Amor natural v

Alison cae en manos de unos cazadores furtivos, estela dejara ir el amor de su vida o9 correra a salvarla sin importar las consecuencias?

AMOR NATURAL

Por Andre Love

Tercer día de Expedición

Estela esperaba encontrar al espécimen ese mismo día si no era que los cazadores lo habían encontrado primero. La única ventaja era que, ellos no sabían donde era exactamente el lugar donde la bióloga había encontrado a los otros Arlequines.

Ya las provisiones estaban escaseando, ese día era el más caluroso de todos, el sol parecía querer ocupar todo el cielo, debían ir con cuidado para no ser sorprendidos por algún hombre de El Jefe.

Media hora después habían llegado al lugar del hallazgo, Elías, Pablo y Estela se adelantaron muy prudentes para asegurarse de que allí no había nadie, por suerte no lo había, así que los demás se les unieron tranquilamente.

-Aquí es.-Indicó Estela. -... Ahora con cuidado debemos buscar a los alrededores... no queremos asustarlos.

-Yo no veo nada. -Comentó John ofuscado con las manos en la cadera.

-Nadie dijo que era fácil... vamos, hay que hacerlo lo más deprisa posible. -Ordenó Estela a los demás que se dispusieron a la búsqueda.

Una hora después nadie había encontrado ni un solo rastro, estaban defraudados, parecía que solo aquellos dos Arlequines eran los únicos especímenes que quedaban vivos.

-Estela no encontré nada. -Reveló Pablo llegando todo sudoroso a su lado.

-Yo digo lo mismo. -Repuso John llegando con las manos vacías... -Nada de nada.

-Lo siento Estela... no vi nada, ni siquiera de otra especie. -Dijo Andrés angustiosamente.

-Tal vez... si buscamos más...

-No Estela... aquí no hay nada... solo insectos. -Le comunicó Elías sentándose en una roca a descansar un poco.

Estela miraba a su alrededor, flores de todo tipo indicaban la riqueza de vida, miles de plantas cubrían el suelo, un riachuelo proveniente del río abría la gran posibilidad de muchas especies de reptiles, un lugar perfecto para los sapos y ranas... y sin embargo, allí no había nada.

Alison seguía buscando por otra parte, no quería darse por vencida, deseaba tanto encontrar al Arlequín y dárselo a Estela, ver su cara de alegría. De pronto vio algo saltando de una rama, no sabía si sus ojos le jugaban una broma, pero trató de aproximarse con sumo cuidado, observo a Ashuri al otro lado, este estaba con la cabeza al cielo, como lo hacía cuando oraba a su Dios, pero ahora para Alison lo más importante estaba a escasos centímetros, apartó con sus manos unas ramas y acercó su cabeza para ver mejor. Allí mismo dejó de respirar, no podía moverse, su boca se llenó de saliva que no podía tragar, quería brincar, pero era lo último que podía hacer.

Un sapito Arlequín diminuto, con su piel húmeda y negra, con sus franjas naranjas y amarillas, con su cabeza grácil, parecía estar pegado a una hoja mucho más grande que él, ahí estaba lo que andaban buscando, sacó su cámara digital y le tomo algunas fotos, estaba muy emocionada, pero por alguna razón al verlo allí, tan tranquilo, tan en paz, la joven científica no quería molestarlo, parecía tan feliz, en su hogar, como lo estaba ella ahora, sabía que debía hacerlo... pero no podía.

Alison sintió que alguien venía, rápidamente se alejó de allí, pero una fuerte mano la agarró por el cuello, la chica trató de soltarse, pero la mano la sostuvo más fuerte y sintió como le apuntaban en la espalda con un revólver.

-No linda, no... es una mala idea créeme... qué hacías mirando entre esos matorrales?

-Nada.

Entonces el hombre que la sujetaba le dio la vuelta para que lo viera a la cara.

-Me vas a decir que había allí perra... si no quieres que te mate.

Alison estaba asustadísima, miró al hombre... era el típico cazador, pero este daba pavor, era fuerte, su rostro originaba terror, no cabía duda quien era.

-Su... eltame... por... favor.

El Jefe parecía divertirse con su víctima, pero ya estaba sacándolo de quicio.

-Mira estúpida gringa... se quien eres, si... no me mires así, no es mi culpa... señorita... cual es tu apellido?, a sí... señorita Howels. -Alison si estaba asustada ahora lo estaba aún más.

Ashuri que había visto todo se fue sin que lo notasen a llamar a sus compañeros.

-Estela!!!... Alison está en problemas, la tiene Ramón!!! -Indicó el joven indígena a su llegada.

-Qué?... dónde esta??? -Preguntó Estela histérica.

-Esta al otro lado del riachuelo... espera Estela!!!

Ya la bióloga había salido corriendo sin esperar, los demás la siguieron.

-Dios!... a que hora me metí en esto. -Expresó John saliendo detrás de los demás.

En ese mismo momento la joven científica era amenazada por el grotesco cazador.

-Has visto algo que no quieres decirme?

-Nnn... no... yo solo, estaba mirando... un... un...

-Un qué?

-Un... un...

-Un cerdo... y creo que ya lo ha encontrado.

El sorprendido cazador miró a la alta mujer que caminaba hacia él con paso decidido.

-Señorita Arce!!!... pero que gusto.

-Lamento no decirte lo mismo... suéltala!

-Ahhh... creo que hemos empezado muy mal señorita Arce... Por qué piensas que lo haré?

-Porque yo te lo ordeno.

-Creo que ya me han dado suficientes ordenes en mi vida señorita Arce... Sabe? en la cárcel hay que cumplir muchas.

-Oh bueno... entonces no será problema una más no cree?... ya que esta tan acostumbrado.

-No sabes... no sabes lo feliz que estoy de verte de nuevo señorita Arce... lo he soñado cada noche... cada puto día de mi existencia... no pensé que fuera tan fácil... pero ya ve... todo se paga en esta vida.

-Yo no le debo nada... -Estela hablaba y se movía lentamente hacia el hombre que apuntaba con su arma a la chica. -... Cuando era una niña no lo sabía... pero ahora todo a cambiado... no te debo nada maldito.

-Um... yo creo que sí... y no me iré sin cobrarte... dile adiós a ésta dulce niña... Estela.

El hombre estaba a punto de disparar cuando Estela con una fuerza y rapidez que ni ella sabía poseer se lanzó al hombre mientras el arma caía al suelo estrepitosamente, Alison cayó a un lado tratando de reaccionar rápido, alzó su cabeza para mirar espantada la lucha que se había iniciado entre la bióloga y el cazador sin poder hacer nada y sin querer dejar a la otra mujer que le gritaba que huyera.

Mientras tanto, los demás se habían escondido pues dos cazadores se hallaban a corta distancia de ellos con rifle en mano, Elías y Pablo avanzaron en silencio por detrás de los cazadores y con un rápido movimiento golpearon sus cabezas con dos rocas dejándolos inconscientes, Elías agarró los rifles y le pasó uno a Pablo, cuando estaban seguros de que no habían más hombres llamaron a los demás para seguir y ayudar a sus compañeras.

Alison observaba la pelea que parecía igualada, Estela recibía golpes en su cara que la dejaban tambaleando pero pronto volvía a propinar golpes a su enemigo, los dos observaban el arma pero ninguno podía acercarse, Alison al ver que a Estela se le acababan las fuerzas cayendo mientras el cazador se arrojaba encima de ella olvidando el arma por completo y prefiriendo otra manera de asesinar a su adversaria utilizando sus manos, Alison corrió hasta alcanzar el arma y apuntar al hombre.

-Déjala!!! -Le ordenó Alison mientras el cazador se daba cuenta de la situación y soltaba la garganta de Estela que empezó a toser desesperadamente. -Levántate o disparo.

El hombre hizo lo que le dijo, se levantó y colocó las manos en alto volviéndose para verla.

-Las dos son unas zorras!!! -Les gritó mirando a Estela que ya estaba de pie frotándose con una mano la garganta enrojecida. -... Sabes lo que sentí... cuando vi al pequeño sapo descansando en una hoja... si, el Arlequín. -Estela abrió sus ojos sorprendida al escuchar las palabras del cazador.

- "Entonces lo ha encontrado, existen más!" -Pensó.

-... Oh cielos!... brincó a mi mano!... -Exclamó el hombre disfrutando de la reacción de la bióloga. -... Y cuando lo miré de cerca... aunque me cuesta admitirlo, es un animal muy bello... -Alison lo miraba desde atrás con duda sin dejar de apuntarle. -... Lástima que lo haya matado. -... Estela no cabía en lo que oía.

-Cómo... cómo dices?

-Ahhh siii... cerré la mano y cuac!... adiós sapito.

-Hijo de puta no te creo.

-Bueno... ese no es mi problema... -Repuso el cazador satisfecho de ver la angustia en el rostro de la alta mujer.

Alison deseaba decirle que era mentira, que todavía había uno vivo y que ella lo había visto, pero no quería que el hombre lo supiera, así que permaneció en silencio.

-Eres un miserable!... no te saldrás con la tuya.

-Estelita de mi alma... pudiste una vez... pero no dos.

El hombre se volvió a Alison dándole un golpe en la nariz con su codo y agarrando el arma para rápido apuntar a la cabeza de Estela, un estruendo se oyó por toda la selva asustando a todo ser vivo, unas aves salieron volando de un árbol temerosas por sus vidas, Alison se paralizó al ver que Estela no se movía, su corazón dejó de latir quedando a espera de un permiso para seguir, de pronto un pequeño hilo de sangre empezó a salir... pero de la boca del cazador.

Todo quedó en silencio cuando el cuerpo del hombre cayó al suelo dejando de respirar, dejando de ver, de oír aquellos chillidos de sus tesoros antes de ser asesinados y que su perverso corazón amaba, devolviéndole a la mujer de cabello azabache y mirada azulada la tranquilidad que una vez hace muchos años le robó, dándole una razón de vivir y una razón de amar.

-Estela!, Estela!... estas bien?

Ashuri llegó al lado de la bióloga que miraba al muerto con repulsión y asco.

-Sí... muy bien. -Dijo sin más. -Los demás se acercaron para ayudar a sus dos amigas. - Debemos irnos antes de que lleguen los hombres de Ramón.

-No te preocupes, ya nos hemos encargado de ellos. -Reveló Andrés orgulloso mirando a los otros hombres.

-Así es... les dimos su merecido. -Apuntó John el cual no había hecho más que temblar de pavor dejando a los demás deshacerse de los cazadores.

Estela se dió cuenta de la sangre que brotaba por la nariz de la científica, se aproximó a ella para limpiarla con su mano, Alison le sonrió y le indicó que estaba bien, se miraron unos segundos y luego la alta mujer abrazó con fuerza a la más pequeña la cual le devolvía el abrazó con igual ímpetu.

-Lo siento. -Le susurró la bióloga.

-No lo hagas... no es tu culpa, era un hombre malo.

-Lo eché a perder todo.

-No Estela... tu no hiciste nada, no te sientas culpable. -Las dos chicas se separaron. -Ven quiero mostrarte algo.

Alison llevó a Estela de la mano, dieron unos cuantos pasos cerca del riachuelo y la científica paro y miró a la extrañada bióloga que la esperaba pacientemente, con sus manos separó unas ramas e incitó a Estela a que mirase, esta lo hizo llevando sus manos a su boca sin creer lo que veían sus hermosos ojos ahora totalmente sorprendidos.

No solo había uno, sino una familia completa de sapitos Arlequines, no tuvieron que decir nada, sus pensamientos eran el mismo, se miraron y sonrieron felices compartiendo el hermoso secreto y dejando a una diminuta pero radiante familia en paz para siempre.


"La expedición ha sido todo un éxito, más que una enseñanza valorada por cada uno de nosotros que aceptamos esta oportunidad de apreciar y aprender sobre esta clase de Atelopus Varius procedente del reino de los anfibios y notificado como una especie extinta en Costa Rica hace seis años.

Los especímenes encontrados nos indican que la especie aún no esta extinta, sin embargo esto puede suceder sin los cuidados necesarios para mantener su existencia, hemos verificado que no existe manera de alejarlos de su entorno natural por ser altamente frágiles al cambio de habitad y vulnerables a la variación de temperatura, solo pueden vivir en ese sitio el cual tiene las únicas condiciones para su segura subsistencia y en ningún otro lugar del planeta.

También hemos hallado suficientes pruebas para hacer valer nuestra aprobación de ayuda económica al Proyecto propuesto por la señorita Estela Arce M. bióloga del MINAE, y la construcción del futuro laboratorio del habitad de las especies en peligro, con la condición de ser compartido con el Jardín Botánico y sus investigaciones sobre la vida animal y vegetal.

Yo, Alison Howels W. científica botánica encargada de la Planta de Restauración del Hábitat del Jardín Botánico de Atlanta y jefe del equipo científico encomendado para este viaje de suma importancia por parte de las dos naciones, doy mi aprobación."

Alison terminó de escribir el informe en su computadora portátil, la cerró y se dispuso a empacar sus pertenencias en la maleta sobre su cama, ya su misión había acabado, a la mañana siguiente debía regresar a Atlanta junto con sus compañeros y dejar ese bello país que mucho le había dado en tan poco tiempo. Estaba muy triste, ahora que había encontrado su otra mitad debía irse, no era justo, llena de dolor siguió acomodando su ropa, estaba a punto de dejar a la persona que robó su corazón, quería llorar ser consolada por aquella mujer que le había entregado todo, pero las dos sabían muy adentro que ese día tenía que llegar y que solo estaba a pocas horas.

Minutos después de aquel enfrentamiento a muerte en medio de la naturaleza salvaje, los Guardabosques llegaron puesto que habían sido avisados de la presencia de Ramón y sus hombres en la reserva, después de un rato de explicaciones, el cuerpo de Ramón y sus apenados y arrepentidos hombres quedaron a manos de la policía que había llegado en helicóptero y transportado al agotado equipo del MINAE a la estación de policía cercana para que aclararan la situación de lo ocurrido y salir sin ningún cargo en contra, más bien los policías felicitaron a Elías quien había disparado al cazador en defensa de su amiga.

-Gracias Elías... eres un buen amigo. -Le había dicho Estela dándole golpecitos en el hombro.

-No fue nada Estela... tu hubieras hecho lo mismo.

Así se fueron todos a descansar cada uno a su casa y los científicos al hotel después de tres días en la calurosa y peligrosa selva, pero cada uno llevaba su propio tesoro encontrado, aunque no fuera nada material o vivo, estaba dentro de sus corazones.

Apenas Alison llegó a la habitación del hotel, el teléfono sonó, Alison sumamente cansada contestó sabiendo quien era, le dijo a Erick que se encontraba bien, que estaba muy agotada y debía descansar, pero de pronto recordó una increíble mirada azul como el cielo, que derretía todo a su paso incluida ella, allí fue cuando su voz agotada y dulce cambió a una más dura y decidida sorprendiendo a la otra persona detrás del teléfono.

-Erick... quiero terminar contigo.

-Qué???... Alison has tomado alguna droga?... estas borracha?

-No Erick... solo... ya no te amo, lo siento, no pensaba decírtelo así, pero es que ya no siento nada... por ti.

-Alison... cariño, amor... se lo difícil que es estar en otro país, y lo fastidiada que debes de sentirte, eso hace que pienses cosas tontas... verás que cuando regreses, con la gente que te ama...

-Erick... ya tomé la decisión... adiós.

-Alison!... Alison!... estas equivocada... espera!!!

-Lo siento.

Y sin otra cosa la comunicación telefónica fue cortada por la hermosa chica de ojos verdes que se le fueron inundando hasta que no pudo más y soltó la cascada de lágrimas llenas de sufrimiento.


Estela le indicó a la recepcionista del hotel que iba a la habitación de la señorita Alison Howels, esta le indicó que podía pasar, la bióloga se dirigió a paso rápido por los pasillos y cogió el ascensor hasta el piso donde se encontraba la habitación de chica. Estaba muy decidida, más que nunca en su vida, deseaba decirle lo que su corazón le indicaba a ella.

Llegó a la puerta, su cuerpo temblaba, estaba nerviosa, sentía sus manos como rocas sin poder alzarlas, se esforzó para poder alzar una y tocar apenas con un suave golpecito, pero lo suficientemente fuerte para que la joven que estaba detrás de esa puerta lo escuchase, tardó un poco en abrir, pero al fin dos pares de ojos chocaron violentamente como si hacía miles de años se vieran por última vez, y las dos mujeres supieron... que eso podía pasar en realidad.

-Estela... qué, qué haces aquí?... deberías estar descansando.

-Puedo pasar?

-Sí claro... adelante.

Estela entró dejando a una Alison extrañada y a la vez feliz de ver a la mujer que amaba allí delante suyo tratando de tranquilizarse para poder hablar, para poder expresar todo lo que sentía.

-Alison quieres ir... a tomar algo junto conmigo?... podemos ir al bar del hotel... solo si quieres claro.

Alison le sonrió y le indicó que si. Las dos salieron de la habitación rumbo al pequeño pero elegante bar del hotel. Apenas llegaron se sentaron en una mesa cerca de un ventanal donde se miraban las luces nocturnas de la ciudad, Estela pidió una botella de champaña, el mesero llegó pronto con la botella cerrada, las dos mujeres lo miraban impacientes, el mesero se tomó su tiempo para abrir el corcho y servirles a cada una para que degustaran su sabor sin igual.

-Se les ofrece algo más señoritas?

-No gracias... estamos bien. -Le dijo Alison bebiendo de su copa.

-No duden en avisarme si necesitan algo.

El servicial mesero se alejó dejándolas solas al fin. Ninguna quería empezar la conversación, la situación se fue poniendo incómoda para las dos, no había mucha gente a esa hora, los clientes empezaban a llegar un poco más tarde, la mayoría extranjeros, hombres solitarios buscando compañía por una noche, al igual que las pocas mujeres que se presentaban vestidas elegantemente. Un pianista tocaba al fondo dándole un ambiente íntimo y romántico al lugar, Estela no había probado de su copa ni podía dejar de mirar a la chica sentada frente suyo que miraba pensativa por el ventanal.

-Estela... debo irme.

-Lo sé.

Alison se volvió a la bióloga que parecía estar observando algo muy interesante dentro de su copa de cristal.

-Estela...

-Yo, bueno... te extrañaré... mucho.

Estela alzó su rostro para mirar los ojos de la chica, su corazón latía fuertemente como tratando de salir y alcanzar el otro corazón que latía igual de fuerte en el pecho de la joven científica y abrazarse para siempre.

-Yo... también te extrañaré.

-Se que me olvidarás.

-Eso nunca... -Alison alzó una de sus delicadas y pequeñas manos para acariciar la mejilla de Estela. -... Nunca te olvidaré Estela... yo...

-Señoritas... esta todo bien?

Alison clavó sus ojos verdes como dos dagas en los ojos café del mesero, este lo entendió perfectamente y se retiró. Estela que sentía que su boca se secaba, tomó un gran trago de champaña, ya no podía aguantar más, era ahora o nunca.

-Alison... no sabes lo que tu significas para mí, eres un ángel... me llenaste de nuevo de vida, me siento tan llena a tu lado... -Alison estaba absorta en las palabras de la bella mujer, palabras que le llegaban al alma y se plantaban allí, deseaba tanto quedarse, quedarse con ella. -... No quiero que te vayas, te amo Alison.

Alison tenía un nudo en la garganta, se atragantaba con sus propias palabras que no querían salir y lo único que se le ocurrió hacer en ese momento fue inclinarse hacia la bióloga y darle un beso que nunca pudiera olvidar.

-Larguémonos de aquí quieres? -Le dijo Estela cruzando sus dedos.

Alison asintió mientras Estela ponía un billete en la mesa, cogía la mano de la científica, con la otra la botella de vino y salían del lugar que empezaba a llenarse de personas. Por cada paso que daban sus cuerpos ardían de pasión, en cada esquina paraban para darse besos por todo el rostro sin importarles mucho ser vistas por alguien, cogieron el ascensor junto a una viejita que las miraba de reojo con cara de pocos amigos, Alison quitaba la mano de Estela que quería juguetear con sus pechos, pero Estela no quería hacer caso mientras reían tontamente, la viejita las miraba acusadora pero pronto se bajo dejando en el ascensor a las dos chicas que parecía querían comerse con la mirada. Pronto llegaron a la habitación de Alison, apenas si podían abrir la puerta y cerrarla mientras sus manos andaban por el cuerpo de la otra, vertiginosamente se lanzaron al mar de sabanas sin dejar de besarse y de pronto alguien toco a la puerta.

-Alison?... estas bien? -Las dos chicas no hicieron caso y siguieron con lo suyo. - Alison!... estas ahí?

-Si ummm... estoy ahhh Dios... bieeennn!!!

Andrés que estaba al otro lado miró a la puerta con duda, pero se fue a su propia habitación para seguir soportando los ronquidos de John.

Mientras las chicas se amaban por segunda vez, ninguna quería creer que ese era el final, que era la última vez que iban a despertar juntas, las dos deseaban con todo su ser seguir amándose por el resto de sus vidas y más allá de ellas. Así lo demostraban con cada roce, con cada delicada caricia, con cada tierno beso, con cada gota de sudor bajando por sus costados, con sus pezones erectos cada vez que una encontraba un rincón de necesidad, lo demostraban con el fluído de emociones, por sus susurros, sus palabras de amor, sus pequeños gritos callados por los labios de la otra, por las largas convulsiones que experimentaban sus cuerpos y no querían que parase jamás, era como un cuadro pintado por el mejor artista del mundo, como una escena sacada de la mejor novela de erotismo, como una poesía contada por el mejor de los poetas... dos almas gemelas apunto de ser separadas por el maldito y necio destino de la vida.

-Te amo Estela... adiós.


Estela despertó sintiendo la falta de otro cuerpo, se volvió para mirar a su lado y su corazón se desangró al ver que estaba sola. Se levantó y vistió lo más rápido que pudo, salió de la habitación casi corriendo, tocó la puerta de al lado con la esperando encontrar a Andrés o a John, pero una pareja de extraños abrió, ya la esperanza estaba apunto de dejarla, sin decir nada se fue de allí mientras las miradas de la pareja la perseguían.

Estela se acordó de su celular y llamó a Ashuri el cual estaba haciendo unos trabajos en las oficinas, este le dijo que Alison había llegado a despedirse de todos allí y que partió al aeropuerto junto con sus compañeros, Estela arrancó su auto que la noche anterior la policía le había devuelto y se fijó el camino al aeropuerto.

No sabía si se estaba portando egoístamente o si hacía lo correcto, su mente jugaba con ella, si podía evitarlo no dejaría que Alison se fuera, no sabía como iba a lograr eso, pero lo intentaría hasta que perdiera completamente la batalla.

Aparcó el auto en medio de los taxis que esperaban por sus clientes y le gritaban enojados que corriera su auto, Estela no hizo caso y se adentró al aeropuerto aunque era prohibido, solo los que iban a abordar un avión podían entrar, las filas de pasajeros eran exageradas, Estela buscó por entre la gente a Alison pero sin dejar de poner atención por si veía a Andrés o a John, así estuvo sin suerte por un rato, miró en las pantallas que ya el vuelo a Atlanta había salido hacía cinco minutos, deseaba llorar allí mismo, darse de golpes contra un mostrador o contra una pared, estaba a punto de irse cuando.

-Estela!... Estela!!!

La alta mujer se volvió al escuchar esa voz pero la gente no dejaba ver a la dueña, se fue acercando hasta ver a un rostro demasiado conocido para olvidar nunca. Allí en medio de la puerta de abordaje la chica más hermosa que sus ojos pudieron ver jamás la esperaba sonriente, Estela le sonrió de igual manera sabiendo que le había ganado al destino o que este se había apiadado de ellas o que había podido ver dentro de sus almas el amor que se proclamaban a alaridos.

La chica corrió hasta ella abrazándola con todas sus fuerzas, Estela se dejo llevar por ese abrazo cerrando sus ojos y sintiendo que el mundo giraba a su alrededor.

-Por qué no te fuiste?

-No... no pude.

-Y tu novio Erick?

-Quién es Erick?

-Vamos... dime?

-Terminé con él ayer... me llamó y le dije que ya no lo amaba.

-Y eso es verdad?

-Así es... tu eres mi hogar, lo eres todo para mí... te amo a ti, y quiero estar contigo para siempre.

Estela no esperó más y la besó volviendo a abrazarla.

-Yo también te amo... te amo tanto.

Estela ayudó a Alison con la maleta, las dos salieron muy contentas del aeropuerto, el sol parecía sonreírles mientras las blancas nubes pasaban y pasaban y los taxistas malhumorados les gritaban por su impertinencia mientras las chicas montaban en el auto y salían de allí juntas rumbo a una vida plena.


Un mes después

Un hombre joven y moreno sentado en posición de indio en plena selva viva, murmuraba palabras en un extraño idioma, sus ojos estaban cerrados pero sus párpados se movían, parecería estar muy concentrado como tratando de captar cada sonido del bosque pero de pronto abrió sus ojos oscuros.

-Era verdad.

-El qué era verdad?

-Lo que tu me dijiste... -Decía el joven arrepentido. -... La profecía... solo que, hasta ahora la entiendo.

-Nunca desconfíes de lo que te digo joven Ashuri.

-Nunca lo hago, solo me cuesta entenderlo.

-Por qué?

-Porque soy humano.

-Umm... tienes razón... los humanos no entienden.

-No es eso, es solo que no les gusta ver.

-La realidad?

-Sí.

-Como esas dos, las de la profecía.

-Bueno... puede ser.

-Lo es joven Ashuri... son ciegas como un topo, pero por debajo pueden ver la luz.

-Sí. -Afirmó Ashuri sonriendo y recordando a sus amigas.

-Ahhh... esas dos, ya era hora... Ahora debo irme joven Ashuri... nos veremos pronto.

-Esta bien... mantente alejada de cazadores.

-Lo haré... y recuerda... el inicio tiene que tener un final y después... un gran comienzo que lo sustituya.

-Ah que eres poeta o qué?

-Jajaja... no querido Ashuri... solo la hija de Sibú.

Frente al joven, una hermosa pantera negra se alejaba cojeando de una pata y dejando al indígena pensando en lo que le había dicho.

-Ashuri!... te estaba buscando. -Le comunicó sonriente una mujer de alto semblante y ojos índigos acercándose al joven.

-La han encontrado? -Le preguntó Ashuri incitando a Estela a que caminara junto a él.

-Si... Alison nos espera.

-Entonces andando.

Pero en eso, una fuerte corriente de aire interrumpió el andar de la hermosa mujer y una voz que solo ella pudo escuchar se introdujo en sus oídos, fuerte y clara... una voz que no era humana, pero que era llena de sinceridad y ternura.

-Graaaciasss...

Estela cerró sus claros ojos sintiendo la caricia de la palabra, comprendiéndola y sabiendo que ese poder sobrenatural tenía algo que ver con el cambio que su vida experimentó junto a la mujer que amaba.

-Gracias a ti. -Le agradeció Estela mientras la voz se desvanecía y la bióloga abría de nuevo sus ojos más brillantes y felices que nunca.

-Estela me decías algo? -Le preguntó Ashuri mirándola de soslayo.

-No... vamos... no creo que la gringuita aguante mucho.

-Jajaja... si te oyera.

-No queremos que pase eso... es un secreto.

-Esta bien no le diré.

-Ni se te ocurra.

-Eso es una amenaza?

-Sí.

-Bien.

-Bien.


-Ehhh chicos?... siento que me esta viendo muy feo... creo que no le gusto... oigan?... ya dejen de discutir!... chicos?... Estela quieres demostrarme cuanto me amas?... hola?... Ashuri eres mi amigo no?... Cielos, ya se me enredó en la mano... No puede ser!, me ha guillado un ojo!... Auxiliooo!!!

FIN