Amor eterno 8

La historia sigue.

Amor eterno 8

Habían secuestrado a Lisa, mi hermana Amargan y Argent habían sido los únicos que habían sobrevivido, mi hermana estaba llorando lamentándose de ser tan débil.

• Tú no eres débil Diana, ninguno lo sois

• Como puedes decir eso, se la llevaron y no pudimos impedirlo.

• Si seguís con vida es porque el vacío os considera de todo menos débiles.

• ¿Cómo lo sabes Carla?

• Mira a tu alrededor, los han matado a todos.

• ¿Y eso que significa?

• Hemos conseguido tres de los cuatro grimorios, y vosotros conseguisteis uno, quiere demostrar su poder enfrentándose a los más fuertes.

Diana se calmó y soltó una sonrisa, Amargan y Drusila espesaron hacer conjuros de búsqueda, les dejamos trabajar y nos pusimos a quemar todos los cuerpos. Fui donde teníamos los grimorios y no los encontré, eso me preocupo.

• ¡Los grimorios no están, se los han llevado!

• Tranquila Astrid, escondí los grimorios mágicamente.

• ¿Segura Drusila?

• Que si mujer.

Drusila fue en busca de los grimorios y salió con ellos en los brazos, eso nos dejó más tranquilos, todo se había complicado. Ahora nuestra principal preocupación era salvar a Lisa y después ya nos encargaríamos de conseguir el último grimorio.

EN EL LABORATORIO LEJOS DEL POBLADO

Nunca pensé que la alianza entre lobos y vampiros me traería tantos dolores de cabeza, no permitiría volver a ser encerrado en esos grimorios. Los humanos piensan que me crearon ellos, pero yo ya existía hace eones.

Los antepasados de los brujos fingieron seguirme y cuando tuvieron la oportunidad me traicionaron. Destruyeron mi envoltura física y me encerraron en esos cuatro grimorios, de esa forma usaron mi poder a su antojo durante milenios. Por suerte los humanos de esta era son más confiados y mucho más manipulables.

Sin una envoltura física mi poder estaba muy debilitado, los humanos mejorados habían sido un fiasco y la prueba con los vampiros no fue mucho mejor, por suerte había recuperado al Trihíbrido. Lo malo era que seguía siendo una niña, cuando la crearon usando el ADN de los seres más fuertes de este mundo, modificaron el cuerpo para poder acelerar su crecimiento.

Cuando se la llevaron, no pudieron terminar el trabajo y hacerla crecer hasta ser una chica de veinte años, con un cuerpo joven y fuerte. Ahora eso sería enmendado y yo obtendría un cuerpo con el que poder desplegar todo mi poder y gobernar este mundo a mi antojo.

Me han dicho que en cuarenta y ocho horas el proceso estará completo. Me he traído el último grimorio aquí, todos mis sirvientes están aquí y no les va a ser nada fácil entrar. Esos ocho han demostrado ser dignos contrincantes, de esta manera honraré mi victoria sobre este mundo.

• Mi señor, la trihíbrido ya esta metida en la cámara y pronto empezaremos con el proceso de crecimiento.

• Muy bien, cuanto antes tenga un cuerpo, antes dominaré este mundo.

EN EL POBLADO

Todos estamos preocupados por Lisa, el problema es que no sabemos donde se la han llevado, es posiblemente el ser más poderoso de la tierra, tiene los poderes de los lobos, vampiros y brujos y ninguna de sus debilidades. Miro a Carla aunque no diga nada esta muy preocupada.

Junto a Lisa nos hemos sentido como sus madres y ha sido una sensación maravillosa, solo de pensar que le ocurriera algo, me arde la sangre. Me dirijo a la caseta de Drusila para ver si sabe algo.

• ¿Drusila tienes noticias?

• No, es como si se hubiera borrado de la faz de la tierra.

• ¡Tenemos que dar con ella, antes que ese monstruo entre en su cuerpo y la perdamos para siempre!

• Estate tranquila, le eche un hechizo de protección.

• ¿Un hechizo?

• Si, en el momento que intente apoderarse del cuerpo de Lisa este lo rechazara.

• Drusila él vació es muy poderoso, ¿crees que no será capaz de esquivar tu hechizo?

• Mi hechizo se refuerza con el poder del portador, con el poder de Lisa él vació se llevara una desagradable sorpresa.

Salí de la caseta de Drusila y me dirigí a donde estaba Carla, no la encontraba en ningún sitio, me dirigí a las aguas termales y allí la encontré, estaba sentada en el suelo con las rodillas pegadas en el pecho y llorando a mares. Ver a la persona que amas llorar desconsoladamente es un dolor indescriptible, me acerque a ella y la abrace desde atrás.

• ¿Qué te ocurre Carla?

• ¡Estoy muy preocupada por Lisa Astrid!

• Yo también cariño.

• Si ese ser se mete dentro de ella la corromperá y no volverá a ser esa niña que tanto queremos.

• No lo permitiremos, ¡todo el que se interponga entre Lisa y nosotros morirá!

Carla se me quedo mirando, por primera vez desde que la encontré tenía un destello en los ojos, la ayude a levantarse y nos quedamos mirándonos a escasos centímetros la una de la otra.

Vi como Carla empezaba a desnudarse, lo hacía muy despacio, enseñándome poco a poco ese cuerpo que me volvía loca, mis ojos se volvieron a poner de un rojo intenso. Yo hice lo propio, ver como mi amor se relamía con ganas de comerme enterita hizo que mi coño se licuara en ese instante.

Esta vez fue Carla la que se acercó y metió su mano en mi coño, metió un par de dedos y empezó a moverlos de arriba a abajo. Tuve que sujetarme a ella, el placer era demasiado, acerque mi boca a la suya y nos besamos con verdadera pasión.

Me separe de Carla y apoyándome sobre una de las rocas le anime a acercarse abriendo mis piernas. Carla no rechazo la invitación y acudió rauda, su lengua jugaba con maestría entre los pliegues de mi coño, mis jadeos la espoleaban para darme cada vez más placer.

El orgasmo me vino de repente, un orgasmo demoledor que hizo que resbálala teniendo que sentarme en el suelo. La cara de la pobre Carla quedo impregnada de mis fluidos, pero en vez de enfadarse se relamía con mucho gusto.

Cuando me recupere hice que Carla me pusiera su coño sobre mi boca, lo saboree como si fuese el mejor de los manjares. Carla gritaba de puro placer, me cogía la cabeza y me apretaba contra su coño, menos mal que era una vampiresa y no tenía necesidad de respirar, si no me hubiera ahogado.

Los flujos de Carla me caían por la barbilla y resbalaban por mis pechos, el olor que desprendían me hacía lamer con más intensidad. Vi como las piernas de Carla empezaban a temblar, la cogí con fuerza para que no se cayera cuando le llegara el orgasmo.

Se cayó redonda sobre mí, perdió hasta el conocimiento, de no tener los sentidos de un vampiro hubiera pensado que la había matado. La senté entre mis piernas y apoyé su espalda sobre mis pechos.

Me pasé más de una hora acariciando el cabello y el rostro de mi amor, era una mujer realmente hermosa, mirándole ahora nadie diría que detrás de ese rostro angelical se escondía una de las guerreras más mortales de todo el planeta.

Cuando por fin despertó nos metimos en las aguas termales para relajarnos.

• ¿Te encuentras mejor Carla?

• Si estoy mejor.

• El tiempo que Drusila tarde en dar con Lisa, lo utilizaremos para entrenar. ¿Qué te parece?

• Tú encárgate de Diana, esta baja de moral, es mejor guerrera de lo que ella se cree.

• ¿Así es, tú que harás?

• Me encargaré de Argent, es un gran licántropo, pero tengo la sensación que al luchar no despliega todo su potencial.

• ¡Muy bien, tenemos trabajo!

Volvimos al poblado donde se encontraban todos, Diana estaba apoyada en un árbol, cogí una lanza que había en el suelo y se la lance. La lanza se clavó a escasos centímetros de su rostro, Diana me miro con total incredulidad, pero pronto paso a ponerse roja de ira.

• ¿Por qué lo has hecho hermana?

• ¡Ven aquí y lucha conmigo, ahora!

El cuerpo a cuerpo no era el fuerte de mi hermana, se descuidaba con mucha facilidad, de no ser una vampiresa habría muerto hace mucho tiempo. Cogió dos espadas y me ataco, la verdad es que no lo hacía nada mal.

En un momento dado se emocionó al bloquearme la espada, pero no se dio cuenta de que tenía un cuchillo apuntando a su garganta. Eso me enfureció, le solté un tortazo que retumbo en todo el poblado.

• ¿Qué crees que haces Diana?, no te puedes confiar en una batalla, yo sé que eres mejor, demuéstramelo.

Diana se levantó, parecía que por fin se había centrado y tenía todos sus sentidos puestos en la pelea, sus movimientos cada vez eran mar rápido y sus golpes más certeros. Lo más importante era que no descuidaba su defensa.

El fuerte de Diana era el ataque a larga distancia, su destreza con el arco era sublime, cogí barias manzanas, el reto era que tenía que dar a todas las manzanas mientras yo me movía a gran velocidad. Los primeros tiros los erró, pero cuando vi que sus ojos brillaban con un rojo carmesí, fui consciente que mi hermanita estaba totalmente concentrada y lista para acertar en todas y cada una de las manzanas.

No fallo ni uno solo de los tiros, todos se quedaron con la boca abierta, yo corrí y la abracé.

• Eso es hermanita, tú nos cubrirás desde la distancia, pero también estás preparada para luchar cuerpo a cuerpo si la situación así lo requiere.

• Gracias Astrid (muy emocionada).

En otro costado del poblado Carla hacia lo propio con Argent, la verdad que era todo un maestro en el manejo del látigo, pero Carla tenía razón dudaba.

• ¡Argent dudas, porque!

• Tengo miedo a errar y que eso cueste vidas.

• ¡Lo que va a costar vidas son tus dudas!

Carla le ataco con mayor intensidad, en el último golpe Argent salió disparado chocando contra una roca. De rodillas apoyando las manos en el suelo, Argent apretó los dientes, todos escuchamos el rechinar de sus dientes y apretó los puños hasta hacerse sangre.

Por fin había descubierto que sus dudas eran las que ponía en peligro a las personas más importantes para él, a Argent no le gustaba luchar, pero comprendió que abecés era necesario y que cuando llegara ese momento no tenía que dudar.

Levanto la cabeza y todos vimos como los ojos de Argent brillaban como si fueran oro, empezó a mover el látigo de tal manera que consiguió hacer una defensa perfecta. Los movimientos defensivos del látigo no dejaban resquicio donde atacar y los movimientos ofensivos eran rápidos y certeros.

Al final Carla tubo que retroceder, soltó la espada y felicito a Argent, dándole un fuerte abrazo. Todos estábamos preparados, solo faltaba que Drusila daría con Lisa y atacaríamos con todo, sin prisioneros, sin piedad.

EN EL LABORATORIO

Me he despertado tumbada en una camilla metida en una especie de cámara, me noto extraña, todo a mi alrededor me da la sensación como si hubiera encogido. Como si yo hubiera crecido.

Eso era imposible, al hablar también noté que mi voz había cambiado, si algo tenía claro era que ya no era una niña. Otra cosa que note fue que mi poder también había aumentado, llevaba un rato notando como una presencia que se me hacía conocida.

Decidí concentrarme, entonces me di cuenta era Drusila. Todos me estaban buscando, me concentré con la esperanza que fuera suficiente para que Drusila viera donde me tenían retenida.

Le intenté enviar todas las imágenes que me venían a la cabeza desde que me bajaron del coche hasta que me ataron en esta camilla.

EN EL POBLADO

Escuchamos un grito ensordecedor de Drusila, todos corrimos para ver como se encontraba, estaba tumbada en el suelo exhausta. Decía que la había encontrado, que tenía el nombre del laboratorio donde tenían retenida a Lisa.

• ¿Cómo es posible Drusila?

• Llevo dos días intentando contactar con ella Astrid, algo a pasado porque ahora el poder de Lisa es mayor.

• ¡Tal vez él vació se haya apoderado de su cuerpo!

• No, lo habría notado.

• Bueno, ya tenemos su ubicación, vayamos a rescatar a nuestra niña.

Todos nos armamos hasta los dientes, no vi duda en el rostro de ninguno, todos y cada uno de ellos sabía que tenía que hacer y como hacerlo. Nos montamos en el todoterreno y fuimos a coger el avión. Lisa estaba en un laboratorio que se encontraba en Suiza, una vez teniendo el nombre encontrarlo fue pan comido.

Durante el trayecto en avión todos fuimos en silencio, sabíamos que esta vez nos esperaba el ejército del vacío y tendríamos que luchar con uñas y dientes para poder recuperarla.

EN EL LABORATORIO

Ya vienen, es hora de apoderarme de este cuerpo para darles la bienvenida que se merecen, una vez en su cuerpo nada podrá detenerme. Mataré a las únicas ocho personas que pueden hacerme frente, después empezaré la conquista (riéndose).

EN EL AVIÓN

Me abrí la muñeca y empecé a cubrir el filo de todas las armas con mi sangre, Carla y Argent hicieron lo propio con su veneno de hombre lobo. Estábamos listos para la batalla que se avecinaba.

Lo único que deseábamos todos es en tener a Lisa de vuelta, ella dio fuerzas a Carla en su peor momento, fue ella la que le dio fuerzas para no rendirse y gracias a eso la tengo otra vez en mis brazos.

Estábamos a punto de aterrizar en suiza, después bajaríamos el todoterreno del avión y nos pondríamos en marcha hacia el laboratorio. Ese laboratorio se encontraba a las afueras de la ciudad, era bueno porque podríamos luchar sin preocuparnos de que humanos inocentes perdieran la vida.

Por otra parte, era campo abierto y no tendríamos donde escondernos de ser superados por los acólitos del vacío. Una vez que aterrizamos, ese era el mejor momento de montarse en un avión. Tocar el suelo con los pies después de bajar de ese trasto infernal, tengo que reconocer que nos viene bien y nos permite movernos de un lugar a otro en menos tiempo, pero me sigue dando mala espina.

No tardamos mucho en llegar a nuestro destino, el recinto estaba rodeado de gruesos muros y tenía una puerta de gruesos barrotes, Diana miro a su alrededor y escogió una pequeña montaña, desde allí podría cubridnos nuestras espaldas con sus flechas.

Argent se quedó con ella para protegerla, tarde o temprano llegarían a donde están ellos, solo esperaba haber sido capaces de diezmar a sus guerreros. Drusila con la ayuda de Amargan hicieron trizas la puerta, al asomarnos vimos un pequeño ejército que nos estaba esperando.

Se empezaron a mover y nosotros hicimos lo mismo, los hechizos de protección de Drusila eran muy útiles. Esta vez no atacaron los brujos, se quedaron guardando el laboratorio. Fueron los humanos mejorados lo que lo hicieron. El campo de batalla se empezó a llenar de cuerpos, cada vez que cortabas uno otro ocupaba su puesto.

Diana nos fue habiendo un paso con sus certeros disparos con su arco, como temíamos, algunos humanos subieron a esa colina para dar caza a mi hermana y a Argent, este último los mantenía a raya mientras que Diana seguía disparando.

No podíamos avanzar, eran demasiados, una fuerte sensación de frustración empezó a invadir mi cuerpo, estábamos tan cerca. De repente las puertas de ese laboratorio se abrieron y de ella emergió una chica de unos veinte años, todos nos quedamos mirándola. Su cara se nos hacía conocida, hasta que nos dimos cuenta de que era Lisa.

Le habían hecho algo para acelerar su crecimiento, pero lo peor fue que él vació consiguió apoderarse su cuerpo. De repente Lisa empezó a gritar y arrodillada se empezó a agarrar la cabeza, unos glifos empezaron a aparecer por todo su cuerpo brillando como si fueran el mismísimo fuego.

El hechizo de Drusila había hecho efecto y él vació tubo que salir de ese cuerpo que se había convertido en veneno para él. Drusila se acercó a Lisa, ante ella tenía a toda una mujercita de un metro setenta centímetros, con el cabello castaño hasta los hombros y unos preciosos ojos verdes.

Le tendió la mano y entonces Drusila dijo algo.

• Estas lista, repite conmigo.

Las dos se cogieron de la mano y dijeron un hechizo ofensivo cuyo nombre era effera flammis, una llama tan caliente como el sol atravesó el campo de batalla incinerando todo lo que encontraba a su paso excepto a nosotros. La batalla había terminado, todos nos acercamos donde Lisa, esta al principio estaba nerviosa temerosa de que la rechazaríamos, pero cuando vio que todos la abrazábamos llorando de alegría se relajó y volvió a ser la misma de siempre. Lo único que podíamos lamentar es que él vació se nos había vuelto a escapar.

Drusila y Lisa se quedaron mirando la una a la otra, entre esas dos estaba empezando a nacer algo muy especial.

Continuara.

effera flammis – Llamas infernales traducido del latín