¿Amor o maldición? Capítulo 5
El conde Struberry planea algo en la fiesta del conde Bentley, pero el mayordomo no se lo pondrá fácil, ¿qué sorpresas nos aguardan en este capítulo de ¿Amor o maldición? Nota: Capítulo con sexo.
Hola a todos, soy Jonathan y seré el anfitrión en esta historia. Antes de comenzar, el señor Enterrador, autor de esta obra (aunque haya copiado la mayor parte de la obra de otro coff..Kuroshitsuji cof…) quiere transmitirles un mensaje:
Mensaje del autor:
Bueno… en este capítulo he decidido centrarme más en la narración y descripción. Espero que os guste. Gracias a vuestros comentarios estoy mejorando. Este capítulo comenzará una relación interesante…¿de amor? No, precisamente de amor no. Bueno, os dejo con el capítulo 5.
Capítulo 5: The third night, Este mayordomo es sadomasoquista
El joven conde estaba llorando en su habitación, pues su prometida, Victoria, acababa de morir, lo que no sabía es que la noche aún no había terminado. De repente, se oyeron gritos provenientes de la habitación de sus tíos, quienes lo habían acogido, cogió una vela dispuesto a quemar a aquel cuervo infernal y salió corriendo.
Su sorpresa fue enorme, cuando al llegar, se encontró a su primo apuñalando a sus padres, su mirada estaba perdida, estaba sonriendo, pero en sus ojos se podía leer perfectamente el odio y la rabia.
-P...primo, ¿qué…? ¿qué haces?-dijo el conde retrocediendo.
-É...él me dijo que los matara…-dijo el primo del conde riéndose-y también me dijo que te matara a ti… así que… te cortaré en trocitos y después venderé tus órganos en el mercado negro.
-N..no tienes por qué hacer esto… sabes… somos familia… yo te quiero-dijo el conde muy nervioso.
-¿Um? ¿Por eso me robaste a mis padres?-dijo el primo del conde visiblemente enfadado-ya que preferís estar juntos. ¡Os mandaré a todos juntos al infierno!
Cuando el conde ya había asumido que iba a morir, el cuervo entró por la ventana rompiendo el cristal, se abalanzó sobre el primo del conde y le arrancó el ojo derecho. Un grito resonó por toda la casa… el conde estaba asustado, pensaba que iba a matar a su primo.
-¡Para! ¡No lo mates!-dijo el conde nervioso-¡Él no quería matarme! Es solo que…
De repente, ocurrió un milagro, se oían muchos pasos acercándose a donde ellos estaban, el cuervo lo oyó y salió disparado por la ventana, tras su vuelo, había dejado una nota sobre la chimenea.
-¡Scotland Yard (Policía de Londres)! ¡Abran la puerta!
El conde caminó unos cuantos pasos hasta la chimenea, cogió la nota casi sin fuerzas, y lo que vio en ella era el significado de su vida, la maldición que le acompañaría en ella. En la nota ponía:
Never more (Nunca más)
Vaya… Jonathan no ha contratado a nadie y va a hacer el número él solo… me pregunto qué irá a hacer… Detrás suya hay una mesa con una manta echada por encima y trae una especie de bastón mágico de los de toda la vida, negro y con la punta terminada en blanco.
-Bueno… ahora me echaré esta manta por encima y uno de ustedes tendrá que darme con esta varita que sostengo en mis manos. No pueden levantar la manta bajo ningún concepto pero… con la manta encima volaré hasta el otro extremo de la habitación-explicaba el mayordomo-¿Quién se presenta como voluntario?
-Yo mismo-dijo el conde Struberry.
Ahora Jonathan se ha echado la manta por encima y el conde Stuberry (mi primo) le ha dado con la varita y ha pronunciado el hechizo que le ha dicho el mayordomo: “Chunkiti chan chan, quiero que puedas volar” con una pose totalmente inncesaria, a la par que muy sexual. Lo que ha pasado despúes de eso es algo que no se puede describir fácilmente… ¡Está volando! ¡Volando! No distingo una silueta humana en la manta sólo...¿unas alas?
Pero después ha bajado al suelo y de la manta ha salido Jonathan como si nada… ¡Es impresionante! ¡Estoy tan emocionado! Siento como si estuviera paralizado y también siento como si quisiera… dormir.
-Bien… todos dormiditos… todos estaban tan ensimismados con el mayordomo volador que no me han visto ponerme la máscara de gas-dijo el conde Struberry quitándose la máscara.
Ahora que todos están dormidos me llevaré a mi primo y cumpliré mi venganza por lo que me hizo… ¡por su culpa perdí el ojo! ¡Además tengo que usar este ridículo parche! Cuando llegue a casa haré que Charles lo perfore con su polla de 38 cm mientras yo le hago toda clase de torturas sadomasoquistas.
-Jeje...Es usted muy inteligente… señor Struberry-dijo Jonathan mientras se acercaba por detrás.
-¡¿Qúe coño…!?-dijo el conde Struberry dándose la vuelta.
-Pensaba dormir a todos los asistentes de la fiesta y llevarse a mi señor para hacerle Dios sabe qué barbaridades sadomasónicas,bien… no se preocupe, habrá perversiones sadomasónicas, yo se las haré a usted-dijo el mayordomo envainando un látigo.
-Jeje, ¿si? Me da igual como hayas logrado escapar al gas…pero...-dijo el conde Struberry riéndose-¡Charles!
Charles ha acudido a mi llamada de inmediato, estaba escondido en el sistema de ventilación para soltar el gas. Charles es bueno peleando ya que antes trabajaba para la OHMSS ( On her majesty’s secret service(al servicio secreto de su majestad)), por lo que posee una gran fuerza física y habilidades para el combate.
Charles ha ido a darle un puñetazo a Jonathan pero este… ¿lo ha esquivado? No puede ser… Le ha agarrado la cabeza y… ¡Imposible! ¡Ha hecho estallar la cabeza de Charles! Este hombre… ¡no es humano!
-T…¡tú! ¡¿Qué demonios eres!?-dijo el conde Struberry.
-¿No se acuerda de mí? Yo sí recuerdo el sabor de su ojo-dijo el mayordomo riéndose.
-N...no puede ser…-dijo Struberry tirándose al suelo.
-Bien, señor Struberry, a partir de ahora será mi juguete hasta que el señor se decida a aceptar sus sentimientos por mí-dijo el mayordomo acariciando lascivamente su paquete-¿y bien señor Struberry? ¿Jugamos?
-Ummm…¿dónde estoy?-dijo el conde Bentley.
-Ah… señor… por fin ha despertado-dijo el mayordomo sonriente acercándose a su señor-le he traído a su cama. Se desmayó en la fiesta, pero no se preocupe, les dije a todos que se fueran a casa, que ya los recibiría en otra ocasión…
-Agh… gracias, por cierto, ¿ha habido algún incidente?-preguntó el conde.
-¿Mmm? ¿Incidente? ¿Qué clase de mayordomo sería yo si dejara que ocurrieran incidentes?-dijo el mayordomo sonriendo.
-Bien, entonces mañana contrataré a nuevos empleados-dijo el conde estirándose.
-(Mierda, lo había olvidado)-pensó Jonathan-Señor… deje que yo me encargue de elegir a los sirvientes…-dijo el mayordomo-(si los contrato yo podré seleccionar a gente inútil que despedirá en dos días, y que no les interese sexualmente el señor)-pensó el mayordomo.
-Vale, confío en ti. Necesitaremos… un cocinero, un jardinero, dos camareras, una sirvienta y un conserje-dijo el conde- Y no quiero que cambies los géneros que te he dicho-dijo el conde severamente-(Si hay mujeres por quí no pensaré en él de manera indecente)-pensó el conde.
-Como desee-dijo el mayordomo sonriendo falsamente-(Mierda, tres mujeres, bueno, tendré que buscarme la vida, ¡agh! ¡Estoy cabreado! Pero ahora ahora tengo un juguete con el que desahogarme…
He despertado hace un rato encadenado en la pared de un sótano oscuro lleno de humedad, las paredes están sucias y huele que apesta… hay una estantería con cosas encima que no distingo muy bien por la oscuridad. La única luz es de una ventana pequeña colocada a mi izquierda, a mi derecha hay un váter pero encadenado como estoy no podré usarlo… ¿Qué voy a hacer? Ese monstruo va a violarme y posiblemente a matarme.
-Bueno, ha llegado el momento…-la puerta se abre y aparece Jonathan.
-¿Q-qué vas a hacerme?-dijo el conde Struberry.
-Toda tu vida has sido una puta que ha conseguido lo que quiere con el sexo-dijo el mayordomo señalando a Struberry-Te voy a dar lo que quieres…
Ese hombre, monstruo, bestia, o lo que sea, se acercó a mí, me agarró de la barbilla y sacó su lengua, era una lengua, larga, como de serpiente, me lamió la cara poco a poco, me lamió las mejillas, la nariz e incluso el pelo, después me besó, era un beso de lujuria, no había ningún sentimiento en ese beso, ese beso lo dijo todo, yo era su juguete y no importaba lo que pensara, iba a ser suyo, después me quitó las cadenas.
-Desnúdate-dijo el mayordomo con tono imperativo.
Me desnudé bajo su atenta mirada, sus ojos reflejaban el deseo, el que tenía un león cuando iba a cazar una gacela que simplemente huía por miedo, me preguntaba si mis ojos reflejaban el miedo, tal y como los de la gacela lo hacen.
-Mastúrbate-dijo el mayordomo con tono imperativo de nuevo.
-¡¿Eh!? P-pero…
-Seguro que no es la primera vez que lo haces, quiero ver ese cuerpo tuyo retorciéndose de placer antes de que yo mismo me encargue de llevarte a un nivel de placer y de dolor que jamás has experimentado, sentirás las dos cosas, el dolor y el placer, en su máxima expresión-dijo el mayordomo con mirada lasciva.
Empecé a masturbame con timidez, restregaba mi dedo por mi glande para darme placer mientras con la otra mano subía y bajaba el prepucio, yo no paraba de gemir, él seguía observándome con sus ojos de depredador, ahí de pie, subía poco a poco el ritmo, me ensalivaba la mano cada poco tiempo para que bajara mejor, lo hacía una y otra vez subía y bajada, mis gemidos cada vez eran mayores, entonces él se acercó a mí, se quitó los guantes y me metió sus dedos en la boca.
-Lame-dijo el mayordomo empujando sus dedos por la garganta del chico.
Me penetraba la boca con sus dedos, no le importaba que me dieran arcadas o lo que me pasara, yo sentía que era suyo y que daba igual lo que hiciera, jamás saldría de allí con vida, así que decidí darle placer a él y a mi mismo, lamía y chupaba sus dedos con todas mis ganas mientras me masturbaba, entonces después de un rato, pasó lo inevitable, me corrí, varios trallazos de semen salieron disparados y mancharon su traje.
Entonces, su expresión cambió de placer a enfado, me agarró del cuello mientras me miraba fijamente.
-Me has manchado el traje, sabes que eso lo pagarás caro ¿no?-dijo el mayordomo mientras hacía presión sobre el cuello del conde Struberry-Además no te he dado permiso para correrte. Vas a tener que limpiarlo con tu lengua.
Yo no replicaba nada de lo que me decía, se sentó en el suelo y yo me senté encima, sentía la presión de su polla, deseando escapar del pantalón, y entonces lamí todo el semen.
-Bien, ahora empieza la verdadera diversión…-dijo el mayordomo sonriendo y agarrándole el culo al conde Struberry.
De repente, sonó una campana y la cara del mayordomo cambió a enfado de nuevo.
-Vaya, ¿qué querrá ahora el señor?-dijo el mayordomo vistiéndose-precisamente ahora...Bueno, ya volveré en otro momento.
-Espera, tú… eres el cuervo, ¿verdad? Me refiero a que… no eres un mayordomo normal y corriente, ¿no?-preguntó el conde en el suelo.
-Yo…-dijo el mayordomo cerrando la puerta y llevándose la ropa de Struberry-solo soy una pesadilla de mayordomo.
Continuará...
Disculpen, por favor, nuestro querido padre, el de todos nosotros como personajes (el autor) quiere decir unas palabras, así que escúchenle atentamente, por favor:
Mensaje del autor:
Bueno… espero vuestras opiniones para que me digáis como me ha salido… y decidme en qué mejorar, soy novato en esto de escribir y que me ayudeis me ayuda mucho. No tengo muy claro cómo seguir la historia, así que acepto sugerencias, creo que es interesante saber vuestras opiniones sobre cómo continuar, así que ya sabéis, a comentar, que eso me anima a escribir.
Adelanto del próximo capítulo:
En fin, el señor me ha pedido que les adelante algo del próximo capítulo así que allá voy:
Me tendré que encargar de buscar sirvientes para la mansión. Oh…¿no les parece una provocación? ¿Cuándo se dará cuenta de que él es solo para mí? En cualquier caso… tendremos unos sirvientes muy peculiares… tendré que hacer gala de mi agenda… oh, esperen… en mi agenda solo tengo contactos animales…
En el próximo episodio de ¿Amor o maldición?
Este mayordomo busca refuerzos
Después de todo,soy una pesadilla de mayordomo
PROXIMAMENTE