Ana contradictoria (2a parte)

Continuación de mi anterior relato en el que contaba mis inicios en ésto del sexo con mi familiar más cercano. ;)

Como ya expliqué en mi anterior relato, la relación que tenia con mi padrastro fue progresivamente subiendo de nivel en lo que se refiere al tema sexual.

No pasaba ni un día en el que no nos rozaramos y nos citaramos para nuestras esperadas citas sexuales.

Ya ni nos molestabamos en usar el pretexto de las sesiones de cine. Nos pajeabamos como primates en cualquier ocasion; encerrados en el aseo, en mi cuarto, en la cocina o refugiandonos en el trastero. La cuestión es que siempre acababa con las bragas por los tobillos y las manos manchadas de semen.

La célebre mañana de mi desfloracion ocurrió de forma fortuita, pero no puedo decir que no la esperara.

Ese dia amaneció muy oscuro, y los truenos de una inminente tormenta se unieron a mi legendario despiste y a mis pocas ganas de ir a clase.

Volví a olvidarme los apuntes de mi presentación, y desde la parada del autobús tuve que realizar el camino inverso de nuevo hacia mi casa.

Llegué empapada y de mal humor, y para que se notara propine un buen portazo a la puerta de mi habitación.

Mi madre y mi padrastro se quedaron muertos al verme entrar así hecha una furia, pero solo éste último se molestó en venir a averiguar qué me habia pasado.

  • Voy a ducharme - le dije toda borde-. Si no os importa... ¡Dejadme un poco en paz!

  • Perooo... ¿Qué ha pasado? ¿No tenias clase en la facultad?

Eso era lo que yo esperaba para desahogar mi frustración; ese pequeño gesto me bastó.

Comencé a gimotear como cuando era una niña y le explique la mierda de presentación que habia hecho.

  • Con ese trabajo no voy a aprobar ni de broma...

Tambien le expliqué que no estaba pasando por un buen momento, y que me sentía patetica cuando lo unico que me hacia ilusion en mi vida era nuestras sesiones de masturbación.

Él me abrazo y aguantó estoico mi llorera, y entonces apareció mi madre.

Al ser consciente de mi rabieta y mi frustración no se le ocurrió otra cosa que marcharse al gimnasio.

  • Tengo reservado para zumba - explicó -, y no creo que yo pueda animarla mejor de lo que la vas a animar tú - le soltó a mi padrastro.

Yo sé lo que pasó por la mente de éste; lo mismo que pasó por la mia:

  • ¡vete! ¡Si! ¡Yo la animaré mejor! ¡Desde luego!

Media hora despues mis bragas ya estaban colgando de mis tobillos.

La lengua de mi padrastro repasando mi anatomía, sus masajes en mis pechos y pellizcos en los pezones complementó un bestial orgasmo promocionado por mi satisfyer rosa.

Aún estaba recuperando el aliento cuando una idea perversa revoloteo por mi cabeza.

Comencé a masturbar a mi hombre, lentamente, arriba y abajo, como siempre hacía, y él mismo me habia enseñado. Luego a ir incrementando la velocidad, y cuando la cosa estaba dura como un ladrillo no pude evitar decirlo.

  • Quiero follar. Necesito que me folles ya. Estoy super salida.

Mi padrastro me besó entonces. Nunca me habian besado así. Metió su lengua suavemente entre mis labios y batalló con la mia en una contienda perdida de antemano.

Sus experimentados dedos exploraron el lago rosa de mi entrepierna y se hundieron en las arenas de flujo movedizo.

  • ¿Una chica puede hacer el amor con la regla? - quise saber deseando que un "si" fuera la respuesta.

  • Vamos a comprobarlo - me respondió, y esa respuesta me resultó más que satisfactoria.

Me desnudo y se desnudo por completo, y esa fue la primera vez que nos vimos sin ropa alguna en el cuerpo.

Ni que decir tiene que estaba super excitada, y el flujo chorreaba como el afluente de un rio sobre las sabanas de mi cama.

  • ¡vamos a mancharlo todo!

A él no pareció importarle. Volvió a meter su lengua en mi boca y creí morir cuando me tumbó boca arriba y apretó su pecho contra el mío.

Notaba su sexo duro entre mis piernas, y a solo unos centimetros mas arriba la entrada al mio palpitaba de deseo.

  • Metemela ya... - me deshice diciendole mientras a tientas intentaba aferrar ese trozo de carne que, ahora si, ahora ya era mio. Ni de mi madre ni de ninguna otra. ¡Mio y solo mio!

Con delicadeza se introdujo suavemente dentro. Primero la punta, y poco a poco el cuerpo de aquella cosa llena de venas palpitantes.

Sorprendentemente no me hacia daño. Habia leido mucho sobre el tema y sabía a ciencia cierta que a algunas chicas el primer coito les habia supuesto dolor, e incluso desgarros y sufrimiento. Pero yo no sufrí lo mas minimo. Ahora, tiempo atras creo que la sangre amortiguó e hizo de sucio lubricante para facilitar mi primera follada. O eso, o es que ya tenia el himen roto de todas las veces que me habia metido los dedos. ¡Que eran unas cuantas!

El caso es que comenzó a moverse dentro de mi con parsimonia mientras besaba mis pezones, y eso me ponia cada vez mas cerca del orgasmo de mi vida.

Cuando ya estaba en plena carrera sin retorno se detuvo, y yo me quedé paralizada. Pensé que habia entrado alguien a la casa y que nos iban a descubrir, pero no. La razón del stop fue un cambio de posición.

  • Quiero verte el culo - me dijo mientras me volteaba colocandome a cuatro patas, como una perra en celo.

Me la volvió a introducir en la vagina y ahí si. Plenamente conectados comenzó su pene a entrar y salir de mi vulva chorreando flujo y sangre menstrual a partes iguales. Me besaba el cuello y me acariciaba los pechos desde atras y ese fue el comienzo del final. Solo bastaron unas cuantas embestidas más para que llegara al climax mas salvaje de mi vida junto a mi padrastro.

Él tambien se corrió dentro de mi. Sentí con todo lujo de detalles su semen caliente entrando a borbotones en mi vagina, llenandome de leche entera, desde los labios mayores hasta mi útero.

Las piernas me temblaban y no aguanté mucho hasta caer desmadejada sobre mis sabanas de unicornio. Las mismas que me habian arropado de niña ahora lucian sucias, manchadas de mi primera e increible sesion de sexo.

A esas siguieron muchas otras, y algunas de riesgo extremo, pero eso ya es otra historia que contaré más adelante.

Besos humedos.

Ai