Amor Inválido (3): Mi Talón de Aquiles

La tentación...capaz de hacer cosas que nunca quieres que vuelvan a suceder...la percepcion de una mirada. las ganas de cometer el deseo. el mirar a alguien cuando se satisface y un sexo devastador. la debilidad hace su juego.

Gracias por todos sus comentarios. aca le dejo la tercera parte. los dejo para que lean :D

_______________

/-/-/Roger/-/-/

-que estás haciendo aquí? – Franco temblaba, por esas manos tan impávidas podía presenciar lo mucho que afrontaba ese miedo. Acaso…

-nada. Quise saber cómo estaba mi enclenque favorito y darle una visita, pero me topé con tu hermana y me dio posada por un momento hasta que terminara de hacer actos lluviosos el cielo.

-aja

-y… - me miraba a mí, ¡rayos! El tipo me estaba observando muy inquieto – ¿quién es el que cargas?

Franco se dio cuenta a los dos segundos después de dejar la boca abierta por no saber lo que pasaba, reaccionó.

-ah el…él es Roger…

-si… ¿y porque lo tenes cargado a caballito?

Renata se avecinaba frente a nosotros para mirar de repente una cosa, estaba recogiendo la silla de ruedas que dejamos cerca, por la lluvia que concebía la naturaleza no le importo de a mucho que se mojara.

-aquí está tu respuesta Aquiles… – abriendo la silla y limpiándola un poco. Franco me sentaba mientras me quitaba su chaqueta mojada secándome un poco por los puños de mi camisa y por mi espalda.

-eres…eres…

-si…soy inválido

Cogí con ventaja mi silla adelantándome mientras los hermanos ‘neblina’ se hacían detrás de mí saludando al tipo. Que por cierto, no estaba mal. Tiene sus ‘refuerzos’ para cuando los necesite.

-un gusto…Roger Cardona

Dudaba pero a la final me apretó la mano

-Aquiles…Aquiles Ballesteros

Aquiles…de cuerpo mediano. Pelo corto pero algo parado por detrás, con entradas pero aun con cabello. Ojos color miel. Nariz algo grande y tosca y labios pequeños. Piel café con leche, usaba una camisa aguamarina más unos pantalones azules medio rasgados y zapatos de vestir con dos anillos en sus dedos medio e índice de su mano derecha. Pero algo no me dejaba confiar ni dejar brotar una sonrisa de este tipo.

-disculpa…no sabía que eras…discapacitado.

-cualquiera se equivoca…nadie es perfecto. - asentía

-tienes razón en eso…

-eh Aquiles… – nos interrumpía Franco sentándose cerca de la puerta – siéntate…podemos hablar más cómodos

-si…exactamente.

Los cuatro nos acomodábamos bien. Ya acomodados, nadie decía nada…pero yo aborrezco eso. El infierno de un silencio incómodo es desgarrador. La verdad, procuraba que hubiera más. Me intrigaba este chico.

-y… ¿dónde conoces a Franco Aquiles?

-de la universidad. Estudie ingeniería agrícola y me encontraba a Franco en varias clases y así nos hicimos amigos.

Me lo decía seco y sin tracciones. Generalmente era como si me fuera a tirar una piedra después de cada palabra. Aparte de que su mirada no era la más adecuada hacia mis alegatos

-¿y usted?

-yo estudié publicidad. Bueno…me faltaron 3 semestres para terminarla. No las terminé por falta de dinero

-ah ya…

-si…

-ehhh – franco hacia que el silencio no se precipitara - y pues Roger quiso venir para acá. Estaba buscando hotel pero ahora vive conmigo y con Rennie. Pero ella está de arrimada mi departamento así que esta de balde

-oye! Respeta a una dama! No me digas eso frente a A               quiles!

-jejeje disculpa – parecía que quería que cortáramos nuestra comunicación. No cabía duda, las miradas. Como me hablaba. Su forma chocante de percibirme, le había caído mal al tipo. – ya pero bueno nos estamos amoldando. Además todos ayudamos para comprar comida y pagar los servicios.

-sí que bueno…para que no hayan inútiles por aquí, está todo bien.

-así es… oye Aquiles ¿quieres algo de comer? Te puedo preparar algo – insistía Franco

-no tranquilo cagado que yo ya le di de comer – vociferaba Renata para no causarle más problemas e inconvenientes a él. – así que ve, ve tranquilo que no pasara nada!

-¿irme? ¿Para dónde?

-para eso te estaba buscando Aquiles. Quiere salir contigo un rato que te quiere mostrar algo. – decía Rennie arreglándose un poco el brasier por detrás, su camiseta algo apretada no la dejaba.

-¿para dónde?

-es una sorpresa que te gustara – sonreía…esa sonrisa probablemente sea traumática. Pocas veces debe de hacerlo pero claro…fueron pareja antes, por lo menos le sonríe.

-Renata ¿si quieres puedes venir?

-¿¿en serio?? Si, si quiero! Pero tu moto solo es para dos

-pues vamos en el carro de Franco, claro si este lo desea.

-pues – se rascaba la cabeza pero después – sí, si dale

-excelente! Vamos que por lo que veo, ya escampó

-bueno! Déjame busco unas cosas para arreglarme y salgo de una! – campante Renata se iba al cuarto de su hermano. Todas sus cosas están allá.

-Roger si quieres puedes ir – decía Franco.

Demonios…no debiste haber dicho eso. El tipo me miraba como que ugh… ¿para qué quiere que vaya? Sería un completo y absurdo estorbo . No faltaba más. En la mirada bastaba todo. Se le presenciaba con los ojos. No quería que fuera. Y yo tampoco quiero. Estoy muy cansado solo quiero darme una ducha y dormirme.

-si quieres puedes ir Roger…

Se notaba que no iba a querer solo por ser considerado con Franco. Obvio que no quiere que vaya.

-no dale…estoy bien así, diviértanse los tres, yo me quedo cuidando la casa

-¿de seguro? – preguntaba Franco.

-si…además la entrevista me dejo algo cansado, pero dale, que nada pierdes  - sonreía, pero la vasta mirada de Aquiles hacia que no moviera ni un pelo. Sin embargo era ridículo. Realmente no me importaba si se enojaba o no. Solo es cuestión de que vayan sin mí. – relájate que todo está bien, me daré una ducha y me iré a la cama.

-e-está bien si tú lo dices, de acuerdo – sonriéndome también. Ala par Renata salía bien vestida y peinada para salir. Ese corte llegándole hasta las orejas en punta la hacía ver fenomenal.

-lista! Vamos!

-dale. Roger si quieres comer algo en la nevera deje parte de la comida de ayer y compré papas por si quieres comer

-dale Franco.

-dale ahora nos vemos

Los dos iban marchando y de último iba Aquiles. Comenzando yo vida nueva y ya tenía alguien al que le caía mal

-suerte…

-igualmente – respondí sin acato

Cerrando la puerta estando solo…con las luces prendidas venteándome un poco el aire por la espalda

/-/-/Franco/-/-/

Era cuestión de saber hacia dónde me llevaba. Me había dicho que cerca de la universidad por el parque de diversiones…pero si la ruta siguiente daba hacia él-

-¿el museo? ¿Para qué vamos a ir al museo?

Jodida Renata se amargó en el asiento de atrás puchereando como niña pequeña

-ya, calla que ya vas a ver que es.

-es aquí? – pregunté

-sí, si Franco. Bajemos.

Lo más extraño era las ganas de recorrer el museo por parte de Aquiles. Ósea no soy tan partidario del arte. Era lo que quería ser cuando estaba en el colegio. Pero, solo era eso. Tenía que buscar la vocación para tener ingresos y algo que me gustara, por eso la ingeniería ambiental y el énfasis en bioquímica hicieron que me avecinara a ese ramo científico. Pero volviendo al grano, me parecía extraño. A Aquiles no le gusta el arte que yo sepa.

Y no solo eso…fue raro verlo aquí. Creía que habíamos dejado todo normal. Pero si quería la ínfula de precipitarse como amigo y salir conmigo, pues está bien. Solo espero que no se sobrepase. No quiero nada, nada de parejas. me metí en muchos problemas, más de los que me hacía Renata en todos los colores y matices. Y no quiero hablar de eso ni mucho menos pensarlo. lo que quiero saber si sigue con lo mismo.

Al entrar al museo había unas obras propuestas por una tal Leticia león Rosales. No me sonaba ni a la vuelta de la esquina ese nombre. Sus obras se llamaban ‘auroras y espantos’ directo en todo el frente del museo en el salón principal.

-que hacemos aquí Aquiles ¡sabes que yo odio las cosas aburridas!

-callate! – le gritaba tapándole la boca de una manera disimulada a mi hermana – a caso te volviste loca? – Susurraba – no tienes discreción para decir las cosas? No te enseñe eso?

-si pero…sabes que no me gusta este tipo de cosas

-me vale Renata no seas así de impertinente con Aquiles…

-ni que te importara – dejando de susurrar

-cállate…porque no valoras lo-

-oigan – los dos mirábamos que el que nos llevaría a la sorpresa nos llamaba algo confundido – ¿están bien?

-sí, si Aquiles ya vamos – decía. Era un remedio que tenía que darle a mi hermana…la discreción.

-Renata…puede que no me importe, pero si Aquiles se está comportando de esa manera es por algo

-él se comporta bien conmigo. No se cómo será contigo.

-vale vale…-siempre me pasa lo mismo – está bien, mejor vamos y ya sabes

-¿qué cosa? Haciéndose la pendeja

-ca…lla…da

-está bien shhhh hago shhh como la lechuza

-ok

A veces se pasa de boba. Sin embargo es lo mejor para no ponerme rojo de la vergüenza y no dejarme derrotar de la estupidez. Veía varias obras, pero no me llamaban mucho la atención. No es algo con lo que yo pueda llevarme, es un patrón complejo del que me puedo confundir abruptamente. Sinceramente ni se porque perdí el toque de el histrionismo del arte. Ya como que no me corresponde.

Fui al centro del museo con las obras de la tal Leticia y me dispuse a detallarlo, pero…Aquiles estaba en una de las piezas. Una que estaba en la curvatura izquierda de todo el salón. Con sus manos por detrás, enganchada con la otra y la que soba empuñada, firme como soldado mirando…

-de…

Como pudo…

-¿de dónde sacaste eso? – me acerque estando los dos enfrente de la obra.

-¿te gusta?

-pues yo nunca…pensé que…

Un guerrero. De armadura azul platinada como cristalino de hielo. Un yelmo de la época y barba mediana lúcida, con un espadín de acero e incrustada con cristales. De arriba era un humano pero de abajo era un híbrido, con patas de halcón y los muslos llenos de plumas grises. Unas alas inmensas, más grandes que las de un cóndor. Revoloteando fluida y hermosamente entre el espacio exterior que lo rodeaba cubierto por un aurora espacial que delimitaba la tierra en su entorno.

Era hermoso…

-Aquiles…

-así es… ¿te acuerdas que tu dibujaste eso?

-oye pero soy malísimo dibujando…

-pero lo hiciste. En clase de artística. Te quedo genial y pues…ese dibujo quería postergarlo para futuras ocasiones

-eso fue hace años! yo bote ese dibujo porque saque un 3.5 sabes cómo me odiaba la profesora de artes no tenía nada que ver con nuestra carrera

-y que...yo lo recogí y me lo quede

-¿perdón? ¿Cómo?

-así como lo escuchas

-Aquiles ¿porque lo hiciste?

-porque quise – retándome con la mirada y sonriendo – además – de nuevo mirando el dibujo – Lety mi amiga hacia algo parecido para su obra para la universidad. Le mostré tu dibujo y así lo captó

-no puedo negar que le quedó hermoso.

-lo se…es tu obra plasmada en su concepto…

Era hermoso… la imaginación estaba era por los aires. Yo la verdad no quería llegar a más pero estaba bien.

-¿para eso querías que viniera?

-si…porque es un regalo

-gracias pero yo…no puedo pagarlo

-jajajaja no seas tonto. Es más, Lety debería agradecerte por ofrecerle ese concepto

-pues bueno…está bien, si quieres podemos irnos…

-pues…

-¿qué?

-creo que es momento de hablar tu y yo, ahora.

Coño yo no quería hablar de nada…ahora para donde iba Aquiles con su conversación

-mira si es entre tú y yo no es-

-no…es sobre el tal Roger

-¿porque? ¿Qué pasa con Roger?

-vamos Franco – renegaba y se reía pero de una forma incrédula – tu sabes la verdad es el…

-¿él es qué?

-el ‘tú sabes’. El Roger, Roger del que tanto hablabas y el que te había jodido la vida, era él. No es tan difícil saberlo

-pues si…pero, yo no lo odio, lo deje de odiar

-¿acaso eres ingenuo? Te puso a sufrir ¡mereces a alguien mejor!

-es que yo no voy a tener nada con Roger. Yo a él le di un poco de mi ayuda, no lo iba a dejar solo por las condiciones en la que esta

-¿porque esta discapacitado? Heh mejor que este así…se merece todo lo que hizo

-¿y qué? ¿Acaso importa? Lo que paso, pasó y ya… ¿porque juzgas?

-porque es la verdad

-ah sí y tú no sabes las razones por las que te deje ¿cierto? Por la-

-estoy recapacitando…no puedo creer que me trates así. – enojado se pronunciaba.

-es la verdad como dices tú! y me alegra que lo hagas…pero si pensabas raramente de que esto me iba a ablandar de alguna manera pues…te equivocaste.

-si tú lo dices…

-bien…

-bien…

Cogí en la dirección en la que entre. Salí del museo bajando todas esas escaleras siendo fulgurado por las luces noctívagas de la metrópoli. Iba a donde estaba mi carro parqueado. Enfadado, agraviado y algo circunspecto porque siempre ha pensado así de mí…porque cree que soy un niño. Por favor! Tengo 23 años, 23 putos y míseros años. No faltaban las ganas de renegarle como lo hacía antes porque-

Me había vibrado mi celular. Por lo que detallaba al desbloquearlo era un mensaje de Rennie

-ME ABURRÍ ME ACABE DE ENCONTRAR CON UN AMIGO. NOS VEMOS MAS TARDE ;) <3

Ridícula ¿para qué quiso venir si se iba a aburrir?...pues no sabía tampoco a donde me dirigía y cuál era la dichosa sorpresa con Aquiles. Entré a mi carro. Prendía las luces del techo. Esas de las cuales uno de los bombillos titilaba y me daba sufrimiento de discernimiento. Necesitaba controlarme. Saciar esa rabia maldita que me sofocaba. Golpearme la cabeza. Darme duro con el volante del carro. No era mala idea.

-BEEEEEEEP

El pito del auto…coño se me había olvidado que estaba en toda la mitad del volante.  Así siempre era…peleábamos porque alguien se interfería y por cosas problemáticas de las cuales no quiero ni hablar ni saber de ellas.  El amor me hizo alegrar y de verdad hacerme enojar. Mi mente no dejaba de darle revoltones y vueltas necias para perseguir y seguir rumiando en lo pasado y de cosas injuriadas que pasaron. Me embriagaba y me saciaba mis pensamientos dolorosos con solo…un baño, que el agua rozara mi piel. Que hiciera su labor magnifica de relajar el cuerpo. Dios, halaba la camiseta blanca que llevaba puesta por tanto calor y tanta pensadera. Eso necesitaba, un baño.

Saque las llaves de mi chaqueta buscaba la correcta, la del carro para-

Quieto y pensativo con la mirada en el panel del carro…percibía el ‘toc toc toc’ en el vidrio de mi asiento. Divisé la mirada al entretenimiento de ese sonido, detallando un cuerpo mediano, llegando a grande, el pelo corto por su entradas y esos ojos miel algo serios pero a la vez serenos al hacer contacto con los míos. Solo con un gesto. Un simple gesto para que presionara el switch del seguro y dejar todas las puertas abiertas. Volvía a retomar el asiento del copiloto.

-yo…creo que necesito disculparme contigo…

No me miraba…su vasta expresión lo decía todo…estaba arrepentido.

-discúlpame tu a mí por reaccionar así.

-¡no! ¡Basta! a mí no me gustan las disculpas mutuas aquí el que la cagó y la jodio descomunalmente fui yo.

-ya… no te tienes que latigar tanto.

-no…fui yo y a acéptalo de esa manera…

-okey…está bien… lo acepto. Con tal de que te calmes

-sí, está bien…podemos ir a tu casa? Me tengo que ir ya.

-dale…

Arranqué, apague la luz del auto prendiendo las delanteras ya que estaba de noche. Fría y amarga la noche dispuesta a corromperme la nariz con un resfriado. Pero lo que realmente podía matar hasta a la persona más conversadora y amable de todo el planeta…es un silencio que puede cortarse con kitanas afinadas alrededor…ese mismo silencio en el que nos manteníamos Aquiles y yo.

/-/-/Roger/-/-/

Había descansado un poco. Deje la silla cerca de mi cama. Me quite los zapatos y con la fuerza proveniente de estos brazos, pude llegar a mi espacio para descansar. Quise aflojar los ojos del sueño, el cansancio me hicieron invadir mis inclinaciones al dormir. Caí rendido, al despertarme me dio un mareo algo leve para después sentarme, detallando las lanas pegadas en los talones de mis medias. Bostezaba y las lágrimas hacían un parqueo en mis lagrimales. Rascándome un poco por mis ingles me di cuenta…que la tenía sumamente parada.

Las ganas no me faltaban. De verdad necesitaba un empujoncito después de tanta cosa aquí en Cali. Solo era cuestión de hacértela y relajarte un rato ya que no estaba nadie. Pero… venia hacia mi ese complejo de que estaba era de invitado visitante en casa de Franco. Demonios, no quería profanar la vivienda que me daba posada siendo pervertido y consentirme un rato…pero…necesitaba hacerlo. Hace varios días que no lo hago, no me acordaba que necesitaba hacer mis necesidades hormonales.

Me acosté en la cama tirado con fuerza aterrizando en esas blandas almohadas… mi mano derecha comenzaba a recorrer ese rico paquete que me brindaba suavizándolo y apretándolo fuertemente interesado en como podía manipular mi imaginación un momento…imaginarme un chico. Desnudo mientras se masturba agitando su culo limpio mostrándomelo con pura sagacidad y lujuria. Empezando a maniobrar sus dedos adentro de su orto. La noción de querer saborear más y jalársela hasta que se le estirara el glande a su última capa de piel.

Quería vérmela. Desabroche el botón de mi pantalón rajando ese ruido del cierre despacio para poder percibirlo ajenamente. Disfrutar de ver esa montaña de carne cubierta por una capa delicada de tela blanca suavizándola un poco más para que crezca. El manejo de mi mano hacia que se abriera un poco mi prepucio apreciando un poco la sensación. El estremecimiento era apreciable, quería afrontar mi capacidad de hacérmela en un lugar nuevo para mí, con demasiado morbo acogiéndome.

No era tan to el morbo sino la excitación. Levantaba el elástico de mi bóxer para presenciar mi compañero de desventuras sexuales. El que siempre está atado a mi cachondo, con algo de semen brotando de sus porosidades, la tentación de agarrarlo era colosal.

Apretaba fuertemente. Manejaba ese movimiento de sacudirlo apresuradamente percibiendo el poco placer que se iba acumulando. Mi tronco algo grueso y moreno pero mi glande rosado como las uñas de un adolescente. Mojado desde la cabeza del glande hasta la mitad del falo, deslizando mis pantalones hasta llegar a mis tobillos apretándolos un poco aun sin percibir ese soporte empezando a tocar por debajo de mi camisa elegante suavizándose con la que tenía por debajo…

/-/-/Franco/-/-/

Interesaba por acostarme…ir a mi cama y dormir estaba era rendido. El mordaz golpe de nuestra discusión y de algunas cosas que no quisimos que fueran provocadas nos hizo quedar en silencio con un aperitivo de muerte estando en todo mi edificio frente a mi casa. Cerca de la moto escarlata de Aquiles.

-gracias por traerme…

-me tocaba traerte…pasamos media ciudad para llegar allá.

-yo se…

-pues…si algo nos estamos hablando…gra…gracias por visitarme

El profundo acogimiento de Aquiles hace que me vuelva…sin inmunidad. Cosa que realmente bajaba mis defensas de contrariedad.

-no hay de que…oye…pues

-¿sí?

-quiero mostrarte algo…

-espera y cierro el carro.

Saliendo yo por mi izquierda y el por la derecha forjando el ruido del golpeteo de la puerta autorizándole la alarma a mi permisividad. A la par intentando ver que me tenía Aquiles pero como cosa del destino…se desapareció

-Aquiles donde te metiste, aq-

Calidez…el regocijo de percibir unas manos algo frías pero que me hicieron erguir la piel como la de una gallina en celo profanaron mis sentidos un poquito más ejecutando algo de acelere en mi proceso sentimental. Un abrazo, su cara pegada a la mía apunto de desbaratarme las gafas al suelo, cosquilleo en mi pecho gracias a su mentón, el roce de nuestras orejas frías y una de sus manos entrelazándose con la mía. Soy indeleble, soy de esos que por un toque de amor me puedo debilitar completamente. Mi placer no es querer, es amar y venerar y lo he venido sabiendo con el paso del tiempo. Aquiles aun hacia ese tipo de sensaciones que me volvían sensible y no podía negar que me gustaba, que daba por acontecido que era lo que realmente…anhelaba, lo que aspiraba volver a ver de él.

-perdóname…

-yo te perdono p-pero – moví un poco mi brazo tambaleando bajando al escalón de la acera cerca de la llanta trasera de mi carro sin tocarlo para no alertar la alarma

-por poco y nos caemos – besándome la mejilla

-lo siento…pero…no me hagas esto yo…

-lamento haber sido un estúpido contigo…no sabes lo mucho que te extraño y de cómo pasábamos siempre juntos Franco…

Mi espalda iba levemente hacia los vidrios de mi carro, culturando el deleite apaciguado de su ser…del que yo me enamoré…el Aquiles sentimental.

-Franco – volteaba dejando mi espalda descubierta tomando la posición de mirarme al frente…notaba como sus mejillas se enrojecían y no me podía contener tampoco – dame una oportunidad de nuevo. Te juro que todo será diferente…

-yo…

-por favor

-Aquiles no…-

Ambos nos mirábamos y podíamos detallar por la clarividencia de nuestros ojos lo que queríamos…acomodándose un poco bajando un escalón pero uno de sus pies quedo encima de la acera y yo quieto por el ambiente…me dejaba guiar…su manos, esos dedos mi cuello sus apretones suaves el entrelazado de cabellos, el toque de pieles y un sobeteo de narices minúsculo profanado todo ese instante con un beso.

Besaba despacio…era como en los viejos tiempos, donde todo desembocaba y se fluentaba naturalmente sin tanto rodeo, como a mí me cataba. Mi intención era cooperar y dejar de lado sus contrariedades y descubrir el deber de querer. De saber apreciar cómo me desenvolvía con  cada uno de sus amplitudes. El amar…el saber disfrutar y dejar de lado las diferencias para ya…volver a mi realidad. Todo eso se disponía en el choque de lenguas, sobeteo ingenuo, capacidad de intensificar las emociones junto con el valor de suavizar los labios.

-Dios cuanto extrañaba esto…

-Aquiles… no puedo

-¿cómo? no, no me digas eso…

-no no…ahora no estoy para esto…- lo evitaba, necesitaba dejarlo con la mirada…ignorarlo con mi espalda y decirle un ‘hasta más tarde’ porque ahora no deseaba.

-al menos dime algo! ¿Me vas a dejar así?

Justo en la reja de mi entrada, con las llaves puestas gire y di mi última oración:

-lo pensaré...

Era para salir rápido, surgir y dejar que todo eso se fuera para mañana o al otro día o para más días, si para más días. Subía esas escaleras como un atleta profesional o futbolista nato, llegando a mi lugar de antaño. Volteando por última vez…mi vista era realmente intensa, solo veía como se colocaba su chaleco, su casco y partía en su moto y su motor aullante hacia la otra calle en vuelta.

Suspiré…bote aire y decidí a entrar.

Las luces aún abiertas y el balcón con las puertas de par en par…mi inquilino ¿dónde estaría metido? debió de haberse aburrido y se fue a la cama. Dejé mis cosas tirándolas en el sillón y no en la mesita de estar para no hacerle ruido. El silencio gobernaba mi apartamento excepto por algo…

Suspiros, balbuceos y gemidos orgásmicos. no será que…nooo

Roger no podía estar teniendo sexo, a menos que…saque mi chaqueta rápido guardándola siendo sigiloso como un ratón y mirar que hacia…la puerta estaba entre abierta. Observando un poco pude detallar por la rendija entre la chapa de la puerta y la pared que…Roger se la hacía de una manera espectacular. Aun llevaba la ropa de la entrevista pero desarreglado salvajemente. Su camisa lila desabotonada dejando ver su camiseta blanca de por debajo. El pantalón en sus tobillos resaltando las medias negras con rayas  por arriba y su verga sumamente erecta y mojada tocando son su mano sus bolas peludas. Estaba en lo suyo.

Sacudía esa verga de arriba hacia abajo velozmente y a la final paraba percibiendo la sensación del movimiento que le hacía a su aparato sabroso. Trataba el levantarse por la apreciación de cómo le corría todo ese placer por su verga pero no lo lograba debido a su invalidez. No es capaz todavía, su funciones de su espalda aun sin ineficientes pero él estaba en lo suyo…se movía se estremecía y gemía deliciosamente…por pura inercia me estaba tocando también. De cuclillas masajeando mi polla mirando cómo se la hacía alguien que de por si la estaba pasando rico…

-ahhh…agh... AHHH

Por cómo se movía y abría los ojos invadido por el sudor en su frente y su pelo, la camiseta blanca algo mojada y las piernas húmedas también estaba a punto de venirse. Y no me equivocaba, su falo felizmente brotaba uno, dos, tres, cuatro, ¡cuatro por dios! Chorros de lefa cayendo por su cuello y la segunda y la tercera en toda su camiseta y la última cerca de su mano. Su verga erecta y roja proponía sumamente relajación ya que perdía su vigor. Relajándose en su cama.

Roger se la hizo en mi casa…eso significa que ya está tomando confianza…me alegra eso…pero lo peor es que me dejo severa erección palmada y necesitaba sacudir mis entrañas para disponerme a hacerlo mío y-

Golpee la  pared con mi pie al caerme por no aguantar en cuclillas. Coño ¡hice ruido! A lo cual Roger reacciono como loco

-¿Hey quien anda ahí? Hey hey!

Despacio gatee con sigilo llegando a la puerta para abrirla despacio y cerrarla duro, así no se percataría de nada, sino que pensaría que acabe de llegar

La cerré con fuerza y tenía que improvisar

-Roger…ya llegue…hey Roger!

-hola franco…

-¿estás en tu cuarto ya? Me dirigía como si fuera a verlo en realidad, coño que malo era

-no espera ¡no entres!

-porque ¿qué paso? – de malo deje que mi cara entrara a su cuarto para que no me descubriera el bulto y lo que vi fue

A un Roger tapado con una sábana blanca notando un poco la camisa y la camiseta y los pies salidos de la sábana

-¿estabas durmiendo?

-no, no ehh no ¡Sí! Si estaba durmiendo y me despertaste

-ah… ¿con la ropa de la entrevista?

-pues…es que estaba cansado y me dio pereza quitármela

Que malo era que malo era hahahaha no sabía mentir

-y…que tienes en tu hombro por tu cuello ¿eso qué es?

Él se destinó a ver tocando por donde le indicaba, abrió los ojos y me miro como loco

-Son babas

-babas…

-si babas, oye me voy a cambiar para estar más cómodo puedes… ¿cerrarme la puerta?

-si claro...por supuesto, te dejo solo – sonriéndole terminando de cerrar la puerta

No paraba de reírme sutilmente, escuchaba revoloteos y algunas movidas y ruidos locos por ahí maldiciendo algunas palabras jajaja fue divertido pero al punto serio era…que aun manejaba esa verga como cuando me la mostraba por el internet cuando chateábamos, ¡hasta creo que es más grande carajo! No lo podía creer era inevitable no morbosearse con esos detalles. Ahora lo que necesitaba era ir adarme una ducha…descubrir como bajarme esta erección y…

Pensar en lo que pasa entre Aquiles y yo… ¿el querer que vuelva conmigo? Eso es lo que no sé.

/_..._\

-muchachos muchas gracias por todo de verdad…los voy a extrañar mucho!

-nosotros también te vamos a extrañar  Liseth – Oliver le daba un abrazo intimando de que no se le cayeran los regalos de su mano

-lo se…de todas maneras gracias por hacerme tan amena la practica aquí.

-sé que conseguirás trabajo pronto. De eso estamos seguros.

-ay muchas gracias Aiko en serio – se abrazaban entre ellas pero como que la señorita Aiko no le apetecía mucho el apretón amigable de Liseth

-oye…vas a hacer falta aquí, te vamos a extrañar los tres y los de los otros módulos también.

-si ellos ya me felicitaron…y ustedes amigos muchas gracias.

Liseth la practicante se iba hoy. Su práctica finalizaba hoy y ya era momento de que alguien tomara su reemplazo. Mi jefa esta vez quería variar. Hizo que el contrato de practicante le hicieran un traslado a la zona norte para que conocieran más de ese lado porque siempre el practicante nuevo se radicaba aquí en la base sur. Según mi jefa necesita a alguien con habilidades como las nuestras pero que también tenga algo de conocimiento visual y grafico para relativas ocasiones en el manejo de la papelería y cosas así diversas.

Me llamaban por el conmutador…vi y era mi jefa desde el portátil

-Clara hola…

- Franco hola de nuevo…dile a Liseth que no se me vaya que tengo que hablar con ella, estoy aquí por el lago cerca de telecomunicaciones. Acá le estoy dando la bienvenida y el recorrido al nuevo que va a estar con nosotros

-¿y qué cargo le diste Clara?

- auxiliar gráfico ambiental…espero que lo maneje bien porque es un gran tipo, lo mande para donde ustedes y le expliquen todo lo necesario.

-ok jefa acá lo estaremos esperando.

-listo Franco gracias…nos vemos mañana

La dulce voz de mi jefa. A veces me siento como si me hubiera ganado el cielo por tener una dirigente genial. Había que decirle a Liseth

-Liseth

-¿dime Franco? – sonreía pero a su vez radicaba desaliento. La nena no quería irse

-pues que Clara te está esperando cerca del lago…

-dale ya voy jejeje

-si quieres te llevo – se ofrecía Oliver

-si dale gracias. Chicos gracias por todo.

-gracias a ti Liseth – decía

-suerte Liseth, te cuidas – Aiko con una sonrisa algo pagada pero daba su mejor esfuerzo viéndolos a ambos salir – y bien…

-otra que se va…

-si pero que se le va a hacer…ahora tendremos uno permanente.

-si lo se

-¿te dijo como era el chico nuestra jefa? – iba y se sentada en mi escritorio, menuda descarada.

-no…no me dijo…ojo me tumbas las cosas

-tranquilo, espero que sea un chico porque si es otra chica de nuevo yo-

-ay por favor deja de quejarte si-

-¿buenas? – tocaban la puerta para darnos cuenta de que – buenas tardes hola…¿esta es la base sur?

-sí, si pasa

El chico se dirigía a Aiko mientras yo guardaba unas cosas debajo del escritorio de Liseth y de repente…coincidencia, capte los ojos del tipo mientras se acercaba más a ella saludándola y todo el parlamento…no lo podía creer

-Maxi?

El tipo me miro sorprendido y a su vez esbozo una sonrisa de patilla a patilla

-¿Franco? ¿Frank? ¿Francato? ¿Franquimedes? ¿Mi nerd fanatico? ¿¡Eres tú!?

-¡si bobo soy yo! ¡Amigote!

-¡amigazo! ¡Que más!

Nos abrazamos como locos porque en realidad no me lo esperaba.

-¡genial! no puedo creer que venga a trabajar aquí

-¡ni yo pensaba que fueras a estar aquí! ¡No es posible!

Adverso en la emoción, oriental salvaje acecha

-am… ¿ustedes se conocen? – preguntándonos gesticulando con una sonrisa algo tosca, pregunta obvia

-si Aiko él es Maxi…uno de mis mejores amigos del colegio.

Massimo Obando…uno de mis mejores amigos en los últimos años de colegio. Loco descomplicado, rebelde y muy alegre. Medio fornido porque era de los que gustaba colgarse en las barras de mono y sacudir los huesos haciendo ‘barras’ como en las máquinas de los gimnasios para solo ejercitar los brazos espalda y pecho, especialmente los brazos. Era la única manera que él se distraía. No era así súper musculoso. Pero si fibrado. Un cuerpo esbelto. De cara mediana, medio cuadrada. Sonrisa grande y los dientes arreglados. Nariz mediana pero tosca. Ojos cafés y cejas pobladas más su pelo curveado y peinado con gel hace que su peinado lo tenga bien fresco. Vestido con nuestro uniforme pero el muy descarado deja ver algo de piel, si saben a lo que me refiero.

Pero nuestros caminos se separaron cuando decidió estudiar publicidad y gestión visual. Yo me convertí en ingeniero.

-¿ósea que te vas a encargar de toda la logística de aquí no?

-si claro, no veo avisos, ni pancartas, ni los baños tiene su respectivo letrero! Hay que trabajar mucho aquí.

-así es…ven que te vamos a mostrar la zona…todo lo referente a la base. Aiko ven

-dale…tu puedes darle mejor recorrido que yo. Debería pero no puedo, tengo que llamar a un proveedor, encárgate tu – sonriendo de nuevo – ‘ Imaimashī rakkī’ (maldito suertudo)

  • deja de insultarme en japonés. Está bien. Compadrito vamos!

-¡yo lo sigo mi capitán!

-jejejeje pendejo

Salía el sol y me hurgaba en toda la cara sus rayos poderosos. Me fui por la sombra para mostrarle a Maxi su nuevo ‘habitat’

/_..._\

-Oye todo esto esta re genial aquí…no sabes las ganas de empezar a trabajar mañana.

-y yo de tener amigotes por aca…en serio necesitaba un amigazo de hace tiempo para joder un rato.

-¿qué? ¿es que te comportas como ‘niño bueno’ aquí?

-jajajaja si

-ah bueno…cambiaremos eso.

-¿y tu otro trabajo? – casi nos acercábamos a las oficinas

-nah renuncie…ese trabajo jodia mucho. Sobre todo mi jefe, ese tipo me tenía mama’o (cansado) con todo lo que me ponía. Así que quise variar.

-ya…y pues me seguís contando mañana.

-oye sin pesares! ¿cómo van esos amoríos de verga grande?

-Maxi!!...shhh jejejeje cállate…acá nadie sabe que soy gay…solo Aiko – me sorteaba la cara un tono rojo, lo sentía

-bueno ya…Aiko tiene lo suyo…pero es muy amarguetas según lo que me has contado...

Entramos a las oficinas y nadie estaba ya… ¿acaso nos quedamos mucho tiempo conversando?

-las 5:20? Noo sí parecen las 3 – angustiado observaba mi reloj

-yo me tengo que ir ya…tengo una cita a las 6 y tengo que volar…

-si quieres te llevo

-tranquilo guapo – palmeando mi cara como gesto loco de agradecimiento. – para la próxima

-dale pues, mañana nos vemos y seguimos conversando

-aja y de lo que ha pasado…yo no me creo eso del ‘niño bueno’, vamos a ver mijo, vamos a ver!

-suerte bobo – sonriendo como loco – suerte

Maxi se iba y ya todo el mundo estaba fuera de su horario laboral. Tomé mis cosas, las guarde en mi bolso, le cerré la oficina a mi jefa, apagando las luces y terminando de cerrar las oficinas. Caminaba sereno por el senderito de rocas y pasto andando campante hacia los parqueaderos. Justo ahí estaba mi auto cerca de unos pocos que faltaban más los sitios de vigilancia.

Dispuesto a quitarle las alarmas y entrar para irme me tocan el hombro… girándome para-

-Franco…

-A-¡¡¡Aquiles coño!!! ¡¡¡Me asustaste!!!

Era el pendejo este…por poco y se me sale el corazón. Pensé que era un desconocido atracador.

-hola…disculpa…

-¿qué haces aquí?

-te esperaba…

Su chaqueta de motociclista. Los Jeans apretados. Tenis azules con blanco y una camiseta amarilla por debajo de su chaqueta. Al lado su moto.

-¿para qué?

-tu dijiste…

-¿que dije?

-dijiste que lo ibas a pensar…

-pues yo…

Me iba a abrazar otra vez pero yo no quería. Me escabullía. Abrí la puerta de mi carro para meter mi maleta y cerrarlo para entrar a conducir pero ahí estaba. No se movía intentaba buscarme con sus manos pero no me dejaba.

-no Aquiles…

-por favor yo…te voy a seguir hasta donde toque no me importa.

Eso lo quería ver…lo quería indagar a ver si era verdad. Quería evitarlo pero era endeble. Intentaría sacar de mis esperanzas algo que no hiciera que Aquiles me amara, como lo sigue haciendo. Yo le dije que no, le deje las cosas claras, no me gustan sus costumbres. Para que buscar en algo que me va a hacer sufrir. Un carro por poco se choca con un bus por la autopista, percibiendo la atención de algunos incluyendo al susodicho. Era mi oportunidad.

Corrí. Como estúpido salí arrancando lo más rápido que pude tirándome en esos matorrales, como virtuoso o espía en persecución. Me escabullía entrando de nuevo al bosque pasando por árbol y árbol. Saltando por las hojas caídas. Cerca de una loma, aviste y no aparecía por ningún lado. Intentaba perderme…así sea de noche sabia mi camino. Y me conocía un refugio. La enfermería de reserva. Una cabañita pequeña para una auxiliar de enfermería. Ahí estaba cerca de las oficinas. Me hice al lado cerca de la puerta y de la máquina de agua que estaba a unos cuantos pies de mí…necesitaba respirar…tomar aire. No me podía sentar… parecía cansado. Sediento. Fue una de las corridas más grandes que me he pegado.

-pufff…creo… que no… me siguió.

y espero que no lo haya hecho. Me aviste un poco…el sol ya estaba cayendo mientras por un lado todo se oscurecía de a poco…no sé si mi idea haya sido brillante o la más estúpida del mundo. Maniobrando miraba y ningún rastro de nadie. Podía caminar despejado. Eso esperaba…justo cuando un empujón poderoso me tira al suelo…directo con el golpe de las hojas reposadas sobre mi cabeza y el crujido de un sentimiento…

-te lo dije franco…así me pongas a correr una milla…no te dejaré…

-suéltame…no quiero…

-por favor dame una oportunidad…dámela…te juro que no te sentirás mal…por favor…-agitado no se rendía…no sabía que hacer

-no Aquiles…bájate de mí…

-no quiero…suéltame!

-te quiero

Había dejado de respirar por pocos segundos al percibir esa palabra…al deleitarme con ese fraseo susceptible…su voz cambio cuando me la dijo. No era ese cretino tarado…era, ese de nuevo. El que apetecía y me interesaba por los aires. Mi Aquiles…el del que me enamoré…

-Franco por favor…dame una oportunidad…

-…

-¿Franco? ¿Qué te pasa? deja de mirarme así…yo

Me aproximé a sus labios…intensamente rodeé con mi lengua cada parte de su boca intensificando mis ganas de comer y comer más hasta desgastarlo. La veracidad de mis actos era implorable…besar de nuevo a tu ex. Dejar que todo se vaya al caño y perder la dignidad y la cordura. Qué asco. Pero no me importaba. Yo era seguir y seguir hasta que la pasión se amontonara y me dejara en éxtasis. Quería saber más…quería explorar más, intentaría buscar su lado afable de nuevo…como los viejos tiempos.

-Aquiles – lo soltaba – ¿porque me haces esto? – mis gafas estaban empañadas.

-lo siento…yo no quería, es que…

-aún te quiero…no sé cómo coños pero aun te quiero…

-no sabes cuánto me alegra que me digas eso…

Me volvía a besar ese calor intolerante y el frio junto con las hojas marchitas no me dejaban estar mi zona…en mi momento…en mi lugar… solamente quería

-Aquiles…podemos…usar esa cabaña de ahí…

-eh? – miraba y hacia cara de insatisfacción -está cerrada

-¿ah sí? – al pararme fui a la puerta destrabando el cierre porque me lo conocía como la palma de mi mano…

Y de nuevo se intensificaban esas manos en mi pecho. Sofocante y emocionante era este complejo que estallaba mil veces en mi interior…no me encarecía nada…éramos solo yo y el…mis defensas estaban apagadas. No podía resistir…era débil…por someterme de nuevo al infierno del deseo…mi extenuación.

/_..._\

Estaba irradiado de excitación. Mi pene erecto puesto cerca de un cuerpo delicioso color piel blanca bronceada, sudando fuertemente con una verga jugando por debajo de mis bolas sin parar de palpar mi boca, mi oreja, mi cuello. Pellizcarme el pezón por debajo de mi camiseta acurrucándome más a su piel sometiéndome ante esa desnudez de estar en esa cabaña llena de medicinas, artefactos y una cama que nos esperaba…nuestra ropa tirada. Me desnudaba como me gustaba. Era siempre el que me retiraba la ropa dejándome siempre la camiseta que siempre llevo por debajo. Usando a veces las medias o sin ellas. Esta vez las usaba, las cafés largas que me llegaban casi al muslo. El completamente desnudo…como le gusta estar.

-recuéstate mi vida…quiero hacértelo…como en los viejos tiempos…

Obedecía…me tiraba en mi cama esperando el momento de quedarme quieto…puesto en perrito con mi culo abierto mientras el intentaba lubricar mi hoyito…metiendo uno de sus dedos. Cosa que me hacía estremecer gracias a sus dedos grandes. No paraba de suspirar y de ser avivados por la penumbra de la habitación y lo poco que entraba de luz. Mi corazón era atestiguado de tanto cariño…de severa impresión y de ese poder…coño ese poder de saciar mis ganas. Mi poder, mi todo.

Su pene se iba intercalando despacio moviéndose lento llegando más y más hasta su cometido. El fondo. La presión de esa parte de mi orto. Por ese anillo de dolor para soportar su glande en mi zona húmeda… así, despacio lo hizo y gemía de dolor, pero que no lo quitara, que no se saliera de él bombeaba despacio e iba con más intensidad... gratificando más mi sensación de cosquilleo mezclado con dolor por la verga de Aquiles colapsando un poco  al empezar a percibir el choque hacia mi culo con su pelvis y el roce de sus vellos púbicos con la raja de mi culo.

-ahh así…

-me encantas mi Franco…te adoro…eres mi vida…

-no pares…

-no parare porque no lo hare…te quiero adentro mío…

-y yo también….aahh

-si…sigue no te detengas…no te guardes nada…bótalo…

-ahh aghh ahhh

Eso hacia…el bombeo magistral y el choque era cada vez más rápido, más feroz, más completo, más intenso, era un golpe fugaz y excitante. Me forjaba más y más placer en todo mí ser…sudaba. Mis gafas me entorpecían dejándolas cerca de la almohada para dejar más cerca. No nos deteníamos…no había descanso, era todo o nada. Su agresividad me gustaba más, me complacía y me dejaba en sintonía con mis capacidades de no detenerme…de seguir y seguir…

Voltee para poder tener a Aquiles frente mío sin aun soltarme de su verga. Esta vez yo hacia los movimientos de arriba abajo para bajarlo y superar el límite. El solo chocaba y chocaba mientras mi sudor se mezclaba con el mío cuando lo abrazaba. Mi meta era que se corriera…que lo hiciera. Volvía a apretarme los pezones por debajo de mi camiseta aguantando el deseo y el placer. Dejar sé que viniera…sacaba su polla para dejarme dos, tres trallazos adentro de mi culo… ese golpe caliente de leche saboreándose en toda mi raja. Me embriagaba más y más de seducción y sofoco sexual…me corrí también dándole paso a su pecho para que se corriera exactico conmigo. No fue la misma cantidad, pero pude satisfacerme.

Los dos juntos…mirándonos…a la luz que irradiaba la luna por esa ventana con cortinas blancas…besándonos apasionadamente. Disfrutando de esa sensación de cansancio y diversión…no me pude controlar…sé que la había cagado pero…me sería difícil salir de esto…

-…te adoro…eres mi vida…

No sabía que responder…

Una reconciliación estúpida. Un mortal golpe. Mi debilidad, mi sufrimiento y a la vez mi emoción…

Mi talón de Aquiles

Espero que les haya gustado. no olviden comentar y valorar, les agradecería mucho. muchas gracias por leerme un abrazo :D

zerosubzero