Ana (2)

Siguen mis encuentros con Ana y seguimos espiando a su marido (Recomiendo leer la primera parte)

Al día siguiente me puse a trabajar en el portátil de Ana. Aparte de crearle una cuenta para acceder a las cámaras web, creé una cuenta aparte para tener yo también acceso personal a esas cámaras. Además instalé uno de esos programas espías para que desde donde yo estuviera disponer de acceso total al portátil. Ya sabéis, curioso que es uno. Llamé a Ana a media tarde y le comenté que comprara un disco duro para instalarlo en el ordenador de su oficina y poder disponer así de espacio para las posibles grabaciones. Esa chica confiaba en mí ya que ni preguntó, le di las especificaciones del disco y quede con ella en su oficina la mañana siguiente. Fue curioso ver desde la web como al llegar Ana a su casa trataba con desprecio a Helena. Prácticamente le hablaba con monosílabos y la echaba de casa nada mas llegar.

Por la mañana fui a la oficina de Ana. La empresa de Azafatas estaba situada en el centro de la ciudad. La oficina era bastante grande con salas de reuniones, aulas de formación y un gran despacho para su directora. Me recibió una agradable joven.

  • La señorita Serrano, por favor

  • Tiene usted cita

  • Si, dígale que soy el informático

  • Hola Víctor, pasa

Pasé a su despacho y le di un par de besos muy discretos

  • Joder, el informático, no sabia quien eras

  • También le podría haber dicho que era el tío que te estuvo follando el otro día en tu casa ¿no?

  • No, tampoco es eso

Le estuve explicando en el portátil los pasos que debía seguir a partir de ahora para acceder a sus cámaras. Le comenté que le iba a instalar en el ordenador de la oficina el mismo programa, y que el disco duro era para que desde allí grabara lo que quisiera, dejando el portátil solo como monitor de visionado, ya que al estar en casa el marido trasteaba a menudo con el. En el ordenador de la oficina también instalé, como no podía ser de otra forma, ese programita que me daba acceso total al pc. Al terminar me estuvo enseñando las instalaciones de la empresa y me quede sorprendido de la cantidad de chicas jovencitas que estaban allí para trabajar de azafatas de congresos. La verdad que la mayoría estaban tremendas, había mucha niña guapa. Nos fuimos a comer y estuvimos charlando de como llevaba los encuentros con Helena. Le dije que el día anterior, chequeando el portátil, vi que al llegar a casa trataba con demasiado desprecio a Helena.

  • La información es poder. Si quieres llevar ventaja en esto y que no sospechen nada, no seas tonta, esta tarde llega pronto a casa habla con ella y dile que lo de ayer era por que estabas bastante molesta con un asunto laboral

  • Vale

  • Y le dices que se tome lo que queda de tarde libre, así podemos instalar las cámaras nuevas que has comprado ¿vale?

  • Venga, a las 17:30 pásate por casa que ya no estará allí.

Helena es una chica de Ucrania, de 20 años, morenita de 1,68 aproximadamente y por lo que pude ver por la web, bastante guapa de cara y con un buen tipito. Parecía muy tímida y seria pero por lo que me había comentado Ana la niña no se cortaba a la hora de follarse a su "jefe". Hasta en esto Ana había sido ingenua metiendo en su casa a una jovencita con un buen tipo, una presa fácil y deseable para el indeseable de su marido.

A las 17:30 me presenté en casa de Ana. En esta ocasión me recibió con un caluroso beso que correspondí. Sin casi mediar palabra tenia su mano metida dentro de mi pantalón. Se veía que cada vez esa situación prohibida le ponía mas cachonda. Pero tenía en esta ocasión un as guardado en la manga. Había dejado mi ordenador en casa grabando en un disco duro las imágenes de las cámaras. La "invité" a que me llevara a la habitación y me deje hacer. Estuve más pasivo de lo normal. Me tumbó en la cama, me bajo los pantalones y me comenzó a hacer una mamada a las que me estaba aficionando. De jovencita había sido bastante calientapollas, pero ahora con un poquito más de experiencia sabía lo que hacía. De nuevo volvió a vaciarme toda mi leche saboreandola toda....

  • Y ahora quiero que me folles como a una perra

  • No Ana, vamos a colocar las cámaras que me tengo que marchar pronto.

Aquello le pilló de sorpresa. Me había comido la polla, estaba caliente la muy perra y le iba a dejar así. Me aseguraba de tener el control de la situación, que no creyera que me la iba a follar cada vez que ella quisiera y así en esa primera grabación que efectué se me vería entrando a su casa, como se me abalanzaba y como después de llevarme a la habitación me comía la polla.

Colocamos una cámara más en la habitación de principal, una en el comedor, otra en la habitación que usaba Helena y un par más en el sótano. Así teníamos cubiertas las habitaciones donde con mas posibilidades el bueno de Arturo se follaría a la niña. El sótano era bastante grande y la verdad que decorado con gusto. Tenía dos sofás grandes y una pequeña barrita de bar que albergaba en su interior diversas bebidas.

Al despedirme de Ana le note contrariada por mi negativa a follarmela. Le dije que cuando llegara su marido del viaje que actuara con total normalidad, que no se le pasara por su cabeza la imagen de Arturo follando con la niñera. Que actuara así todo el fin de semana y el lunes le llamaría.

Me pasé el fin de semana observando las cámaras de casa de Ana. Arturo llegó el Viernes bien entrada la noche, pero el Sábado por la mañana ya le estaba pidiendo fiesta a su mujercita. Pobre ingenuo. La verdad que Ana se porto bastante bien con el, aunque supongo que en su interior estaba ya pensando en como podría ser su venganza. Ese fin de semana ya no los vi follar mas, aunque tampoco estuve las 24 horas observándolos. Helena como era habitual no fue esos dos días. El martes por la mañana la llamé.

  • Hola guapa

  • Hola Víctor, ¿como estás?

  • Bien, y tu fin de semana ¿como ha ido?

  • Como siempre. El cabrón de Arturo con ganas de follar, y a mi la verdad me apetecía bien poco, pero como me dijiste, para que sospeche bastante poco pues no me he resistido mucho.

  • ¿A que hora cierras la academia por la tarde?

  • La última clase acaba a las 19:30 y mi secretaria se va aproximadamente a las 20 horas

  • ¿ A que hora suele llegar Arturo a casa?

  • Normalmente a las 18:30 ya esta allí. A veces va al gimnasio y llega sobre las 22:00.

  • Bueno.... vas a hacer una cosa. Intenta suspender como sea las clases de esta tarde. A tu secretaria dile que se vaya a las 18:00 mas o menos. Dile que te vas a quedar trabajando y que ya cerraras tu...

  • No se si voy a poder hacer eso

  • Mira, a mi me la pela, la interesada en todo esto eres tú. Yo me olvido de todo este asunto y tu misma.

  • No no Víctor. A las 18 h. no quedará nadie aquí, no te preocupes.

  • Bien. Ahora llama a Helena y dile que en una convención donde van chicas tuyas esta tarde vas a tener que estar presente y que no se podrá ir de casa hasta bien entrada la noche. Que si cuando llegue Arturo no quiere nada que se marche, pero que si el llega tarde le prepare algo de cenar ¿vale?

  • ok

  • Después llama a tu marido. Le cuentas la misma historia y le dices que seguramente llegarás a casa bastante tarde

  • de acuerdo

  • Yo estaré a las 18:00 h. ya cerca de tu oficina. Cuando se vaya todo el mundo me llamas y subo

  • Venga luego te llamo. Un besito y....gracias

A las 17:30 Ana ya me estaba llamando. Se había dado bastante prisa en desalojar a sus alumnas y empleadas. Mejor así, cuantos menos posibles testigos pues mejor.

  • Hola nena

Le saludé dándole un beso en los morros y sobandole, como empezaba a ser costumbre, su culito. Pasamos a su despacho y conectamos el ordenador a las cámaras. En su casa estaba todo tranquilo. Helena planchando una pila de ropa en su habitación y en el resto de habitaciones donde no estaban colocadas las cámaras  no había nadie. Por lo visto Arturo no estaba en casa. Ana me pidió sentarse en el ordenador para mandar un mail y aproveche para situarme detrás, desabrocharle un botón de la camisa que llevaba y sobarle esas magnificas tetas.

  • Así no voy a poder trabajar ni un poquito

  • Es que chica, cada día que te veo me pareces que estás más buena. De todas formas, si quieres paro

Le dije mientras le besaba la oreja

  • Ni loco no pares

Seguía sobandole las tetas y besando su cuello. Los pezones ya estaban erectos. Cada vez suspiraba con mas fuerza. Se levantó y me sentó en su silla. Después se sentó encima mia y desabrochó por completo su camisa dejando sus pechos a mi disposición para chuparlos con comodidad. La falda se le había subido casi por completo y la envergadura que estaba tomando mi polla rozaba con su pequeño tanguita. Estaba yo trabajandome sus pezones cuando le sonó su móvil personal. Era Arturo. Mientras ella hablaba con el yo seguía a lo mio, pero jugando con mi mano derecha bajo su tanga. A Ana se le hacía cada vez mas difícil el hablar con su marido sin levantar sospechas.

  • Era Arturo, para ver como llevo la tarde y para decirme que seguramente también llegará tarde casa

  • Y tu mintiéndole y jugando aquí conmigo

Ana se levantó, se agacho y comenzó a hacerme una mamada más. No había pasado ni cinco minutos desde que había colgado el teléfono y Arturo apareció en el plano de una de las cámaras. Y directamente se abalanzó sobre Helena

  • Cariño, creo que tu marido está ya en casa

  • Que cabrón. Me ha llamado para confirmar que no voy a llegar a casa pronto

En ese momento le di a grabar al sistema

  • El ordenador ya está trabajando. Este video va a ser tu cheque.

La verdad que Arturo nos estaba poniendo el trabajo en bandeja. Se sentó en el sofá. Mientras Helena se fue hacia la cocina y le trajo una cerveza. Seguidamente se agacho y empezó a hacerle una mamada mientras Arturo jugaba con el mando a distancia de la tele. Vamos que se quería relajar al llegar a casa y la niña hacia su trabajo. Ana mientras tanto no paraba de mirar el ordenador y cada vez estaba más cabreada

  • Relájate cariño que te va a dar algo

Le dije mientras bajaba su tanguita

  • Mira, siéntate aquí y miras el espectáculo.

Senté a Ana sobre mi polla y comencé a follarmela. Ella mientras seguía mirando el monitor aunque poco a poco fue olvidándose de mirar a su marido a través del ordenador y se fié dejando llevar por el movimiento que le estaba dando. A los pocos minutos Ana se había dado la vuelta de nuevo dejando que le sobara y chupara las tetas mientras follaba encima mio. Creo que primero la imagen de ver como a su marido le chupaba la verga Helena y después mis embestidas hicieron que Ana se corriera dándome a continuación un largo y sabroso beso. No tardé yo mucho en correrme.

Cuando de nuevo nuestra atención se centró en el ordenador Arturo había llevado a Helena a la habitación de la asistenta. La tenía tumbada boca arriba y atada con un par de cuerdas a la cama. Se la estaba follando mientras ella estaba con los brazos atados. De esa forma podía sobarle todo el cuerpo sin ninguna resistencia, aunque tampoco creo de Helena se la pusiera habitualmente. Eran las 19:30 aproximadamente.

  • Quieres reírte un poco

  • Claro, estoy ahora como para bromas

  • Llama a tu casa y dile a Helena que al final no te tienes que quedar al evento y que si quiere hacer algún plan llegarás a casa en 15 minutos y se podrá marchar

De nuevo a Ana se le iluminó la cara. Y así lo hizo. Cuando llamó vimos como en la pareja hubo dudas, pero Helena parecía decirle a Arturo que lo tenía que coger. Ana dejó que sonaran cuatro tonos y colgó. A estas alturas a la pareja parecía que se le había cortado el "rollo". Arturo parecía querer seguir con su particular escarceo, pero Ana volvió a llamar. En esta ocasión Arturo se levantó precipitadamente hacia el teléfono, lo descolgó, y de vuelta a la habitación se lo acercó a la oreja de Helena que seguía desnuda y atada a la cama. Ana volvió a hacerme caso y relató casi con puntos y comas lo que yo le había dicho. Cuando colgó las muestras de nerviosismo en la pareja eran evidentes. Arturo desató con rapidez a Helena de la cama y comenzó a vestirse. A los 5 minutos Arturo se había marchado de su propia casa y Helena, después de vestirse, se apresuraba a esconder las cuerdas y a revisar la casa, tirando el botellín de cerveza que Arturo se había bebido y lo desordenada que estaba la habitación y el sofá.

  • Vete para casa. Yo me quedó aquí, me voy a copiar las imágenes, te las edito y te las mando ¿vale?

  • Y ahora aparezco yo allí como si nada ¿no?

  • Pues hombre, si quieres seguir teniendo cuantas mas imágenes de Arturo mejor para cuando llegue el día, pues si. Además, estás con ese cabrón por la pasta no te engañes, te habrá puesto los cuernos por ahí un montón de veces, a ver si te crees que en Barcelona habrá estado solo de reuniones. Por otra parte a ti todo esto tampoco te está viniendo muy mal, también estás disfrutando lo tuyo, o por lo menos eso parece cada vez que te enganchas a mi polla. Ahora vas a casa y sobre todo con Helena tu no has visto nada.... y con Arturo... pues esta noche te quedas trabajando con el portátil y si lleva aun calentón que se mate a pajas.

Ana me besó, se vistió y como le dije se marchó. Esta chica parecía que cada vez mas cumplía mis ordenes si ni siquiera cuestionarlas. Me quedé un ratito más en la oficina con la excusa de copiarme el video, aunque realmente no me hacía falta ya que en mi casa había dejado mi ordenador grabando. Aproveche para "visitar" mas en profundidad las instalaciones de la academia y para trastear un poquito mas el ordenador de Ana. Descubrí una carpeta que contenía las fichas de todas las alumnas que allí estudiaban, con direcciones, teléfonos e incluso fotografías, algunas la verdad muy explicitas. Aproveché para mandarme vía mail toda esa información. Casualmente topé con una carpeta, que por el nombre se suponía que iban a ser cuentas de resultados de la empresa, que contenía datos de lo que podían ser "encuentros" entre alguna de las chicas que allí estaban y clientes. Había facturas de hotel, de cenas en restaurantes, de viajes, etc. Parecía que la empresa de Azafatas y Modelos de Ana podía convertirse, supongo que para clientes VIP´s en agencia de acompañantes. Eso, antes o después, lo acabaría descubriendo.

Las siguientes semanas transcurrieron con normalidad, bueno, con la normalidad que iba cogiendo mi vida, que era encontrarme como mucho cada tres dias con Ana, follarmela, jugarle encerronas a su marido para que se follara a Helena y así grabarlo, etc. La verdad que la infidelidad de Arturo me estaba viniendo de perlas, ya que mientras el follaba con Helena, yo me tiraba a su mujer.