Amor propio

Elogio sentido sobre la masturbación como bella arte

Amor propio o un delicioso egoísmo.

Algunas personas consideran hacerse pajas un sustituto, cuando no hay con quien coger y hay quien, hasta, lo denomina vicio solitario. Yo no pienso así, al contrario, pienso que es la base de la sexualidad, porque se basa en el mayor afrodisíaco: la imaginación.

La masturbación te da placer permitiéndote hacer lo que probablemente nunca harías como expondré en pequeños ejemplos.

  1. Salvada.

Voy en una diligencia y me atacan los indios. Las flechas acaban con el cochero, con el guarda y un borrachín que iba conmigo e intentaba meterme mano. Los caballos locos corren y corren, los apaches detrás, yo aterrorizada y....llega un salvador que ¡pum! ¡pum! Hace huir a los indios, para el carruaje y abre la puerta. Yo salgo asustada y allí está él. , un macho de esos que son buenos y parecen buenos. Yo le abrazo agradecida y....noto como se le pone la pija dura. El abrazo se hace más intenso, los labios se unen apasionados, sus manos me aprietan contra él. Para entonces mis dedos anda jugando con mi conchita.

Me abre con mimo el vestido, llevo corpiño y enaguas blancas con flores azul cielo. Yo jadeo y le beso más y más. Apoyo la espalda sobre el suelo de la diligencia. Él tira de los calzones de puntillas que llevo, quedo con las piernas cubiertas con unas medias también blancas y el sexo al aire dispuesto.

Y mis dedos dale que dale.

Y entonces me la clava, mirándome a los ojos, sin desnudarse y de modo que mis muslos se rozan con sus pistoleras y ahí me toma diciendo :

Eres maravillosa.

Depende del ritmo que lleve mi paja , así es el ritmo que lleva el mete y saca.

Maravillas de la vida siempre acabamos a la vez.

  1. Dominada.

Soy la huérfana del dueño de una plantación arruinada, la han vendido por no poder pagar las deudas, conmigo dentro. Yo visto una blusa blanca sucia y una pollera azul oscuro, debajo no llevo nada. Llega el nuevo dueño, me imagino a un macho alfa, poderoso, todo virilidad , oliendo a hombre salvaje, un poco sucio, con la camisa abierta , el pecho cubierto de vello.

Ahí me empiezo a tocar.

Ven acá

me ordena. Yo obedezco y él me agarra por la muñeca y me pega a su cuerpo. Yo quiero decir que no pero mi sexo dice que sí. Intento soltarme y la blusa se rompe dejando mis tetas al aire, como estoy muy caliente, tengo los pezones duros y rígidos.

Vas a obedecer me y darme placer.

Yo muy seria, aunque excitada, me resisto.

Mis dedos no descansan, para entonces ya estoy empapada.

Entonces me pone sobre sus muslos, tumbada con la cola en alto, me sube la falda, deja mis nalgas al aire y me da unos buenos azotes.

Ahí yo me los doy igual, imaginando que mi pequeña mano es la manaza del macho.

Yo siento contra mi vientre como se le va poniendo cada vez más dura, y yo cada vez más ansiosa.

Chúpamela.-

me ordena y yo obedezco. Me arrodillo ante el macho que sigue sentado. Le saco la verga, la tomo en las manos y me la llevo a la boca.

Mis dedos siguen jugando con mi sexo, voy avanzando al orgasmo.

La mamo con sumisión y cuidado, sin rozarla con los dientes y entonces él se levanta, me da un golpe y caigo quedando en cuatro. Entonces él me toma como si fuera una yegua, clavándome la pija hasta que siento sus huevos golpeándome los muslos.

Y misterios de la vida, cuando me imagino que el semen sale, y yo estallo.

  1. Una de chicas.

Yo soy bisexual, lo reconozco, pero aunque vos que me lees no lo seas, algún ratón te has hecho con otra mujer, así que también me hago dedos imaginando cositas con chicas de esas del cine maravillosas y guapísimas

Estamos en un harem, junto a una piscina con pétalos de rosas en las aguas tibias. La ropa escasa y transparente. El señor del serrallo no nos hace caso, tampoco hace falta. Nos entretenemos entre nosotras. Somos cuatro, una rubia, una morena, una pelirroja y yo. Nos besamos, nos acariciamos, las manos juegan con la suavidad de los senos, los dedos pellizcan los pezones. Jugamos a sacar a pajita más corta, me toca a mí. Dedos trabajando en el valle de mi sexo.

Me desnudan y me ponen aceite por todo el cuerpo, aprovechan para tocarme bien tocada, yo cada vez más caliente, empapada me dejo hacer. De las manos pasan a las lenguas. Me las imagino chupándome los pezones y sigo trabajándome con los dedos. Cuando una, la divina pelirroja ataca mi concha y las otras dos , una cada pecho, ya estoy a punto y me vengo enseguida.

Pero lo bueno de la masturbación es que te permite, con la imaginación, hacer cosas que no harías pero que de vez en cuando fantaseas. Esos deseos prohibidos que tenemos y nos avergüenza confesar.

  1. La dominadora.

Hay preciosidades por la vida que una encuentra y que le ponen, también sabe que son personas con las que no se puede porque crean problemas, lo cual no quita que apetezcan, los yougurines que dice mi cuñada.

4.1. La alumna.

He dado clase en un colegio a alumnos y alumnas de secundaria que andan con las hormonas súper saturadas, y una fantasía recurrente, nunca lo hice, es que viene a verme una chica preciosa para que le apruebe.

- Por favor , profe, necesito pasar. Haré lo que usted quiera.

Y sin que yo diga nada comienza a desnudarse. Tiene un cuerpo con curvas suaves que se marcan en los senos duros, turgentes. El vello del pubis negro, rizado.

Yo muy seria, para entonces ya he comenzado a masturbarme, le ordeno.

- Señorita , vístase.

Ella no me hace caso y se arrodilla ante mí, levantándome la pollera, yo tiqui tiqui, y agarrándome los muslos hunde su rostro en mi entrepierna, su nariz casi se clava en mi bombacha blanca, calada y requetemojada. Ella cuando huele mis flujos, saca la lengua y me lame la braguita.

- Perra, ¿quieres aprobar ? Pues haz lo que debes hacer.

Y lo hace, retira la tela que cubre mi concha y chupa y chupa hasta que¡ zas !me vengo.

4.2.El alumno.

Sigo siendo profesora, ahora es un chico joven. Le veo masturbándose, está muy bueno, joven pero viril, le ordeno que vaya a mi despacho. Llega avergonzado.

-¿ No sabes que eso que has hecho es una gorrinada y está prohibido?

- Sí, señorita, pero es que..

- ¿ Qué es qué?

- La veo a usted y me pongo muy nervioso y me excito.

- ¿ Con qué te masturbas pensando en mí?

- Sí, señorita.

Yo me imagino con una blusa blanca y una pollera escocesa, con mocasines negros. Para ese momento ya he empezado mi paja. Tomo una regla y le ordeno que se baje los pantalones y lo calzoncillos. El chico se queda con el arma en alto, está excitado yo también. Dedos, deditos, dedos.

- Los chicos que se portan como vos hay que castigar los. ¿Verdad que lo sabes?

- Sí, señorita. Me merezco el castigo.

Y le doy el primer reglazo en las nalgas. Se marca el rojo del golpe.

- Vamos a ver cómo te tocas el pito ahora.

- ¿ Puedo ? Señorita.

- Sí y quiero ver cuanta leche sacas de ese instrumento.- le doy otro golpe con la regla.

Se empieza a masturbar mientras yo le pego en mi imaginación y.. yo cada vez más mojada, sigo haciéndome una paja.

La golpiza sigue, el chico sigue dale que dale. Lo bueno que tiene la imaginación es que su pija puede ser como una fuente de semen.

Se corretodas las veces necesarias hasta que yo acabo.

  1. Totalmente degenerada.

Cuando era pequeña, apenas diez años, vi como un caballo montaba una yegua. Un poco mayor, apenas con trece, como a un toro le sacaban todo el semen para inseminar luego a las vacas. Se me ha quedado marcado y es base de una de mis fantasías más perversas, pero no infrecuente..

Estoy en una estancia, soy una criada, los dueños me ordenan que vaya a las cuadras para un servicio. Vienen conmigo. Me ordenan que me desnude, Lo hago quedando sólo con las botas. Ya he empezado a masturbarme.

Vamos a un cubículo donde hay un toro grande, blanco con manchas negras, manso. Me mandan que tome un cubo y me sitúe a su lado. Obedezco y lo hago sentándome sobre una banqueta. Siento la madera en mi concha. Con miedo acerco mis manos al miembro del toro. Lo agarro y noto como se pone duro al contacto con mi dedos. Empiezo a darle un buen masaje, cada vez más grande, más duro, va adquiriendo un tamaño espectacular y además muge como si le estuvieran matando en vez de darle goce. Y yo con los dedos cada vez trabajadores en mi coño. Y mis manos hacen que empiece a salir semen como si fuera una fuente, llenando el cubo y poniéndome perdida con leche que gotea por mis tetas.

Los dueños de la finca se abalanzan sobre mí. Él me sujeta las manos a la espalda, situado tras de mí. Noto su polla enorme y dura pegada a mis nalgas, ella comienza a lamerme para limpiar los restos de semen. Para entonces me puedo hasta haber venido o estar a cuatro millones de grados.

Pero ahí no acaba la paja, me agarran de la mano y me llevan a otro cobertizo, allí hay una yegua sujeta y un caballo. Me ordenan que caliente a la yegua, me toca meterle la mano y el antebrazo por el coño y hacer un mete y saca. Creo que los mamíferos hembra sólo están cachondas cuando tienen el celo, pero lo bueno de la fantasía es que todo es posible. Mi brazo está empapado con sus flujos, el caballo empieza a relinchar, el olor de la yegua y el mío, las dos lujuriosas le excita y la pija se le pone larga, gorda y bamboleante. El bicho se pone sobre las patas traseras, yo entro bajo él y aunque me cuesta le agarro la chorra , está mojada, suelta gotas que me caen en la cara, el pelo, los senos. Pero la tengo bien aprisionada, me toca entonces tirar de ella hasta que el caballo llegue junto a la yegua. Coloco la punta a la puerta del sexo de la hembra y lo meto un poco. Casi seguro que si no he acabado antes, lo hago ahora o estoy a punto.

Salgo de entre las bestias y el dueño de la finca me ordena que me ponga en cuatro y ¡ zumba! Me la zumba. Su mujer le da azotes para que me coja más y mas fuerte.

Y yo viniéndome como una loca.

Podía seguir hasta no sé que número de fantasías, todas posibles en mi mente. En todas gozo a tope, sólo he necesitado mi mente y mis dedos , algo al alcance de cualquiera.

La masturbación te permite vivir lo que quieres y deseas sin riesgos, sin problemas, sólo vos misma, sin necesidad de otra persona. Supremo egoísmo, y debe recordarse que el egoísmo no es malo pese a lo que nos han querido enseñar: es la base de la subsistencia.

Junto al placer en sí mismo, veamos otras ventajas que tiene la masturbación.

1.Los orgasmos queman calorías, no es lo mismo que una hora de ejercicio pero puede valer por un par de minutos de carrera y no te da agujetas.

  1. Cuando tienes orgasmos, estás más feliz, más tranquila, con mejor humor, ves las cosas con relatividad, sin que te afecten tanto, lo que quiere decir que te mejora el carácter, algo que agradecen los que están a tu lado y te permite mejorar tus relaciones personales.

3.Las descargas de la lívido se te notan en el cuerpo, eso que dicen de una hembra bien cogida, que está más sensual, cadenciosa, desvergonzada y peleona , se produce también con las pajitas, y es más fácil, da menos problemas, y los resultados son similares a una sesión de maquillaje y estética y no cuesta.

Creo que no hacen falta muchas más razones para recomendar encarecidamente que hay que masturbarse con frecuencia, nunca como obligación, que las obligaciones son malas y bastantes tiene la vida, solamente por placer propio, por disfrute y un último punto a favor: Masturbarse es ecológicamente sostenible.**