Amor propio (Lourdes)

El amor entre Marco y Lourdes y el final de la historia.

Amor propio (Lourdes)

Conocer a Lourdes es lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Además ocurrió en la época donde, el que creía que era el amor de mi vida se río de mí, eso me dejo muy tocado. Tengo que decir que al principio nunca fue mi intención empezar una relación con ella.

Cuando mi hermana me comento lo de la clínica de su amiga y que esta necesitaba médicos, lo vi más como una salida de esa gente tóxica que me rodeaba que otra cosa. Pero ahí estaba el destino para darme una colleja y ponerme en la dirección correcta para ser feliz.

Cuando esa mañana salí en dirección a la clínica, jamás pensé que mi vida cambiaria tanto. Descubrí que un pardillo nivel récord guinnes también, podía ser feliz. La clínica era pequeña, pero no le faltaba ningún detalle.

Pregunte por Lourdes en uno de los puestos de enfermería, allí me indicaron donde podía encontrarla. Lo que menos me imaginaba es que ella había salido en mi busca, los dos íbamos por dos pasillos distintos que se cruzaban. Así nos conocimos, cuando nos chocamos.

Os juro que al principio no me había dado cuenta quien era, estuve a punto de meter la pata. Mi intención era recriminarle que tuviera cuidado y mirara por donde iba. Menos mal que me calle, todavía doy gracias por eso.

Cuando la mire al rostro y me di cuenta quien era, se me cayeron los papeles y la mandíbula al suelo. Ella me miro con una sonrisa y me comento.

• ¿Te acuerdas de mi verdad marco?

• Si claro.

Como no iba a acordarme, Lourdes era la mejor amiga de mi hermana, ha sido y es la única mujer pelirroja que he conocido en mi vida, ese cabello rojo, rizado y que le llegaba a media espalda, era imposible no admirarlo.

Tengo que reconocerlo, me sentí pequeño a su lado. Eso cambio cuando extendió su mano con una gran sonrisa y me dijo, bien venido. Me enseño todas las instalaciones, en esa clínica se dedicaban más a la rehabilitación de pacientes de accidentes grabes donde se habían dado amputaciones o las lesiones eran irreversibles.

• No quiero importunarte Lourdes, ¿cuál sería mi cometido aquí?

• Se que eres cirujano, pero también eres uno de los mejores traumatólogos de la ciudad. Necesito tu experiencia para ayudar a mis pacientes.

• ¿Tendré que operar?

• Tenemos quirófano, no hemos hecho muchas operaciones porque normalmente aquí vienen para la rehabilitación, ¿eso sería un problema?

• Ninguno, ¡acepto!

• Estás seguro, el sueldo no será el mismo.

• En el hospital tenía buen sueldo, ni estaba a gusto ni era feliz. Llevo aquí diez minutos y estoy deseando empezar, ¿te gusta mi respuesta?

Lourdes estaba encantada, pasamos a su despacho a firmar el contrato. Era viernes y empezaría el lunes, había alquilado un pisito cerca de la clínica. No era muy grande, pero para mi solo suficiente.

Le pedí la furgoneta prestada a mi cuñado Alonso, trabajaba en la construcción. Era un pringado como yo, pero le dio la estabilidad que mi hermana necesitaba, ella le dio lo que él más anhelaba el amor correspondido. Mi cuñado es un grande, siempre esta cuando lo necesitas y jamás pone excusas.

Se empeñó en ayudarme a recoger las cajas donde había depositado mis pertenencias, los años que pase al lado de Sonia. Solo cogí lo que era mío, todo lo que ella me regalo allí se quedó. Para mí ya no tenía ningún valor, murió con el amor que sentía por ella.

Lourdes era la psicóloga, se encargaba de los pacientes que habían tenido accidentes muy grabes. O de los pacientes que habían provocado esos accidentes, cada vez que la miraba algo nacía dentro de mí. No quería volver a enamorarme, ya me habían hecho demasiado daño.

Aquel Marco murió, Sonia y Rodrigo se encargaron de enterrarlo para siempre. Yo ahora lo que anhelaba era una vida tranquila sin sobresaltos. Mi corazón no estaba de acuerdo con mi criterio y me gritaba a todo pulmón cada vez que veía a Lourdes.

¿Lourdes me gustaba?, me hacía esa pregunta todas las mañanas cuando me levantaba y todas las noches cuando me acostaba. La respuesta era sencilla un SI rotundo, no podía luchar contra la evidencia. Tendría que averiguar, si ella también sentía lo mismo.

Un viernes por la mañana, mientras tomaba mi café me arme de valor y me presente en su despacho.

• ¿Lourdes me preguntaba si te gustaría cenar conmigo esta noche?

• Lourdes levanto la cabeza y su semblante era serio.

Pensé que ya la había cagado otra vez. Todo el buen rollito a la mierda, quien me mandaba a mí preguntar nada. De repente una sonrisa que iluminaba todo el despacho se dibujó en su rostro, me miro y me dijo.

• Estaría encantada de cenar contigo. ¿Te parece que me recojas a las ocho?

• Claro, conozco un restaurante que te gustara mucho.

• Sorpréndeme- mientras su mirada me decía ya te ha costado.

Mi corazón latía a más resoluciones que un fórmula uno, pero volvía a sentir esa sensación de plenitud. Le llevaría a cenar a un restaurante de unos amigos vascos, donde se cenaba de cine, la noche que tuve que presenciar la traición de Sonia fui allí, la comida que me prepararon volvía hacerme sonreír.

Como decía mi amigo Unax, dueño junto a su mujer Nerea y cocinero del restaurante.

• Marco, las penas siempre con el estómago lleno.

Que razón tenía el condenado. Unax tenía dos talentos, uno era cocinar y el otro calar a las personas. A Sonia la calo según entraba por la puerta. Me dejo claro que no me convenía, pero que él me apoyaría en todo.

Llego la hora de ir a recoger a Lourdes, me puse mis mejores galas y después de echar el último vistazo al espejo me dije. Marco estás listo para ser feliz otra vez, mente y corazón abiertos.

Lourdes estaba preciosa, llevaba un vestido de corte imperio de color azul, Con zapatos y bolso a juego. Estaba preciosa, a su lado parecía la rana Gustavo.

• ¿Te gusta Marco?

• Muchísimo Lourdes, estás preciosa.

Cuando llegamos al restaurante Unax nos estaba esperando en la entrada, para darnos la bienvenida. Nos saludó y entablo una pequeña conversación con Lourdes. Después nos acompañó a nuestra mesa, Lourdes se fue al servicio.

• Marco, no la dejes escapar, te ara muy feliz.

El cabrón me guiño el ojo y se fue a la cocina riéndose, en ese momento Lourdes apareció y se sentó en la mesa. Nerea vino con la carta y la carta de vinos. La cena fue muy bien, Lourdes quedo maravillada con el servicio y con la comida que nos habían servido.

Cuando nos íbamos a ir Unax y Nerea se despidieron de nosotros. Les prometimos que volveríamos pronto, al salir del restaurante Lourdes pregunto.

• ¿Te quieren mucho verdad?

• Cuando paso lo de Sonia, todos me dieron la espalda. Todos menos Noelia, Alonso, Unax y Nerea.

• Ahora, también me tienes a mí.

Escuchar eso fue un subidón para mí, Lourdes quería ir a bailar y nos metimos en uno de esos locales de moda. Había más gente que en la guerra, el baile no era lo mío. De repente empezaron a meterse entre nosotros hombres que me apartaban a empujones sin ningún tipo de disimulo.

Yo ya no era el esmirriado de antaño, una de las veces cogí del brazo a uno y apretando en un puto, el dolor provocado era grandísimo. El tío me miro y me dijo.

• ¿Qué haces tío?, me estás jodiendo el polvo de esta noche.

• ¡Ella ha venido conmigo esfúmate!

El tío se marchó, pero no parecía muy contento, al rato vino con sus colegas a dejarme claro quien mandaba. Me puse en guardia, yo ya era cinturón negro de hapkido primer dan. Lourdes decidió solventar la disputa a su manera y de que manera.

Paso sus dos brazos por mi cuello y me pego un morreo que me dejo sin oxígeno. Creo que pase por todo el espectro de colores. Los machitos se quedaron con la boca abierta.

• ¡Os ha quedado claro, yo he venido con él y si alguien tiene que follarme será él!

Me atraganté y todo, uno de los seguratas se acercó al ver el gentío. Parecía que ya conocía a ese grupo de chicos, les leyó la cartilla y nos dijo.

• Disculpen las molestias, tienen unas copas gratis por las molestias.

• Se lo agradecemos, pero nosotros nos vamos ya.

Salimos del local y decidimos coger un taxi, era más rápido que esperar al servicio público. Su casa estaba más cerca y esa fue la dirección que dio Lourdes. Cuando entramos en su casa, Lourdes se separó de mí pues nos estábamos besando. Sé bajo el vestido, no llevaba nada debajo, había salido sin ropa interior.

A mí se me puso la polla como el palo de la bandera. Lourdes era muy hermosa, tenía un cuerpo que parecía haber sido cincelado por el propio Miguel Ángel. Yo también me desnudé, todo el deporte que practicaba había hecho que tuviera un cuerpo bonito.

Lourdes me miro y se relamió, me fijé y tenía un coñito peludito de color cobrizo y muy brillante, como a mí me gustaba. Sonia siempre lo llevaba rasurado, me agaché y metí mi lengua en él, después fueron dos dedos en su vagina que hicieron que suspirara de placer.

Lourdes no tardó en correrse, me miro y tenía los ojos brillantes. Me empujo y caí sobre el sofá, parecía enfebrecida engullo mi polla. Menuda felación me estaba haciendo, me estaba costando muchísimo no correrme. Al final la avisé y ella se metió mi polla hasta la garganta, tragándoselo todo.

Así como estaba sentado, Lourdes se puso a horcajadas encima de mí. Cogió mi polla y la apunto a la entrada de su coño, note como me aprisionaba la polla con los músculos de su vagina, centímetro a centímetro. Estuvimos haciendo el amor durante un buen raro, Lourdes acerco su boca a mi oído y por fin dijo las palabras que me embrujaron hasta el día de mi muerte.

• Marco te quiero, estoy enamorada de ti.

• Yo también lo estoy de ti mi vida.

Esa noche fue cuando formalizamos nuestra relación, de eso han pasado dos años. Lourdes esta embarazada, sabemos que tendremos una niña sana y seguro que preciosa como su madre. La idea es casarnos cuando nuestra hija nazca.

El negocio había crecido y necesitamos inversores, esa tarde Lourdes se iba a reunir con uno. Quedamos para comer para ultimar lo que hablaría en esa reunión, yo tenía consulta con una paciente que no terminaba de recuperar la sensibilidad en una de las piernas. Estaba muy preocupada.

Cuando entro en la consulta, le hice sentarse y le dije.

• Tranquila, el nervio recibió mucho daño.

• ¿Doctor volveré a tener sensibilidad?

• Si, pero procura no forzar esa pierna, los nervios necesitan tiempo para regenerarse. ¿Te pondré unos ejercicios para que hagas todos los días de acuerdo?

• Si doctor.

La paciente salió más tranquila, sin embargo yo no. Cuando vi que el hombre que se había reunido con Lourdes no era otro que Rodrigo. ¿Qué coño hacia ese aquí?

Rodrigo se despidió con dos besos de Lourdes u me saludo al verme con una mueca totalmente chulesca. De no haber habido clientes habría ido a por él, me tenía hasta los mismísimos huevos.

• ¿Qué quería ese?

• Es el representante de la persona que va a invertir con nosotros, ¿te pasa algo?

• Nada, ¿sabes quien es?

• No.

• El tío con el que me humillaba Sonia, ese es el cabrón de Rodrigo.

Lourdes se quedó callada, yo decidí irme a mi despacho. Esta vez no seria como las otras veces, si Rodrigo quería guerra la iba a tener.

Lourdes me comento que el viernes se haría una pequeña fiesta para firmar los contratos y que toda la gente se conozca. A mí me hizo la misma gracia que me rascaran los huevos con un puto cactus, puse una sonrisa y me fui a mi despacho cagándome en mi puta vida.

El viernes se acercaba, yo sabía que ese cabrón de Rodrigo tendría alguna preparada. Me preparé para lo peor, si esa noche tenían que saltar dientes que así fuera. No permitiría que volviera a joderme la vida otra vez.

Confiaba plenamente en Lourdes, pero durante mi vida había visto a ese tío follarse tías de las que habría puesto la mano en el fuego que jamás serian infieles. No me gustaba esa inseguridad que estaba creciendo dentro de mí, decidí hablar con Lourdes.

• Lourdes, no me gusta nada que Rodrigo tenga que ver con la clínica.

• ¿Crees que voy a engañarte col él?

• Se que no, pero no puedo evitar que se me pase por la cabeza.

• ¿Por eso llevas durmiendo tan mal todas estas noches verdad cariño?

• ¿Si?

• Marco, remamos juntos como un equipo de remo, ¿me has entendido?

Las palabras de Lourdes me dejaron tranquilo. Por fin llego el viernes y todos estábamos reunidos en la clínica incluso invité a mi hermana y a Alonso, yo me puse un traje elegante pero cómodo. No me fiaba en absoluto en el cabrón de Rodrigo y quería estar lo más cómodo posible.

Rodrigo llegó escoltando a un hombre de mediana edad, le acompañaba una mujer de su misma edad bastante atractiva. Sería su mujer, la verdad que no lo pregunte.

• Me gusta todo lo que veo, estoy muy satisfecho.

• ¿Por qué quiere invertir aquí, si no es un indiscreción?

• En mi hospital a la junta directiva solo les interesa los benefician. No tienen ninguna emitía hacia los pacientes.

• Entiendo.

• Vuestra reputación os precede, todos los pacientes que han pasado por esta clínica, hablan maravillas de vosotros.

• Si lo que está buscando es priorizar el bienestar de los pacientes, está en el mejor sitio - puntualizo Lourdes.

• No se hable más, formalicemos los contratos.

Para la firma Ricardo pidió que fuéramos él y yo solos. No puse objeción, entramos en mi despacho y cuando iba a firmar Rodrigo empezó a reírse.

• Antes de firmar deberías de ver este DVD será muy didáctico para ti.

Al empezar a reproducir el DVD salía una habitación de hotel, en él aparecía Rodrigo tumbado sobre la cama boca arriba, siendo cabalgado por una mujer pelirroja calcada a Lourdes. Empecé a apretar el puño de rabia, la cosa no acababa ahí, tenía un segundo video en la misma habitación.

Esta vez aparecía una mujer a cuatro patas mirando a la cámara mientras Rodrigo la follaba desde atrás, lo que vi me dejo helado. La mujer sé ese video era mi hermana Noelia. Rodrigo me entrego una pluma para que firmara, entonces dijo.

• ¿Estás seguro de que ese hijo es tuyo cornudo?

De repente una ira incontrolable se apoderó de mí. Salte sobre la mesa y le propine una patada en el pecho que hizo trizas la puerta de cristal de mi despacho. Medio aturdido, pero muy cabreado intento ponerse erguido, pero no se lo permití.

Le propiné una patada en la rodilla, ello hizo que hincara la rodilla en el suelo. Acto seguido le solté un puñetazo desde arriba en plena mandíbula dejándolo inconsciente.

Busque con la mirada a Lourdes y mi hermana, después busque al que iba a ser nuestro benefactor.

Me puse delante de él y rompí el contrato en mil pedazos. Él no entendía que estaba pasando, pensó que me había vuelto loco.

• Se ha vuelto loco, ¿o qué le pasa?

• ¡Échele un vistazo a este DVD que Rodrigo me ha hecho ver y después hablamos!

Salí a los jardines que teníamos para que vinieran los familiares de los pacientes. Antes me preparé un buen pelotazo, Lourdes y Noelia me miraban preocupadas. Al final se decidieron a dar la cara.

• ¿Qué a pasado Marco?

• Nada Lourdes, Rodrigo me ha mostrado un video donde salía una mujer pelirroja y mi hermana follando con él.

• No pensarás que yo….

Cogí del rostro a mi futura mujer y le bese la frente con todo el cariño de mundo, después la bese en los labios. Lourdes no podía dejar de llorar.

• Tranquila cariño, esa del video no eras tú, a no ser que anoche te hubieras tatuado una rosa horrible en el culo. Además esa mujer era tan pelirroja como yo Kryptoniano.

Lourdes se relajó y le volvió el color y la sonrisa al rostro, pero quiso explicarse.

• Yo no he follado con él nunca, te lo prometo.

• Lo de cariño, de ser así me habría mostrado un video contigo y no con una impostora. ¿Sabías lo de Noelia?

• Nunca me lo dijo, pero yo lo intuía, por como se comportaba con él después de una de las fiestas a la que fuimos hace años.

Lourdes llamó a Noelia, esta se acercó con mucha cautela, temía mi reacción. No pensaba juzgarla, pero tenía que hablar con Alonso y aclararlo antes de que Rodrigo hiciera alguna de las suyas por venganza.

• Noelia, vamos al despacho de Lourdes los cuatro, Alonso tiene que ver algo para que puedas explicarte.

• No Marco, ¡pensará que le he sido infiel!

• Será fácil demostrar que no le has sido infiel.

• ¿Cómo?

• El tatuaje del tridente de Poseidón que llevas en el antebrazo izquierdo. En el video no sale.

Eso convenció a Noelia, buscamos a Alonso y le sentamos en la silla del despacho. Al ver el video se puso hecho una fiera, quería dejar a mi hermana. Pronto le hice ver que esa no ea su Noelia, cuando se cercioró que la Noelia del video no tenía el tatuaje se quedó más tranquilo.

• ¿Y como sé yo que no te lo has follado después?

• Porque ya te digo yo, que el video que estarías viendo sería otro, además en este video mi hermana tiene unos años menos.

• Estás decepcionado, ¿no Marco?

• Un poco si, pero bueno un error lo comete cualquiera.

Abrace fuertemente a mi hermana que no paraba de llorar, después hizo lo mismo Alonso. Sé perfectamente que mi hermana jamás le ha puesto los cuernos a Alonso, mi hermana es incapaz de ocultarle nada a Alonso. Siempre le pilla, además adora con locura a ese hombre.

• Lo que me dan ganas es de estrangular a ese cabrón, ahora que lo miro no se levanta. No te lo habrás cargado ¿no Marco?

• No, esta vivito y coleando, pero viendo la cara de su jefe creo que preferiría estarlo.

El benefactor hecho una jarra de agua sobre Rodrigo para despertarlo, entonces lo levanto cogiéndolo de la corbata y le dijo.

• Hasta ahora he tolerado tus tonterías por deferencia a tu tío, pero eso se acabó. Ya puedes darte por despedido, sal de mi vista.

Se acercó a nosotros y nos dijo.

• Siento lo que ha ocurrido, será debidamente castigado. No volverá a encontrar trabajo en la medicina en su vida.

• Entonces espero que haya traído copias del contrato que he roto porque por mí firmamos ahora mismo. ¿Tú que opinas Lourdes?

• Que será un placer trabajar con usted.

EPILOGO

De esa noche han pasado unos cuantos años, ahora me encuentro en el parque junto al amor de mi vida Lourdes jugando con nuestros nietos. Mi hija y mi yerno nos están sacando un vídeo para la posteridad.

Mi Lourdes ya no tiene ese cabello rojo como el fuego, un cabello plateado y brillante pero igualmente hermoso. Si tendría que definir la palabra felicidad diría que mi vida desde que conocí a Lourdes hasta el día de hoy. Nuestra nieta es incansable, pero su abuela y yo hacemos esfuerzos sobrehumanos para disfrutar de ella lo máximo posible.

Mi nieta Nadia está en el columpio mientras yo la empujo más fuerte como ella me pide y de repente me fijo en alguien. Ese rostro se me hace conocido es Rodrigo, esta solo con la mirada perdida y triste.

Yo sigo disfrutando de mi familia, después tenemos fiesta de cumpleaños de Nadia y está muy contenta. La fiesta es un éxito y cuando todos se van para casa Lourdes y yo subimos a nuestro cuarto a descansar nuestros viejos huesos.

Ya han pasado un par de semanas, mi hermana me ha llamado para decirme que habían encontrado el cuerpo sin vida de Rodrigo, parece ser que murió en su casa solo. Según parecía llevaba años solo.

Si algo he aprendido en esta vida es que tarde o temprano todo se paga, Rodrigo pago sus acciones con el desprecio de todo el mundo y la soledad. Cada quien recoge lo que ha sembrado.

FIN.