Ana (1)

Como cambia la vida sexual al encontrarte a una antigua amiga

Curioso como te cambia una parte de tu vida fruto de una casualidad. Hacía poco tiempo que había cambiado de trabajo y una tarde, haciendo una compras por el centro de la ciudad me encontré con Ana. Era un excompañera de trabajo de 32 años y que hacía unos 5 o 6 años que no nos veíamos. Habíamos hablado en alguna ocasión por teléfono desde que dejó la empresa ya que siempre mantuvimos una buena relación. A pesar de haber tenidos un par de hijos seguía manteniendo una increíble figura, con sus 170 cm de altura y sus 110 de pechos naturales. Y aunque no era lo que se denomina un bellezón en lo que a su cara se refiere, siempre había sido muy coqueta y se sabía sacar todo el partido. Sabía cuales eran sus puntos "fuertes" y los exhibía sin ningún pudor. Ya de jovencita sabia lo que quería, era hija única, muy consentida y a los 22 empezó a salir con un "pavo" de familia muy acomodada, que le regalaba todo lo que se le antojaba y que con el paso del tiempo se terminó convirtiendo en director de una sucursal bancaria. Y aunque os aseguro que ella no le era del todo fiel, el final se veía venir, preciosa boda por todo lo alto. Estuvimos tomando un café contándonos nuestra respectivas vidas, de como nos iba todo etc. Esa tarde la nuestra reunión no duró mucho y se excuso porque tenía que ir a recoger a sus niños, pero eso sí, quedamos en vernos otro día y charlar mas pausadamente.

A las dos semanas me llamó Ana preguntándome si me apetecía tomar un café como nos habíamos prometido. Me invitó en ir a su casa ya que tenía a los dos pequeños y el ir a una cafetería le suponía montar una buena "logística". Al llegar a la puerta de su chalet comprobé, como no podía ser de otra forma, que su nivel de vida, a cuenta mayoritariamente de su marido, era bastante alto. Un chalet con piscina, sótano y dos planta superiores montado por todo lo alto. Después de enseñarme la casa estuvimos tomando un café y charlando. Yo sinceramente, cada vez que se levantaba a coger algo no dejaba de admirar su precioso culo que ya hacía unos años que admiraba. Cuando estaba delante mía tenía que hacer esfuerzos para mirarle a la cara y no estar embobado en su escote, que aprovechaba a mirar cada vez que ella desviaba la vista. Me contaba que su marido estaba casi todo el día trabajando, que había una chica que les ayudaba en casa, que ella trabajaba por placer y que hacía un par de años había montado una empresa de azafatas y modelos para no estar todo el día en casa, ......

  • Y entonces con Arturo, ¿como lo llevas?

  • Pues normal, ya muchos años juntos, la monotonía y con sinceridad, tu sabes que nuestra relación tuvo muchos altibajos, y eso el tiempo no lo cambia.

Me dio la sensación que se había acomodado a ese tren de vida y ahora con más razón al tener hijos no lo iba a cambiar. La tarde transcurrió muy amena con bromas de todo tipo, indirectas y un buen ambiente de confianza que parecía que nos hubiéramos estado viendo todas las semanas desde hacía muchos años.

Casi al mes me volvió a llamar para invitarme a un café, "porque no voy a dejar que pase ahora tanto tiempo sin vernos". Volvimos a quedar en su casa y en esta ocasión me sorprendí al verla. Estaba mas guapa de lo normal. El pelo recogido en una coleta, unos vaqueros que le marcaban el precioso culo y una camiseta negra de tirantes que apenas podía sujetar sus tetas. Durante el café volvimos a bromear y en uno de esos "juegos inocentes" la tenia apoyada contra el banco de la cocina cogiéndola por atrás. Se revolvió y me plantó un beso que yo no puede mas que corresponder. Se dio la vuelta sin dejar de besarme y aproveché para hacer lo que, desde que nos vimos soñé, que era palpar ese culo que tanto me atraía. Era redondo y duro y os puedo asegurar que fue un placer sobarlo. No se si en un momento de lucidez o estupidez, me separé de sus labios.

  • Ana, y tu marido?

  • Esta de reunión en Barcelona y hasta el viernes por la tarde no viene.

Quizás era aquello lo que quería oír y comenzamos de nuevo. Me quitó la camisa mientras me besaba y acariciaba mientras yo seguía ocupado en su precioso culo. Besaba con ganas, con pasión, como si hiciera mucho tiempo que quisiera hacerlo...... le quité la camiseta de tirantes y quedaron a mi disposición. Grandes, naturales pero para nada caídas, morenitas de haber estado tomando el sol en esa piscina que había en el exterior de la casa, con unos pezones perfectos, preciosos, suaves, pero que no tardaron en endurecerse a los pocos segundos de estar succionandolos. Algo nerviosa ya que estábamos cerca de la ventana me cogió la mano y me llevó hasta la habitación. Casi sin mediar palabras de bajó el pantalón y me sentó en la cama. Se arrodilló y os puedo prometer que fue la mejor mamada que me han hecho nunca. La verdad que no tardé mucho en correrme en su boca, aquello era quizás demasiado para mi. Pero no iba a quedar ahí. la levanté la tumbé en la cama y quitándole los pantalones y el tanga negro que llevaba comencé a lamer su coñito como recompensa al trabajo que había realizado. Lo tenía depilado a excepción de un pequeño triángulo en la parte superior. Tenía un sabor especial y la verdad que al ratito de estar saboreando ese manjar tuvo una buena corrida. Pero ahí no quedo la cosa porque durante el tiempo que había pasado comiéndole su coñito, mi "amiguito" estaba ya en posición de "matar". Debido a la anterior corrida estuvimos un buen rato follando como locos y haciendo lo que nos apetecía, cambiando sin preguntarnos las posiciones, aprovechando cada momento que me ponía a mi disposición esas tetas para poder comer de ellas. Me la follé por detrás un buen rato, aunque ella de vez en cuando se apartaba para poder volver a comerme la polla. Sabía como hacerlo. Terminó ella tumbada en la cama y yo follándomela salvajemente, pero no quería correrme dentro de su coño. Me levanté, me puse encima de ella y le metí la polla en su boca y después de unas cuantas embestidas me volví a correr. En esta ocasión Ana no desperdició nada. Estuvimos un rato echados en la cama acariciándonos suavemente después de la hora larga de la que habíamos disfrutado. Cuando de pronto me sorprendió.

  • Me gustaría confesarte una cosa

  • Dime

  • Pero me tienes que prometer que si no me quieres ayudar te olvidarás de lo que te voy a contar.

Aquello me intrigó

  • Puedes confiar en mi

  • Bueno, como sabes hay una chica ayudándonos en casa a limpiar y a cuidar de los niños. Pues bien, hace un tiempo que sospecho que Arturo aprovecha cuando no estoy en casa para tirársela y

  • Y claro eso no serán paranoias tuyas ¿no?

  • No, por eso hace dos semanas decidí colocar unas cámaras web en la habitación de matrimonio, en el comedor y en la habitación en la que duerme Helena cuando se queda en casa. Siguiendo unas recomendaciones de una página web tengo acceso desde mi portátil a la visión de esas cámaras y hace tres días confirmé mis sospechas.

  • Vamos, que te lo has montado conmigo por despecho

  • No te confundas, me apetecía follarte y esto digamos que ha sido el empujón que necesitaba

  • ¿ y que vas a hacer?

  • Si el gilipollas de mi marido cree que me voy a separar de el tan ricamente va listo. Estoy a punto de despedir a esa puta y que se vaya a su puto país de vuelta.

  • ¿de donde es?

  • Es ucraniana

  • A ver tranquilízate que tu tampoco has sido una santa con tu marido

  • Que se joda

  • Te quiero decir que si eres un poquito lista puedes coger ahora la sartén por el mango y no soltarla. Tendrás a tu maridito cogido para siempre de los huevos, y si algún día decides mandarlo a la mierda le vas a sacar toda la puta pasta que quieras

En ese momento le cambió la mirada

  • A ver enséñame desde el ordenador como están las cámaras

Salió de la habitación, cogió un portátil y volvió. Cual fue mi sorpresa que al encender el ordenador, tecleó una página web y con un clic accedió al entorno donde se podía seleccionar cualquiera de las cinco cámaras que había colocado. Con un simple movimiento de ratón me estaba viendo en pelotas encima de una cama que no era la mía

  • Definitivamente Ana, eres tonta. Cualquier gilipollas con un poquito de conocimientos de informática y un poquito curioso puede ver todo el interior de tu casa

  • Que?

  • Que estas cosas tienen que estar protegidas con una cuenta de usuario y una contraseña. Vamos que a lo mejor alguien nos ha visto follar esta tarde.

  • Mierda no

  • Tranquila,mira, me voy a llevar el portátil a casa, voy a crear una cuenta y una contraseña, y te voy a instalar un programita para que cuando vuelvas a ver a Arturo follarse a la asistenta, pues le das a un botoncito y a grabar que eso te vendrá bien. Mientras tanto tu como si nada hubiese pasado tanto con tu marido como Helena, ¿vale?

Me plantó en ese momento un beso bastante agradecido

  • Gracias Víctor

  • Vamos a vestirnos y me enseñas la ubicación de las cámaras

Y no escatimó en dinero. Las dos cámaras que había colocado en la habitación eran minúsculas. Sobre todo una de ellas, oculta en el detalle de un espejo, porque me dijo que estaba allí y lo comprobé con  el portátil, que si no soy incapaz de localizarla. En el comedor colocó una que venia ya montada en una radio antigua y grande y otra como la el espejo colocada en una lamparita de sobremesa. La de la habitación de la chica la había colocado en la lámpara del techo.

  • Mañana ves a comprar 3 o 4 más y diles que las necesitas para ayer, a ver si antes de que llegue tu marido el viernes la colocamos y así nos aseguramos de tener todos los ángulos cubiertos

  • Gracias otra vez..... y te debo una

  • No te preocupes cariño que me la pienso cobrar. Y ya te he dicho. Esto nunca a pasado, tu como si nada de esto te hubieses enterado. Y por cierto. Si esta mierda sale alguna vez yo no he estado ni aquí Eh?

  • No te preocupes, encima que me ayudas como te voy a meter mierda

  • Pues eso

Cogí el portátil y le di un beso sobando de nuevo ese culito que a partir de ahora iba a quedar a mi disposición.