Amor inesperado (1)

La conocí por casualidad, y se convirtió en lo que jamás habría pensado...es una historia real, algo cambiada, pero los momentos son todos reales

A día de hoy, esta historia me parece tan lejana... y realmente aún no ha pasado un año...

Todo comenzó una tarde, estaba conectada a Internet como siempre, mirando mis actualizaciones de facebook y entonces apareció ella, en sugerencias de amigos y la vi, resulta que era fan de un grupo que a mí también me gustaba, le envié un privado y la agregué. Cual fue mi sorpresa que a los pocos minutos me aceptó.

Empezamos a hablar por privados, lo típico, gustos, edad, ciudad, etc. Ella era de Sevilla y yo de Madrid, un poco lejos pensé, pero bueno tampoco pensaba en que eso pudiera pasar de una mera amistad a distancia.

Finalmente nos dimos el msn y seguimos hablando. Y pasaron los días, el entrar al msn y directamente mirar si ella estaba, o entrar y que me abriera ventana directamente se volvió una costumbre. Por aquel entonces ella tenía novio, era normal, ella era preciosa, cada vez que me enviaba una foto me quedaba más prendada de ella, tenia unos ojos azules preciosos, y a mí unos ojos me conquistan a primera vista.

Como decía, jamás pensé que una chica hetero, preciosa y con pareja, pudiera fijarse en mí y menos a distancia. Pero tal vez esa distancia nos dio más tiempo para conocernos.

Aquella amiga del facebook se convirtió en mi confidente, nos lo contábamos todo, del msn pasó a los mensajitos por el móvil, y de los mensajitos pasó a horas y horas diarias hablando por el móvil. El día que me di cuenta que empecé a sentir algo por una chica que no conocía ni en persona y que creía que no tenía posibilidad alguna con ella me asusté. Se lo comenté a mis amigos, ellos decían que era todo muy raro, que no era normal que esa chica estuviera tan pendiente de mí, recuerdo cuando quedaba con ellos, las caras que ponían cuando cada 10 minutos recibía un sms suyo. ‘Esto no es normal’ comentaban.

Pasaron las semanas, incluso creo que fueron meses, y seguíamos igual, hablando cada día, y yo aguantando como me contaba sus confidencias de pareja, con ese pobre chico al que llegué a odiar sin conocerlo, aunque ella siempre me decía que no estaba enamorada, que simplemente le gustaba.

Aún recuerdo la conversación que cambió mi vida, la recuerdo como si fuera ayer. Estábamos hablando como siempre por el msn y de golpe escribió:

  • ¿Te puedo hacer una pregunta? Y luego me tienes que hacer tu una.

  • Claro, aunque ahora no se me ocurre nada.

  • ¿Alguna vez has soñado que nos liábamos?

Mi cara se convirtió en un cuadro, no me lo creía.

  • Si – le dije con todo mi morro – ya tengo mi pregunta ¿Y tú?

  • También.

Creo que en ese momento no me caí de la silla porque tenía los ojos clavados en la pantalla.

La conversación siguió, como un juego simplemente, yo creía que ella estaba jugando, que alucinaba un poco, ni pensé que podría hablar en serio, aunque admito que me emocioné muchísimo.

Desde ese día, nuestras conversaciones diarias, tanto por msn como por teléfono, solo tenían un tema, nosotras.

Dejamos de hablar de su novio, dejamos de comentar tonterías, sólo hablábamos de cómo sería el día en que nos viéramos, de cómo reaccionaríamos...

A los pocos días ella dejó a su novio, ese día flipé del todo. Jamás pensé en que aquella chica podría convertirse en mi primer amor ‘serio’.

Y los días pasaban, seguíamos hablando de cómo sería todo, ella estaba muy confundida, en realidad no sabía muy bien lo que quería, si sería capaz, si se cortaría al verme...y llegó...llegó la llamada en la que me decía que había conseguido convencer a unos amigos para venir a Madrid una semana.

No me lo podía creer, por fin podría tenerla conmigo, por fin podría darle ese beso que tanto deseaba, y entonces me asusté aún más, y si me veía y no le gustaba en persona, y si lo que sentíamos no era de verdad... mi cabeza se hizo un lío y mi tripa un manojo de nervios hasta que ella pisó el aeropuerto de Barajas. Lo único malo de ese viaje, que venía con una amiga que no podía enterarse de nada, porque no soportaba la homosexualidad (chica rara pero amiga suya así que me tocaba tragarla xD)

Y llegó la mañana en la que venían, los días previos estuvieron llenos de sms, de conversaciones, de nervios, yo solo sabía una cosa, estaba enamorada de ella sin ni siquiera verla. Cogí el tren hacia el aeropuerto pensando que llegaría a tiempo, pero cuando llegué, ella y sus amigos ya estaban en la puerta esperándome.

Nuestra primera reacción al vernos fue una sonrisa, era aún más preciosa en persona y como estaba su amiga, nos dimos dos besos y un abrazo, me presentó a sus dos amigos y nos fuimos a mi casa (se me olvidó contar que se iban a hospedar los tres en mi casa)

Llegamos a mi casa, y aprovechando que tenían sed, me fui a la cocina a buscar agua mientras los demás estaban en la habitación, ella vino conmigo.

Cerramos la puerta de la cocina y nos dimos un abrazo, nos miramos y empezamos a hablar de cómo estábamos, todo muy vergonzoso.

Dejaron las cosas, comimos y nos fuimos de turismo. Cuando bajábamos las escaleras de mi casa ella dijo:

  • Me he dejado las gafas de sol arriba.

  • Espera que subimos – dije yo con toda mi inocencia.

Los demás siguieron bajando y cuando estaba subiendo, me cogió del brazo y se lanzó a besarme. No me lo esperaba así que me quedé un poco parada.

  • Tengo las gafas en el bolso, sólo me apetecía besarte – dijo.

No pude evitar sonreír, me parecía estar viviendo un sueño.

Estuvimos toda la tarde y la noche de turismo, cogidas de la mano en cuanto su amiga se despistaba, mirándonos sin parar, sonriendo sin cesar...

Por la noche, decidimos que su amiga durmiera en la habitación más separada, su amigo y ella en medio, y yo en mi cama, suerte que su amigo era nuestro pequeño cómplice, y cuando la otra se fue a dormir, ella se vino conmigo.

Esa noche no pasó nada, algún que otro beso y nos dormimos abrazadas. Cuando me desperté, ella no estaba, abrí la puerta de la otra habitación y la vi tumbada en la cama durmiendo como un ángel, ‘dichosa amiga’ pensé.

El segundo día transcurrió como el anterior, mucho turismo y besos escondidos. Cuando llegó la noche, como la anterior, se vino a mi cama, me explicó el porque de haberse ido de la cama y es que estaba acostumbrada a una cama de matrimonio y dormir en una pequeña le era imposible, así que me dijo que se venía conmigo un rato pero que luego se iba a la otra cama. Quien nos iba a decir que ese rato, serían horas... empezamos a besarnos, los minutos pasaron volando, y seguíamos besándonos apasionadamente sin parar, esa noche no pasó de eso, no quería ir tan rápido, pero era casi inevitable, así que decidimos que era hora de irse a su cama porque si no, no seríamos capaz de controlarnos. La echaba de mi cama y a la vez la cogía para que no se fuera. Al final se fue. Cuando cerró la puerta cogí mi móvil y le envié un sms.

  • Me encantas, buenas noches preciosa.

Y al poco me contestó.

  • Tú más a mí, eres increíble.

Parecíamos dos tontas enamoradas... de hecho, lo éramos...

Continuará...