Amores Para Recordar Capítulo 5

En la intimidad de la habitación de Juan en un ambiente de paz total, los chicos se disponían a calmar la soledad de su alma y el anhelo que se había escondido en lo profundo de sus corazones, un nervioso Pablo se acercaba lentamente a Juan.

La semana estaba llegando a su final con los días de clases, Juan había estado ocupado durante las tardes, debido a la cena con sus padres y emocionado por la idea de tener a Pablo en su hogar, tenía mucho tiempo sin disfrutar una comida en familia. Los progenitores siempre se la pasaban ocupados en sus propios trabajos, la mayoría de las veces se sentaba solo en el comedor de la sala o bien prefería llevar su comida a su habitación, cuando se sentía deprimido por la soledad en su corazón y deseaba llorar a mares. Lupita su fiel compañera que siempre permanecía a su lado, quien lo trataba como a su propio hijo en ausencia de los padres y los mismos inconscientes capaces de estar lejos de Juan por mucho tiempo.

A los 6 años Juan perdido a su primera mascota, ese día se la paso llorando por la muerte de su pez dorado y los días siguientes su sonrisa se fue extinguiendo, durante su tiempo de vida solía llevarlo a donde iba por la emoción y le había nombrado “Doradito”. Lo obtuvo de regalo de cumpleaños por eso dolió decirle adiós, todas sus actividades las realizaba con Doradito como testigo y durante las noches solía dejarlo en su mesita de noche. Justo a un lado de su cama en su habitación, Juan siempre demostró ser un chico muy sensible que se encariñaba rápido y le costaba entender las perdidas, nada raro para un chico de su edad.

Lupita viendo a Juan sufrir simplemente hizo lo posible por ayudarlo, realmente le gustaba ver su versión alegre corriendo por la casa y no escondiéndose dentro de su cuarto, ella nunca tuvo hijos en la vida por eso se encariño con él.

Lupita — Juan seca tus lágrimas. Un niño tan bonito como tú, no debería llorar en cambio sería mejor si sonríes y piensas que Doradito está en un lugar feliz. Estoy segura que si pudiera verte le romperías el corazón — Estaba tratando de sonreírle para darle un poco de paz.

Juan — Estoy muy triste, lo hecho mucho de menos porque se tuvo que ir. Era mi mejor amigo en el mundo y ahora estoy solo — Su cara aun con lágrimas claramente estaba cediendo a la tristeza del fondo de su alma.

Lupita — La muerte no siempre es el final de la vida, cuando un ser querido muere nunca se va por completo y siempre quedaran los buenos recuerdos compartidos. Cuando se marcha su espíritu se quedará a nuestro lado, lo importarte no es verlo sino mantener su imagen viva — Su voz se estaba volviendo el consuelo que Juan necesitaba en ese momento, su expresión de compresión hacia sentirse mejor a Juan.

Juan — Gracias… Lupita por estar conmigo — Su tristeza parecía disminuir con su nana ahí.

Lupita — Se lo que siente perder a tu mascota favorita, veras yo tenía un perro con quien me encariñe mucho y su muerte me dolió demasiado en su momento. Se perfectamente que el tiempo hace la perdida más llevadera y menos dolorosa con los años — Ella sabía todo por sus experiencias propias a su edad.

Juan — ¿Como le hiciste para superarlo su muerte? — La veía queriendo descubrir la forma de poder lidiar con su perdida, llorar le estaba quitando las fuerzas de continuar sonriendo.

Lupita — No se trata de superar el dolor más bien se trata de aprender a vivir con él, he aprendido que pensar demasiado en las cosas solo termina por dañar tu salud — Ella estaba convencida de aprender a dejar ir el dolor, el tiempo vuelve la perdida más tolerable.

Juan — Lo intentare como dices Lupita, pero no creo lograrlo — Todavía dejando escapar algunas lágrimas de sus ojos, era ayudado por su nana con un pañuelo para limpiarle su cara.

Lupita — Ven mi niño… dame un fuerte abrazo. El mañana será un día mejor para ti — El futuro siempre traerá cosas mejores en la vida de las personas, algunas veces disfrazadas de malas, pero nunca estarán de más.

Después de consolar a Juan como lo haría su madre si tuviera tiempo, ambos fueron a la cocina para comer un bocadillo antes del almuerzo y fuera del jardín yacía la tumba de Doradito, misma que había sido un deseo del pequeño niño de la casa. Un hoyo en la tierra con un letrero improvisado para una dedicatoria;

“Doradito un amigo, mascota y confidente de toda la vida. Fuiste una parte especial de mi vida, quizás no estuviste mucho tiempo a mi lado, pero fue el suficiente y por eso siempre ocuparas un lugar en mis recuerdos”

Descanse en paz

Además, colocaron unas rosas en un florero de cristal.

Volviendo a la actualidad Juan estaba tan comprometido con los detalles de la cena, incluso Lupita se ofreció amablemente a ayudarle con la comida y el día Jueves con varios pendientes por confirmar se fue a la cama temprano. Se fue a su habitación para descansar de un largo día en la preparatoria, se quitó; toda la ropa, los zapatos y solo quedo en bóxer. Se sentó en la cama con una sonrisa en la cara, pensando en cómo las cosas habían cambiado en un periodo tan corto de tiempo y ahora parecía haber encontrado realmente la felicidad con Pablo, aunque su estatus todavía correspondía a mejores amigos.

A la mañana siguiente se despertó a las 6:00 am muy emocionado, se levantó de la cama en bóxer para darse una ducha rápida; se vistió con su uniforme y bajo corriendo a desayunar a la sala, donde extrañamente se encontró a sus padres. Esta mañana estaba iniciando mejor de lo esperado para un fin de semana normal, se despidió de ellos como lo haría un hijo a pesar de nunca hacerlo y colocándose sus audífonos, salió por la puerta del frente para dirigirse a sus clases en la preparatoria. Inicio su lista de reproducción en el camino para relajarse como acostumbra, la selección de pistas tenia a “ Linkin Park ” uno de sus grupos favoritos y una banda que conoció hace mucho tiempo, la verdad esperaba verlos en una presentación en vivo pero los padres nunca cedieron a su petición.

Volviendo a sus pensamientos le alegraba la idea de pasar la noche con Pablo, entretanto en la casa de su amigo a las afueras de la ciudad y apenas saliendo para la parada del autobús, ligeramente molesto consigo mismo se culpaba por la hora. Cuestionándose la razón de vivir tan lejos de preparatoria del centro, realmente sería más oportuno si su hogar estuviera en la zona escolar y sabía que lamentarse no le ayudaba en nada, simplemente a veces no podía evitarlo en los días lluviosos. Tras la conversación en la pizzería sobre su relación de amistad, había estado ocupado formulando sus planes a futuro con Juan y debido a su acuerdo sobre pensarlo para aclarar los sentimientos, seguía meditando en silencio sus pensamientos.

Habían dejado el tema a la deriva como si no fuera solo un recuerdo olvidado, después de abordar el autobús en la parada se fue directo a su escuela y cuando finalmente llego a su destino, se topó con Juan, el mismo chico que lo hacía suspirar en su ausencia. Se dieron un saludo chocando los puños como buenos amigos, caminaron el resto del trayecto a la preparatoria juntos y se despidieron nada más Pablo llego a su salón. Sin embargo, Juan le hizo un recordatorio de su cena en la noche, obviamente que todo lo que involucre su amistad es difícil del olvidar para el otro chico y sin dejar pasar la ocasión fingió no recordarlo, esto hizo que el primero hiciera una mueca de disgusto por la situación.

Durante la clase de química Pablo estaba tan distraído a sus clases, incluso obtuvo un 6 en la actividad sorpresa que hizo la maestra y en cuanto a Juan corrió a los vestidores del gimnasio, esta mañana le tocaba clase de educación física. Rápidamente se dirigió a la puerta de su locker para retirar el candado, se despojó del uniforme para cambiarlo por su ropa de deporte; unos pantalones cortos, una playera con el escudo de la escuela y tenis blancos. Se fue a la cancha donde sus compañeros lo esperaban, ahí Erick y Miguel estaba practicando tiros a la canasta, cuando lo vieron a la distancia lo saludaron tan fuerte que todos voltearon a verlo.

Erick — ¡Buenos días Juan! Hasta que te dignas de aparecer casi pensé no vendrías hoy — El tono de burla lo decía todo a Juan, mismo que no hacía caso a sus palabras de burla.

Miguel — Si, Juan es raro que llegues tarde a clases. Lo olvide ¡Buenos días amigo! — Él fue más reservado a comparación del primero, igual termino por seguir el juego.

Juan — Es solo un pequeño retraso por quedarme conversando con Pablo, no vi la hora, pero no se preocupen por mí y ahora vamos a entrenar porque el entrenador nos está viendo — Tomo la pelota de las manos de Erick para retomar el continuar la actividad, ser el mejor implica la practica seguida para pulir tus habilidades y mejorar tus debilidades en la cancha.

Miguel ­— ¡Esta bien! Seguro alguien esta emocionado por la cena con sus suegros, Pablo últimamente lo veo un poco distraído y ¿A qué hora es la cena? — No podía evitar preguntar los detalles de la velada de primera mano a su amigo.

Juan — Vamos chicos tranquilos. Solo será una cena normal con mis padres, ellos han estado insistiendo en conocerlo tantas veces y tras tanto insistir he terminado por acceder a su petición — Pensaba que solo se trataba de una cena normal con un amigo y sus padres.

Erick — No te preocupes. A Pablo se nota que le gustas mucho en verdad, solo es cuestión de tiempo para que terminen juntos — Usaba sus palabras para darle ánimos a su amigo.

Juan — Hemos hablado de nuestros sentimientos, pero es mejor pensarlo con cuidado, la amistad es muy reciente para dar un gran salto a una relación de pareja y aun somos lo suficientes jóvenes para vivir nuestro amor a plenitud — Confiado en sus pensamientos se ponía feliz de contar con su amistad por ahora, el futuro no es un problema si están juntos.

Miguel — Eres tonto Juan, pero aún me tienes a mí por si las dudas — Corrió en dirección de Juan para abrazarlo fuertemente, eso sentir incomodo a Erick que no podía evitar sentir celos.

Erick — Déjate de bromas Miguel estamos siendo serios por un momento. Juan no te preocupes mucho por tu situación con Pablo y pase lo que pase somos tus amigos, siempre te estaremos apoyando en tus decisiones — Mantener el espíritu en alto es bueno para la moral de Juan.

Juan — ¡Muchas gracias! ¿Desde cuándo saben que me gusta Pablo? — Según recuerda no creía se tan obvio para levantar sospechas, tampoco se lo dijo a ningún conocido.

Miguel — Tardamos un tiempo en entender tu relación con Pablo, pero Sara nos ayudó, el sexto sentido de las mujeres es un arma infalible o mejor dicho un radar peligroso, inicialmente dudamos totalmente de la posibilidad, pero luego nos dimos cuenta que nunca has tenido una novia y el resto se trató de unir los cabos sueltos — La expresión claramente termino por confirmar toda la situación de ellos.

Juan — Ustedes están en la misma posición, tampoco les conozco una chica real — Estaba contento de haberles volteado la tortilla con sus palabras.

Erick — Hablamos de chicas seguido pero tu sueles irte de la conversación, ese solo es otro punto a nuestro favor con respeto a tus gustos — No pudo evitar reír en su interior por desarmarlo en el acto.

Juan — No me gustan los chicos solo me gusta el, sino fuera Pablo no sería nadie — Pensando en el pasado nunca creyó en la posibilidad de salir con chico, incluso sus compañeros de clase seguían sin llamar su atención.

Miguel — Dejemos la conversación por ahora, tenemos que practicar para el torneo regional de basquetbol y el entrenador continúa con la mira en nosotros — Intento terminar la conversación para evitar las miradas de los compañeros.

El entrenamiento en la clase de educación física se volvió pesado, el entrenador estaba decidido a ganar el próximo juego de basquetbol y les preparo una sesión especial de práctica, realmente dejarían en el alto el nombre de la preparatoria. Después del cansarlos completamente los dejo ir a las duchas, los chicos exhaustos se fueron a los vestidores para desnudarse y tomar su toalla para ducharse en las regaderas, ahí Juan como sus amigos lavaron su cuerpo con jabón y agua. Los cuerpos de los adolescentes ofrecían una imagen única a los curiosos, el agua recorriendo a cada joven por igual y el vapor generado por el agua caliente, terminaba por hacer más relajante el momento, mientras los chicos bromeaban entre sí.

Después de la ducha se cambiaron rápido para tomar la clase de español, 2 horas atrapados en el aula para salir a disfrutar de su receso y mientras en su salón Pablo fue atrapado distraído, un pequeño regaño delante frente a sus compañeros, no fue la gran cosa. Al final de su materia Pablo se fue a la cafería para comprar su comida, ahí fue encontrado por Juan seguido de sus amigos cercanos y se unieron a él para hacer fila para comprar sus alimentos.

Juan — ¡Pablo no pierdes el tiempo para comer! Incluso te has formado primero — Viéndolo pensó en bromear con él, se había dado cuenta que tenía un gran apetito.

Pablo — Me adelante porque los he buscado, pero no los vi. Además, hoy desayune ligero para llegar temprano a clases, ahora tengo mucha hambre — Se decía así mismo que un estomago con hambre es igual a un alumno distraído.

Juan — El tráfico de la mañana es terrible por eso es mejor vivir dentro de la ciudad, sino te gusta deberías pensar seriamente en mudarte cerca de aquí — Conocía la situación de su amigo por eso si le pedía ayuda no dudaría en decirle a sus padres para darle una mano.

Pablo — Lo he pensado, pero tampoco es que tenga dinero de sobra, quizás cuando me retire me compre un departamento en un área más accesible y mientras me resignare a ello — Pensaba en que la solución más fácil siempre se trataba de dinero, mismo que no tenía la forma de conseguir para solucionar el conflicto.

La fila de la cafetería continuaba a avanzando con los estudiantes, pronto llego el turno de Pablo y compañía para pedir su almuerzo, toda la comida fue pedida al mismo tiempo.

Durante la comida Juan respondió todas las dudas de la cena, quedando de verse en el centro de la ciudad a las 7:00 pm y luego de terminar de comer en la mesa, cada uno recogió su basura para dejar la mesa limpia. El día transcurrió normalmente tras su agradable comida entre compañeros, las clases pasaron lentamente como si el tiempo fuera medido con un reloj de arena y los granos de arena cayeran uno por uno, al final del horario de clases. Los chicos abarrotaron los pasillos para el ansiado fin de semana, Juan tomo la iniciativa de encontrarse con Pablo y ante las miradas curiosas de chicas como chicos, se marcharon juntos a la salida para despedirse de una forma diferente a la habitual.

Juan — Nos vemos a las 7:00 pm en el centro de la ciudad — Sonriendo le recordaba una última vez la hora de su encuentro, anteriormente pensó en darle su dirección, pero tuvo miedo de confundirlo y prefirió elegir un punto intermedio para reunirse en el centro.

Pablo — Ahí te estaré esperando, ¡no llegues tarde! — Eligio callar la sorpresa que preparo para Juan, así resultaba mas divertido a los ojos de su acompañante.

Juan — Adiós Pablo — Viéndolo una ultima previo a subir a su autobús.

Pablo — Adiós Juan — Se quedo en la parada del autobús a un lado en la acera.

Después de terminar su despedida en la parada del transporte público, Pablo espero unos minutos a su habitual medio de transporte para ir a casa y entretanto Juan lo observaba una última vez de espaldas, el vehículo plateado con una estrella verde a un lado y el nombre “ESTRELLA DEL NORTE”. Aun desde la ventanilla Pablo alcanzo a ver como la figura de su amigo desaparecía en la distancia, abrazando su mochila contaba las horas para la cena con los padres e imaginaba su cara tras ver su pequeña sorpresa, mientras Juan regresaba caminando a su casa para hablar con Lupita. A las orillas de la ciudad en el área de los suburbios Pablo, quien se había tenido un inconveniente con la unidad donde regresaba y la cual sufrió un desperfecto en el motor por ello se había quedado varada.

Afortunadamente el conductor fue rápido para solicitar ayuda a su empresa, misma que se encargó de auxiliarlos con servicio técnico y Pablo simplemente no daba crédito de la situación, tuvo que perder una hora extra para poder finalmente llegar a su hogar. Después de bajar del autobús corrió en dirección a su vivienda, abrió la puerta de la entrada con la llave en su cartera y cerrándola con fuerza, se fue a su habitación donde tenia el regalo para Juan. El día miércoles se dio una vuelta por el centro comercial de la ciudad, especialmente buscando un presente y después de mucho contemplar las opciones disponibles en las tiendas; elegio un oso de peluche blanco y un portarretratos finamente tallado en madera para Juan.

Pablo se quito su mochila para vaciar sus materiales de la preparatoria, tomo ambos presentes para colocarlos dentro, con mucho cuidado y sonriendo se empezó a quitar su ropa de clases, quedando únicamente en bóxer para pasearse por la habitación. Además, tenía pensado en comprar una caja de chocolates en una tienda, todavía siendo las 4:30 pm se recostó en su cama para relajarse por un momento y respirando profundamente, tomo una siesta, realmente necesitaba cargar sus baterías si quería llegar a la noche.

Mientras tanto Juan felizmente agradecía a su nana Lupita por su ayuda, justamente ella se había encargado de hacer las compras de última hora y dirigió a la cocinera para preparar sus platillos favoritos de la cena, hizo un menú completo con la información que consiguió de Pablo en sus muchas conversaciones a lo largo del pasado mes.

Juan — Muchas gracias Lupita por tu ayuda — A veces dar las gracias le parecía muy poco para la mujer que lo vio crecer y siempre estuvo para él.

Lupita — Yo encantada de contribuir con tal de verte sonreír — Ella era feliz si Juan recuperaba su hermosa sonrisa, la misma que tenía en el su primer día de trabajo con la familia.

Juan — Ahora me iré a bañar para prepararme porque veré a Pablo en el centro — Inconscientemente cada vez que hablaba de su invitado sonreía.

Lupita — Hubiera sido más fácil, si le das la dirección de la casa, resultaría menos costoso si el viene directo para aquí en taxi — Ella siempre buscando la solución fácil a diferencia de su pequeño, mismo que solo hacia las cosas mas complicadas por su forma de actuar.

Juan — Eso pensé, pero es seguro que hacía bolas con la dirección — Tratando de zafarse de la conversación con su nana, la excusa no parecía convencerla del todo.

Lupita — Ve date prisa — Viendo la prisa que tenia no hizo mas preguntas.

Después de tomar su siesta Pablo se quitó el bóxer en la habitación, cogió una toalla para ir a la ducha a refrescarse con agua fría y tras purificar su cuerpo, se cambio con su ropa especialmente preparada por la ocasión. Se arreglo formalmente pensando dar una buena impresión a sus futuros suegros, se vistió con; un pantalón negro, una camisa color melón, corbata negra y zapatos. Además, uso perfume de aroma a cítricos que solía usar pocas veces para salir, normalmente le bastaba con usar desodorante en aerosol en las axilas e igual nunca tuvo problemas en la escuela, tampoco es tuviera muchos amigos a su alrededor. Cepillo sus dientes con pasta dental y enjuague bucal por si las dudas, se coloco la mochila para salir de la residencia apresuradamente y dirigirse a la parada habitual del colectivo.

De vuelta en la casa de Juan este se estaba bañando en la ducha, completamente relajado con los preparativos listos para la noche sonreía y dejaba caer el agua en su cuerpo, la espuma del champú desaparecía lentamente de su cabello. En sus trabajos los padres se preparaban para la hora de salida, habían estado haciendo extras con fin de tener suficiente tiempo libre y poder regresar mas temprano de lo usual para recibir a Pablo. Luego de haberse bañado en la regadera Juan se vistió con su ropa formal, se colocó; un pantalón negro, una camisa azul y zapatos negros. 6:00 pm Pablo subió al autobús con dirección al centro de la ciudad, obviamente llamo la atención de los pasajeros a la hora de abordar la unidad y eso le hizo dudar en su mente si exagero a la hora de vestirse, quizás se preparo muy formal.

A su hora de llegada en el centro de la urbe vio tenía tiempo libre, mirando a diferentes lados de las calles busco una dulcería abierta y corriendo se dispuso a comprar una caja de chocolates, entro a un pequeño establecimiento donde hablo con la vendedora. Amablemente la saludo para solicitarle le enseñara los chocolates.

Pablo — ¡Buenas tardes señorita! — Sonrió a la mujer detrás del mostrador para hacer su pedido, ella se veía joven por eso no quiso sonar grosero con la palabra señora.

Vendedora — ¡Buenas tardes joven! — Ella no pudo evitar verlo de pies a cabeza por la ropa que traía puesta, pensó en la posibilidad de una fiesta a donde iba él.

Pablo — ¿Tiene cajas de chocolates para regalo? — Realmente no sabía de dulces por eso esperaba le sugiriera opciones para comprar, tampoco es que Juan sea un chico difícil de complacer si se trata de un presente de su parte.

Vendedora — Si, recién me han llegado nueva mercancía en la bodega. Tienes algún tipo de chocolate en especial, tengo dos opciones de chocolates: chocolate con relleno diferente o si prefieres el normal — Cuando vio que se quedo pensando estuvo a punto de darle su opinión, la verdad el precio era similar para ambos chocolates.

Pablo — ¡Deme la primera opción por favor! —  Había dicho lo primero que se le vino a la mente, tampoco pensaba ser un poco tacaño en su primer regalo para Juan.

Vendedora — Aquí tienes chico tus chocolates. ¿Como desea pagarlo con tarjeta o efectivo? — A veces sentía que estaba demás decir las formas de pago, realmente siempre optaban por elegir el papel moneda para pagar su mercancía.

Pablo — Efectivo señorita — El no usaba tarjetas de ninguna clase por eso cargaba dinero.

Después de pagar por los chocolates a la vendedora con una sonrisa, se despidió de ella guardando la caja en la mochila que traía en su espalda y envió un mensaje por LINE para confirmar a Juan su ubicación, quien estaba esperando en el lugar acordado. Haber tomado un taxi desde su hogar de sus padres resulto conveniente, termino llegando minutos antes de la hora de reunión con Pablo y debido a eso fue tomado por sorpresa con el mensaje en LINE.

Pablo – ¡Estoy llegando al centro! Espérame ahí no te muevas

Juan – ¡Acabo de llegar! Date prisa por favor

Cuando los dos jóvenes pudieron verse cara a cara el reloj marcaba 7:10 pm, Juan vestido tan elegante como su acompañante en plena calle del centro y justo en la hora familiar, las parejas con hijos solían pasar en la zona para disfrutar las vistas. Cerca de ahí se encontraba el parque donde comieron helados la vez pasada, Juan se dio cuenta de la guapo que se veía vestido formalmente y durante unos segundos imagino estaban en una cita, además de notar la mochila en la espalda del invitado como si fuera a clases.

Pablo — Disculpa se me hizo tarde. El tráfico es terrible — Quizás era una excusa tonta pero no se le ocurrió una mejor para justificarse.

Juan — No te preocupes por eso. Debiste haber dejado tu mochila en casa — Tenia curiosidad de la razón detrás de haberla traído, incluso tuvo que suprimir sus ganas de preguntar la razón.

Pablo — Traje una sorpresa para ti. Te la daré después de la cena con tus padres — No quería revelar el secreto y arruinar la sorpresa de Juan, seria mejor no darle ninguna pista.

Juan — Ya es algo tarde vamos caminando para mi casa. El camino es un poco largo — Guiándole por las calles se dirigieron a su residencia en silencio total, ninguno de los dos hizo el intento por retomar la conversación.

Mientras caminaban Pablo comprendió la razón de haberle citado ahí, el camino se volvía confuso en las calles, debido al diseño de la ciudad y abordar un taxi, resultaría confuso si solo tenía la dirección, pero no conocía la casa. El trataba de memorizar el recorrido, pero dieron varios giros, las primeras calles resultaron fáciles, pero igual se hizo un lio su mente al final y cuando llego a la casa de su amigo, abrió la boca para dejar salir un suspiro. Una casa de 2 plantas color blanco; puertas de madera cafés, un amplio jardín en el frente y un área verde trasera. Además de un cercado en el perímetro de toda la vivienda, Pablo se sintió insignificante tanto pronto veía los detalles del lugar y Juan actuaba con total normalidad, tras cruzar la puerta principal no paraba de ver a los lados con cuidado.

Las paredes estaban decoradas con pinturas enmarcadas con paisajes, las clásicas fotos de la familia en cuadros especialmente diseñados y diferentes reconocimientos, así como diplomas de la universidad con los nombres de los padres. Pablo fue sacado de sus pensamientos con las voces de los propietarios, el papa; 38 años, alto, cabello negro, ojos cafés, piel morena, complexión delgada y traía un traje de oficina, además poseía una mirada intimidante. La madre una mujer; 35 años, altura promedio, rubia, piel clara, ojos azules, esbelta y también traía un traje de oficina como el esposo. Juan hizo las presentaciones de sus padres a Pablo y viceversa.

Juan — Te presento a mis papas Sofía Castro Valencia y Santiago Martínez del Valle — Juan estaba orgulloso de sus padres a pesar de verlos poco tiempo.

Pablo — Es un gusto en conocerlos finalmente. Mi nombre es Pablo Ruiz Hernández — No era lo que imaginaba para la primera conversación con ellos.

Padre — El gusto es nuestro Pablo, según nos han dicho Juan pasa mucho tiempo contigo — Ciertamente el nuevo amigo era diferente a los demás amigos de su hijo.

Madre — Nosotros sabemos de sus amigos, pero tu pareces especial. Debido a ellos insistimos en conocerte personalmente — Estaba alegre de conocerle por primera vez, pero veía algo extraño en su relación.

Los padres continuaron un largo interrogatorio a su invitado de la noche, Juan comenzaba a arrepentirse de la idea de haberle traído a conocerlos y Pablo hacia todo lo posible para mantenerse tranquilo con la lluvia de preguntas, incluso pensó que era una entrevista de trabajo. Ellos parecían conformes con las respuestas de Pablo en todo momento, el mencionar su situación económica no pareció afectarles en lo absoluto y ellos se veían felices de su relación con Juan, solo espera mantuvieran esa postura si decidían hacerse novios. La conversación fue interrumpida minutos mas tarde por Lupita, quien los llevo al comedor en la habitación de al lado para sentarse a cenar y disfrutar de los ricos platillos de la noche, Juan le quito la mochila a su amigo para dejarla en la sala.

El menú de la noche tenía; Lomo de cerdo mechado, rollos de carne, crema a la italiana, flan de frutas, ensalada de frutas y vino tinto. Pablo se vio obligado a quedarse en casa de Juan por petición de los papas, ellos como buenos anfitriones le ofrecieron quedarse a dormir y ante la invitación de los padres, simplemente termino por aceptar su hospitalidad como huésped.

Juan — ¡Buenas noches mama y papa! — Sonreía a sus progenitores.

Pablo —¡Buenas noches señores! — Feliz por la situación se despedía de ellos.

Posteriormente tras dar las buenas noches a los dueños de la casa, Pablo recogió su mochila en la sala para seguir a Juan a las escaleras y subieron hasta la habitación del segundo, la misma que yacía en el final del pasillo, tras una puerta de madera. El cuarto tenía; una cama grande, posters de sus bandas favoritas, trofeos de basquetbol, medallas de competencias, un escritorio con libros, una computadora para hacer sus tareas, una lámpara de noche, videojuegos de acción y discos de música.

Pablo — Tienes una recamara increíble Juan. ¿Dónde dormiré esta noche? — Sorprendido por el espacio de la habitación, así como por su contenido.

Juan — Puedes dormir en la cama conmigo, hay espacio de sobra para los dos — Tímido de sus propias palabras lo miro a los ojos.

Pablo — Esta noche seremos como una pareja compartiendo la misma cama. Jajaja — Solo su risa logro cortar los nervios en el ambiente.

Juan — Cuando accedí a ser tu novio en primer lugar — Hizo lo que pudo para devolver la indirecta a su guapo invitado.

Pablo saco su celular de la mochila para enviar un mensaje a su padre, diciéndole que se quedaría a pasar la noche en casa de Juan y aprovechando el momento saco su obsequio. Juan estaba conmovido por el detalle del chico en frente de él, era la mejor forma de demostrar sus sentimientos sinceros a la persona que ama y la responsable de haber cambiado su mundo completamente.

Juan — ¡Muchas gracias! En verdad eres muy lindo conmigo — Estaba de feliz de ser considerado una persona importante, había recibió obsequios de muchas amistades, pero ninguna se compara a Pablo.

Pablo — No necesito una vida para darme cuenta de mis sentimientos por ti. Es suficiente con tenerte a mi lado para ver que tu eres mi vida, la felicidad toco mi puerta el día que nos encontramos en ese callejón oscuro — Un poco nervioso pero alegre de haber pasado la prueba, podía dejar salir sus sentimientos por Juan.

Juan — Me siento afortunado de contar con tu compañía desde ese accidente, quizás nosotros estábamos destinados a encontrarnos en ese lugar y verdaderamente te doy las gracias — Su inmensa alegría de desbordaba en su mirada, las palabras no bastaban para expresar su gratitud por el frente a él.

Pablo — Puedo darte un beso — Nervioso por lo que seria su primer beso a su amado.

Juan — Hazlo tonto — Confundido por el momento dijo lo primero en su mente.

En la intimidad de la habitación de Juan en un ambiente de paz total, los chicos se disponían a calmar la soledad de su alma y el anhelo que se había escondido en lo profundo de sus corazones, un nervioso Pablo se acercaba lentamente a Juan. Pablo poso sus brazos en los hombros de su compañero para acercarlo a él, había imaginado tantas veces sus labios sobre la boca de su amado y podía sentir su aliento chocar con cara. Juan cohibido con el momento quiso ayudarlo dando el ultimo paso, lo beso en una forma tan dulce como le fue posible en un acto de amor y las miradas de ambos se fundieron en una sola. Sintieron el tiempo congelarse a su alrededor por unos instantes, abrazados los amantes sintieron como la felicidad de sus jóvenes cuerpos desbordar y el finalmente el beso termino.

Después del momento de romance los jóvenes, se quitaron su ropa, dejando solamente su bóxer para dormir en la cama como una pareja y cubiertos con una sabana blanca, Juan se apoyo en el pecho de Pablo para dormir y su chico lo abrazo para transmitirle su calor. A partir de ahora con sus sentimientos claros en sus corazones, su futuro estaría completo si los dos permanecían juntos en todo momento y se apoyaban mutuamente para salir adelante, tenían el apoyo de los amigos de respaldo y seguramente también a sus padres.

Continuara…