Ana, la amiga de mi novia

La atracción que existía entre ellos fue superior a la amistad de ellas.

ANA, LA AMIGA DE MI NOVIA

La atracción que existía entre ellos fue superior a la amistad de ellas.

Primero ante todo presentarme, me llamo Oscar, tengo 28 años y salgo desde hace 2 años con una chica con la cual vivo llamada digamos Paula (no quiero mencionar nombres verdaderos dado que la historia es real y no quiero perjudicar a nadie). Todo sucedió hace unos meses en mi casa. Era sábado por la noche y estabamos cenando con Ana, la mejor amiga de mi novia y Gustavo, su marido. Ana era una chica alta, sobre el 1,75, delgada, rubia y con 28 años. Gustavo era bastante más mayor que ella y algo regordete, solo había que verle cenar….ja, ja, ja.

La cena transcurría sin ninguna conversación interesante, todo era lo de siempre, sus recuerdos de cuando eran jóvenes y temas sobre el trabajo de cada uno. Pero la cosa se empezó a poner interesante cuando comenzamos a hablar de lo ocupada que teníamos la siguiente semana:

Ana: Gustavo la semana que viene tiene que viajar a París a cerrar un contrato con unos clientes. Con lo que odio yo estar sola en casa!!!

Oscar: Dímelo a mi, todas las semanas Paula duerme dos días fuera de casa pero esta semana le tocan todos.

Gustavo: os quejáis de vicio, quien algo quiere, sudor le cuesta. Podemos hacer una cosa, ya que Paula y yo no estamos, ¿por qué no vas a vivir esta semana a mi casa y así os hacéis compañía Ana y tú?

Oscar: Ya me gustaría pero no puedo, tengo que trabajar en casa, mi ordenador es mi trabajo.

Paula: Pues que venga Ana a nuestra casa, no sé, creo que sería buena idea.

Ana: si a Oscar no le parece mal….

Oscar: no, no, por mi encantado.

Ana: vale, pues mañana a la tarde traigo mis cosas y el lunes a la mañana me traslado

Después de toda aquella conversación seguimos hablando de otros temas pero yo no hacía más que pensar en la semanita que me esperaba. No he mencionado antes la atracción que siento por Ana. Es un amor platónico que tengo. Me parece una chica con un encanto especial y me hubiera gustado mucho poder haberla conocido más pero… , cuando la conocí ya estaba casada.

Llego el esperado lunes y Ana apareció en mi casa. Yo me acaba de levantar y salí a abrir la puerta. Tras ella apareció Ana con cara sonriente diciéndome:

Hola maridito por una semana!!!!

Hola cariñito, pasa, estás en tu casa.

Así pasaron los días y las situaciones morbosas. No hacía más que fijarme en ella, en su manera de hablar, de comer, de andar por casa, en mil cosas, me encantaba, más aún, me excitaba muchísimo. Todas las noches se ponía su corta batita de seda dejando al descubierto sus largas piernas. Eso me ponía malo, tener a una preciosidad como ella sentada al lado mío y no poder hacer nada. Por el día siempre estaba en mallas, le encantaba ponerse mallas, cosa lógica dado que su culo era precioso.

Pero una noche pasó lo que tanto tiempo había deseado. Estabamos los dos medio tumbados en el sofá cuando ella apoyó su cabeza sobre mis piernas cerrando los ojos como si estuviera dormida. Yo iba vestido con un pijama fino y sin ropa interior por lo que tenía miedo que esa situación me provocase una erección y ella se diera cuenta. Pero no lo pude controlar, notaba como el aire de su respiración llegaba hasta mi pene y como éste iba engrandeciéndose. Ella lo sabía e iba poniendo la cabeza más cerca de él hasta que de repente la cogió con sus dos labios mirándome a la cara. Después se sentó al lado mío con la mano en mi pene y me dijo:

Qué grande está, me gustaría probarla, llevo años soñando con esta ocasión….me tienes loca desde hace tiempo, además se que te gusto, solo hay que ver como me miras…..

No me lo puedo creer, yo también había soñado mucho con este momento y sí, me encantas.

Sin más dilación, bajo mi pijama y comenzó a introducir mi pene en su boca. Lo hacía suavemente, se notaba que no lo había hecho muchas veces, pero me encantaba. Primero pasaba la lengua por todo el pene y luego lo introducía en su boca mientras con la mano me masturbaba, luego comenzó a mordisquear mis testículos y por último comenzó a follarme con su boca. Qué gustazo, notaba como al meterla llegaba hasta el fondo de su garganta, yo estaba ya que no podía más y así se lo dije. Rápidamente se apartó y yo sin dejar que nada se enfriara me abalancé sobre ella. Comencé a besarle sus carnosos labios, jugueteando con su grande lengua haciendo que poco a poco ella se pusiera cada vez más caliente. Según hacía eso, comencé a introducir la mano entre la bata encontrando sus pequeñitas tetas bajo ella. Eran pequeñitas pero con unos pezones bastante duritos y saltones. Noté como se estremecía cada vez que le pellizcaba uno de ellos por lo que decidí mordisqueárselos.

Descendí hasta sus tetas y comencé suavemente a lamerlas. Primero haciendo círculos con mi lengua alrededor de su pezón, luego sujetando con mis labios sus pezones y retorciéndolos hasta que me decidí bajar a su entrepierna. Para ello desabroché su bata y la abrí. Vestía una tanga blanca con encaje, que como no, le quedaba perfecta. La puse de pies y la gire para observar ese culo que tan maravillado me tenía. Era perfecto!!! Totalmente blanquito y con algún granito pero precioso. Comencé a mordisquearle el culo estirando de la tanga hacia arriba para que rozara su rajita.

Más tarde, la di la vuelta y seguí lamiéndole sus piernas hasta que llegué a su tanga la cual de un mordisquito la separé dejando al descubierto una bonita rajita totalmente depilada excepto un hilito de pelo. No pude resistir más la tentación y comencé a chuparla. Ella se volvía loca, no podía casi sujetarla. Con mi lengua iba recorriendo toda su rajita, separando sus labios con la lengua e introduciendo ésta en su agujero. Mas tarde con ayuda de mis labios cogía y presionaba su clítoris con lo que le produje a Ana un gran orgasmo dado el volumen de sus gritos. Se relajo un momento y mientras tanto fui a por vaselina que tenía en el servicio.

Regresé y estaba tumbada en el sofá sonriendo. Sin más dilación, la cogí por los tobillos, la separé las piernas y la introduje mi pene en su vagina. Al principio me costó pero poco a poco ella iba segregando líquidos hasta hacer correr mi polla sin ninguna resistencia. Después de un rato logré que alcanzara otro orgasmo así que me apresuré a disfrutar yo y me unté el dedo con vaselina y se lo introduje poco a poco en el culo mientras seguía introduciendo mi pene en su vagina, así poco a poco hasta que logré meter 2 dedos. Ella comenzaba otra vez a respirar profundamente por lo que sin preguntar saqué mi pene de su vagina y lo puse en la puerta de se culo, empujé un poquito y noté como mi pene iba resbalando poco a poco hacia el interior de su culo. Ella gritaba de dolor al principio, ya que era virgen, pero al acariciar su clítoris con mi mano y comenzar a introducir y sacar mi pene de su culo comenzó a gritar pero esta vez de placer. Yo estaba en la gloria. Mi sueño cumplido, Ana arrodillada delante mío mostrándome su perfecto culo y pidiéndome que se lo follara y yo totalmente excitado y loco por descargar mi semen en su culo. Después de un rato follando como nunca lo había hecho y tras otro orgasmo de Ana, solté una gran cantidad de semen que fue a parar al culo de ésta.

Después de soltar toda mi leche, le saqué mi pene y la comencé a besar. Fue el mejor beso que he sentido en toda mi vida. Después de éste nos quedamos abrazados hasta que los rayos del sol nos despertaron avisándonos que un nuevo día había comenzado.

Después de aquel día, nuestros encuentros son bastante frecuentes, aunque la idea de los dos es dejarlo para no herir a Paula y a Gustavo, pero no podemos, el placer que sentimos cuando lo hacemos es inalcanzable por nuestras respectivas parejas.

Espero que os haya gustado el relato. Si queréis mandar vuestra opinión sobre éste o queréis contactar conmigo, escribir a: red___evil@hotmail.com