Amor entre rejas (7)

Terminamos haciendo el amor dos veces, es increíble la energía que tiene y es increíble lo bien que la paso con él. La parte que más me gusta es la de después de tener sexo. Estamos acostado en la cama de una prisión que huele horrible, pero el estar abrazados y completamente desnudos opaca todo eso.

CAPITULO 7

Pvo Kevin

Después de haberlos dejado encerrados en mi celda, empecé a caminar junto a Tomás sin rumbo fijo, debí haber pensado bien las cosas, por qué no sé cuánto tiempo van a estar ellos ahí adentro, y no sé qué voy a hacer yo en ese tiempo. Pero veo que a Tomás eso no le importa ya que me está guiando por caminos que no conozco.

Está adelante mío caminando, me limito solo a seguirlo por estos oscuros pasillos en los que nunca había estado, a medida que avanzamos las puertas de las celdas se vuelve más robustas y ya no hay ventanas para ver a dentro de estás. Creo que estas son las celdas dónde aíslan a los presos más peligrosos, estoy empezando a asustarme bastante.

Se detiene en una celda y abre una puerta que es muy pesada, dentro hay una cama y un inodoro, más un lavamanos. El olor que se puede percibir no es muy bueno, y realmente no quiero entrar ahí, al ver mi negativa me toma del brazo y me mete a la fuerza.

Una vez dentro el entra y cierra la puerta, pone su vista en mí y saca su porra y con una sonrisa en los labios dice.

-        Acabas de ser un niño muy malo, dejando encerrado a tus amigos en tu celda.

-        Por favor, no me hagas nada.

-        Me pediste un favor y ahora debo cobrármelo y haz sido un niño muy malo.

-        Puedo pagarte de otra forma, darte ración doble en la cafetería o puedo lavarte tu ropa sucia.

-        Oh. Quieres mi ropa sucia... que cochino que eres… me gustas.

Sin dejarme hablar se lanza encima de mí y comienza a besarme, obviamente no me resisto, ya que desde que estoy aquí lo único que me hace olvidar todo lo que me rodea, son sus besos y sus caricias.

Empieza a bajar por mi cuello y con un movimiento rápido me saca la parte de arriba de mi uniforme, se detiene y comienza a mirarme fijamente, recorriendo con su vista cada parte de mi torso desnudo, y acariciando con la yema de sus dedos mis pezones que se ponen duros con el tacto de él.

-        ¡Juro que nunca me cansaré de verte desnudo, eres el ser más lindo del mundo!

-        No me digas eso, sabes muy bien que es mentira hay chicos más indos que yo.

-        Otra vez vamos a tener esa discusión. Puede que haya otros chicos más lindos que tú, pero tú eres quien me gusta. Te lo he dicho mil veces.

-        No puedo darme el lujo de creerte y hacerme ilusiones cuando por las noches sales de este lugar, vas a tu casa y duermes en una hermosa cama. De tan solo pensar que no puedo dormir contigo y que debo pasar muchos años…

-        Pero saldrás y con eso me basta. además, puedo verte a diario, cuidar de ti y hacerte mío la cantidad de beses que quiera.

-        No es justo, estoy manchado y siempre lo estaré no sé qué haré cuando salga de aquí y no puedo obligarte a qué me esperes.

-        No me obligas a nada. Si estoy aquí es por qué quiero y si quiero esperarte es por qué es mi deseo. Te amo hoy y siempre.

-        ¿Cómo puedes amar a alguien como yo?, Alguien que cometió un delito y que está en prisión por eso.

-        Fue un delito menor, no mataste a nadie eres inofensivo.

-        No puedes….

-        Por favor calla, dejémonos llevar por el momento, no arruinemos esto, son pocos los momentos que podemos estar así.

-        Lo sé, pero esto es algo que debemos hablar y cuánto antes lo hablemos, será mejor para los dos.

-        Lo único que se es que te amo, y no cambiará eso por nada del mundo, además tenemos todo el tiempo del mundo para hablar, pero en este momento lo que menos quiero es hablar.

Empieza a besar mis tetillas antes que pueda decir algo más, sabe que ese es mi punto débil y es lo que más me gusta que me hagan. Aunque quiero parar me dejó llevar, se sienten también sus manos en mi cuerpo, se siente tan bien ser querido por alguien y creo que sí no fuera por él, mis días aquí serían un castigo.

Sus besos empezaron a recorrer todo mi cuerpo, en algunas partes con sus dientes dejaba pequeñas marcas que en unas horas desaparecerán, se siente también cuando lo hace, yo solo me dejó llevar, dejo que él tome el control de todo.

Sus besos, sus caricias tienen el poder de trasportarme a otro mundo y hacerme olvidar dónde estoy. Estuve con varios hombres, pero ninguno me había hecho sentir como él lo hace.

Se toma su tiempo para besar y morder cada parte de mi cuerpo, al principio eso me desesperaba, pero poco a poco me fue gustando que lo hiciera, él es distinto a todos los hombres con los que eh estado, prefiere hacerlo lento y suave, yo estoy acostumbrado a que sea todo rápido y doloroso, pero con Tom todo es distinto.

Incluso me ayudó a descubrir puntos sensibles que tengo en mi cuerpo, puntos dónde me toca y siento que voy a explotar, uno de esos es el que está besando en este momento, besando y mordiendo, mis tetillas.

Nunca me imaginé que un roce de sus labios o el simple toque de la llena de sus dedos en esa zona pudieran darme tanto placer. Y desde que lo descubrió se volvió su parte favorita de mi cuerpo, ya que constantemente está tocándome y provocandome innumerables reacciones.

Después de jugar con ellas baja dando besos hasta mi pene que lo introduce en su boca de una vez. De todas las personas con la que estuve ninguna se enfocó en darme placer, lo que ellos querían era ponerla, acabar y listo. Pero ahora tengo un hombre que lo único que quiere es darme placer, y está haciendo un excelente trabajo.

Una vez que mi pene está erecto y firme el me recuesta en la cama, se saca el pantalón y el bóxer, sin mucho preámbulo se sienta arriba mío, yo guío mi pene para que entre sin ningún problema, el disfruta mucho ser penetrado, me sorprendió mucho la primera vez que me lo pidió, jamás se me hubiera ocurrido penetrar a alguien, siempre creí que yo sería el pasivo, me gusta y más si es con él. Pero también descubrí que me gusta ser activo y penetrar a Tomás, no tiene un muy buen culo, pero es estrecho y eso es una sensación increíble que nunca había sentido.

Una vez que tengo toda mi pija dentro empiezo con movimientos fuertes, haciendo que el grite de placer, con mi mano busco su pene que se encuentra erecto y lo tomo  para empezar a masturbarlo, sé que le gusta que lo haga y por eso cada vez que puedo tocó su entrepierna para excitarlo, incluso cuando estamos en la cafetería o en algún lugar público, disimuladamente busco tocarlo, es una especie de juego que tenemos entre los dos.

Después de unos minutos, siento que voy a explotar, intento sacarlo de encima mío para no acabar a dentro, pero es inútil no solo por qué no tengo la fuerza para hacerlo sino por qué al darse cuenta de mi intención pone más resistencia y su agujero se cierra más atrapando mi pene y haciéndome acabar dentro.

No tarda mucho más en terminar el ensuciando me todo mí pecho, es asqueroso, pero me encanta sentir su esencia caliente en mí.

Saca mi pene de apoco de su trasero. Me abraza ensuciándose el también pero a ninguno de los dos nos importa, mientras me besa su mano recorre todo mi cuerpo hasta llegar a mis nalgas, con un hábil movimiento me da vuelta, besa mi espalda mientras baja hasta mi entrada y con su lengua empieza a humedecerla, la está preparando para penetrarme, sabe que no necesito tanta preparación por qué si de algo me ha servido tantos abusos fue que tengo una gran dilatación, pero a él le gusta pasar su lengua por mi entrada y a mí me encanta que lo haga, así que lo dejo.

Ya no aguanto más intento moverme.

-        ¿Qué sucede?

-        Necesito que me penetres ya.

-        Estás ansioso

-        Por favor.

-        ¿Qué quieres?

-        Tú pija.

-        ¿No te escuché que quieres?

Introduce un dedo, tiene unas manos muy grandes y un dedo si me causa gran dolor y placer a la vez.

-        ¡Pija, quiero tú pija!

Estoy rogando por qué me penetre ya que no aguanto más, mi pene nuevamente volvió a endurecer gracias a su lengua y dedos que juegan con mi entrada.

Empieza de apoco a penetrarme con su enorme pija, tengo el culo tan destruido que no me resulta difícil acostumbrarme a su invasión. Empieza con un movimiento suave pero rápidamente cambia a un movimiento más rápido, y mientras lo hace con su mano, busca mi pene para comenzar a masturbarlo, también empieza adarme varias nalgadas con la otra mano.

Siento que estoy a punto de acabar, no voy a aguantar más.

-        Estoy por acabar.

Me dice y empieza a sacar su pene, pero no sé lo permito, me muevo un poco para atrás evitando que salga, todo su semen cae dentro de mí.

Saca su pene me da vuelta y empieza a masturbarme sin desviar la vista de mí, al cabo de unos segundos vuelvo asacar más cantidad que la primera vez.

Nos rescatamos exhaustos los dos, me pasa una toalla húmeda, está es la cagada de estar en este lugar, ahora tengo que esperar para ir a bañarme y mientras espero voy a estar sucio. Por suerte Tom trajo unas toallitas húmedas para que pueda limpiarme y así poder estar más cómodo hasta que valla a las duchas.

Es increíble lo bien que me siento con este hombre, ojalá lo hubiese conocido antes, las cosas serían mucho más fáciles, no se lo dije, pero sueño saliendo de este lugar y que él esté esperando afuera para llevarme a su casa, y vivir felices para siempre, por fin encontré una razón para levantarme todos los días, él es la fuerza que necesito, la luz en la oscuridad.

Terminamos haciendo el amor dos veces, es increíble la energía que tiene y es increíble lo bien que la paso con él. La parte que más me gusta es la de después de tener sexo. Estamos acostado en la cama de una prisión que huele horrible, pero el estar abrazados y completamente desnudos opaca todo eso.

-        ¿En qué piensas?

-        En cómo debe de ser tu casa.

-        ¿Mi casa?, ¿Por qué?

-        Por qué quiero tener sexo en un lugar mucho mejor que este.

-        Nosotros no tenemos sexo, nosotros hacemos el amor. Es muy distinto.

-        En realidad, lo haces sentir muy especial y por eso te amo.

-        Yo también mi pequeño. Por qué no dormimos un rato

-        Pero no te dirán nada.

-        A esta parte nunca viene nadie y además mi servicio termino hace rato. Si me ven solo diré que estoy haciendo horas extras. Además, no puedes volver a tu celda hasta dentro de unas horas por lo que me cuentas tienen mucho de qué hablar.

-        Es cierto. Vamos a dormir un poco.

-        Te amo.

-        Te amo.

Nunca pensé que me pasaría algo así. Y menos en este lugar.

Desde chico me faltaron las muestras de cariño mis padres son dos empresarios famosos que me tuvieron a mí, pero fui algo no planeado, cuando nací ellos literalmente desaparecieron, a la semana de nacido se fueron a París a festejar que había nacido, el tema fue que a mí me dejaron en casa con una sirvienta, siempre estaba al cuidado de niñeras. Mis partes estuvieron ausente toda mi vida, cuando empecé a tener más conciencia de mis actos empecé a estudiar computación, nunca me faltó el dinero ya que mis padres me daban todo lo que les pedía con tal de que no los moleste, pero yo quería llamar su atención, quería que supieran de mí, así que decidí poner todo el conocimiento que tenía en práctica y empecé a robarles dinero de sus cuentas bancarias, si ya sé que robaba mi propio dinero, pero era para llamar la atención, al principio fueron sumas bajas pero al darme cuenta que no llamaba su atención empecé a sacarles más y más, ese dinero lo usaba para comprar cualquier tipo de cosas, cosas valiosas y obsten tosas que nunca les daba uso, se empezaron a acumular por la casa molestando mucho a los sirviente pero a mis padres parecía no importarles. Entonces decidí hacer algo más grande robarles dinero a varios de sus socios.

Fue la peor idea que pude haber tenido. A los tres años después de haberlo gastado todo lo que robe y yo ya habiendo cumplido la mayoría de edad, llego la policía en mi casa, mis padres estaban realmente furioso nunca los había visto de esa forma, me dijeron de todo, incluso me dijeron que me desheredarían y me enviarían un par de años a prisión. Nadie en su vida debería escuchar las cosas que mis padres me dijeron.

Cuando fue el juicio salió a la luz todo lo que había robado y mis padres casi quedan en la banca rota tratando de devolver todo y de pagar para que nada de esto saliera a la luz ya que eso sí sería su final.

Cuando entré a prisión recibí una carta diciendo que si algún día llegaba a salir no los buscará por qué para ellos estaba muerto.

No me condenaron muchos años, pero sabía que los días aquí no sería nada bonitos.

Soy una persona baja de estatura, un cuerpo con rasgos femeninos, tengo un par de tatuajes, me los hice para parecer más atemorizante pero no sirvió.

El primer día me agarraron entre varios en las duchas y me violaron, no tuve oportunidad de defenderme me tomaron como la puta de la prisión, todos los días iban a buscarme a mi celda para hacerme algo, golpearme cogerme o las dos cosas. Llegue a pensar que la mejor opción para mí y para que esta tortura terminará era quitarme la vida.

Mis padres me dejaron acá para que me muera, si algún día salía no tenía a donde ir ya que nadie me esperaría afuera y de tanto daño que ya me han hecho en el poco tiempo que llevo acá me asegura que, si no termino con mi vida yo mismo, alguien lo hará por mí.

Una tarde después de que uno de los presidarios me haga destrozado el orto y me abandonara en las duchas escurriendo semen y sangre por mi ano. fui hasta unas de las duchas, agarre varias toallas, las toallas de este lugar son tan finitas y desgastadas que parecen una soga cuando las envuelves bien, la pasé por un caño de agua que había a la vista, use una silla y puse la toalla sobre mi cuello. Pero no estaba seguro que iba a servir por lo tanto lo deje y salí corriendo a mi celda, antes de salir del baño me choque con un Guardia, era alto robusto y su rostro era muy serio, me miró con ganas de matarme, pero su expresión se suavizó casi al instante, me preguntó si necesitaba ayuda, le dije que no y Salí corriendo.

Al día siguiente mi día empezó igual de mal que siempre, aquí adentro hay un sistema que usan los guardias para tener calmados a los presos. Por la noche permiten que algún presidiario salga de su celda y vaya a otra para abusar sexualmente de quién se encuentre en ella; Lo permiten a cambio de que durante el día este tranquilo y no generen problemas, es un trato justo para ambos lados, los convictos sacian su sed de sexo y los policías tienen menos trabajo, el único que no sale beneficiado de esto soy yo ya que desde que llegué, todas las noches uno o dos entran en mi celda para usarme y no puedo defenderme, los guardias no hacen nada para evitarlo. En algunas ocasiones ellos mismos son espectadores.

Está noche no fue diferente y antes de que llamen a desayunar entraron dos más y me lastimaron mucho o peor de lo que fue el anterior, eso provoco que llegara tarde a desayunar.

Cuando llegue no había casi nadie y el lugar estaba hecho un asco, no sé por qué lo hice, la mayoría de las mañanas lo hago, me puse a acomodar las cosas un poco, creo que sí me quedo un poco de tiempo acá, no me harán nada. Estaba terminando de llevar las últimas bandejas cuando entra un guardia, mi cuerpo se tensó, inmediatamente pude darme cuenta que era el mismo que me topé cuando salí de baño.

-        Disculpa, tu eres Kevin. ¿No?

-        Si.

-        Genial. Te estaba buscando. ¿Quería saber cómo estabas?

-        ¿Por qué?

-        Ayer cuando fui al baño encontré varias toallas amarradas de una forma extraña, parecía que alguien se quería suicidar y me preocupé.

-        Me imagino, si muero ya no tendrán a una puta para los demás.

-        ¿Que?

-        Ya sabes a qué me refiero. Así que por favor déjame en paz.

-        Hey. No sé a qué te refieres, solo vine aquí para ver qué no cometas una locura. Mi nombre es tomas, soy nuevo aquí y si necesitas ayuda puedes pedírmela. Soy policía y los policías estamos para ayudarte.

-        Jaja. Que buen chiste.

-        Veo que tienes muchas heridas provocadas por alguien aquí dentro, de verdad, si necesitas ayuda dime, puedes confiar en mí.

-        Solo quiero que me dejes solo.

Y antes que pudiera decir algo más, dejo la bandeja que tenía en la mano y salgo del lugar, pero antes de salir veo un cuchillo sin filo y lo tomo sin pensarlo.

Salgo de ahí y voy a mi celda, intento tranquilizar mi corazón porque desde que tome el cuchillo está latiendo a mil por hora, tomo el cuchillo y empiezo a intentar afiliarlo con la pared del fondo de mi celda tratando de que nadie me viera, lo hago lo más rápido posible ya que en cualquier momento podrían venir por mí y no quiero volver a pasar otra vez por eso.

Después de un rato, cuando considero que el cuchillo tiene suficiente filo para hacer un corte, decido que ya es hora.

Voy a la cama, tomo asiento y pongo el cuchillo en una de mis muñecas.

No me voy a arrepentir, nadie me quiere, mis padres me abandonaron y seguramente esto les alegrará, estoy solo, no tengo nada que perder, mi existencia en este mundo es un error, yo soy un error, no quiero sufrir más, no quiero.

De tanta presión que hice, logro un corte, la sangre empieza a salir, me recuesto en la cama esperando que todo pase.

Desde que nací hasta el día de hoy mi vida fue un asco, por suerte hoy se termina todo. Por fin siento que me libero, por primera vez siento he tomado la mejor decisión de toda mi vida, padres lo siento… lo siento por haber nacido, ojalá sean felices porque a pesar de todo los quiero.

Cierro lentamente mis ojos. Ahora si estaré en paz.

(…)

Abro los ojos lentamente y un olor desagradable como los que se sienten en los hospitales me invade por completo, también siento un ruido insoportable. Tardo un poco más, pero me doy cuenta que estoy en una cama de hospital, conectado a algunos aparatos, ¿mi plan salió mal?, ¿mi intento de suicidio no funcionó?, Eso me enoja muchísimo. Miro para todos los lados y encuentro aquel guardia de seguridad en uno de los sofás medio dormido. Creo que se llama tomas.

Intento moverme, pero no puedo, tengo tantas cosas conectadas que no puedo moverme y para mí mala suerte el guardia despierta.

-        Hey, ¿qué crees que estás haciendo?

-        ¿Cómo llegué aquí?

-        Te encontré en tu celda medio moribundo y te traje aquí.

-        ¿Por qué lo hiciste? fue decisión mía, quería morir. Tú no sabes por el infierno que estoy pasando.

-        Primero cálmate por qué recién te despiertas y alterarte de esta forma puede ser malo. Y segundo ya te lo dije, estoy aquí para cuidarte y ayudarte, sé que te han hecho mucho daño y te utilizan para su desahogo sexual, se la corrupción que hay aquí adentro, por eso estoy aquí. Quiero ayudarte, por favor permíteme ayudarte y prometo hacer que tu vida sea menos tortuosa acá.

No pude decir nada más, no quiero convertirme en un topo, quiero morir, es tan difícil de entender, solo quiero tener paz y lo único que me la va a dar es la muerte.

-        Por favor vete.  Ya no hay nada que se pueda hacer.

Sin decir ni una palabra se marchó dejándome solo en la habitación, lo único que me queda es esperar y rezar por qué alguno de ellos acabe con mi patética vida, así estaré en paz.

Al día siguiente me llevaron a una nueva celda, no entiendo por qué el cambio, está parece estar más cerca del área de las oficinas de los policías de este lugar, aunque la verdad no me importa.

Al caer la noche yo seguía en la celda, en la misma posición que me dejaron está mañana. no me levanté y no salí bajo ningún contexto, solo estoy aquí esperando que alguien venga para aprovecharse de mí, cómo era de esperarse alrededor de las 2 de la mañana mi celda se abre entrando un policía y un convicto, hablan algo que no logro entender, yo solamente me acomodo boca bajo sacando un poco de culo para que no tuviera mucho problema para acceder y lo haga rápido, pero para mí sorpresa escucho fuertes gritos y golpes, incluso sentí un disparo, cosa que me asustó mucho.

Siento que alguien toca mi trasero suavemente, me acaricia y me tapa, se acerca a mi oído y me susurra “ahora todo estara bien” palmea mis nalgas y se va.

No sé qué fue lo que pasó, no dormí nada. A la mañana siguiente el policía “tomas” entra a mi celda con una taza de café y unas rosquillas.

-        Buen día. ¿Cómo estás?

-        ¿Que paso?

Me entrega la taza de café y se sienta en mi cama.

-        Te tengo que pedir disculpas por dos cosas. La primera. Hace mucho, sabemos que hay policías corruptos en esta prisión, que buscan mantener controlados a los reclutas más peligrosos, no importa de qué forma, habían llegado a un acuerdo entregándoles reclutas que no puedan defenderse. Obviamente cubrían bien sus huellas por lo tanto no podíamos encontrarlos fácilmente y los que eran abusados no querían hablar, llevo investigando esto por años, y si no hubiese Sido por ti todavía seguiría investigándolo. Te observo desde el primer día que llegaste, eres una persona muy femenina, pero a la vez masculina y no aparentas ser muy fuerte. La primera vez que te vi tenías mucho miedo y eso era vital para ellos ya que pueden controlarte atreves de eso. Intenté acercarme por si querías hablar, pero al ver tu negativa no tuve más opciones que seguirte y esperar que ellos actuaran, lo que no pensé es en el daño emocional que te hicieron sentir. No pensé que podrías llegar a pensar en quitarte la vida, fui un estúpido. Quería verte bien y te puse en peligro, debí insistir más en que me hablaras o debí acercarme desde un primer momento para evitar eso. Pero bueno, ya está hecho, ya pasó y gracias a qué me quedé haciendo guardia anoche con varios policías más, pude ver lo que estaba pasando y evitarlo. Los dos van a ser juzgados y serán enviados a otra prisión para que no te molesten más. No pude hacerlo antes por qué no tenía pruebas de eso, pero tú intento de suicidio me dio las pruebas que necesitaba para hablar con el comisario y me autorice este accionar

No podía articular palabra, ¿es verdad todo lo que está diciendo?, ¿es verdad voy a poder estar tranquilo?, De todas formas, de que me sirve.

-        Bueno debe ser mucho por procesar, descansa vendré más tarde a verte.

-        Dijiste que había dos cosas por la cual te tenías que disculpar. ¿cuál era la otra?

-        Eh... no te preocupes, no es nada importante.

-        Por favor dime.

-        Bueno… anoche después de que con el equipo logramos atrapar a los idiotas que te hacían daño, entre para ver cómo estabas, y… me da vergüenza decirlo… pero quiero que confíes en mí y para eso debo ser honesto hoy y siempre. Te encontré boca abajo con los pantalones bajos dejando a la vista tu trasero y debo admitir que tienes un lindo trasero… por antes de cubrirte con una frazada lo acaricie con la yema de mis dedos…. Sé que estuve mal y no debí hacerlo… es más ni siquiera te lo tuve que haber contado, pero desde el primer día que te vi provocaste algo en mí. Eres muy lindo. Y juro por lo más sagrado que tengo que no volveré a tocarte sin tu permiso.

No sabía que responder, por un lado, estaba aliviado de que todo haya terminado y por otro un poco asustado por lo que este policía pueda hacerme, si se atrevió a tocarme sin mi consentimiento quien sabe que más podrá hacerme, aunque estoy seguro que no será peor de lo que ya me hicieron, será mejor empezar ahora y no dejar pasar más tiempo.

Me pongo de pie delante de él, me doy vuelta y me bajo los pantalones, que pase lo que tenga que pasar.

El rápidamente se levanta y me sube los pantalones tan rápido como puede, me voltea y me toma de los brazos, podía ver en su mirada que había odio en ella.

-        Escúchame bien, jamás vuelvas a ser eso. A partir de hoy solo te bajarás los pantalones por qué tú lo decidiste, por qué así lo sientes. ¿Entendido?

Me limito a asentir con la cabeza. Me suelta y sale de la celda enojado.

Aun no entiendo, yo solo lo ofrecí lo que me pidió, no hizo todo esto sin tener algo a cambio, aquí adentro esa es la ley, si quieres algo tienes que dar algo de valor. Si no tienes nada entonces no eres nadie.

(…)

Los días pasaron, por suerte para mí las cosas mejoraron. Me enteré que lo que me dijo el policía es verdad, arrestaron a los oficiales que “vendían”, una forma de decirlo, a los reclusos. Los enviaron a otra prisión al igual que a los prisioneros que abusaron de mí.

La persona que se encarga de los comederos me pidió que sea oficialmente el encargado y la limpieza, eso es muy bueno, ya que me mantiene todo el día ocupado, lo cual me mantiene lejos de todos y así evitar que abusen de mí. O simplemente pasar desapercibido, así que tengo un nuevo ritmo aquí adentro, me levanto temprano, soy el primero en bañarme, voy a la cafetería y ayudo a preparar el café y lo que desayunan, Luego se lavan y secan esos utensilios, eso me lleva toda la mañana, por lo que cuando termino con eso ya tengo que preparar todo para el almuerzo, por suerte no cocino, solamente lavo, seco y acomodo, debes en cuando voy a la barra a servir la comida, sobre todo cuando son días especiales que hacen la comida favorita de la mayoría de aquí.

En mis tiempos libres que son pocos me la paso en mi celda leyendo los libros de acá, son una mierda no hay nada interesante, pero al menos sirven para despejarse un poco y por unos segundo olvidar dónde estoy.

Después que los reclutas terminan de merendar tengo que limpiar y lavar todo lo más rápido posible por qué los cocineros empieza a preparar la cena muy temprano, debo tener todo listo para cuando ellos lleguen, la cena es la comida más importante del día y la más complicada ya que una vez que terminan de comer tienen que ir a sus celdas lo antes posible, yo tengo permitido quedarme un poco más para poder Limpiar bien, siempre se queda un guardia conmigo para que cuando termine me lleve a mi celda, y es la casualidad que ese guardia es Tom. Las primeras veces intenta entablar alguna conversación conmigo, pero lo ignoro y el solo se limita a estar ahí parado viendo cómo limpio, paso una semana desde que atraparon a los policías corruptos y gracias a eso nadie me volvió a molestar ni a ver con otros ojos.

Tom ayudo a que ese calvario terminará, incluso sé que él me ofreció como ayudante de cocina. Y varios libros que llegaron a mi celda fueron enviados por él. Yo simplemente lo ignoro, jamás le di las gracias, incluso creo que esa noche lo insulte, será mejor hablar con él, además si no hablo con alguien acá dentro creo que podría llegar a perder la capacidad de hablar.

(…)

Es de noche, estoy limpiando las últimas mesas, hoy comieron pastas, parecen bebés ya que no solo ensucian sus platos, ensucian las mesas también. No me había dado cuenta, pero en una de las esquinas de este lugar en una mesa limpia estaba el leyendo unas hojas, parecen informes.

Voy a la cocina y preparo un café, una de las ventajas que tengo ahora que ayudo en la cocina, es la de poder acceder a esta cuando quiera. Me acerco lentamente a él, estoy un poco nervioso, pero debí hacerlo hace rato.

-        Ten, te prepare un café para que lo tomes mientras esperas que termine para llevarme a mi celda.

Obviamente lo sorprendí ya que se quedó medio en shock cuando le dejé el café en la mesa.

-        No te hubieses molestado, ahora tendrás una taza más para lavar.

-        Ja, una taza no hace la diferencia, además es en forma de agradecimiento y disculpa, eso sí, no pienses que lo haré todas las noches.

-        ¿Agradecimiento?, ¿Disculpa?, ¿Por qué?

-        Agradecimiento por los libros y por haberme ayudado a entrar a trabajar aquí. Me ayudó demasiado. También por haberte tratado tan mal estos días, tú me ayudaste mucho y yo fui un mal agradecido, disculpé.

-        No, no, no. no hace falta, estaba haciendo trabajo y entiendo perfectamente que te comportes de esa forma, después de todo lo que pasaste. Quiero que sepas que puedo ayudarte en lo que me pidas.

-        Está bien, lo tendré en cuenta.

Volví a mi trabajo ya que no quiero entablar una amistad con él, somos dos personas de dos mundos diferentes.

El camino a mi celda con el acompañándome se me hace diferente, me siento más libre y más cómodo.

Antes de irse me da un beso en el cachete rápidamente y sale de la celda dejándome un poco confundido, pero contento.

Está noche dormí muy bien, no pude borrar la hermosa sensación que sentí cuando me besó, aunque apenas apoyo sus labios en mi piel, se sintió muy bien.

Siempre supe que me gustaban los hombres, de hecho, estuve con muchos antes de entrar aquí, con algunos solamente era sexo y eran amigos de mis padres, lo hacía para enfurecerlos o para poder entrar en su casa para robarles información para sacarles dinero de sus cuentas bancarias.

Nunca vi a un hombre como algo más que eso. Pero este beso, este simple beso despertó muchas cosas en mí.

(…)

Ala mañana siguiente me desperté con mucha más energía. Limpie con muchas más ganas, solo tenía una cosa en la cabeza, llegar a la noche y prepararle otro café. Y así lo hice por las siguientes noches, el solamente me sonreía y me llevaba hasta mi celda dónde se despedía con un beso. Son pequeños detalles que me vuelven loco, incluso estoy pensando en avanzar un poco más. Pero no sé cómo, mil veces seduje hombres, no soy lindo, pero tengo rasgos femeninos que a otros hombres les encanta y él me dijo una vez que mi trasero le gustaba.

Aunque quiero seducirlo cuando lo veo todo lo que planee se me borra de la mente y no sé qué hacer, intente hablarle, pero no funciona, me quedo sin palabras, intente caminar de forma sexy delante de él, pero no me sale. No sé por qué antes no tenía ninguno de estos problemas, pero ahora siento que si me mira o dice algo me derrito, literalmente, desde hace unas semanas me di cuenta que es una persona muy bella a la vista y muy educada.

Aquí estoy otra vez yendo a llevar su café y temblando de nervios, le iba a decir algo, pero se me fue de la mente apenas entró y se sentó, parezco una quinceañera no sé qué hacer, por dios había olvidado lo patético que soy.

Dejo el café en la mesa, le sonrió y el me devuelve la sonrisa, esa sonrisa perfecta que tiene que por las noches no me deja de dormir. Estoy por volver a ser lo que estaba haciendo, cómo siempre me olvidé, pero una mano me detiene.

-        Espera te traje algo.

Me giro para verlo y en su mano tiene unos bombones de chocolate.

-        Feliz cumpleaños, asegúrate que nadie los vea, por qué los metí de contrabando

¿Mi cumpleaños?, ¿Era mi cumpleaños?, Son tantos los días que pasó aquí, que perdí la noción del tiempo, pero él lo recordó, no recuerdo cuando se lo dije, ¿se lo dije?

-        Pero… ¿cómo?...

-        Estudie tu ficha, sabía que hoy era tu cumpleaños. Kevin, me importas. No como los demás reclusos, no sé por qué, pero me importas y no me importa que solo me des un café o me dejes acompañarte hasta tu celda y no me dirijas la palabra, se por lo que pasaste y sé que no va a ser fácil aceptar que alguien solo quiera verte feliz. Porque eso quiero yo. Y voy a tomarme todo el tiempo del mundo, hasta que tus heridas sanen o hasta que yo muera.

Mis ojos se cristalizaron y antes que pudiera reaccionar ya lo estoy abrazando y juntando nuestros labios, sé que tengo mucho por hacer y que esto no es algo seguro, hay muchas variables aquí dentro y lo peor es que yo no sé si realmente quiero esto, pero es la primera vez que alguien me dice algo tan bonito y me hace sentir especial. Voy a vivirlo hasta donde pueda.

(…)

Después de esa noche una rutina nueva se instaló en mi vida, aparte de limpiar el comedor y prepararle un café a mi policía, ahora el empezó a llegar más temprano y empezamos a comprar conversar más, incluso cuando me lleva a mi celda se queda hablando conmigo, por suerte está celda está vacía ya que no tengo compañero y creo que él tiene algo que ver con todo esto.

Los besos en el cachete de mi rostro no dejaron de estar pero ahora también están los besos en mis labios y en mi cuello, varias veces intento llegar más lejos, pero no sé lo permití y el como el caballero que es lo ha respetado, pero hoy cuando cumplimos un mes de esta relación quiero llegar un poco más, una vez en la celda mientras me está besando lo frene de golpe, él se separa me besa la frente y empieza a caminar hacía la salida, pero lo detengo, no sé cómo hacer, así que simplemente me abrazo a él, lo abrazo muy fuerte, por qué eso es lo que necesito un abrazo, el responde ese abrazo con más o intensidad, es más grande que yo y sus músculos son el respaldo perfecto.

Deseo esto, deseo entregarme a él, pongo todas mis fuerzas para intentar moverlo, pero es inútil, él es muy, pero muy grande. Por suerte se dio cuenta lo que quería hacer y me empuja suavemente a la cama.

-        Eres preciso.

-        Soy normal tu eres enorme y lindo.

(…)

Recuerdo que esa noche lo hicimos por primera vez, y por primera vez me sentí querido, por primera vez mi vida tenía sentido.

Hoy después de casi un año de esta extraña relación me siento muy dichoso, algunos guardias ya saben lo nuestro y lo apoyan, no del todo, pero lo apoyan, yo sigo siendo el chico tímido que se la pasa todo el día dentro de la cocina y el un policía con un rango alto aquí dentro. ¿Amor?... Sí, creo que sí. Pero mientras esté aquí no sabré si realmente es amor o mi desesperación de aferrarme a algo para sentirme vivo. Pero no quiero descubrirlo solo quiero que pase el tiempo.

CONTINUARA……..

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CREDITOS:

IDEA ORIGINAL

DAVID213 – jesushoyos213 (PERFIL DE INSTAGRAM)

ESCRITO POR

Maxi.schmidt1 (PERFIL DE INSTAGRAM)