Amor Prohibido

Nunca se quitó la venda, porque esa era la línea divisoria entre el sueño y la realidad. Amaba a ese hombre, pero tenia que callar, y vivir con ese amor en silencio toda la vida.

Como cada noche, dejó la ventana entreabierta, se metió en la cama, apagó la luz, y se durmió. Soñaba que un sol cálido, daba calor a sus mejillas, subía la temperatura de su cuerpo, comenzó a sentirse excitada...

Despertó, abrió los ojos, pero no podía ver nada. Se dio cuenta que nuevamente, una noche más tenia los ojos vendados. Sintió como una mano rozaba su seno, como esa mano se deslizaba por su vientre, esa mano que tantas veces había recorrido su cuerpo, seguía descendiendo hasta ese punto donde ella mas deseaba, pero sus deseos se vieron frustrados, la mano desapareció. Al instante sus piernas fueron separadas... OH, sí, lo iba a hacer, sintió como uno labios besaban las parte interna de las piernas, esa parte erógena, donde todo el universo se concentra. Los labios siguieron descendiendo hasta sus rodillas.

Ascendía nuevamente, OH dios ahora si, gimió, se retorció de placer, lo hacia tan bien, succionaba, besaba, lamía, lo hacia con tanta pasión, con tanta desesperación, - " Tranquilo mi vida, nunca me alejare de tu lado" - pensaba ella. Llegó al orgasmo, dio un grito desesperado, él la tapó la boca con una mano, si los descubrían seria el fin para los dos.

Después de recuperar al aliento, de calmar los latidos de su corazón se relajó, se sintió en las nubes. Él con pasmosa tranquilidad, como si no tuviera prisa, como si ella fuera un figura de porcelana con que tenia que dar todo cuidado del mundo, la dio la vuelta y la puso de rodillas. – "Esto es nuevo, ¿con qué me sorprenderás?"-

En todos los años que habían tenido estas noches de pasión, nunca se habían dirigido la palabra, ella nunca se había quitado la venda de los ojos, porque en lo mas profundo de su corazón, sabia quien era ese hombre que todas las noches asaltaba su alcoba, como un bandolero que atraca un banco, y se lleva lo que no le pertenece. Nunca se quitó la venda, porque esa era la línea divisoria entre el sueño y la realidad. Amaba a ese hombre, pero tenia que callar, y vivir con ese amor en silencio toda la vida.

Perdida en sus pensamientos, de pronto sintió como la penetraba, era maravilloso, sentir al hombre que amaba dentro de ella, llenar con placenteras embestidas todo su ser, sintió como el se apoyaba sobre su espalda y juntos entre gemidos y lagrimas llegaban al orgasmo. Se quedaba sobre ella abrazándola, reteniéndola, para que nunca se fuera de su lado.

Él por su parte siempre la había amado, también en silencio, desde el día que la vio, sabia que era la mujer de su vida, que la amaba, que la deseaba, que no podría vivir sin ella, pero para poder tenerla, tendría que callar, y llevarse con él, ese secreto hasta la tumba.

Ambos sabían que se amaban, no hacían falta palabras, lo sabían cada mañana al encontrarse en la cocina y sus miradas se encontraban. – " Natacha, mira lo que te ha hecho tu cuñado favorito". Le decía la hermana, mientras la enseñaba la mesa, y veía en ella un desayuno y una rosa roja.

ARWEN2005.