Ana, la heredera 2

Segunda parte del capítulo, en el que aparece un nuevo personaje, una sumisa, muy especial

Este es el segundo capítulo, de la historia de Ana, una abogada madrileña de 30 años, cuyo tío, al fallecer, le deja, en herencia un imperio de drogas, prostitución, y negocios, valorados en 800 millones de €.

Yo mismo, os sigo contando la historia de Ana

En La Moraleja, en la nueva casa de Ana

Nos montamos en el Mercedes, Jesús nos condujo, de nuevo, hasta la casa

de Ana

; durante el trayecto, avisé a Paula, por

Whatsapp

de que, Ana, aparte de la ropa, propia de su categoría, ayudar para depilarse el coño, que preparase la maquinilla de depilar esa zona, porque, al follármela, en su casa antigua, lo que había visto, no me gustaba nada.

Llegamos a la casa, Paula, estaba en la puerta, y, nos recibió, pasamos al despacho de Ana, nos sentamos en los sofás de cuero negro que había allí, y, Paula, comenzó a hablar:

Paula: “Bueno, Ana, te tengo que dar, las cosas personales de tu tío, en especial, todos los teléfonos móviles que usaba, para las diferentes comunicaciones y empresas.”

Paula sacó una caja, en la que había, 4 móviles, con sus cargadores y sus contraseñas de acceso, y, 2 tabletas

  • Un IPhone, último modelo, que, Javier, usaba, a modo de móvil personal
  • Un móvil, encriptado, para el tema de drogas y de putas y BDSM
  • Un Xiaomi, para los negocios, legales
  • Uno, sencillo, parecido al mío de emergencias, con el que se comunicaba conmigo, exclusivamente.
  • La tableta grande, era la personal de Javier
  • La tableta pequeña, era para los diversos negocios de Javier

Ana, agarró el IPhone, metió la contraseña, que, curiosamente, eran sus iniciales y su año de nacimiento, y, pudo acceder al teléfono.

Tras unos 10 minutos, lo suficiente para ver que los 4 móviles, funcionaban bien, Paula, le pidió a Ana, su móvil antiguo, pues, se tenía que deshacer de él, como paso previo, a comenzar su nueva vida, dejando atrás, la antigua vida, no muy feliz.

Después de entregar los móviles, Paula nos pidió, que bajáramos, de nuevo, a la sala de juegos BDSM porque, al ser sábado, tocaba hacer una actividad semanal, que, a Javier, le encantaba hacer.

En la sala BDSM de la casa de Ana

Bajamos, en el ascensor, hasta la sala de juegos, Ana, hizo los honores, e introdujo la contraseña de entrada, y, Paula, le presentó a Ana, a #008, la esclava sexual de Javier, que había sido modificada, por las manos de Natalia, y que vivía, en una jaula, envuelta en látex, 24/7/365, cuidada por Javier, supervisada médicamente por Natalia, en la sala de juegos BDSM de la casa de Ana.

Una vez por semana, le tocaba a #008 darse un baño, para cambiarse todos los vendajes y cosas que llevaba en su cuerpo, tarea que, con la ayuda de Paula, iba a ser, responsabilidad de Ana, a partir de ahora.

En una jaula, había, lo que parecía ser un objeto, envuelto, por completo, en látex, que, de vez en cuando, emitía un pequeño sonido, que parecía, como un gemido, de placer.

Paula, introdujo un código en la apertura de la jaula, y, la abrió, para que, Ana, pudiera tocar a #008, lo que hizo que, la intensidad de los gemidos, subiera.

Antes de empezar a jugar con #008, nos teníamos que vestir en condiciones.

Paula sacó 3

catsuits

de látex, ayudó a Ana, a ponerse el suyo, y, de paso, aprovechó para pasar la maquinilla de depilar, por el coño de Ana, que, aceptó, sin pensarlo, porque era algo que sólo hacía, cuando pensaba que iba a follar, le gustaba llevarlo suave, y, sin pelo.

Una vez que, los 3, estábamos ya vestidos de látex, y, tras dar un beso en la boca a Ana, porque, al verla así vestida, no lo pude evitar, comenzamos a jugar con #008

Jugando con #008

Paula, tocó 3 veces, la mano de #008, era la señal de que era el momento de darse un baño, así que, #008, se incorporó, y, se empezó a mover, para salir de la jaula.

Llevaba una máscara, con un pequeño agujero, en la boca, para respirar, y ya, en su cuerpo, un

catsuit

de látex, con un

corset

, apretado al máximo, y, unas tetas, gigantescas.

Además, llevaba un collarín que le impedía, por completo, mover el cuello, y, varios cables, que conectaban con dos bolsas, una para el pis, y, la otra, para la caca.

A modo de calzado, llevaba unas botas, de, al menos, 30cm de tacón, con algo de plataforma

El proceso, hasta que pudimos ver a #008 completamente desnuda, fue el siguiente:

  • Primero, Paula, le fue quitando el

corset

, de látex, apretado al máximo * Después, le quitó el collarín postural, que le impedía mover el cuello * Lo siguiente, fue, subir las cremalleras del

catsuit

de látex, para quitárselo, dejando, al descubierto, su cuerpo, todo tatuado, sus enormes tetas, operadas por Natalia, y, varias cicatrices, tanto recientes, como de años atrás, por todo su cuerpo * Llegó el momento, de la máscara, le desabrochó la parte de la boca, que era por donde #008 comía, 3 veces al día, la comida que, Javier, le daba, y que, en su ausencia, Paula, se había encargado de darle, para que todo siguiera normal. * Al quitarle la máscara, vimos que llevaba, una segunda máscara, ésta, ya, con más agujeros, que también le quitó * Después, tuvo que ir quitando, una capa de vendajes, que protegía la cabeza de #008, sobre todo, los ojos, había capas y capas de vendaje, hasta llegar a los parches, que se los dejó puestos, y, tapaban sus ojos. También le

dejó

, los tapones de los oídos * La cabeza de #008, estaba casi rapada al 0, se le afeitaba, en cada ducha, así que, eso fue lo primero que, Ana tuvo que aprender a hacer, con ayuda de Paula, le echó una crema de afeitar, y, con una cuchilla, le fue dejando, de nuevo, sin un solo pelo, y, también hizo lo mismo, con sus cejas.

Cuando #008 estaba ya, en disposición de hablar, Paula, con rapidez, le colocó una mordaza negra, de bola, y, le precintó la zona, para que, #008, no pudiera emitir, sonido alguno.

Ver así a #008, era muy excitante, Ana, se sorprendió mucho, sobre todo, al ver que, tanto en el coño como en el culo de #008, había dos enormes vibradores, que, según nos explicó Paula, funcionaban, de forma correlativa, dando así placer a #008, continuamente.

Fuimos hasta la ducha, que estaba en la misma sala de juegos, convenientemente preparada, para albergar a varias personas, pues, generalmente, entre Javier y Paula, se encargaban los dos, de la ducha semanal de #008, por si había algún percance.

Nos metimos los 4 en la ducha, (Ana, Paula, #008 y yo), y, las chicas, empezaron a duchar a #008, que sólo gemía, sobre todo, cuando le metieron dedos por su coño y su culo, que, en esos momentos, estaban libres de vibradores.

La ducha, apenas duró 10 minutos, pues, eran las 21:30, cuando empezó, y, volver a preparar a #008, para que pasara la semana, en la jaula, llevaba, en torno a 1 hora.

Una vez que ya estaba duchada #008, Paula, comenzó el proceso inverso, para dejar a #008 lista para la semana.

  • Primero, abrió un paquete, en el que había dos vibradores, nuevos, por higiene, cada semana, se estrenaban, y, los, usados por #008, se desechaban, y, se los metió a #008, en su culo y en su coño.
  • Después, comenzó, el proceso de vendaje de la cara, le quitó uno de los parches, y se lo cambió, y, repitió el proceso, con el otro ojo, aunque, Paula, nos explicó que, #008, no veía nada, porque Natalia, se había encargado de eso, le gustaba asegurarse, de que, la oscuridad, era absoluta.
  • Tras cambiarle a #008, los tapones de los oídos, empezó con el vendaje de la cabeza, capas y capas, hasta dejar todo bien tapado y vendado, dejando solo la boca de #008 libre.
  • El siguiente paso, fue ponerle la primera máscara, la que tenía agujeros
  • Luego, le puso, ya Ana, que se ofreció voluntaria, por el morbo que le estaba dando, le puso, la máscara que sólo tenía el agujero para la boca, que, ejercía de respiradero.
  • Para el penúltimo paso, llegó el turno, del

catsuit

, y del

corset

, que, Ana, con ayuda de Paula, ajustó al máximo. * Finalmente, Ana, conectó, con ayuda de Paula, el collarín, al

corset

, y, proceso finalizado.

Una vez que, #008, ya estaba lista para pasar la semana, Ana, activó los dos vibradores, tanto el anal como el del coño de #008, y, volvimos a cerrar la jaula.

Se le pusieron a #008 bolsas nuevas, tanto para el pis como para la caca; Paula nos dijo que, el primer sábado de cada mes, y, aprovechando la ducha, Natalia, venía a comprobar, su estado médico y de salud.

Previamente, antes de cerrar la máscara de #008, aprovechamos para darle algo de cenar, su dieta, era baja en calorías, mucha verdura, poca grasa.

La primera cena, en la nueva casa de Ana

Cuando acabamos, eran ya las 22:45, teníamos algo de hambre, porque, duchar a #008, parecía una tarea, aunque excitante, algo cansada, así que, bajamos al comedor de la casa de Ana, tal y como estábamos vestidos, a cenar algo.

Estuvimos cenando, los 3, lo que la cocinera de la casa, nos preparó, estaba todo muy rico.

Después, pasamos a uno de los salones, con una botella de whisky, y 3 vasos, y, estuvimos charlando, hasta las 2 de la mañana, entre los 3, nos acabamos la botella.

También nos fumamos, cada uno, un puro, a la salud de Javier, cuya muerte, nos había traído hasta aquí.

Ana aprovechó para trastear con sus nuevos móviles y tabletas, en los que estaban todos los contactos de Javier, y toda la información de sus negocios, así como, algunas fotos personales, que estuvimos viendo.

Paula, antes de irnos a dormir, sacó la bolsa con cocaína, y, esta vez, ya sí que, Ana, aceptó probarla, se metió su primera raya de cocaína

A las 2 de la mañana, nos fuimos a dormir, cada uno, a una habitación, pues, preferí dar su espacio a Ana, además, quería dormir, más que follar, para eso, ya habría tiempo, el día había sido muy intenso, y, lo que me esperaba, en los siguientes días, aún lo iba a ser mucho más...

En el próximo capítulo, os contaré, cómo fue el domingo, el primero de Ana, en su nueva casa.

El autor acepta comentarios, emails, y conversaciones por Skype, sobre éste, y, otros relatos; los datos de contacto, están en mi perfil.