Amor lejano
Un amor imposible en la distancia, una carta con el sueño de un encuentro
Dicen que hay personas que dejan huella, aquella noche después de haber estado juntos, si acariciaba mi piel podía sentir tu huella en ella. Mi mente no acaba de entender, lo intenta te lo aseguro, como se puede desear tanto a alguien que hasta entonces prácticamente no conocías físicamente. Te siento cerca, muy cerca, aunque sé que estas lejos, mi cuerpo, mi piel, mis sentidos, me dicen que estas a mi lado. Que si levanto la vista te veré. Provocas en mi tal cantidad de sensaciones ¡¡¡¡¡. Ahora me gustaría estar contigo ahí, te imagino en casa leyendo esto frente a tu ordenador. A mi realmente me gustaría estar a solas contigo, compartiendo lo que sea, una película, una cena, una copa de vino, cualquier cosa. Lo que fuera, con tal de compartirlo contigo. Nos imagino en un pequeño restaurante, donde no nos conozca nadie, en una mesa discreta, para poder hablar tranquilamente, poder cogernos la mano sobre la mesa, entrelazar nuestros dedos, sin que nadie pudiera vernos, bueno y si nos ven ¡¡¡¡¡¡ total no nos conocen. Podríamos hablar de mil y una cosas, de la vida, de vanalidades, de cosas realmente importantes, de ti, de mi, de nosotros. Hablar, simplemente hablar contigo, oír tu voz me encanta, estaría toda la tarde y toda la noche escuchándote, mirándote, eso si me gustaría, mirarte mientras me cuentas todo eso que ahora nos contamos con los ordenadores por medio. Disfrutar de una velada contigo, reírnos, como nos reímos todos los días, y como nos reiremos muchas más veces. Y luego de vuelta a un hotel, coger un taxi, sentarnos en el asiento de atrás, y poder acurrucarme en tu pecho, mientras vamos camino de nuestra intimidad. Me sentiría tranquila ahí acurrucada, pero a la vez nerviosa, deseando llegar, levanto mi cabeza y acerco mis labios a los tuyos, solo los rozo ligeramente. No puedo besarte más, no podría soportarlo, no podría contenerme en un solo beso. Tendríamos que amarnos en el taxi, y no me sería suficiente. Llegamos al hotel, subimos en el ascensor, y cuando alcanzamos la puerta mi corazón ya se quiere salir de mi pecho. Me abres la puerta, eres tan cortés, yo paso delante y después tu, cerrando tras de ti. Al fin solos ¡¡¡¡ Tu dejas en una silla tu jersey y yo mi bolso, te acercas al mueble bar y me ofreces algo, lo que yo quiero no está en el mueble bar¡¡¡¡ No puedo más, me acerco a ti, estas de espaldas, te tomo la mano, y tiro ligeramente de ella, tú te giras y me miras con esos hermosos ojos, dios mío, siento un escalofrío que recorre todo mi cuerpo, mi vello se eriza. Subes tu mano, y suavemente me acaricias la cara, yo me acerco a ti, te ofrezco mi boca, te ofrezco todo, todo cuanto soy es tuyo. Apartas ligeramente mi pelo y deslizas tu mano por mi cuello, siento las yemas de tus dedos recorriéndolo y bajando por mi escote. Mi amor, no puedo más, bésame, necesito sentir tus labios en los míos, necesito el calor de tu boca, acercas tu cara a la mía, y nos fundimos en un beso, que parece eterno.
Siento el calor en te tu boca en mí boca de tu boca, tus labios, y me siento morir, sujétame, pierdo las fuerzas, tanto tiempo ansiando este momento¡¡, al fin, me siento tuya. Hace tiempo que soy tuya ,me cautivaste, no pude dejar de pensar en ti ya nunca más, pero en ese momento que siento tu boca en la mía, el círculo se cierra, todo lo que más deseaba se ha hecho realidad, siento tus manos en mi cintura y mi espalda. Quiero con las mías desnudarte, quitarte tu camisa y recorrer tu pecho, llenarlo de caricias y besos, mientras siento tus manos en mi. Cielo me sobra todo, quiero estar desnuda a tu lado, y sentir tu piel contra la mía, mientras nos acariciamos. Ahora me toca a mi disfrutar de ti, te tumbas en la cama, mirándome, y te beso, te beso y creo volverme loca, tus besos me nublan la visión. Te beso una y mil veces, mientras nuestros cuerpos desnudos vibran por el contacto, Permíteme que suavemente te bese el cuello, y baje por tu pecho, besándote, acariciándote, hasta llegar a tu cintura, suavemente bajo mi mano, y te acaricio. Ya había sentido en mi vientre, tu dureza, pero ahora al sentirla en mi mano, me siento la dueña del mundo. Nada ni nadie pueden estropear este momento, no hay mundo, no hay entorno, no hay nada, solos tu y yo. Mi boca quiere más, ya no se conforma con tus labios, con besar tu pecho, quiere sentir esa dureza y ese calor dentro de ella. Me agacho, suavemente sujeto con mi mano tu sexo, acerco mi boca, que se abre sola, instintivamente, y una vez que tu glande esta dentro se vuelve a cerrar, ya no te puedo dejar escapar !!!. Mi boca caliente y húmeda recorre tu sexo, sintiéndolo, saboreándolo. Noto como el placer te hace perder el sentido. Te deseo tanto, durante un rato te beso, te recorro, me vuelvo loca de amor por ti, hasta que ninguno de los dos puede mas, y nos unimos en un solo ser. No hay palabras para explicar la sensación de sentirme tuya totalmente, estamos en la cama, y esta está flotando en medio de la nada, el mundo alrededor se ha desvanecido, evaporado, esfumado. Somos solo TU Y YO y llega el momento en que muero en tus brazos, y todo se vuelve brillante, nadie, nadie puede ser más que feliz que yo en ese momento. Nos tumbamos abrazados en la cama, y de nuevo volvemos a hablar, mientras nos acariciamos, nos besamos y seguimos disfrutando uno del otro. Quiero que nunca acabe esta noche, quiero tenerte siempre así, a mi lado, quiero sentirme siempre y en todo momento como me siento ahora. La reina del mundo, así es como TU me haces sentir.