Amor puro 7

La historia llega a su fin.

Amor puro 7

Tenía a mi padre delante, no pude contenerme y desplegué mi aura de combate al cien por cien, todo a mi alrededor empezó a temblar. Mi padre sonrió e hizo lo propio, su aura era realmente monstruosa, no era el rey del inframundo por casualidad. Mi padre detuvo su poder y me dijo.

• Curar vuestras heridas, ya llegará el momento de la batalla final.

• ¿Nos subestimas padre?

• No, solo quiero que cuando te venza estés en tus mejores condiciones.

• ¡Muy seguro estas de tu victoria!

Mi padre volvió a sonreír y se desvaneció junto a los dos generales restantes, todos miramos a ceros. Sus heridas eran muy graves, Azazel no sería el demonio más fuerte, pero sabía como hacer daño de verdad. Ceros estaba inconsciente y era sostenido por Sigrid, esta estaba sumamente preocupada. Había perdido mucha sangre, por suerte yo podía hacerle una transfusión.

Ceros durmió durante tres días, Sigrid no se movió de su lado durante todo ese tiempo. Cuando despertó y vio al amor de su vida a su lado este sonrió y poniendo su mano sobre el rostro de una llorosa Sigrid se lo acaricio con todo el cariño del mundo.

Garve también velo a su amigo, se pasaba los días entre ceros y Rina. Si algo tenía claro era que el inframundo atacaría a Rina para hacerle daño, no quería que entrara en batalla, pero era consciente que sería inevitable, esperaba tener tiempo suficiente para enseñarle lo suficiente para sobrevivir.

Yo desde el combate con Azazel, note una conexión mucho más fuerte con mi madre, su alma vivía en mi corazón y ahora podía escuchar sus consejos, sus ánimos y sobre todo ese cariño que solo sabe dar una madre. Solía pasar horas sentada concentrada, de esa forma entraba en esa parte de mi corazón donde vivía mi madre.

Selene solía observarme durante horas, estaba feliz por mí. No solo no había perdido el recuerdo de mi madre. Ese combate había despertado otro poder latente dentro de mí, tenía la esperanza de que fuera suficiente para derrotar a mi padre.

Mientras Garve y Rina entrenaban, Ceros se levantó de la cama con la ayuda de Sigrid. Todos nos alegramos al verlo, parecía sereno, pero veía preocupación en sus ojos. Sus ojos me decían que no podría luchar solo contra uno de los generales, esto trastocaba ligeramente los planes.

Mi idea inicial quedaba descartada, tenía otra en mente. Ceros lucharía al lado de Sigrid, los dos hacían un equipo sin fisuras. Se compenetraban muy bien y Sigrid era muy poderosa, podrían cubrirse la espalda el uno a la otra.

Garve tendría que luchar solo, pero algo me decía que eso no sería por mucho tiempo. Rina estaba aprendiendo muy deprisa y estaba segura de que no se quedaría de brazos cruzados viendo a su tío luchar, más si este se encontraba en grave peligro.

Por último seriamos Selene y yo, si algo tenía claro era que mi padre no jugaría limpio y que su poder era mayor que el mío. Si luchábamos justas, seguro que podíamos vencer a mi padre. Otra de las desventajas seria que tendríamos que luchar a las puertas de su castillo en el inframundo.

Mi padre no se movería de allí, él se sentía fuerte en sus dominios y jugaría esa baza. El ejército de los dioses tendría que participar, el problema era que mi padre tenía un campo de fuerza en todo su territorio que mermaba el poder de los dioses hasta un diez por ciento.

Solo Ceros y yo lucharíamos con el cien por cien de nuestro poder, incluso Garve notaria esa disminución de poder al haber perdido los poderes que le otorgo mi padre. Entonces se me ocurrió una idea. Si bañaba sus armaduras con un poco de mi sangre, esta les otorgaría protección ante el campo de fuerza.

No sabía si sería una protección total o parcial pero eso mejor que luchar con el poder mínimo. Lo comenté con Ceros y a este le pareció una buena idea, cuando el campo de fuerza sintiera mi poder, no ejercería ningún efecto sobre los dioses y la lucha sería más equilibrada.

Selene y Sigrid se pusieron en contacto con el general anciano y este les dijo que por él no había problema, además él seria quien nos abriera paso a Selene y a mí para llegar a donde mi padre y vencerle. Selene y Sigrid sabían que no todo el ejército de los dioses estaría de acuerdo, teníamos la esperanza que el general anciano pudiera convencer a suficientes guerreros como para hacer frente al ejército de mi padre.

Quedaban pocos días, Sigrid y Ceros decidieron ir a hablar con el general anciano para ver el plan de batalla, Garve seguiría entrenando duramente a Rina y Selene y yo decidimos ir a visitar a nuestra loba. Los cachorros habrían crecido mucho, cogí el hombro de Selene con mi mano y activando mis llamas, nos tele transportamos a su antigua casa.

La casa estaba hecha un desastre, antes de ir a visitar a la loba, Selene quiso pasar por su casa para recoger ciertos objetos que eran muy queridos para ella, una vez recogido todo. Decidimos ir dando un paseo, me enseño un lugar que ella solía ir. Era un acantilado con un monumento parecido al de Stonehenge.

Era muy antiguo y ni siquiera Selene sabia quien lo había construido, solo sabia que sentarse en la mitad de ese monumento le daba paz, la verdad que las vistas eran preciosas. A mí se me ocurrió que podíamos visitarla más tarde para darnos amor la una a la otra.

Cuando llegamos a la cueva, teníamos un poco de miedo que la loba ya no se acordara de nosotras. No fue el caso, nos olió mucho antes de que pudiera vernos y salió a saludarnos. No solo ella, los cachorros que habían crecido salieron a jugar con nosotras, seguían igual de trastos que la última vez que los vimos.

Pasar ese tiempo al lado de Selene fue estupendo, no quería, pero no podía dejar de pensar que tal vez una de las dos pudiera morir en esa última batalla. Sé que ella pensaba lo mismo, pero sabía disimularlo mucho mejor que yo.

Pasamos una gran tarde, los cachorros nos hicieron correr, reír y hasta llorar cuando nos despedimos de ellos, pero sobre todo de su madre. Pude notar tristeza en los ojos de aquel animal, pareciera que intuía que se avecinaba algo malo y habíamos ido a despedirnos de ellos.

Volvimos hacia ese acantilado cogidas de la mano, nos metimos dentro del monumento y en el centro había algo que alguna vez fue una tumba, pues ahora estaba bacía. Alguien había quitado la tapa, entre Selene y yo cogimos la tapa y la colocamos en su sitio.

Tenía una inscripción, pero no se distinguía bien. El paso del tiempo había erosionado las letras, nos sentamos sobre ella y volvimos a cogernos las manos, lleve la suya a mi boca y la bese. Selene empezó a abrir sus piernas invitándome a meter la mano.

Cosa que hice, no llevaba ropa interior, eso me puso muy caliente.

• No llevas ropa interior.

• Para que, si siempre terminamos destrozándonos las bragas mutuamente.

• Pues mira, en eso tienes razón.

Lo que ella no sabía era que yo tampoco las llevaba puestas, nunca lo había hecho y la verdad que la sensación de llevar el coño al aire, resulto en una sensación muy agradable. Selene metió la mano con la intención de hacer a un lado mi braguita y ensartarme un dedo en el coño.

Al ver que igual que ella no llevaba bragas, se mordió el labio de abajo, ese gesto me encendía como una moto. Metimos la mano en el coño de la otra y nos empezamos a masturbar la una a la otra mientras mirábamos el atardecer, fue un momento mágico ver el sol esconderse mientras suspirábamos por el intenso placer que sentíamos las dos.

Cuando el sol se escondió y salió la luna, fue el pistoletazo de salida. Las dos nos desnudamos y poniéndonos la una en frente de la otra nos empezamos a besar, cuando Selene coloco su mano en mi rostro pude percibir mi olor en ella. Selene se tumbó y me pidió que pusiera mi coñito sobre su boca.

La sensación de la lengua de Selene jugar con mi clítoris y el viento que chocaba contra mis duros pezones, me provocaba una sensación muy placentera. Mientras Selene me estaba llevando al cielo del placer, yo le empecé a pellizcar los pezones. Eso hacia que de vez en cuando dejara de lamerme el coñito para soltar un suspiro de placer.

No tarde en correrme abundantemente, me separe de Selene y la bese recogiendo todos mis flujos que no pudo tragar. Selene apoyó sus manos en la tumba y abrió sus piernas, tenía la visión de su precioso culo y su precioso coño reluciente de lo mojado que lo tenía.

Empecé a lamerle los muslos recogiendo el flujo que le resbalaba por ellos. Empezó a jadear cada vez más fuerte. Cuando llegue a su coño y mi lengua toco su clítoris se corrió de tal manera que me pillo de improviso. Trate de tragarme su corrida, pero fue tan abundante que me fue imposible.

Empezó a llover, el agua fría era un bálsamo que enfriaba la calentura que nos provocábamos la una a la otra. Entrecruzamos nuestras piernas y gozamos cuando nuestros dos sexos hicieron contacto, la lluvia fue testigo del orgasmo más brutal que ambas habíamos tenido en nuestra vida.

Terminamos las dos abrazadas mientras nos mojábamos, estuvimos así un buen rato. Después volvimos corriendo a la casa de Selene, aunque estaba destrozada, nos podíamos cobijar de la lluvia y poner la ropa a secar. Dormimos abrazadas toda la noche, al día siguiente volvimos a mi casa, todos estaban preparados.

Ceros, Selene, Sigrid y yo fuimos al castillo de los dioses, allí nos esperaba el ejército para que bañara sus armaduras con mi sangre. Al final todo el ejército de los dioses iría a la batalla. Como eran muchos, nos repartimos el trabajo entre Ceros y yo, cuando terminamos de bañar las armaduras con nuestra sangre. Nos dispusimos a ir a recoger a Garve y partir hacia el castillo de mi padre.

Rina como todos ya sabíamos se negó a no ir a la batalla, prometió que no se separaría de ninguno de nosotros, Garve estaba nervioso, pero a Rina se le veía una mirada de resolución. Fuimos tele transportándonos en grupos, cuando todos estuvimos en frente del castillo, este abrió sus puertas.

De ellas empezó a salir el ejército de mi padre, con él a la cabeza, eso me sorprendió, mi padre con una sonrisa mando a dos de sus guerreros atacar a dos de los dioses. Quería desmoralizarnos, contaba con su campo de fuerza. Se llevó una desagradable sorpresa cuando sus dos guerreros fueron aplastados por los dos dioses.

Su rostro reflejaba desconcierto, no entendía que estaba ocurriendo, entonces mando a sus dos generales que atacaran. Garve y Ceros los interceptaron. Garve se enfrentaría a Dentalion y Ceros a Asmodeus.

El general anciano nos dijo que acabáramos con el rey del inframundo y sus generales, que ellos se encargarían de combatir al ejército del inframundo. También nos dijo que él nos abriría un camino para llegar a mi padre, Ceros no estaba en su mejor forma, Asmodeus se dio cuenta enseguida. No era capaz de esquivar sus ataques con la soltura de antaño y se confió.

Sigrid hizo crecer hielo del suelo, eso cogió desprevenido a Asmodeus empalándolo con él. Esto hizo enfurecerse a Asmodeus y modificando la gravedad de Ceros y Sigrid, los empezó a aplastar contre el suelo. Sigrid cogió la mano de Ceros y le pregunto.

• ¿Qué vamos a hacer Ceros?, ¡no podemos movernos!

• Fijate bien Sigrid, descuida su defensa cuando activa su poder, además que no puede mantener esta presión por mucho tiempo.

• ¿Tu idea es atacarle cuando deje de modificar la gravedad verdad?

• Eso es.

Como Ceros predijo, Asmodeus tuvo que parar de ejercer presión sobre ellos, su poder de la gravedad consumía mucha energía y lo dejaba agotado. Cuando la presión ceso, Sigrid y Ceros contraatacaron con una velocidad endiablada. Sigrid creo una espada de hielo, Ceros empuñando la suya, le dieron dos estocadas en el pecho a Asmodeus.

Las heridas que le provocaron fueron lo suficiente grabes como para hacer hincar la rodilla al general, este furioso empezó a concentrar todo su poder para aplastar a Ceros y Sigrid para siempre. Volvió a descuidar su defensa y esto lo aprovecho Ceros para darle una patada que lo incrusto contra una de las laderas.

Sigrid lanzo dos ráfagas de hielo que penetraron en Asmodeus por las heridas que había recibido, entono el hechizo y Asmodeus empezó a congelarse desde dentro.

Intento usar su poder para deshacerse del hielo, pero el cero absoluto detiene todos los átomos. Asmodeus termino siendo una estatua de hielo, Ceros la hizo pedazos de una patada.

Ceros y Sigrid habían vencido a su enemigo, ahora era Garve quien se encontraba en serios apuros, el poder de Dentalion le otorgaba control sobre las moléculas de su cuerpo, este podía endurecerlo o hacerlo intangible. Dentalion empezó a esquivar los golpes de Garve, haciéndose intangible y contraatacando después hiriéndolo.

Además el cuerpo solidificado de Dentalion había demostrado poder soportar el aliento de fuego de Garve, Garve no podía atacar y tampoco defenderse. Lo tenía cogido del cuello y fue ese momento el que aprovecho Rina para volar a toda velocidad y de una patada estampar el cuerpo de Dentalion contra la pared del castillo.

• ¡Que haces aquí Rina!

• ¡No dejaré que te mate tío!, ¡lucharemos juntos!

Garve estaba orgulloso de su sobrina, empezaron a atacar sincronizados, Asmodeus no podía cambiar de fase a tiempo y estaba siendo golpeado por los dos dragones. Asmodeus hizo un movimiento desesperado, quería hacerse intangible, meter sus manos en los pechos de Rina y Garve y estrujar sus corazones.

Garve ya le había visto hacer esto en muchas ocasiones y lo vio venir, empujo a Rina y cogió el brazo de Asmodeus. De un rápido movimiento se lo rompió, después de un puñetazo estampo el cuerpo de Asmodeus contra el suelo.

Asmodeus por primera vez en su vida estaba sintiendo miedo, era un sentimiento que no le gustaba. No podía dejar de temblar, más que tembló cuando vio como tío y sobrina hinchaban sus pechos para lanzarle sus alientos de fuego.

Asmodeus utilizo todo el poder que le quedaba para solidificar su cuerpo a la máxima dureza, por fin los dragones estaban listos y lanzaron sus alientos de fuego. Fueron tan fuertes que la batalla se detuvo por completo, cuando el fuego alcanzo el cuerpo de Asmodeus este no fue capaz de soportar la gran presión que ejercían las llamas pero sobre todo la altísima temperatura de estas.

El cuerpo de Asmodeus quedo incinerado y convertido en cenizas, Garve y Rina acabaron agotados, pero satisfechos con el combate que avisan hecho. El general anciano nos abrió camino como prometió. Selene y yo estábamos frente a mi padre, este se había revestido con su armadura y portaba su hacha.

No tardo en atacar y blandió su hacha, Selene intento detenerla con su lanza. Esta término partida por la mitad, de no ser por la lanza, el golpe que habría recibido Selene la abría matado. Solo destruyo su armadura y termino golpeándose contra el suelo.

Cuando me acerque a ella estaba sin sentido, pero viva. Desplegué mi aura de combate a tope y me dispuse a enfrentarme a mi padre, la primera vez que mi espada y su hacha chocaron. Salí despedida contra una de las laderas de alrededor del castillo, mi padre se reía y me dijo.

• ¿Creías que serías capaz de vencerme?

• ¡Lo are!, que no te quepa duda.

Me dispuse a atacarlo con mis llamas, le lancé una bola de fuego que le impacto de lleno, este se reía, pero no se dio cuenta de una cosa. Su armadura presentaba grietas en la zona del impacto de mis llamas, él seguía riéndose y aproveché esa situación para darle una patada en la zona de la armadura donde estaban las grietas.

Mi padre acusó el golpe, empezó a escupir sangre, entonces se puso furioso y con un golpe de su hacha. Partió por la mitad la montaña que había a mi espalda, conseguí esquivarlo a duras penas. La presión del aire que ejerció el hacha me alcanzo, haciéndome mucho daño.

De no llevar esta nueva armadura me habría dejado fuera de combate, el combate entre los dos estaba bastante parejo, entonces empecé a ver como el cuerpo de Selene se empezaba a encender. Se empezó a poner de pies, la presión que ejercía era impresionante. Los poderes antiguos que ella custodiaba se habían fusionado con los suyos.

Con unos movimientos de sus manos, creo una corriente de aires alrededor de mi padre que se movía a gran velocidad, ese viento empezó a cortar a mi padre. Mientras Selene lo estaba atacando, la voz de mi madre volvió a hablarme.

• Hija es el momento que utilices todo tu poder, concéntralo en tu espada y acaba con tu padre.

Entendí lo que me quería decir, me concentre y no solo desate mis llamas, el poder del corazón puro que herede de mi madre también se activó, creando una luz brillante alrededor del filo de mi espada y mis llamas rodeándola, estaba lista para el golpe final.

Selene se apartó y dejo de atacar a mi padre, los dos nos pusimos uno frente al otro. Iniciamos los golpes con todas nuestras fuerzas, cuando mi espada y su hacha chocaron. El suelo de nuestro alrededor se resquebrajó y el cielo se partió en dos, nuestras fuerzas eran parejas, pero con el ánimo de mi madre y Selene, ejercí más fuerza con mis últimas energías y conseguí partir no solo el hacha de mi padre, también lo partí por la mitad a él.

La batalla había terminado, mi padre había caído, habíamos ganado. Nos empezamos a abrazar entre todos. Como prometimos el ejército del inframundo y el ejército de los dioses, dejarían la tierra a los mortales y a no ser que la amenaza sería superior a lo que ellos podían combatir, no nos inmiscuiríamos en sus conflictos.

EPILOGO

Garve y Rina se enteraron de que no todos los dragones antiguos fueron aniquilados, algunos fueron apresados por mi padre para que fueran sus esclavos. Garve los libero y volvieron todos juntos a su antigua aldea, los solemos visitar a menudo y son felices.

Sigrid y Ceros formalizaron su relación, Selene va a ser tía. Todos estamos muy felices, pero sabemos que la niña que van a tener siendo mitad demonio, mitad diosa, tendrá un carácter endemoniado. Los dos están muy felices y eso nos hace felices a los demás, Ceros y Sigrid se quedaron con mi casa, no podría haberla dejado en mejores manos.

Selene y yo reparamos su casa y nos quedamos a vivir allí, la loba y sus cachorros se mudaron a un cueva cercana a nuestra casa y les visitamos casi todos los días, tenemos intención de tener hijos. Solo falta que nos pongamos de acuerdo en quien de las dos se queda embarazada primero.

Soy muy feliz al lado de Selene, al perder a mi madre me perdí en la venganza, ella con su amor me saco de esa oscuridad e ilumina mi vida con su intensa luz.

FIN.