Amy y las gemelas

Conocer a las gemelas Patri y Petri fue lo más excitante que nos sucedió a Pedro y a mí desde que nos conocimos.

Amy y las gemelas.

Dedicado con cariño a Vudú Blanco .

Mi mentor y el hombre más sensual del mundo.

El mejor amigo... el mejor amante.

Conocer a las gemelas Patri y Petri fue lo más excitante que nos sucedió a Pedro y a mí desde que nos conocimos.

La verdad es que no eran gemelas, porque entendemos todos que son las gemelas, pero quitando el pequeño detalle de que una era nata y la otra fino chocolate, parecía ser sacadas del mimo molde. Las dos tenían unos cuerpos suntuosos. Una estatura impresionante casi el metro ochenta, tenían esas melenas rizadas maravillosas de color ébano las dos. De hecho trabajaban como modelos para una marca de lencería. De esa lencería cara que sólo unos pocas se pueden comprar. Las conocimos en una fiesta que dio Luis.

La fiesta fue al principio un poco aburrida, las gemelas no llegaban, así que quise animarme un poco, me fui hasta donde estaba Luis y acercándome a su oído le dije:

-El baño esta vacío. Creo que al principio no me entendió, pues continuó hablando.

Estaba en el baño cuando le vi entrar. Cerró la puerta y se dirigió hacia mí. Nos besamos y cuando él puso sus manos sobre mis pechos ya estaban duros sólo de pensar que fuera podría haber gente esperando a que el baño estuviera libre. Y pense "tendrían que esperar".

Me senté encima del mueble del lavabo, llevaba un vestido de gasa en color blanco y turquesa que resaltaba todo mi moreno, era de esos vestidos que atado al cuello deja al descubierto toda la espalda, y llegándome a los pies. En fin de esos vestidos que cubriendo todo él cuerpo da la impresión que no llevas nada puesto.

Me fui levantando lentamente el vestido, Luis no podía dejar de observar cómo la fina gasa se deslizaba por mis piernas dejado ver el diminuto tanga blanco que llevaba, se acercó a mí y comenzó a besarme el cuello, cómo sus manos tocaban mis hombros, cómo deslizaba hacia mis pechos, sentía su calor, su excitación, le fui desabrochando la camisa, para poder acariciar aquel maravilloso torso, su piel era suave y dulce olor me provocaba morderle el cuello. Él ya sobaba mis tetas, era bastante fácil pues con sólo deshacer el nudo del vestido quedaron expuestas para él. Una de sus manos bajó a tocar mi coño, deslizaba su mano por el tanga. Me dijo: Quítatelo.

Me observaba mientras que deslizaba aquella diminuta braguita por mis piernas dejando al descubierto mi coño, abrir las piernas para que pudiera chuparme bien, se sorprendió al ver que me había depilado y que no tenía ni un solo pelo en todo mi coño, cosa que le gustó pues me chupó como nunca lo había hecho, desde él culo hasta mi chochito. Sentí cómo mis piernas se aflojaban, cómo mi vientre se endurecía, cómo me corría. Él sin más me dio la vuelta y poniendo todo mi coño a su disposición.

-No te muevas me decía Luis, mientras que en pequeño baño de su casa me metía su enorme polla. No embestía estaba quieto viendo cómo su polla había entrado dentro de mí, y sin más comenzó a moverse, tan deprisa que creía que me partiría en dos, me agarraba de las caderas, haciendo que cada embestida fuera tan fuerte, que me corrí por segunda vez, un pequeño gemido salió de él cuando se corrió dentro de mí.

Al salir allí estaban las gemelas hablando con Pedro, nos unimos a la conversación, la verdad es que eran dos mujeres fantásticas, al rato comenzaron a contar historias algo subidas de tono sobre las sesiones fotográficas.

Unos días más tarde quedamos para ir a una casa que tenían en un pueblo, donde nos reuniríamos todos, pues ellas sabían que Luis había pasado a formar parte de nuestras vidas.

Decidimos ir a comprar cosas para comer, y bajar al pueblo para dar una vuelta Luis y yo, Pedro se quedaría con ellas descansando. Al regresar subía a mi habitación cuando escuché ruidos en ella. Abrí un poco la puerta y puede observar como Petri le esta chupando la polla a Pedro mientras que Patri la comía a ésta el coño, la escena era excitante.

Nunca había visto a Pedro con ninguna mujer y me sentía un poco dolida, pero al mismo tiempo excitada, así que decidí no perder detalle. Pedro se encontraba tumbado en la cama, cuando Petri se puso encima de él, veía cómo su coño se tragaba la polla, lo hacía de espaldas a él de manera que Patri podía tocarla a ella sin problemas, la acariciaba, la besaba, la mordía, incluso la retorcía los pezones, ella se movía con la polla saliendo y entrando dentro de ella.

En un momento todo cambió, Patri se había puesto a cuatro patas mientas que chupaba el coño donde antes había estado la polla de Pedro mientras que él se la metía por detrás a Patri. Veía como Pedro la agarraba por las caderas, cómo la embestía, mientras cómo observaba a ella comerle el coño a Petri. Cuando se corrió lo hizo sobre ellas, yo nunca le había dejado hacer aquello, pero estas dos tragaron todo. Terminaron cansados y echados en la cama así que no quise molestarles.

Al día siguiente me encontraba en la cama hablando con Petri que era muy simpática, se había puesto un vestido de color lila clarito que resaltaba con el tono chocolate de su cuerpo, estabamos las dos sentadas viendo fotografías de ellas, la lencería, incluso algunas desnudas, me estaba poniendo muy nerviosa pues cada vez la notaba más cerca de mí, notaba cómo sus manos me recorrían las piernas, cómo se fijaba en mis pechos, pues llevaba una camiseta muy pegada, y cada mirada suya se endurecían más los pezones, en eso pensé "Y por qué no".

La puse mis manos sobre su dulce cara y la besé, ella fue a cogerme los pechos, se veía qué era lo que quería. Pues sin darme cuenta nos encartábamos desnudas, abrazadas una a la otra.

Sentía sus pechos junto a los míos, sus besos cálidos y dulces me inundaban, así que me fui a chupar esos pechos tan maravillosos, sentía su deseo, acariciarla era sentir fuego debajo de mis manos.

Ella se tumbó para que pudiera verla, tocarla, bersarla, morderla, ver todo su coño mis dedos fueron a tocar aquella mata de pelo negro llegando a mi objetivo, al verlo sabía muy bien lo que quería hacer, y era chuparla, comerla.

Quería yo también sentir su lengua dentro de mí así que me di la vuelta, ella no se lo pensó y comenzó a chupetear todo mi coño, me corrí, pero ella continuaba.

Continuará

paquitapotama@hotmail.com