Amor, odio y reconciliación... parte 1

¿Es posible olvidar a alguién que dijiste amar con toda tu alma?... Me dicen: quien ama perdona; entonces, ¿por qué no me perdonaste?... ¿Realmente era amor lo que sentías por mi?...¿Será que en el futuro existe un tu y yo, un seremos felices para siempre?... Te amo y siempre te amaré.

Rencor

  1. Sentimiento hostil hacia una persona motivada por un daño o perjuicio sufrido.

  2. Resentimiento arraigado y tenaz.

Son palabras fuertes y deplorables, pero son perfectas a la hora de describir lo que siento.

Siento rencor hacia la vida.

Siento rencor hacia mis padres.

Siento rencor hacia mi familia.

Siento rencor hacia mis amigos.

Siento rencor hacia ti…

Pero sobre todo, siento rencor hacia mí misma.

Abro mis ojos y vuelvo a sentirme vacía al ver nuestra imagen desnuda reflejada en el inmenso espejo que cubre todo el techo. Sin duda alguna eres una mujer muy bonita, con cada una de tus curvas en su santo lugar pero aun así no logro sentir lo que tanto anhelas de mi.

-        Me encantar sentir tu piel desnuda en contacto con la mía.

-        A mí me encanta sentir tu lengua sobre mi clítoris.

-        Por Dios Ágata, no cambias.

-        Así me amas – que bella es tu sonrisa .

-        Te aprovechas de mi amor.

-        Imposible no hacerlo. Te amo Romina…

-        ¿En qué piensas? – una vez más mi pensamiento es interrumpido. Una vez más regresas al cajón del que no deberías salir.

-        En nada, sólo veía lo sexy que nos vemos.

-        No te creo. Te conozco demasiado Ágata y tu mirada lucía perdida, como cuando piensas en… estabas pensando en ella otra vez?

-        ¿Para qué preguntas lo que no deseas saber?

-        No lo puedo creer. ¿Cuándo será el maldito día que te olvides de esa mujer? Ya han pasado cinco años Ágata, cinco años!

-        Cinco años y tres meses. Llevo muy bien la cuenta, así que no necesito que me lo recuerdes en cada uno de nuestros encuentros.

-        Por Dios Ágata acabamos de hacer el amor y piensas en ella!

-        Isis, ya déjalo así. No deseo discutir.

-        No, no lo dejo así porque ya estoy cansada de que cada vez que hacemos el amor sea ella quien ocupe tus pensamientos, soy yo quien está contigo no ella!

-        No lo soporto más. Escúchame muy bien Isis, tú y yo jamás hemos hecho el amor, sólo hemos practicado unas ricas jornadas de sexo. ¿Entendido?

-        Yo si hago el amor contigo. Yo te amo y…

-        Y yo a ti no. Sabes perfectamente que nuestra relación sólo se basa en esto, sexo, sexo y más sexo; ese fue el trato o lo olvidaste. Además, ¿de qué amor estás hablando? Tienes una mujer desde hace dos años y te recuerdo que viven juntas desde hace dos meses. Tú y yo siempre seremos esto, siempre seremos amantes.

Una vez más veo que tus ojos se llenan de lágrimas y no quiero verte llorar, no me gusta hacerte daño. Tomo la sábana, cubro mi cuerpo y me dirijo al baño. Lo mejor será que me duche y salga pronto de este hotel. Siento el agua recorrer mi cuerpo y no puedo evitar sentirme sucia otra vez, tomo el jabón y lo paso por todo mi cuerpo, lo unto con fuerza como si con ello lograra limpiar mis pecados. No me arrepiento de lo que hice hace cinco años porque fue algo hermoso. Me arrepiento de las consecuencias.

Tomo la toalla y seco mi cuerpo. Maldigo al darme cuenta que olvide llevar otra ropa interior y no puedo ponerme la misma con la que llegue porque la juguetona de Isis la dejo inservible. No me queda otra opción que colocarme el pantalón sin nada debajo. Me miro al espejo buscando mi aprobación y de nuevo maldigo en mi interior. ¿Será que estas ojeras no van a dejarme nunca? ¿Cuándo será el día que mi cabello deje atrás su rebeldía? Resignada con mi terrible apariencia de zombie decido salir del baño, no sin antes aplicar maquillaje para alegrar un poco mí demacrado rostro.

Y ahora nuevamente voy a cumplir con mi magnífica labor de payaso; o sea, reír por fuera cuando por dentro estoy llorando. Me paro sobre el umbral de la puerta y veo que te encuentras acurrucada sobre la cama, no me gusta verte así y aunque no lo parezca me hace daño. Intento pedirte disculpa o por lo menos decirte algunas palabras de consuelo pero no puedo, no sé cómo hacerlo.

-        Avísame cuando será nuestro próximo encuentro.

-        Otra vez estas huyendo.

-        No lo hago Isis. Reconoce que lo mejor es que me marche, ya fue suficiente por hoy.

-        Dime, ¿qué esperabas de mí?

-        No sé a qué te refieres.

-        Sabes perfectamente que te he amado por más de seis años, que cuando lo tuyo con Romina termino pensé que quizás tú y yo lograríamos algo de verdad. Estabas muy dolida y lo comprendí, no te presioné, jamás lo hice. Espere pacientemente por dos largos años, esperé que me dieras el Sí que tanto anhelaba y lo único que me ofreciste fue sexo. Y como toda tonta enamorada acepte y mantuve la esperanza de que llegaras a amarme pero eso no ocurrió. Llego una mujer a mi vida que si me ama, que me hace sentir especial. ¿Qué esperabas que hiciera? Y sin embargo mírame, mírame aquí siéndole infiel a esa maravillosa mujer contigo. ¿Por qué crees que lo hago? Lo hago porque aun te amo.

-        Ya no llores, sabes que no me gusta verte así. Isis yo no soy merecedora de tu amor y mucho menos de tus lagrimas. No sabes cuánto deseo que logres amar a tu pareja, Diana y tu se lo merecen.

-        En el corazón no se manda.

-        Lo sé.

-        Ágata, deberías pensar seriamente en ir con un psicólogo. Tengo una amiga que podría ayudarte.

-        No puedo creerlo, ¿realmente vuelves con lo mismo? Te he dicho hasta el cansancio que no necesito ayuda ``profesional´´

-        Acepta que si la necesitas.

-        Eso nunca.

-        Ya que no quieres hacerlo por ti, entonces hazlo por mí.

-        ¿Qué?

-        Hazlo por ese cariño que dices sentir hacia mí, por favor.

-        Por favor Isis no sigas con eso, no me pidas…

-        Shhh, no digas más. Prométeme que al menos lo pensaras.

-        Está bien, te lo prometo.

Tomo mi cartera y sonrío para mis adentros ``ayuda profesional´´ esas personas no pueden ayudarse a sí mismas, menos podrán ayudar a los demás. Me despido de Isis prometiéndole nuevamente que me lo pensaría. Obviamente mentía, es que no hay nada que pensar. Fuera del hotel me espera el mismo taxista de siempre, el único testigo de mis locuras. Me siento en la parte trasera del coche y apenas lo saludo, imagino que se hizo una idea de que ese no era un buen momento para entablar una conversación, por lo que permaneció en silencio y se limito a llevarme al mismo sitio de siempre.

Por fortuna no había tráfico en las calles de Caracas, cosa que es inusual en esta ciudad. Nestor manejaba a gran velocidad y eso me encanta. En menos de lo que canta un gallo me encuentro en el terminal La Bandera. Me dirijo a una de las pequeñas tiendas que hay allí dentro y pido un paquete de cigarrillos marca Consul. Me siento en una de la mesas y enciendo el primero, sé que es un mal hábito, gran parte de mi vida lo critique pero justa ahora me es imposible dejarlo, fumar me relaja. Veo mi reloj, son las 5:00 pm, aun temprano y no tengo nada que hacer en casa. ¿Será que doy una vuelta o me voy de una vez? Sigo debatiendo estas palabras en mi cabeza mientras me acabo mi cigarrillo. Opte por lo segundo, así que me dirigí hacia los autobuses.

Autobús con aire acondicionado o sin aire. Con aire es al doble del precio, eso sin contar que no me gusta el frio pero sin aire las personas sudarían mucho y se concentraría ese horrible olor en el ambiente, sin duda alguna llegare derretida por el calor y con una impresionante migraña por la clase de olores que tendré que soportar. Está decidido, me voy en el autobús con aire. Antes de subir revisan mi cuerpo con su estúpido aparatito en busca de algún arma, insisto en que son tonterías, de cualquier forma cuando van a robar, roban y ellos ni se dan cuenta.

Saco los auriculares de mi cartera y los conecto a mi celular, disfruto de mi buena música mientras espero que se llene el bendito autobús y el colector pase cobrando para finalmente sumergirme en un profundo sueño durante el tiempo que dura el viaje. No me sorprende ver que nuevamente aumentaron el pasaje aunque legalmente se mantiene con el precio anterior. Escucho a un grupo de personas quejarse un poco para luego callar resignadas. Sin objeción pago mi puesto y me dispongo a hacer lo único que me sale bien en la vida ``dormir´´

-        Ya llegue hermosa. ¿Tenias rato esperándome?

-        No mucho amor. Quiero verte, enciende la cámara.

-        Claro. Wow amor estas hermosa.

-        No más que tu. ¿Te he dicho que me encantan tus ojos?

-        ¿Te he dicho que me encantas toda tú?

-        Jajajaja si lo has dicho. Princesa hoy una nena en el cole me dijo que siente algo por mí, eso me dejó helada. Sólo atine a decirle que yo ya estoy enamorada de alguien más y que soy inmensamente feliz. ¿A ti como te fue en el cole?

-        No me fue tan bien, Salí mal en el examen de matemáticas… llorare. Princesa me molesta lo que acabas de decirme pero a la vez me llena de paz. ¿Qué se ha creído esa estúpida? Ah no, espero que le haya quedado claro que tu eres mía y de nadie más. Gracias por amarme tanto como yo a ti mi princesa.

-        Gracias a ti por hacerme sentir esto tan hermoso. Te amo.

Abro mis ojos lentamente y veo al joven colector parado a mi lado, sonríe al ver que finalmente desperté y me indica que ya habíamos llegado. Sonreí con un poco de pena, le di las gracias por despertarme y me baje del bus con premura. Siento una revolución en mi barriga, lo que me hace recordar que sigo viva y que le debo dar a mi cuerpo todo lo que me pida. Me acerco al puesto de comida más cercano, bendito sean los Mc Donald’s que están en todos lados. Pido la especialidad de la casa, una hamburguesa para continuar con mi dieta. Anexo el rico helado con galletas oreo que jamás he aprendido a pronunciar y me siento en la mesa para cenar.

Al terminar me dirijo al baño para lavar mis dientes, aunque no son perfectos me gusta mantenerlos limpios. Veo entrar a una chica rubia, aunque es hermosa no es mi tipo. Me encantan las morenas como yo. Ella me mira fijamente y eso me incomoda, enjuago mi boca rápidamente y salgo del lugar. Tomo un taxi que me lleve a mi casa y reviso mi celular. Tenía un par de mensajes de Isis preguntándome si ya había llegado, le respondo para que no se preocupe y apago el teléfono. Probablemente se ponga intensa más tarde con el tema del psicólogo o psiquiatra, como se llame, y no estoy de ánimo para seguir con eso.

Al llegar a casa me ducho nuevamente, no soy amante al baño pero no podía permitir que mi madre percibiera el olor a cigarro. Por suerte estaba dormida pero en cualquier momento dejaría de estarlo. Como siempre me coloco un pijama pequeñita, apago las luces y me acuesto a ver televisión. Me molesta no encontrar una buena programación, así que decido poner una película en el DVD, busco y busco y ninguna de las que tengo en esa enorme caja me atrae, anoto en mi lista mental que debo comprar nuevas películas. Frustrada me recuesto nuevamente en mi cama y de pronto recuerdo las películas porno de mi hermanito. El pobre cree que nadie sabe que las tiene, si como no.

Me levanto de un brinco y en un parpadeo estoy en la habitación de mi hermano, película triple X ven a mí . No soy adicta a ver ese tipo de cortometrajes pero de vez en cuando no hace daño. Triunfante regreso a mi cuarto con el CD, le paso seguro a la puerta por si a mi madre se le ocurre despertar, busco a mi fiel amigo, un mini vibrador que me acompaña desde hace un año, con el que estaba dispuesta a pasar un buen rato. Dentro del menú del CD hay un cortometraje de unas lesbianas, quien diría que a mi hermanito le pone ver a dos mujeres teniendo sexo. Le doy play y veo como dos jóvenes tenían sexo en la cocina.

Mientras rodaba la película yo me acariciaba, en el mismo orden en el que lo hacían ellas. Poco a poco me fui excitando sobre manera, ya ardía en mi interior, toque mi vagina y estaba tan húmeda, introduje el vibrador hasta lo más profundo de mi vagina y comencé con un saca y mete lento pero firme. Poco a poco mis movimientos se fueron haciendo más bruscos, mis caderas tomaron vida propia y mi vagina cada vez me exigía más y más. Acelere mis movimientos y gemí bajito para evitar que alguien me escuchara. Tan sólo un par de minutos después alcance el orgasmo, un rico orgasmo. Quizás ha sido un poco precoz pero es inevitable que no lo sea, hace mucho tiempo que no sentía uno. Estar con Isis es muy rico y me gusta mucho, pero lamentablemente ella no me hace llegar, en realidad ninguna mujer me ha hecho llegar con excepción de Romina.

He optado por echarle la culpa al cansancio. Cuando estamos en la intimidad ellas ponen toda su energía en complacerme pero considero que se cansan muy rápido y cuando ya siento que falta poco, que me elevo, justo en ese instante bajan el ritmo y la magia se pierde. Romina ha sido la única mujer capaz satisfacerme plenamente. Maldigo en mi interior porque otra vez estoy pensando en ella, siempre termino pensando en ella aunque no quiera. Molesta conmigo misma le pongo fin a mi sección de autosatisfacción, lavo mis genitales y coloco la película en su lugar. No quiero que a mi pequeño hermano le de un infarto porque no está su película.

Ya satisfecha y agotada me entrego a los brazos de Morfeo pidiéndole que no me permita regresar al pasado, que no me permita soñar con ella. Una vez más soñé que llovía muy fuerte y que grandes corrientes de agua recorrían las calles de mi ciudad. Esta vez en mi sueño salve la vida de una niña y la subí a una enorme montaña para asegurarme que el agua no la alcanzara. Por suerte la alarma de mi reloj me despertó y evito que siguiera soñando tonterías.

Al levantarme lo primero que hago es encender mi teléfono, luego me ducho, lavo mis dientes y salgo a desayunar. Mi teléfono vibra varias veces, imagino que deben estar llegando todos los mensajes que Isis pudo mandar, decido leerlos más tarde porque no quiero que se me haga tarde para irme a la universidad. Le doy un sonoro beso a mi madre en la mejilla, adoro a mi linda vieja aunque a veces me saca de mis casillas. Desayuno los ricos sándwich que ella me preparó, miro el reloj 6:00 am. Trago como puedo el último bocado, me despido de mi mama y salgo a toda prisa. El autobús de la ruta universitaria esta por pasar y si lo pierdo llegaré tarde.

Por suerte llegue a tiempo a la parada, tomo asiento y saco mi celular para leer todos los mensajes. Para mi sorpresa no era Isis quien escribía sino Camila, ella es una mujer de unos 30 años pero que está en su punto. Semejantes tetas tiene esa mujer, que rico es recordar las veces que las ha saboreado mi paladar. Esa mujer fue mi maestra, la que me enseño casi todo lo que sé, cabe destacar que la alumna superó a la profesora.

Quiere verme, sé lo que quiere y sinceramente no tengo ganas pero ya tengo más de un mes dándole largas al asunto. Le escribo diciéndole que esa tarde paso por su casa, que me prepare pasticho porque llegare con hambre. Obviamente ella acepta gustosa. Dios mujeres! Que harían sin mí y yo que haría sin ellas.

Llego a la universidad, aun tengo media hora libre. Estoy hablando con unos amigos cuando recibo una llamada de Isis. Me alejo un poco de la multitud para poder escuchar bien.

-        Ahora si te escucho. ¿Qué me dijiste?

-        Que ya concrete tu cita con mi amiga. ¿recuerdas la psiquiatra de la que te hable?

-        ¿Qué?

-        Lo prometiste Ágata.

-        Yo no he prometido nada. No pongas en mi boca palabras que no he dicho.

-        Por favor Ágata, hazlo por mí. ¿Sí?

-        Isis yo… – Maldición, ¿por qué no eres como el resto de la mujeres con las que mantengo una linda relación de sexo?, ¿por qué te empeñas en meterte en lo que no te interesa?, ¿por qué no desistes de esa estúpida idea?

-        Te propongo un trato. Ve al menos a quince sesiones y si aun consideras que son una pérdida de tiempo no vas más. ¿Te parece?

-        ¿Y pondremos fin a ese tema?

-        Así es. ¿Qué dices?

-        Que sean cinco.

-        No, serán quince.

-        Quince son muchas. Que sean ocho o no iré. – Aceptaras, lo sé.

-        Serán diez y es mi última palabra.

-        Está bien. –Maldigo para mí adentro. Es increíble el poder de control que tienen esta mujer. Debí insistir un poco más, tengo que dejar de ser tan fácil con ella.

-        Ok, ella te esperará mañana a las 2:00 pm en el edificio…….

-        ¿Mañana?, ¿tan pronto?, ¿estás demente?

-        Para luego es tarde mi amor. Bueno, ya debo trabajar. Chao. Ah y si no vas te castigare.

-        Estás loca!. –Quisiera matarte.

Me siento tan frustrada, no quiero acudir a esa dichosa cita. Giro con brusquedad y al hacerlo choco con una chica, es más alta que yo, de piel clara, cabello castaño y con unos labios que te incitan a comérselos.

-        Ten, deberías tener más cuidado. –extiende su mano y me ofrece mi celular.

-        Gracias, aunque quien debería tener más cuidado eres tú. –Tomo mi celular y emprendo mi camino hacia el salón de clases.

Holaaaaa a todos los lectores. Quiero enviarles un saludo desde Venezuela!. De antemano les agradezco el tomarse la molestia de leer, valorar y/o comentar mi relato. Más que un simple relato se trata de una historia real, con ciertos ajustes y un poco de fantasia para darle un poco de chispa.

Estaré publicando semanalmente, quisiera hacerlo más seguido pero por cuestiones de estudio no podre hacerlo. Aunque si algún día se me da la oportunidad, gustosamente lo haré.

Me despido.... espero que les guste mi relato.