Amor por accidente 12

Su mirada me excitaba, coloque mis manos en su cintura y la acerque hacia mi, sentí su cuerpo unirse con el mío...

Jose: entre en ese lugar, cerré la puerta a mi paso, vi un cartel que decía “bienvenida a nuestra casa”, eso me dejo un poco extrañada, el cartel estaba hecho a mano y colocado encima de una chimenea que se encontraba encendida, la decoración de la cabaña era sencilla pero muy acogedora, vi que había algunos ramos de rosas decorando el pequeño salón en unas situaciones muy estratégicas, me quede impresionada de los detalles que había en esa cabaña, pero me parecía imposible que Edu fuera así, pero tampoco lo conocía tanto. Mire a mi alrededor, cuando vi en el suelo, justo donde me encontraba un camino que llevaba hacia una habitación hecho por pétalos de rosas blancas y rojas. El corazón se me acelero, se me iba a salir del pecho, me puse nerviosa, no sabia si ir hacia la habitación o quedarme allí, sentía algo de miedo de lo que podía encontrar, pero a la vez sentía mucha curiosidad por saber que podía ser, deseaba con todas mis fuerzas que estuviera ella allí y si esto no era para mi, me pregunte, pero seria muy cruel hacerme esto, seguía diciéndome. Iba paso a paso, lentamente, sentía cada vez mas nerviosismo, mis piernas se negaban a andar mas rápido, parecía que iba a cámara lenta. Cuando llegue a la puerta del cuarto, la abrí y allí estaba ella, de pie. Mi cara era de felicidad, sorpresa y de interrogación, demasiadas preguntas y cosas que no entendía, pero estaba lindísima. Tenia una ropa que le hacia ver ese cuerpazo que tantas veces soñé, que tantas veces quise ver y que la bata de doctora me impedían. Me quede en la puerta como paralizada, me temblaban las piernas, sentía que me iba a caer, pero allí estaba mirándola y sin decir nada.

Marta: estaba en la habitación esperando a que entrara, vi como el pomo de la puerta se giro, sentía que me iba a dar algo, estaba mas nerviosa que nunca, quería verla, decirle todo lo que sentía, ser suya y que ella fuera mía. Necesitaba explicarle todo y que lo entendiera. Me urgía saber que ella sentía lo mismo que yo. La vi aparecer, se quedo mirándome con una cara que era difícil de explicar, estaba preciosa con el pelo mojado, con algún mechón que le caía por la cara, con una camiseta lo suficientemente larga para tapar, pero lo suficientemente corta para insinuar todo lo que ya había visto momentos antes, esa camiseta que por lo mojada que estaba la tenia bastante ceñida, no paraba de mirarla, sentía que me iba a desvanecer de todas las sensaciones que me provocaba esa muchacha. Después de un rato mirándola de arriba abajo solo pude dedicarle una sonrisa, no podía decir nada mas, las palabras no me salían por más que lo intentaba.

Jose: estábamos las dos ahí paradas, ninguna hablaba, pero no era un silencio incomodo, era un silencio donde si te quedabas atento se podían escuchar miles de palabras que solo nos decíamos con las miradas. Ella me sonrió y eso me hizo sentirme mejor de lo que ya estaba, le devolví la sonrisa y ambas estábamos allí sin movernos. Como vi que no podía articular palabra, mirándola a los ojos fui acercándome poco a poco a donde ella se encontraba.

Marta: vi como se acercaba hacia mi y eso me puso aun mas nerviosa, pero no dejaba de mirarle a los ojos, esos ojos que me habían cautivado desde el primer día, de los que no podía deshacerme aunque desapareciera, porque se habían clavado en mi corazón. Ya estaba muy cerca y se detuvo, pensé porque se había detenido, pero lo único que vi es que me miro de una manera muy diferente a como me había mirado muchísimas veces, veía nerviosismo en sus ojos y muy seductora. Pero no seguía andando, que pretendía que me acercara yo y sonreí porque sabía la respuesta.

Jose: ya estaba a poco de ella, pero me pare, sabia que era un arma de doble filo, pero quería que ella también colaborara un poco o solo era yo la que la deseaba, la que necesitaba unirme a ella, la que tenía unas ganas enormes de besarla. Por lo que la mire con una mirada seductoramente para ver si venia ella a mi. Ella me sonrió y la vi como comenzó a andar, cosa que me satisfizo mucho, además que en cada movimiento me sentía excitada al ver que estaba a centímetros de mí, no dejábamos de mirarnos a los ojos.

Marta: la tenia a escasos centímetros de mi, cuando mi cuerpo reacciono y mis ojos dejaron de ver sus ojos y se dirigieron a esos labios que tantas ganas tenia de probar, saborear, en definitiva de disfrutar, así que quite los pocos centímetros que nos separaba, sentía su aliento, su olor que me enloquecía y su carita. Volví a mirarla a los ojos, con mucha delicadeza le aparte un mechón de pelo que tenia en la cara, la volví a mirar a los labios y los junte con los míos, era un pequeño roce, algo insignificante que me excito algo mas de lo que ya me encontraba, me separe un poco y la mire, sus ojos que estaban cerrados y fue abriéndolos poco a poco.

Jose: no quería abrir los ojos por si era un sueño, pero cuando los abrí y la vi allí delante le dedique una gran sonrisa. Momento después fui yo la que se acerco a ella  y la bese, ya no era un simple roce, era un beso tierno, dulce y con gran sentimiento. Poco a poco nos fuimos saboreando, el beso se amplifico y abrí mi boquita.

Marta: nos estábamos besando cuando sentí que su boca me daba paso, así que disfrute jugando con su lengua, era una guerra sin sentido que nuestras lenguas realizaban por un poder que no podía entender, pero que me hacia sentir muy bien. Cuando la respiración era algo que a ambas nos faltaba nos separamos, pero solo algunos centímetros. La mire con ojos de deseo, de amor, de pasión.

Jose: su mirada me excitaba, coloque mis manos en su cintura y la acerque hacia mi, sentí su cuerpo unirse con el mío y eso me estaba humedeciendo mucho. Volví a besarla, lentamente, saboree sus labios, sentí que un pequeño gemido se apagaba en ese beso cuando acaricie su espalda por debajo de su camiseta.

Marta: mis manos se aferraron a su cuello, era un beso alucinante y cuando sentí sus manos acariciar mi espalda no aguante más y un gemido salió casi silencioso de mi. Me separe solo lo gusto para dirigirme a darle pequeños besitos en el lóbulo de su oreja, escuchaba como le gustaba por como se sentía, seguí mi camino hacia su cuello, era delicado, sentía que cada beso que le daba era mi forma de decirle lo que sentía por ella.

Jose: mientras ella me hacia sentir muy bien con sus besos, yo deslizaba mis manos para poder quitarle la camiseta, la alce hasta poder deshacerme de ella y me aleje. Me quede mirándola, era impresionante, su cuerpo era de escándalo y sus pechos eran perfectos, solo me decepcionaba que tenia todavía el sujetador puesto, así que con sutileza, deslice por la espalda, hasta llegar al broche y poder despojarla de él. Me quede sin palabras, fija me encontraba viendo sus pechos firmes y sus dos pezones muy erectos.

Marta: la mire algo avergonzada, pensé que no le había gustado lo que había visto, asi que baje la cabeza, me sentía un poco incomoda.

Jose: vi como agachaba la cabeza y entendí que era porque pensaba que no me gustaba lo que veía, pero como no me iban a gustar, si eran perfectos. Cogí con mi mano su mentón y la mire con pasión. Besándola en sus labios que me encantaban.

Marta: cuando me miro a los ojos, comprendí que si que le gustaban y con el beso que me dio me lo demostró. Baje mis manos a su cintura y con mucha delicadeza comencé a subir esa camiseta que llevaba puesta, lo hacia de una manera lenta, mientras que nos estábamos besando, hasta que conseguí quitarla. Me separe un poco y miraba de arriba abajo y viceversa. Era increíble, no se había puesto nada, desde cerca se veía mucho mejor que cuando le había visto hace un rato y lo mejor era que podía tener ese cuerpo tan cerca de mi.

Jose: cuando me estaba viendo, sentí algo de vergüenza, porque no llevaba nada debajo, pero no me importo, porque mi cuerpo era suyo y quería que lo disfrutara como yo quería disfrutar del suyo. Baje con sutileza las manos y baje sus pantalones, para que estuviéramos al par. Ella al verme se rio. Nos encontrábamos las dos allí, mirándonos observando cada centímetro de ambos cuerpos cuando la acerque a mi por la cintura, sentir su cuerpo ya desnudo, bueno, no del todo, pero casi, era una sensación increíble. Nos fundimos en un beso algo más salvaje y la desplace hacia la cama, tumbándola con mucha ternura. Me encontraba encima de ella, la mire y comencé a besarla desde el lóbulo de la oreja, con pequeños besitos me dirigí hacia sus pechos. Escuchaba sus pequeños gemidos que me hacían enloquecer.

Marta: yo me dejaba hacer, sentía como cada beso que me daba era un placer enorme. Sentía una excitación increíble y cada vez que se acercaba más a mis pechos sentía escalofríos.

Jose: los tenia completitos para mi, los bese, succione y lamí con pasión, con ganas y escuchaba que ya sus gemidos eran algo mas fuertes, eso me hizo darme cuenta que estaba haciendo un buen trabajo, cuando me satisfice de ellos, pare y la mire, ella solo pudo coger mi cara y subirla para darme un beso con mucha intensidad.

Marta: la bese después del gran placer que me estaba dando, la gire lentamente y me puse encima de ella, ahora quería que sintiera también algo de placer, la bese en sus labios de manera dulce, me dirigí a su cuello que con pequeños mordiscos, llegue a su clavícula y de ahí, llegue a sus pechos que estaban erectos, los mordí delicadamente y en ese momento escuche un gemido que me hizo continuar con lo que estaba haciendo, seguí lamiendo y succionando, sus gemidos aumentaban de intensidad, así que baje por su abdomen, era preciosa, hice un camino de besos, hasta llegar a su intimidad, la mire desde esa perspectiva y ella solo sonrió. Así que pensé ser un poco mala, salte esa zona y seguí mi camino de besos y mordisquitos hasta llegar a sus pies, cuando estaba allí, ella solo me miro con una cara de enfado, yo sonreí y continúe con mi trabajo, iba ya por la parte interna del muslo, una zona que sabia que era muy sensible, ella estaba excitada y vi que bastante húmeda, cosa que me excito mas. La volví a mirar antes de conquistar la zona que mas deseaba, ella me miro con cara de suplica, como de no aguantar mas y vi que por esa vez le haría caso. Bese su clítoris y en ese momento un gemido salió de su boca, jugué un rato mas mordiendo, lamiendo y disfrutando de lo que escuchaba, luego introduje mi lengua en su vagina, era un mangar que tendría  el privilegio de probar, sus gemidos eran mas continuos, hasta que vi que arqueo la espalda y escuche “te amo” antes de que su primer orgasmo llegara, saboree sus jugos con gran placer y subí para poder besarla, me encontraba muy excitada. No le di mucha tregua cuando volví a jugar con sus pechos y mientras introduje dos dedos en su vagina que los movía lentamente y fui aumentando el ritmo hasta que otro orgasmo le vino. Todo eso me hacia sentir muy muy excitada.

Jose: no paraba, ya era el segundo orgasmo que me provocaba y pensé que no era muy justo, así que la tome por la cara, la bese, se veía muy excitada, así que en un rápido movimiento quede encima de ella, ahora era yo la que la tenia a mi merced y le quería hacer sentir como mínimo lo que yo había sentido. Baje con pequeños besos y lamidas hasta su intimidad y allí lamí su clítoris, y escuche como gemía, volví a morder, besar jugar durante un tiempo con el, se veía que ella estaba cada vez mas excitada y yo deseaba saborear sus jugos, así que deje su clítoris un poco y me dirigí a su vagina, introduje lentamente mi lengua y en ese momento escuche como entre gemido decía “Jose, te amo”, eso me emociono y aumente el ritmo de tal manera que en poco vi como le primer orgasmo le llegaba, saboree lo que tanto deseaba, pero no le deje descansar, volví a besar su clítoris, jugaba con el, mientras que introduje dos dedos por su vagina, el movimiento lo iba intensificando poco a poco, sentí como sus paredes se contraían y en poco tiempo otro orgasmo llego, saque mis dedos y me incorpore, hasta llegar a su altura.

Marta: era increíble lo que me había echo sentir, pero vi que subió hacia mi y me beso, me miro con picardía y unió su sexo al mío. En ese momento entendí, lo que pretendía y la verdad es que yo también lo deseaba. Nos unimos en un vaivén y entre besos y movimiento ambas llegamos aun orgasmo increíble, que nunca antes había tenido.

Caímos exhaustas en la cama, desnudas, ella con la cabeza en mi pecho, levanto la mirada.

Jose: Marta, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te amo desde que te vi.

Marta: cariño, tú eres increíble, te amo.

Se quedaron abrazadas y se quedaron dormidas.

Marta se despertó y se quedo mirando a Jose, era la mujer más increíble del mundo y estaba allí con ella. No podía dejar de mirarla como dormía, se sentía feliz, sentía que por fin el amor estaba en su vida. Cuando Jose abrió los ojos y sonrió. Ambas estaban sin decir nada, pero a la vez con la mirada se decían todo.

De repente escucharon que aporreaban la puerta y se asustaron.

CONTINUARÁ-----------------------------------------

HOLA, HOY NO HE TENIDO TIEMPO DE SUBIR NADA, ACABO DE LLEGAR, SON LAS 0:30 Y ANTES DE PONERME A ESTUDIAR HE QUERIDO MANDAROS LA CONTINUACION, PERDONARME POR NO CONTESTAR A LOS MENSAJES INDIVIDUALIZADAMENTE, PERO NO TENGO TIEMPO, SOLO PUEDO DECIR QUE MUCHAS GRACIAS POR TODOS LOS QUE HABEIS LEIDO, COMENTADO Y VALORADO.

ESPERO QUE OS GUSTE MUCHO ESTE, QUE TRABAJO ME COSTO HACERLO, LA VERDAD.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SOIS GENIALES. UN BESO

PD: JEFA, ERES LA MEJOR, GRACIAS POR TODO. MUCHO ANIMO CON TUS DIAS LIAILLOS Y HABLAMOS. UN BESO.