Era por la tarde, y ésta, empezaba ya a caer, comenzando una puesta de sol maravillosa. Nos pasamos al asiento trasero para estar mas cómodos, y empezamos a hablar, algo nerviosos ambos, sobre cosas intrascendentes mientras nos mirábamos a los ojos como dos tortolitos embobados, ante aquella preciosa vista. Entonces el se acerco a mi sin dejar de mirarme a los ojos, me cogió y me beso en la boca dulce y apasionadamente mientras se abrazaba a mi,  yo me deje llevar, y aquel beso me hizo sentir sensaciones nunca antes percibidas que me transportaron literalmente a otro mundo. Al ver que yo no ponía reparo alguno, continuo besándome cada vez con mas ímpetu mientras sus manos comenzaron a acariciar mi cuello, mi cabello, mi espalda y mis costados. Me gustaba mucho lo que aquel chico me estaba haciendo sentir, notaba como una vibración dentro de mi, algo maravilloso y sumamente placentero. Entonces el llevo sus manos muy lentamente hasta mis pechos y comenzó a acariciarlos sin dejar de besarme. Su respiración comenzó a alterarse, y sus manos excitadas revoloteaban inquietas por mis pechos, mientras yo sentía como se endurecían mis pezones, a la vez que comenzaba a notar cierta humedad entre mis piernas. Su excitación aumentaba por momentos, y sus manos buscaron ansiosas la manera de meterse bajo mi ropa, subirme el sujetador y coger y acariciar directamente mis pechos. Lo oí suspirar y alterarse aún mas al sentirlos en sus manos, mientras yo también notaba como mi cuerpo se iba alterando ante aquellas caricias. Así estuvo un buen rato acariciando mis pechos y mis pezones, mientras me besaba completamente excitado, entonces saco una de sus manos y la llevo lentamente hasta mi entrepierna y comenzó a acariciarla. No pasó mucho tiempo antes de que intentara desabrocharme el pantalón, ante lo que mi primera reacción fue detener su mano, mientras le decía que no, que eso no. Pero el volvió a insistir mientras me decía, que por favor me dejara tocarlo, solo tocarlo. Yo, que ya estaba caliente y bien caliente,  no supe decirle que no y lo deje hacer. Me desabrocho el pantalón y me lo bajo un poco, hasta medio muslo, y entonces llevo su mano hasta mi coñito caliente  y empapado. Cuando toco mi rajita con sus dedos y sintió aquel calor y aquella tremenda y suavísima humedad, su cuerpo tembló, y su boca y su lengua se volvieron locas en la mía, mientras sus dedos provocaron en mi, el primer gemido de placer mientras mis piernas temblaban. Entonces comenzó a chuparme los pezones mientras metía sus dedos en mi coño, sacándolos después chorreando y pasando a acariciar mi clítoris, haciéndome con ello jadear de puro placer. Mientras, con su otra mano desabrocho su pantalón, y saco su polla fuera, para acto seguido llevar mi mano hacia ella. Yo al sentir aquello tan grande, duro, mojado y caliente en mi mano, sentí como mi corazón parecía saltar dentro de mi pecho, y mi respiración se alteraba mas y mas por momentos, mientras el se dedicaba a acariciar mi clítoris cada vez con mas insistencia, lo que me estaba volviendo loca de puro placer. Nunca antes había llegado tan lejos con  un chico, pero aquel me gustaba mucho, y lo que me estaba haciendo sentir era algo que nunca antes había sentido. Aquello fue subiendo y subiendo y yo ya estaba como loca, con su boca besándome la boca, el cuello y las tetas, con su mano moviéndose en mi coño, y la mía acariciando frenética y ansiosa su maravillosa polla. Se la cogía con mi mano y sentía el inmenso calor que desprendía, casi me quemaba la mano, estaba mojada, muy mojada y tremendamente dura y palpitante. Yo cerraba mi mano sobre ella, y la acariciaba de arriba a abajo con mi mano empapada por sus propios jugos, estaba tremendamente suave, y me encantaba aquella sensación que me producía un placer y una excitación increíbles y desconocidas hasta entonces para mi. Y a el, mis caricias parecían volverlo igualmente loco, pues temblaba y jadeaba como una animal. El seguía acariciando mi coñito cuando de repente sentí algo inmenso, algo muy, muy intenso surgir en mi clítoris y extenderse por todo mi cuerpo, algo como una corriente eléctrica, como un torrente de calor y de placer que inundo todo mi cuerpo, haciéndome temblar, jadear y gritar como nunca…..me estaba corriendo. El, al notarlo continuo con mas insistencia hasta que ya no pude mas. Me quede exhausta y abatida, y con el coño completamente chorreando. Y en ese momento, me tumbo sobre el asiento y me termino de quitar el pantalón, se bajo el suyo, me abrió las piernas, se puso entre ellas, y llevo su polla caliente y dura hasta mi chorreante coño, la movió entre  los labios, y una vez que la cabeza entro entre ellos, empezó a empujar su polla lenta y suavemente dentro de mi coño. Yo empece a reaccionar y lo frene, no, no, eso no… le dije sin mucho convencimiento por mi parte, pero el siguió empujando hacia mi interior. Dejame por favor, dejame  que te la meta, me dijo, estoy que reviento, que no aguanto, necesito metértela por favor, y seguía empujando. Ayyyyyyyy me duele, le dije yo, noooo, no sigas, el se volvió hacia atrás, pero no la saco del todo,  y volvió a insistir de nuevo, metiéndomela un poquito mas. Aquello era muy gordo para mi coñito sin estrenar, y me dolía, aunque por otro lado me daba un cierto placer y quería sentirla dentro de mi. Volvió de nuevo a sacarla y nuevamente a meterla poco a poco un poquito mas. Ya casi la tenia entera clavada en mi, pero me seguía doliendo y la sentía muy, muy apretada en mi coñito. Le dije que la sacara, y le empuje para que lo hiciera, pero antes de que se saliera del todo, el volvió a empujar y esta vez si que me la metió entera y por completo hasta los huevos, arrancándome un pequeño chillido.  Se  quedo allí clavado unos segundos, como esperando a que mi coñito se adaptara a tener aquella hermosa polla en su interior. Aguante como pude, y el entonces empezó a follarme lenta y suavemente, muy despacio, muy despacio, hasta que yo me relaje un poco. Ves, ya no te duele, a que no, me dijo mientras me besaba nuevamente en la boca y seguía follándome  despacio. Aunque el dolor no se me quitaba del todo, reconozco que aquello ya me empezaba a gustar. Era una mezcla de dolor-placer, y sentir aquella hermosa y suave polla  entrando y saliendo de mi cada vez con mayor facilidad y fluidez, no solo me gustaba, sino que ademas me empezaba a dar bastante placer. El, al verme ya mucho mas relajada, empezó a darme un poquito mas  fuerte y mas rápido,  a la vez que comenzaba a jadear  con mas fuerza. Te gusta?, me pregunto con la voz entrecortada. Si, pero me sigue doliendo un poco, le dije. No te preocupes, con unas cuantas veces mas que lo hagamos, ya no te dolerá y solo sera placer, ya lo veras. Y siguió follándome mas y mas y mas, hasta que su jadeo se convirtió casi en animal, y sus embestidas fueron mucho mas fuertes y profundas, hasta que finalmente exploto como una bestia dentro de mi con un fortísimo gemido,  dándome unas cuantas embestidas, algo mas pausadas, pero mucho mas fuertes y profundas, quedándose finalmente clavado hasta el fondo en mi, mientras su polla comenzaba a palpitar con fuerza, a la vez que me echaba a chorros toda su leche  caliente, lo que me produjo una maravillosa sensación de placer. Se quedo allí echado sobre mi jadeando un rato, y yo abrazada a el,  sintiendo con verdadero placer su polla vibrar dentro de mi coño completamente inundado. Cuando finalmente saco su polla,  mi coño empezó a derramar la abundante leche que me acababa de echar, estaba completamente lleno de el, y me chorreaba sin parar, deslizándose la leche por mis muslos y mi culo hasta encharcar el asiento y la moqueta del coche. Entonces fui realmente consciente de lo que había hecho, y el miedo a quedarme embarazada empezó a inundarme.

Tuve suerte, y posteriormente pude comprobar que no estaba preñada gracias a Dios. Aquella fue mi primera experiencia sexual y mi primer orgasmo con un hombre. Fué como abrir una puerta a algo completamente desconocido, algo maravilloso y placentero que cambiaría mi vida, dándome posteriormente muchísimos momentos de placer, de los cuales sigo gozando cada que puedo mas y mejor.

A partir de ese momento, ya nos veíamos prácticamente a diario y no solo en el instituto, y follábamos  con bastante regularidad, la mayoría de las veces en lugares no de lo mas apropiados,  como en parques, en el campo, en vestuarios y servicios, y sobre todo en el coche, ya que no teníamos otra cosa. Al principio usábamos preservativos para no quedarme embarazada, pero la verdad es que no era lo mismo, y después de haber sentido su polla al natural dentro de mi y recibir directamente su leche, con el preservativo la cosa no era lo mismo y no nos gustaba nada. Así que pronto buscamos la formula de usar otros medios que nos permitieran hacerlo sin nada. El tenia razón, y cuando lo hicimos tres o cuatro veces aquello cambió, ya no me dolía nada y entonces empece a disfrutar plenamente de cada polvo que echábamos, aunque ambos eramos algo pardillos todavía en el tema, como pude comprobar después con el tiempo. Y es que yo era completamente novata, y aunque el ya había tenido relaciones con varias chicas, era algo egoísta, como la mayoría de los hombres, e iba a lo suyo sin pensar demasiado en el placer de la pareja. Y aunque me hacia disfrutar, no tenia nada que ver con las cosas que disfrute y aprendí después con el tiempo, la experiencia y en manos de otros hombres.

Unos meses después de aquel primer contacto, me dijo un día que sus padres se habían ido de viaje, y que estaba por tanto solo, así que podríamos aprovechar la ocasión e irnos a su casa, y así lo hicimos. El vivía en una casa en el campo a las afueras de la ciudad, un lugar bastante tranquilo, en el que podríamos estar a nuestras anchas. Su casa era algo antigua, pero era amplia y confortable y tenia un trozo de terreno a su alrededor. Aparcamos el coche, entramos en la casa, y nada mas cerrar la puerta, me cogió, me abrazo, me beso con euforia y me dijo. Ummmmmm que ganas tenia de tenerte en un lugar apropiado y tranquilo y poder disfrutar plenamente cada segundo contigo. Yo también lo deseaba, le respondí. Me cogió de la mano y me enseño toda la casa, el jardín y la piscina que había en el exterior, la verdad es que estaba muy bien. Nos tomamos un par de cervezas mientras hablábamos un poco, pero ambos estábamos verdaderamente impacientes, ansiosos y lo estábamos deseando. Así que empezamos a besarnos lujuriosamente cargados de deseo allí mismo, mientras el me quitaba apresuradamente la ropa. Estaba muy caliente y ansioso, y yo tanto o mas que el. Dejamos toda nuestra ropa tirada por el suelo junto al sofá. Se puso a besarme la tetas y a mordisquearme los pezones mientras llevaba su mano hacia mi coño, que ya estaba bastante mojado, y nada mas tocarlo suspiramos los dos al unisono, Ummmmmmmmmm que rico lo tienes me dijo, mientras yo le abría por completo las piernas ofreciendole mi mas delicado manjar. Su mano se volvió loca en mi coño, y a mi me hacia jadear con fuerza mientras buscaba nerviosa su polla con mis manos.  La tenia  dura y muy   mojada, su contacto me gusto, y comencé a moverla suavemente arriba y abajo. Cuando llevábamos un rato acariciándonos el se levanto, me tumbo en el sofá, me abrió las piernas de par en par y se puso a mirar tranquila y detenidamente mi coño jugoso y entrabierto, Ummmmm que cosita mas linda y mas rica tienes aquí mi amor, no sabes como me gusta me dijo, sin dejar de mirarlo muy de cerca con los ojos muy abiertos y cargados de lujurioso deseo. Lo tocó, lo acarició, metió sus dedos, lo abrió y acto seguido llevo su boca hacia el y empezó a lamérmelo. Yo gemí con fuerza Ahhhhhhgggghhh, era la primera vez que me comían el coño y aquello me resulto sencillamente delicioso, me deje hacer y me abandone por completo a aquel enorme placer que me inundaba todo el cuerpo. Estuve un rato como en otro mundo, pero de repente ceso en sus caricias se puso en pie delante de mi, con su polla apuntando directamente a mi cara y me dijo que le encantaría que se la chupara. Yo tarde algo en reaccionar, y le dije que no lo había hecho nunca, y que no sabia si sabría hacerlo, a lo que el me respondió que seguro que si que sabría hacerlo, mientras con sus manos acercaba mi cabeza hacia su polla. Aunque yo no lo había hecho  nunca, la verdad es que me apetecía y mucho, tenia una polla que me encantaba. Así que sin dudarlo la cogí con mi mano,  y empece a metérmela en la boca. Aquello también era una sensación totalmente nueva para mi, y la verdad es que me encanto. Sentir en mi boca la tremenda suavidad y calidez de aquello en mi boca fue delicioso, no sabría explicar lo que sentí, pero me encantaba aquella sensación y me ponía mas caliente por momentos, notaba un cosquilleo y una humedad en mi coño que me estaban volviendo loca.  Empece a chupársela con ganas, casi con ansia, mientras mis manos le acariciaban sus huevos y su polla haciéndolo jadear como un animal. Siiiiiiiiiiii asiiiiiiiii, Diossssssssss ummmmmm que bien lo haces joderrrrrrrrrrrrrr, siiiiiiiiii asiiiiiii, no pares, noooooooo sigueeeeee asiiiiiiii. Y me cogía la cabeza con una mano y tiraba de ella tratando de meterme toda la polla en la boca, mientras con la otra me tocaba las tetas y los pezones. Yo seguía y seguía chupando aquel maravilloso manjar  que parecía vibrar de placer en mi boca. Joderrrrr aquello me gustaba, y me gustaba mucho, y todo parecía indicar por sus temblores y jadeos que a pesar de ser una novata, no lo estaba haciendo nada mal y a el le estaba encantando. Entusiasmada por completo, yo seguía comiéndome aquella hermosa polla,  cuando a el le dieron unos fuertes temblores, su respiración de altero bastante, y sus dedos se aferraron a mi cabeza con fuerza. Entonces comenzó a jadear y gritar, y su polla se convulsiono empezando a lanzar con fuerza leche a chorros  dentro de mi boca. Yo no me lo esperaba, y los primeros chorrros me llegaron a la garganta, lo que me produjo arcadas mientras me los tragaba. Trate de sacar rápidamente su polla de mi boca, y el me quiso sujetar la cabeza para que no lo hiciera, pero yo finalmente la saque, mientras seguía lanzando leche y mas leche que me caía por todas partes. Cuando paro de echar leche, estaba todo perdido, mi cara, mi pelo, mi cuello, mis manos mis tetas, el sofá….. Le dije que sentía haberlo cortado pero que no lo pude remediar, y el me dijo que no pasaba nada, que lo entendía, y que todo llevaba su tiempo.

Nos sentamos en el sofá, el completamente relajado por su apoteósica corrida, pero yo caliente  como nunca, pues aún estaba a medias. Trajo una toalla y limpiamos el sofá, pero no me quiso quitar a mi toda la leche que había caido, me dijo que quería dejármela allí, quería que oliera a el, y con sus manos me la restregó por las tetas, el vientre y el cuello. Después cogió con su dedo parte de la que tenia en la cara, y me dijo.. abre la boca, toma, chúpala y trágatela quiero que te acostumbres a ella, seguro que acabara gustándote. Y yo haciéndole caso, abrí la boca, chupe su dedo, sentí aquel sabor en mi boca y me la trague sin mas. No me desagradaba en absoluto y con el calentón que tenia mucho menos, hasta me gusto.  El me tumbo de nuevo en el sofá, me abrió las piernas y volvió a lamérmelo otra vez, y joderrrrrrrrrr  como lo estaba deseando yo. Estuvo un rato haciéndomelo y yo  tocando el cielo con las manos, pero el muy capullo lo dejo cuando ya estaba casi a punto de correrme, se subió entonces encima de mi, cogió su polla la llevó hasta mi coño,  me la metió hasta el fondo, y empezó a follarme. Yo hubiera preferido que me lo hubiera seguido comiendo, pero no le dije nada, y lo deje hacer. De todas formas sentir aquella polla en mi coño bien sabe Dios que me encantaba, y cada día me gustaba mas, hasta el punto de que a veces, en mi ignorancia, me preguntaba si es que yo seria una puta porque me gustara tanto una buena polla y que me follaran. El seguía follándome duro, y me embestía con fuerza pues sabia perfectamente que mi coño ya no se quejaba, sino que lo agradecía y mucho. Al haberse corrido un rato antes en mi boca, tanto el como yo sabíamos que ahora tardaría mas en correrse, así que me deje follar a placer para sentir y disfrutar de aquella polla un buen rato. Me encanta tu polla, lo sabes ¿verdad?, dame, dame fuerte mi amor, dameeeee siiiiiii asiiiiii fuerte, bien fuerte. Cada día me gusta mas que me folles Siiiiiiiiiiii Follame vida mía Follameeee, siiiii asiiiiii Diosssssssss que polla mas rica tienes Ahhhhhggghhhhhhh. Y el al escucharme se excitaba mas y me daba mas y mas fuerte aún. Siiiiiii vida mia asiiiiiii tomaaaaa  tomaaaaaa, tomaaa polla tomalaaaaa siiiiiiiiiii, asiiiii tomaaaa. Ummmmm que coñito mas rico tienes siiiiiiii ahhhggghhh tomaaaaa. Entonces paro de darme, saco su polla, me cogió y me llevo hasta la mesa, me puso para que me apoyara con los brazos en ella, y el me cogió por detrás, me la volvió a meter y comenzó a follarme de nuevo agarrandose a mis caderas. Asiiiiiii siiiii, asiii te entra mejor, mucho mejor, hasta el fondo, hasta los huevos, tomaaaaa, ahhhhhggggg, que gusto Dioss mio, siiiiiii tomaaaaaaa agggghhhgggg. Yo me volvía loca sintiendo aquel macho dándome polla de aquella manera, me gustaba, siiiii me gustaba mucho. Asiiiiiiiii vida mía asiiiiiiii siiiiiiii damela, damela toda todaaaaaa asiiiiiiiiii siiiiiii. Y el seguía follandome y dándome fuertes embestidas cada vez mas rápidamente mientras su respiración se aceleraba por momentos hasta que empezó a gemir como una bestia, me dio con todas sus fuerzas y empezó a correrse  a chorros de nuevo en mi. Pensé por momentos que con aquellas embestidas me iba a llegar la polla a la garganta, y entonces sentí de nuevo su polla palpitar con fuerza dentro de mi y  sus chorros de leche caliente llenar por completo mi coño. Ummmmm como me gustaba sentir aquello. Siiiiii cariño dámela, dame toda tu leche siiiiiiii asiiiiiii échamela ahhhhhggghhh siiiiiiiiii siiiiiiiiii, asiiiiiii. Estubo embistiéndome un rato mas, hasta quedarse sin leche y sin fuerzas, y finalmente se quedo clavado hasta el fondo en mi. Y su leche chorreaba en abundancia por los labios de mi coño incluso con su polla dentro de mi, y hasta sus huevos goteaban. Finalmente la saco y entonces mi coño derramo su leche a raudales, goteando al suelo y chorreándome por las muslos, mientras el aún seguía jadeando y con la respiración completamente alterada. Se quedo mirándome, y yo me di la vuelta, abrí mis piernas, lleve mi mano hasta mi coño, cogí con mis dedos parte de la leche que me seguía saliendo, y los lleve a mi boca para chuparlos y tragármela de manera golosa e insinuante, mientras el me miraba atónito e incrédulo. Entonces se acerco a mi, me beso y me dijo. Te quiero.

Nos preparamos algo para comer y una vez terminamos, nos subimos a su habitación y descansamos un buen rato en la cama. Al principio charlábamos, pero al poco nos quedamos adormilados el uno acurrucado en el otro. Cuando nos despertamos, nos besamos, nos acariciamos y rápidamente nuestros cuerpos respondieron con un nuevo calentón lo que nos llevo de nuevo a follar con desesperación como locos, y así pasamos el resto de la tarde, follando de todas las maneras posibles hasta quedar completamente extenuados, no recuerdo ni cuantas veces lo hicimos, pero si se que fueron muchas, je,je,je,je eramos jóvenes y estábamos muy enamorados.  Fue un día completamente inolvidable, uno de esos que llevas en tu memoria para el resto de tu  vida.

Aquella relación duro como un par de años, ya que el se fue de la ciudad por motivos familiares, por lo que dejamos de vernos con regularidad, lo que al principio empezó enfriando algo el tema, hasta que acabamos cortando definitivamente.

No he vuelto a saber de el, pero lo sigo  recordando, pues a fin de cuentas fué mi primera relación seria y duradera, aunque después, con el tiempo, muchas cosas cambiarían en mi cabeza y en mi corazón, en lo referente al amor y al sexo.