Amor eterno

Esta es la historia de Astrid y Carla

Amor eterno

Mi nombre es Astrid y tengo más de dos mil años, provengo de la familia vampírica más poderosa y temida durante milenios. Fui condenada a ser desecada por toda la eternidad, Mi crimen fue enamorarme de la heredera del clan más poderoso y temido de los licántropos.

Su nombre es Carla y era una mujer loba alfa, su rugido era tan fuerte y aterrador que incluso los hombres lobo más recios hincaban la rodilla ante su presencia. Yo no la temía, la primera vez que la tuve delante y me rugió, me moje entera.

Mantuvimos una relación por más de un siglo, pero un descuido nos descubrió ante nuestras familias. Decidí llevarme yo todas las culpas, en mi familia el castigo es que te desequen para toda la eternidad, pero sigues con vida. En el clan de Carla sin embargo la pena es la muerte.

Lo bueno es que en mi caso nunca estás condenado para toda la eternidad, puesto que alguien puede despertarte por error o necesidad y en esta ocasión fue por la segunda. El que me despertó fue Amargan, un druida y mentor, si me despertó es que las cosas estaban realmente mal.

• ¿Qué ha ocurrido Amargan?

• Es Carla está en problemas, ¿sigues amándola?

• Yo amare a Carla por toda la eternidad, ¡me has entendido!

• Necesita tu ayuda.

• Explícame lo que ha ocurrido mientras me recupero.

• Ha nacido una niña híbrida entre licántropo y vampiro, todos quieren exterminarla y Carla ha decidido protegerla.

• ¿Estas de nuestra parte Amargan?

• Sabes que sí, he venido por pedido de Carla, te echa mucho de menos.

• Yo a ella también, ¿cómo está?

• Mal, desde que te desecaron ha sido una alma en pena, más de una vez he tenido que detenerla de intentar despertarte. De no hacerlo la habrían ajusticiado.

• ¿Cuánto he estado desecada?

• Quinientos años.

• Bien, ¿dónde está el amor de mi vida?

• Esta en esta dirección, es un sitio seguro, pero la busca demasiada gente.

• Llévate esta mochila, en ella te he metido más Bolsas de Sangre.

Amargan se despidió de mí dejándome unos ropajes extraños y una cosa llamada móvil. Cuando me desecaron era el mil quinientos y ahora estábamos en el dos mil veintiuno, me puse la ropa, según me dijo Amargan eran unos vaqueros, una camiseta, unas botas y una cazadora de cuero.

Para tener más de dos mil años me conservaba como una chica de unos veintidós, mi cabello era rubio y mis ojos color miel, al crearme fui elegida por el más fuerte de la familia y me hizo beber la sangre de los mejores guerreros de esta. Con más de dos mil años mi fuerza esta muy por encima de cualquier miembro de mi familia, pero si todos se juntaran estaría perdida.

Carla es como yo, fue concebida cruzando el hombre lobo y mujer loba más poderosos. Ella también es la más fuerte de su clan, si hubiéramos luchado juntas habríamos vencido. Yo no siento simpatía por ningún miembro de mi familia, para ellos soy un arma y yo me cansé de ser utilizada por ellos, Carla sin embargo quiere a su clan.

Cuando salí de la cripta familiar, me di cuenta de que la mansión estaba destruida, me metí dentro de las ruinas en busca de armas, encontré lo que buscaba mi espada. Esta espada estaba forjada en una aleación indestructible bañada en plata. La plata era letal para los hombres lobo y tenía una ranura donde podía almacenar el veneno de hombre lobo de Carla. Ese veneno era letal para cualquier vampiro, ni yo podría resistirlo por mucho tiempo.

Mande forjar dos espadas gemelas, una para mí y otra para Carla, esperaba que la siguiera teniendo, salí de la casa y me monte en un artilugio llamado moto. Por suerte era vampiro y no podía morir, de todas formas me preguntaba que le abría ocurrido a mi familia. Si el enemigo que teníamos que enfrentar los había matado a todos sería un enemigo realmente terrible.

El móvil empezó a hacer sonidos extraños, lo cogí y salió una foto de Carla. Estaba preciosa, toque el botón verde de la pantalla y empezó a salir la voz de Carla de ese chisme. Que brujería era esta.

• ¿Astrid eres tú de verdad?

• Si soy yo mi amor, ¿cómo estás?

• Ahora bien que sé que voy a volver a tenerte entre mis brazos.

• ¡Donde estás Carla, voy a buscarte!

• No, espérame en la mansión de tu familia, han dado con el escondite.

• ¿Estás bien?

• Si Astrid, esta niña me ha salvado la vida.

• ¿Cuánto vas a tardar?

• Ya estoy llegando.

De repente vi dos luces que se acercaban a mí, Carla bajo con la niña de un carro extraño, se movía sin necesidad de que unos caballos tirasen de él. Cuando nuestros ojos se juntaron no pudimos contener las lágrimas y corrimos a abrazarnos, mire a los ojos de mi querida licántropa, eran de un azul como el mar. Cuando utilizaba sus poderes cogían un tono dorado y su esclerótica se volvía de un color negro intenso.

Los míos se volvían de un color rojo intenso cuando utilizaba todo mi poder y fuerza, nos besamos como si no hubiera un mañana.

• ¡Qué guapa esta Carla!

• Tú también estás muy guapa Astrid.

• Lo siento mucho Astrid, tú pagaste por las dos.

• No me pidas disculpas, te dije que tarde o temprano volvería y aquí me tienes.

Carla se echó a llorar y yo la abracé con todas mis fuerzas que de momento estaban algo mermadas, pero con un poco más de sangre volvería a ser la de siempre.

• ¿Qué a ocurrida Carla?

Entonces entramos en las ruinas de mi antigua mansión, bajamos a la cripta y entonces me empezó a contar lo que había ocurrido en estos quinientos años que me había perdido.

Según Carla, después de que fuera condenada a ser desecada por toda la eternidad, su clan no se creía que yo la hubiera obligado con mis poderes, aunque supieran que mi poder vampírico era tan monstruosamente fuerte que podía obligar a un licántropo alfa.

Según ella las dos familias empezaron una guerra que duro cien años, la guerra fue tan cruenta que al final los humanos descubrieron la existencia de los licántropos y los vampiros. Las dos familias decidieron parar esa estéril guerra que ninguna familia ganaría pues sus fuerzas eran parejas, decidiendo unir fuerzas para solucionar el problema humano.

Durante los primeros trescientos años consiguieron contener a los humanos, obligándoles algunas veces y acabando con ellos en otras. Los humanos demostraron ser una especie fascinante, crearon un brebaje con el que contrarrestaban el control mental de los vampiros y de esa forma no les podían obligar.

Los humanos empezaron a crear armas efectivas contra las dos especies, armas bañadas en plata para los licántropos y veneno de hombre lobo que cogían de los licántropos que capturaban para matar vampiros. No todos los humanos eran inofensivos, entre ellos había brujos con un poder tremendo.

Estos dotaron a guerreros humanos bien entrenados de una fuerza y resistencia sobre humana para poder combatirnos, todos los clanes licántropos y familias vampíricas fueron exterminadas poco a poco hasta que solo quedaron nuestras dos familias.

Lobos y vampiros juntaron fuerzas y pudieron derrotar al enemigo, no sin mucho esfuerzo y grandes sacrificios. Los humanos no se dieron por vencidos y crearon un ente mágico llamado él vació. Su fuerza era superior a la de las dos familias. Carla dijo que el último en caer fue mi creador y padre, planto cara al vacío y consiguió herirlo.

Este viendo que un ser que consideraba inferior lo había herido entro en cólera y destruyo a mi padre haciéndolo arder hasta incinerarlo por completo. Su clan no tuvo un final mejor, solo sobrevivió ella, lo hizo porque sus padres la obligaron a huir mientras ellos se sacrificaban.

• ¿Entonces me estás diciendo que solo quedamos nosotras?

• No algunos vampiros se unieron a él.

• ¿Y Amargan?

• Nunca estuvo de acuerdo con lo que hicieron los brujos, él vació lo tiene totalmente aterrorizado. Según él los brujos han creado un ser que jamás podrán controlar.

• ¿Y esta niña?

• Él vació se apodera de un cuerpo cuando quiere exterminar a alguien y devorar su poder, los humanos son cuerpos muy frágiles y los consume demasiado fácil.

• Ya entiendo, no la buscan para destruirla, sino para que él vació pueda apoderarse de su cuerpo, ¿me equivoco?

• No te equivocas, no todos los humanos estaban contra nosotros, muchos estaban contra él vació y por eso pude escapar con esta niña.

• Es un trihídrido.

• ¿Qué es eso?

• Esta niña fue creada con los tres atributos, vampiro, licántropo y brujo.

• Ya veo, de esta forma tendrá un cuerpo inmortal, capaz de curarse al instante y con una fuerza monstruosa, ¡estamos apañadas!

La niña estaba agotada, no toda la mansión estaba en ruinas. Mi habitación estaba intacta, me hice mi habitación en el sótano porque no me fiaba de mis familiares. Mis muros eran más gruesos y mi puerta más resistente, acostamos a la niña y nosotras nos fuimos a dar una ducha.

Carla se empezó a desnudar tenía el mismo cuerpo que recordaba, pero tenía cicatrices, como era posible. Su factor de curación era similar al mío, entonces se dio la vuelta y no pude evitar dar un suspiro y mojarme al instante.

Cuantas noches metida en ese ataúd, soñaba con volver a ver y tocar ese cuerpo perfecto, Carla tenía un cuerpo muy bonito con unos pechos de tamaño medio con unos pezones oscuros y grandes. Un coño peludo pero bien recortado de un precioso pelo negro como la noche.

Note que estaba brillante de la humedad, me acerque a ella y pose mi mano sobre él, enseguida empecé a notar como mi mano se bañaba en sus flujos. Lleve esa mano a mi nariz, un vampiro al igual que un licántropo tiene los sentidos muy agudos. Oler la mano impregnada del olor íntimo de la mujer que amas es una sensación indescriptible.

Solté un suspiro, no pude evitar meter mi mano y empezar a masturbar el mío. Carla empezó a desnudarme, mi cuerpo todavía no estaba en su mejor momento. Carla me miro y se mordió el labio, señal de que estaba muy caliente, acto seguido empezamos a besarnos. El agua caliente de la ducha nos cubría a las dos, se pegó de espaldas a la pared y abrió sus piernas.

Me agache y metí mi cabeza entre ellas, volver a sentir como recorría su coño con mi lengua fue cuando me volví a sentir viva otra vez, ese ataúd no me seguía ahogando era libre gracias al amor de Carla.

Carla empujaba mi cabeza con fuerza contra su coño, levante la mirada y lo pude ver. Disfrutaba como si en estos quinientos años no hubiera disfumado del sexo, me esforzaría en darle el mayor placer posible. No tardo en correrse, me fui levantando poco a poco, pasando la lengua por su estómago hasta llegar a esos preciosos pechos.

Mordí uno de los pezones sacando un pequeño quejido de lo más hondo de Carla, después me dispuse a chupárselos hasta desencajarme la mandíbula. Termine mi recorrido besándole, compartiendo su propio sabor con ella.

Llego mi turno, empecé a temblar de la emoción, por fin después de estos quinientos años volvería a sentir el placer verdadero otra vez, me tumbé en el suelo, cuando sentí la lengua de mi amor juguetear con mi clítoris pensé que me correría en ese mismo instante. Descargas de placer recorrían toda mi espalda hasta llegar a mi cerebro, de mi boca salían gemidos y los gritos los amortiguaba con la mano para no despertar a la niña.

Carla consiguió arrancarme un orgasmo como no lo había tenido en siglos, después fue escalando hasta llegar a mi boca. Terminamos sentándonos la una delante de la otra y cruzando nuestras piernas, haciendo una tijera mientras jadeábamos mirándonos la una a la otra a los ojos, los suyos mandaban el mismo mensaje que los míos. Lo mucho que nos seguíamos amando.

Después del segundo orgasmo nos quedamos tumbadas la una encima de la otra, dándonos caricias.

• ¿Cómo es posible que tengas tantas cicatrices?

• Los humanos han creado armas capaces de herirnos profundamente.

• Lo siento mucho Carla.

• No lo sientas, mientras tú cumplías condena yo he sido libre.

• No te castigues por eso, lo hice y lo volvería a hacer.

• ¡No es justo, Astrid!

• ¡Lo que no era justo es que te cortaran la cabeza!

Carla empezó a llorar y se abrazó a mí, yo la abrace y también llore. Me hago la fuerte, pero fue un verdadero infierno, sobre todo al principio. Lo escuchaba todo, traían humanos a casa para que escuchara su corazón y termine escuchando como corría la sangre por sus venas.

El hambre era tan grande que pensé que perdería la cordura, después me fui desecando poco a poco, hasta que me volví una momia. Después solo tuve que lidiar con mis pensamientos y mis sueños, fueron estos los que me salvaron y en ellos aparecía mi licántropa preferida.

Carla me daba la paz, mi sed de venganza estaba apuntando hacia otro sitio, mi puta familia. Ellos podían saltarse sus reglas cuando querían solo por placer, yo me enamore y fui castigada por ello.

Cuando me desperté y me entere de que toda mi familia había sido destruida tuve varios sentimientos, Una de alegría y otro de decepción. Era yo la que quería dar su merecido a mi familia, entonces mire a carla y le hice la pregunta.

• Toda mi familia fue destruida o escapo alguien.

• No toda, algunos decidieron ser acólitos del vacío, a cambio de seguir viviendo.

• ¡Qué decepción!

• Me alegré qué tú estuvieras desecada, sabía que te hubieras enfrentado a ese ser sin pensarlo, te hubiera perdido.

• ¿Tan fuerte es?

• No pude ni tocarle, de que crees que tengo tantas cicatrices.

• ¡Tienes miedo, tú nunca has temido a nada!

• Ya me comentarás lo que sientes tú cuando compruebes el poder de esa cosa.

• ¿Tienes idea de cómo destruirlo?

• Amargan se está encargando de descubrir como matarlo.

• ¿Y nosotras que aremos?

• Proteger a esta niña e impedir que él vació se apodere de su cuerpo.

• Como han podido crear semejante monstruosidad.

• Cuando descubrieron nuestra existencia se llenaron de miedo y prejuicios, nos temían y decidieron destruirnos.

• Ya y terminaron creando algo que nos destruirá a nosotros primero y después a ellos.

La niña empezó a gritar tenía una pesadilla, no quiero ni pensar en lo que habrá tenido que ver, además de sufrir. Convirtieron su cuerpo con la ayuda de la magia, es una niña muy fuerte. Otro cualquiera se habría vuelto loco incluyendo a vampiros y licántropos.

Carla fue a prepararle algo para comer y yo fui a presentarme como era debido.

• ¿Hola pequeña estas despierta?

• Sí.

• ¿Me llamo Astrid y tú?

• Yo me llamo Lisa.

• ¿Tienes miedo Lisa?

• Sí.

• Pues no lo tengas, Carla y yo no permitiremos que te hagan daño.

• Lo sé, me ha hablado mucho de ti.

• Espero que te haya contado cosas buenas.

La chiquilla Asintió con la cabeza y sonrió por primera vez, en la mesilla de noche había un cuento, lo cogí y me senté en la cama al lado de Lisa. Pase mi brazo por detrás de ella y le empecé a leer el cuento.

Mientras se lo leía me puse a pensar que clase de monstruo le podría hacer algo semejante a una niña tan pequeña, los niños solo tendrían que preocuparse de jugar y ser felices. Para eso estamos los adultos para solucionar todos sus problemas.

Carla nos llamó, ayude a la pequeña a vestirse y nos dirigimos a que comiera algo, yo tenía preparada otra bolsa de sangre, quinientos años sin comer nada te deja un agujero grande en el estómago, Cuando llegamos a la cocina Carla se estaba preparando algo para ella. Cenamos mientras contábamos cosas y por lo menos nos distraemos por un rato.

A MILES DE KILÓMETROS

• Señor el vampiro ha despertado

• Lo sé, puedo notarlo.

• Esta usted muy contento, ¿se puede saber por qué?

• La loba y la vampira son las mejores armas de su especie, sé que serán una buena diversión.

• Tengo entendido que esa vampira es más fuerte que los miembros de su familia.

• ¿Este seguro acólito?

• Si es mucho más fuerte que aquel vampiro que consiguió herirle.

• Muy bien él desafió esta servido, ha llegado la hora de ver que especie es más fuerte.

Continuará.