Amor inesperado (2)

continuamos.

A la mañana siguiente, fuimos de nuevo de turismo, y cuando estábamos en el parque del Retiro, hubo un momento en que su amiga y su amigo se distrajeron, ella aprovechó, me abrazó tiernamente y me susurró a la oreja:

  • Te quiero.

  • Yo también – contesté sin soltarla.

Sus amigos volvieron y nos vieron a las dos sonriendo, supongo que su amiga no le dio mayor importancia.

Seguimos con el turismo, cogidas de la mano colocándolas siempre detrás sin que se viera nada, haciéndonos carantoñas y mirándonos como dos embobadas.

Esa noche tocaba salir de fiesta, estuvimos bebiendo en mi casa para ambientarnos un poco. Nos metimos las dos en el baño y cerramos la puerta, empezamos a besarnos sin parar, hasta que de golpe su amiga abrió la puerta y nos separamos de golpe disimulando como si estuviéramos lavándonos los dientes, fue una situación muy graciosa la verdad. Pero entonces, cuando volvimos a quedarnos solas, ella me miró y me cogió la mano.

  • Sabes que cuando pasen estos días... esto se acaba ¿verdad? – dijo.

Me quedé sin palabras.

  • Como quieras – le dije mientras interiormente intentaba aguantar las lágrimas y salí del baño.

Bajamos andando al metro, sin dejar de beber, ella estaba borracha perdida y yo simplemente estaba cabreada porque no la entendía.

Cuando acabamos de beber nos fuimos caminando al metro para ir a Chueca. Suerte que la amiga estaba borracha, en cuanto se dio cuenta de donde la llevábamos se horrorizó.

‘Vaya nochecita me espera’ pensé cuando empezó a decir que ella no quería meterse en Chueca. Contando que éramos dos lesbianas, aunque ella no sabía que éramos dos jajaja, y tres chicos gays, vinieron mi mejor amigo y otro chico gay aparte del de ella, ganamos en votos y acabamos en Chueca.

Yo no estaba de muchos ánimos después de lo que me había dicho y ella lo notó.

Entramos en la discoteca y fuimos a tomar la consumición que entraba, la verdad es que ella estaba borracha, pero yo tampoco es que fuera muy sobria. Recuerdo que ni siquiera fuimos a la pista donde todo el mundo, cuando íbamos a ir me dijo:

  • ¿Me acompañas al lavabo?

  • Que remedio, vamos al lavabo, no tardaremos – les dije a los demás mientras se iban a la pista.

Fuimos al lavabo y no había seguridad, así que nos metimos juntas en el mismo baño (recalcar que en esa discoteca está prohibido entrar de dos en dos en el mismo baño)

Cuando entramos se quedó mirándome.

  • ¿Qué te pasa? – me preguntó al ver que mi cara era un cuadro.

  • ¿Tú que crees?

Me cogió de la nuca y me besó, yo la seguí, no podía resistirme a ella y estaba demasiado borracha como para hacer fuerza.

  • No podría separarme de ti aunque quisiera – me susurró al oído.

No sabía muy bien que decir, pero para que hablar pudiendo besarla. Empezamos a liarnos, cada vez más apasionada y salvajemente. La apoyé en la pared y la agarré empujándola contra mí. Nos separamos un momento y me miró con cara de pillina, no pude evitar reírme. Esta vez me cogió ella, nos besamos sin parar, de repente noté como una de sus manos bajaba hacia mi pantalón, me desabrochaba el botón y bajaba la cremallera. Introdujo su mano en mi ropa interior y empezó a acariciarme. Entre el alcohol y lo excitada que estaba, creía que iba a morirme del calor que sentía. Aunque nunca había estado con una chica, sabía perfectamente lo que hacía, y a mí me encantaba. Decidí hacer lo mismo que ella y introduje mis dedos en ella, acaricié su sexo suavemente de arriba abajo para al poco rato masturbarla sin parar. Ella suspiraba, nuestra respiración cada vez estaba más agitada, ella me besaba y me mordía en el cuello, cosa que me vuelve loca, estaba en el éxtasis más absoluto. Seguimos besándonos apasionadamente a la vez que nos masturbábamos, hasta que de golpe, empezaron a dar golpes en la puerta y nos cortaron todo el rollo.

  • Salid de una vez si no queréis que tire la puerta abajo – era el segurata del lavabo que ya había vuelto.

Nos arreglamos como pudimos y salimos del baño entre risas. Me miré en el espejo antes de salir para peinarme un poco y flipé con mi cuello, tenía un señor chupetón del tamaño de dos dedos por lo menos.

  • ¿Joder y ahora que hago? Esto no se puede disimular con nada.

Ella no paraba de reírse. Intenté taparlo con la camiseta pero era imposible. Salimos del lavabo a buscar a nuestros amigos y a dos metros nos los encontramos.

  • ¿Dónde estabais? Lleváis más de una hora y media desaparecidas – dijo su amiga histérica.

  • ¡Qué dices! – exclamé – llevamos todo ese rato buscándoos dando vueltas por toda la discoteca.

Mi mejor amigo no podía evitar reírse al ver nuestras caras, las dos rojas como tomates, algo despeinadas, y disimulando fatal, pero parecía que la amiga de ella no se enteró de nada y se creyó nuestra pequeña mentira.

  • ¿Qué te ha pasado en el cuello? – preguntó la chica.

  • Me he encontrado con una amiga que es muy graciosa y me ha hecho eso – intenté disimular como pude.

  • Vaya con tu amiga – bien, se lo creyó, lo sé, era muy inocente la chica.

Nos fuimos a la pista todos juntos y estuvimos bailando un rato, hasta que su amiga dijo que no aguantaba más en ese centro de pecado (me hizo mucha gracia ese comentario debo admitirlo) y nos fuimos. Fuimos a la cola del guardarropa, mientras su amiga y mis amigos se esperaban fuera, en la cola nos encontramos a unas amigas mías.

  • ¿Y esta chica quien es? – me preguntó mi amiga.

  • Es una amiga de sevilla.

  • Soy su novia – dijo de golpe ella.

La miré con cara de sorprendida y me dio un beso.

  • Vaya, me alegro por vosotras – dijo mi amiga – bien hecho chica, es muy guapa.

  • Eh, que es mía – dije y empezamos a reírnos todas.

Cogimos las cosas y nos fuimos a un 24 horas a buscar algo de comer porque estábamos famélicos.

Mientras íbamos caminando, nos quedamos un poco más atrás.

  • Que fuerte lo que ha pasado ¿no? – me dijo riéndose.

  • Un poco la verdad. ¿Pero te ha gustado?

  • Mucho – dijo con una preciosa sonrisa.

Fuimos a la tienda, comimos algo y nos fuimos para casa.

Cuando llegamos, debían ser las 4 y pico, casi las 5 de la mañana, supuse que querría irse a dormir directamente a su cama pero me equivoqué...

Continuará...