AMOR ETERNO (relato 33)
Donde narro mis primeras entregas al "amor de mi vida"
CONOCIENDO A LA FAMILIA
Al día siguiente, nos despertamos cerca del mediodía, mi familia ya había desayunado y estaban en el lago de la cascada, disfrutando del agua, del sol y del paisaje.-
Nosotros dos, luego de engullir un rico café con leche acompañado por pan con manteca y dulce de leche casero, volvimos al dormitorio para vestir nuestras respectivas mallas.-
Cuando me desnudé para ponerme la bikini náufraga que rescatara del agua el día anterior, tuve que soportar "estoicamente", el asedio de mi enamorado, que a fuerza de besos, enardeció mi espíritu y me hizo desbordar de pasión; al punto que a modo de retribución, pero siendo yo mas práctica y directa, caí de rodillas a sus pies y me apropié del pene que me colmó de placer la noche anterior, torturándolo primero con mis manos, recorriéndolo luego con mi lengua por todo su contorno y por último sorbiéndolo, como según Jorge, solo yo sabía hacerlo…-
El resultado palpable de los efectos logrados en mi torturado "nuevo esposo" (aunque sin libreta), lo escondí primero bajo mi lengua y lo esparcí luego por todo el fornido pecho de mi amado, con lo que en doble "castigo", se vio obligado a volver a la ducha, lugar donde esmeradamente, lo enjaboné cual "geisha" sumisa y diligente, prestándole especial atención al miembro torturado, aunque sin permitirle invadir mi cuerpo, para descargar los efectos del apasionamiento que lo embargaba; dejándolo así, exasperado y caliente, pues era mi intención volver a sentir, a la hora de la siesta, las mismas sensaciones de embriaguez enamorada, que disfruté durante la noche.- A fuer de ser sincera, debo confesar, que abandonarlo sin gozarlo, fue para mí una dificilísima prueba de estoicismo, al punto que durante el resto de la jornada que mediaba hasta ese momento posterior al almuerzo, mi cuerpo perspiraba, pero no por el calor de la jornada, sino por la ansiedad apasionada, con que esperaba que llegara ese momento (en otras palabras: estaba recaliente, pero me la bancaba como un señorita muy recatada).- Y no les cuento Jorge, que, ya en el agua, ya sobre las lonetas expuestos ambos al sol que nos doraba, ya caminando hacia un lado u otro, no dejaba de meterme mano por donde podía y de besarme enardecidamente, con lo que aumentaba mi desesperada espera.-
Volviendo hacia el "casco", a la hora del almuerzo, nos desviamos hacia un galpón de material cercano, donde funcionaban las instalaciones del tambo y en la oficina del lugar, se comunicó por radio de onda corta, con su padre y su abuelo, que estaban en su usina láctea de Villa María, para informarles que lo esperaran esa noche, con cena completa para todos ellos y para ocho invitados "agregados" que quería presentarles; donde les comunicaría "novedades muy importantes" respecto al rumbo dado a su vida, por lo que ya no lo considerarían el "descarriado" de la familia.- Yo, que me las veía venir, pensé que desde ese momento en más, iban a considerarlo, no ya el mas descarriado, sino el mas incorregible e irrecuperable miembro; pero como a los "malos tragos" hay que pasarlos rápido, demostrando una alegría que escondía mi sincera preocupación por el momento que enfrentaría esa noche, me dispuse a secundar a mi amado en el trance y a esmerarme para causar la mejor impresión posible a mi nueva familia política.-
De más está decir, que mis planes "siesteros", hube de posponerlos porque para llegar a la hora de la cena a Villa María (Pcia. de Córdoba), había que partir del campo, considerando el tramo que recorreríamos a caballo no mas tarde de las 15 horas; así que casi saboreando el último bocado en las monturas de los caballos, partimos todos rumbo a Va. María, (por suerte, mi familia: tía, papá postizo y mamá, que ya había abandonado definitivamente su mal humor desde que formalizara su nueva pareja, "nos hicieron pata" y allá partimos todos, no sin antes comunicarnos con tío, para pedirle que junto con Carlota, Gladys y Romualdo, nos encontraran en un lugar determinado de aquella ciudad cordobesa).-
A "revienta caballos" y a "pata y pata" con la camioneta, llegamos al punto de encuentro, cerca de las 11 de la noche, y de ahí, luego de higienizarnos a las apuradas en los baños de la Estación de Servicio donde estábamos, al filo de la medianoche, llegamos a la casa familiar de Jorge; allí, al apearnos de los dos vehículos con que los invadimos, Jorge me toma de la mano, se acerca hacia sus padres y abuelos maternos, que nos esperaban en el porch de la casa, al final del camino de acceso y les dice:
JORGE:- "Papá, mamá, abuelos: Les presento a mi "esposa"... y ésta es su familia.-"
Esa noche, en ese lugar, en ese instante posterior, "el silencio de la noche cordobesa", se presentía mas profundo que lo habitual.- Hubo un momento de suspenso, en el que solo se escuchaba el rumor de las respiraciones de todos los presentes (menos la mía, porque yo la contuve esperando la reacción de "mi nueva familia"), el que fue sacudido, por el grito agudo de un churrinche (ave autóctona de Argentina) noctámbulo, que nos hizo reaccionar a todos.-
MI NUEVA FAMILIA
Fueron apenas unos pocos segundos, se palpaba tensión en el ambiente...; el churrinche, nunca mas oportuno, fue quien rompió el silencio del momento.-
La primera en reaccionar, fue la abuela: Se me acercó sonriendo, tomó mis manos con las suyas, y mientras me daba un beso en la mejilla, me dijo: "Bienvenida a casa, hija...- ¿Cual es tu nombre?.-"
YO: -"Ana, señora...- Me llamo Ana María, pero todos me dicen Ana.-" Le dije mientras le devolvía el beso y aceptaba que me tomara por los manos y me condujera hasta el lugar donde estaba su hija, la madre de Jorge, quien sin decirme nada, me besó para luego si anunciarme: -"Bienvenida, Ana; estás en tu casa.-"
A todo esto, el abuelo, se acercó a Jorge y dándole un trompazo cariñoso en el hombro, muy sonriente le dice: -"Lo hiciste..., la conquistaste.- Te felicito, ¡¡¡sos de mi sangre...!!!".- Después vino hacia mí y mientras me saludaba agrega: -"Mirá que no aceptamos devoluciones, eh...; así que vos sabrás que hacer.-"
El último en saludarme, mientras los abuelos y la madre intercambiaban saludos con los míos, fue el padre, quien muy circunspecto, me extiende su mano y me dice: -"Es un gusto señorita.-" Y sin soltarme nos dice a todos: -"Pasen, póngase cómodos.-"
Conmigo obligada a colgarme de su brazo, porque enlazó el mío con el suyo, enfila hacia el comedor de la casa, (que es por demás suntuosa), indicándoles a los demás que nos siguieran; una vez allí, rodea la mesa que estaba ya presentada y dirigiéndose hacia la segunda cabecera, me ofrece la silla lateral a su derecha, en la que me siento ayudada por tan gentil hombre (tenía a quien salir mi Jorgito querido), que la sostiene y luego la arrima, mientras yo me ubico sobre ella.-
A mi lado se ubica Jorge, a continuación Carlota y a su lado mi padrastro y a su derecha, a la izquierda del abuelo, mi madre, mientras que la abuela se ubica a la derecha de su esposo, con mi tío y mi tía a continuación; mi suegra a la izquierda de su marido con Romualdo y Gladys a su lado.-
La abuela hizo repiquetear una campanilla llamadora y enseguida apareció personal de servicio, que primero llenó nuestras copas con champagne MUM, y luego comenzó a servir los platos, mientras el abuelo, de pie y alzando la suya nos dice: -"Los invito a brindar, por la felicidad de estos chicos, a quienes les deseo lo mejor en la etapa de su vida, que inician en común...- Desde ya que me hubiera gustado que las cosas se hicieran mas formalmente, pero tengo que dejarme vencer por las circunstancias, porque sé que mi nieto hizo la mejor elección de su vida...; porque yo Anita, te conozco, y conocí a tu padre... y sé que heredaste de él, los mejores valores que un padre puede transmitir a sus hijos.- Desde que Jorge, se encandiló contigo en tu conferencia de Santa Rosa, me preocupé por saber de tí y de tus logros y lo estimulé para que lograra conquistarte...- Y ahora que eres de nuestra familia, te invito a que te asocies con nosotros, porque todo lo nuestro algún día no muy lejano, será de Ustedes dos...; como lo es desde este momento LA ESCONDIDA (el campito famoso).- Y a Usted ingeniero, (le decia a mi padrastro), le agradezco sus consejos sobre la forma de potenciar esas tierras y si me lo acepta, le ofrezco la Gerencia General de nuestra Empresa, porque sé que la hará mas próspera de lo que hoy es, en beneficio de sus futuros dueños".-
Y así fuí aceptada en el seno de "mi nueva familia", con la que al formalizar la sociedad, pasamos a ser una de las 3 ó 4 familias, con las ganaderías mas grandes del país.-
Finalizada la cena, nos retiramos todos a nuestros respectivos aposentos, Jorge y yo, luego de acomodar nuestras pocas cosas en el dormitorio, salimos al jardín que rodeaba la casa y en esas 5 hectáreas de parque, tamizadas por robles centenarios, escondidos tras uno de ellos; que nos ocultaba a la vista de los demás; comenzamos un sortilegio de besos y caricias, al que continuó la copulación en la que dos enamorados, unidos por sus sexos, "se juraron amor eternamente".-
Abrazada al cuello de mi "marido", mientras nos besabamos y sentía sus manos acariciar mi espalda, mi torso, mis senos ocultos bajo un soutien de encaje y un pullover de hilo, percibí a su sexo pretender invadir el mío..., mientras continuaba besándolo, alcé mi pierna derecha mientras que con mi mano izquierda descorría el velo de encaje que lo cubría, permitiendo que el falo de mi hombre me invadiera y se posesionara de él por completo...- Al sentirlo en mí, comencé a contraer ritmicamente mis músculos vaginales, con lo que le propiciaba una caricia deliciosa, la que presentía porque al recibirla sobre su pene, sentía como éste se enardecía mas y mas dentro mío..., su capullo rozaba las puertas de mi útero, su tronco llenaba todo el espacio y sentía su calor sobre las paredes de mi vagina...- Me conmocioné de tal manera, que hechándome hacia atrás y exhalando un intenso y prolongado suspiro, llegué al orgasmo tan deseado..., al que sucedió otro, al recibir en mí, el néctar del hombre que me amaba... y al que yo amaba.-
Sin desprendernos, continuamos besándonos hasta que nuevamente el falo de mi hombre se enardece..., es ahora él, quien se esmera por darme placer, movilizándolo de tal manera dentro mío, que lo siento salir y entrar..., entrar y salir..., recorrer mi interior en círculos, rozándome todo con su capullo...; lo siento transmitirme su calor..., lo siento colmar todos mis espacios... y vuelvo a sentirlo derramarse dentro mío, provocando en mí el éxtasis que demuestro con mi nuevo orgasmo.-
Abrazados, volvimos al dormitorio y abrazados nos entregamos al sueño, del que despertamos a la mañana siguiente, gracias al sol que entraba ya por la ventana e inundaba de luz nuestra cama y al trinar de los pájaros, que como un canto de loas, anunciaba al mundo todo, que dos enamorados se habían jurado esa noche "amor eterno".-