Amor Entre Mujeres (5)

"...Mordió el labio inferior de la rubia y lo acarició en el borde con su lengua interminablemente, hasta cansarse..."

Caminan lento y mirando hacia el río, en silencio otra vez…

_ ¿Sería también muy pronto si te quisiera agarrar la mano?-preguntó Melissa, miedosa ante la respuesta.

_ ¿Por qué?

_ Porque con eso de que nos estamos conociendo y que no es una cita, así que técnicamente no tenemos nada…

_ Me refiero a por qué querés agarrarme la mano, al resto ya lo sé-dice Carla.

_ No sé, me hacés sentir bien y…-suspiró enrojeciendo levemente-quiero sentirte…quiero saber que te pasa lo mismo…

Carla dejó de caminar y Melissa también.

_ Ya deberías haberte dado cuenta bobita-fue la respuesta de la morocha-me pasa mucho-le dio un besito suave en el cachete y le agarró la mano sin enlazar sus dedos, así como iban estaban bien, y eso que recién estaban conociéndose…


CAP 5

Después de haber estado un buen rato mirando el río y hablando de la hermosa noche de octubre, Carla finalmente le preguntó a Melissa por su madre y su evolución en la clínica los días anteriores.

_ Ayer se le dio el alta-contestó la rubia-después de tu visita se alteró mucho, pero la sedamos y el resto de la semana la pasó tranquila. El doctor Cabrera, que es quien la atendió, la derivó a un especialista cardíaco para que continúe en revisión y estudios.

_ Ah…gracias…

_ Debería dejar de fumar, el cigarrillo la perjudica mucho y a la larga no sólo estará afectado su corazón sino también los pulmones.

_ Sí…bueno, yo no podré decirle mucho que digamos-medio sonrió Carla.

_ Ay sí, perdón de verdad, no me di cuenta-se disculpó Melissa haciendo una mueca graciosa.

_ No hay problema, es de ella la decisión y supongo que sabrá qué hacer.

Volvieron lentamente adonde estaba estacionado el auto para ir hasta el boliche que había dicho Melissa. Sonó el celular de la enfermera.

_ Hola corazón-atendió.

_ …….

_ Sí ¿por?-su expresión era de intriga.

_ …….

_ Marcos-suspiró con una leve sonrisa-les dije que no podía.

_ …….

_ Con una amiga.

_ ……

_ En el nuevo de la costanera ¿van a venir?

_ …….

_ Ay bobo, cómo me voy a enojar, dale vengan, nosotras en un ratito entramos.

_ …….

_ Yo también-rió y cortó.

Carla ya había arrancado el auto y se concentraba en el camino. Melissa tardó un rato en hablarle.

_ Unos amigos van a ir al boliche, espero que no te moleste.

_ Por supuesto que no Melissa-una sola vez la había llamado Meli pero ya no se atrevía a ser tan confianzuda-estás en tu derecho de invitar a quien quieras, no pretendo acaparar tu atención todo el tiempo-sonrió.

_ En realidad no los invité, se me invitaron solitos y ya…te van a caer bien, son del trabajo.

_ Seguro que sí.

“¿Y si lo que dijo su madre es cierto? ¿Si en realidad tiene algo con un chico y me ha estado paveando toda la noche?”-pensaba-“se suponía que esto era una cita antes de que yo le dijese que no era así, por lo que esta noche se hubiese convertido en un desastre.”

_ ¿Tenés muchos amigos en el trabajo entonces?

_ No, tengo muchos compañeros, pero amigos solamente los que van a venir. Te van a caer re bien, son divertidos.

_ Uno se llama Marcos…-murmuró Carla evitando mirarla y doblando muy cuidadosa para estacionar.

_ Sí, Marcos, el soltero del grupo…-hizo una pausa y la morocha, creyendo que no iba decir nada más, esta vez sí la miró con cara de: ¿el único soltero?-y yo también, obviamente…-concluyó.

_ Conque no te quieras emparejar con él…-lo dijo en un tono medio divertido, pero que escondía seriedad de fondo.

_ ¿Por qué me lo decís? No tengo nada con Marcos; deberías darte cuenta, porque estoy con vos, es un chico buena onda al que quiero-Melissa la miraba con determinación.

_ Soy muy habladora a veces, y digo cosas que no debería, disculpáme-dijo Carla un poquito enojada, pero sin dejar ver unos pequeñitos celos.

_ Sos muy linda cuando averiguás cosas de mí, eso me hace creer que te estoy importando, y que me  preguntes por Marcos y nuestra relación me hace creer muchas más cosas-susurró la rubia tomándole una mano.

_ Podés creer todo lo que quieras-Carla apretó la mano y le dio un beso en la palma.

Ya habían llegado al boliche, eran las dos y media de la mañana y ya había bastante gente. Entraron y dieron unas vueltas observando el ambiente. Se sentaron cerca de la barra, muy juntas.

_ ¿Tus amigos todavía no están?-preguntó Carla.

_ No, ahora les mando un texto para saber dónde andan-Melissa se puso a escribir y en un santiamén ya lo había hecho. Carla no había podido parar de mirarla.

_ ¿Sos de salir mucho a los boliches?

_ Cuando tengo ganas, que es no muy seguido-sonrió la rubia-el trabajo por ahí no me deja tiempo para otra cosa, pero los chicos me invitan siempre y trato de seguirles la corriente ¿y vos?

_ A veces también…-si le decía que salía a los exclusivos para gays, quizás no lo agarrase muy bien.

_ ¿Y tenés amigos en el trabajo como yo? ¿O sos menos social?

_ No.

_ ¿No qué?

_ No mezclo la amistad con el trabajo.

_ Eso no es algo malo…hace bien de vez en cuando, ¿con quién almorzás o tomás un café?

_ Con mi trabajo-contestó como respuesta obvia.

_ Trabajadora compulsiva, hace mal a la salud, te va dar algo uno de estos días.

_ No creo…-rió bajito.

_ Me das puras respuestas vagas-Melissa le tomó el mentón y la miró a los ojos fijamente-ey ¿no te sentís cómoda o qué?

_ No, pasa que me desconcentrás muy fácil-Carla se acercó más-¡y me tentás mucho también!-pudo notar bastante nerviosismo en la otra-y aunque la idea es ir lento, no puedo dejar de mirar tu boca y querer saber si es tan rica como parece-le sonrió sensual.

_ Ehhhh-Melissa miró para todos lados esperando que nadie las estuviese viendo, y mucho menos sus amigos-jaja creo que vamos a dar un espectáculo si me besás frente a todos los hetero que nos rodean-fue lo único que se le ocurrió.

_ ¿Eso es lo que de verdad te importa o no querés que te bese?-la morocha estaba ahora seria. Tal vez eran las dos cosas.

_ ¿Lo harías?

_ ¡No! No acostumbro besar mujeres a la fuerza-fue su respuesta y se alejó de ella-voy al baño-evitó mirarla a los ojos y se fue, perdiéndose enseguida de su vista.

Carla se lavó la cara, se acomodó el cabello y maquillaje, y esperó un rato antes de volver con la rubia. Vio desde la puerta que hablaba con varios chicos.

“¿En qué me estoy metiendo? Ahora llego y seguro la encuentro abrazada al tal Marcos, o peor, besándola; ¡idiota que soy! Si no soporta ni que me le acerque para besarla, lo único que quiere es experimentar y después, si te he visto no me acuerdo…

Inhaló oxígeno con confianza y fue hasta donde estaba Melissa y sus “amigos del trabajo”.

_ Chicos, ella es Carla-los presentó-Carla, ellos son Marcos (rubio, un poco alto, pero normal), Claudia (castañita y bajita, con lindo cuerpo según pudo apreciar la abogada, que no estaba ciega) y Mariano (castaño también, capaz que en algún tiempo libre hacía ejercicio, porque tenía los músculos marcaditos).

Les dio un beso a todos, y se enteró que Claudia y Mariano llevaban cinco años de relación, que a su ver, era mucho aguante.

_ ¿Qué tomamos?-preguntó Marcos-Invito los primeros tragos.

_ Daykiri de frutilla-respondió Carla.

_ Yo también-dijo Melissa.

_ Cerveza-Claudia y Mariano.

Marcos se alejó un poquito nomás, porque estaban cerca de la barra.

_ ¿Me perdonás por lo de hoy?-la enfermera sonaba sincera-Carla, yo…yo no estoy jugando si es lo que pensás…vos me atraes, me gustás-le hablaba bajito, sólo para ella-y no es que no quiera avanzar en esto…

_ ¿Qué cuchichean?-Mariano se les sumó.

Carla lo asesinó mentalmente, en lo mejor de lo mejor, las venía a interrumpir el metrosexual este.

_ Cosas de chicas, seguí con lo tuyo-contestó Melissa, osea que se la siguiera comiendo a Claudia frente a todo el boliche.

Y para completarla, Marcos con los tragos, que repartió según lo que cada uno había pedido.

_ ¿Y hace mucho que se conocen?-casi gritó, más curioso que una mujer, y recién empezaba las averiguaciones.

_ No, hace poco en realidad-dijo Melissa.

_ Ah, ¿y a qué te dedicás Carla? ¿Sos enfermera en algún hospital?-lo preguntó con un poco de burla, porque según él, una clínica era mucho mejor que un hospital.

_ No, no soy enfermera ¿me ves cara de serlo?

_ Tenés una cara hermosa, de eso no hay duda, pero no sé si de enfermera-y ahí ya empezaba a tirarse, como si fuese a caer rendida por algo que dicen todos a todas, en cualquier situación y lugar.

_ No puedo decir lo mismo…-dijo con el volumen de voz normal, medio despectiva,  pero que por la música no se entendió.

_ ¿Y entonces qué hacés?

_ Soy abogada.

_ ¿Abogada?-no estaba asombrado, pero frunció la expresión-no me digas que nuestra santa enfermera  Rossetti se metió en problemas y tuviste que auxiliarla.

_ Ey, no soy santa ni me meto en problemas, soy una persona muy normal-intervino Melissa y le pego suave en el hombro.

_ Nada de eso-dijo Carla-no creo tampoco que sea problemática-y le sonrió-más bien, es muy pacífica-ese comentario iba con doble sentido-aunque me pudo encargar de hacerla un poco más…-dejó inconclusa la frase y la miró de arriba a abajo con deseo, con mucho deseo por primera vez.

_ ¿Un poco más qué?-quiso saber Melissa, mientras los otros tres veían rara esa interacción tan cargada de sensualidad.

_ Activa-pudo ver la decepción en esos hermosos ojos verdes, y se le acercó, diciéndole suave al oído-provocadora, aventurera, inquieta…

Se sonrieron y se alejaron, incluyendo a los otros tres, que ya habían cambiado sus expresiones a unas de indiferencia.

_ ¿Vamos a bailar?-Marcos la miraba fijo a Carla-los cinco, claro-se pararon y fueron hasta la pista completamente llena, en la que apenas tenían lugar para moverse. Él, aprovechó y se pegó a la abogada, restregándole todo el cuerpo al compás de la música.

Carla se le alejaba y Marcos que la seguía, creyendo que lo hacía a propósito.

_ Dejáte llevar, hermosa, te va encantar lo que puedo hacerte-y pudo sentir su pene un poco duro rozándole el culo.

“¿Y este?-pensó Carla-Encima que se cree un Brad Pitt, se calienta de nada”-y se fue más al costado de nuevo.

Melissa estaba viendo toda la escena, y algo desconocido para ella, que han dado en llamar celos, empezaron a tocarle la puerta.

Carla la miró y ya le dijo todo: “esto se llama acoso y no me gusta nada”.

Enseguida se interpuso entre los dos, dejando a Marcos con cara de póker tremenda y a la morocha con una sonrisa agradecida y coqueta.

Empezó a sonar un reggaetón, y Melissa no se aguantó y se puso en la espalda de Carla, con ambas manos en su cadera, y comenzaron a bailarlo, bien pegadas.

_ Se siente re lindo-le susurró al oído-y no me importa que nos vean, no somos las únicas…

_ ¿Y tus amigos qué van a pensar?-la respiración de Carla estaba entrecortada, tanto por el baile como por el deseo que le producía Melissa.

_ No sé, pero si se trata de vos, que piensen lo que tengan ganas…excepto que tienen chances de tirarte  los perros…

Sonrieron con esas palabras, y decidieron con un acuerdo mutuo separarse, recordando que iban a ir despacio.

“¿En qué momento dije eso?”-se enojó consigo misma Carla-“¿Por qué no me salió un simple: me tenés loquita y no me importa que no te conozca, esta noche terminás en mi cama? ¿Ah? ¿No era más fácil?”

Se pusieron a bailar en grupo otra vez y Marcos, a pesar de la muestrita de ganas que se tenían las dos, siguió investigándola y dándole duro al escaneo visual de su anatomía.

_ ¿Y por qué lado vivís?-le preguntó cuando Melissa y Claudia estaban en el baño y Mariano las había acompañado hasta la puerta.

_ ¿Por qué tendría que decírtelo? Yo no sé si sos de verdad un enfermero o un chorro, no te conozco.

_ Hermosa, si Meli me conoce no podés desconfiar…

_ No es lo mismo, pero para que te quedés tranquilito, no vivo acá-se estaba impacientando.

_ ¿En dónde entonces?

_ ¿Y para qué carajo querés saber?-ya no lo soportaba.

_ Porque te me has hecho la difícil toda la noche y me interesa seguir conociéndote-el tipo era un creído total.

_ Que no aguante todas las boludeces que hacés para que te de pelota, no es lo mismo a que me haga la difícil, pensé que sabías la diferencia sabelotodo-y pensar que había creído que ese ignorante tenía algo con Melissa.

_ Hermosa, conozco demasiado a las mujeres como para darme cuenta que te gusto, pero lo complicado es más excitante, eh?

_ Mirá, no soy de esas mujeres, y si lo fuera, creéme que con vos jamás en esta vida-se rió-sos hombre, y encima, ególatra…una combinación que detesto…

_ Yo te aseguro que vas a caer-Marcos no estaba tomado, así que no se le podía atribuir al alcohol su actitud.

_ Sabés algo, yo creo que por lo que dicen en general de los enfermeros, es por lo que me estás acosando-Carla solamente se lo quería sacar de encima así sea lastimándole ese ego que había nombrado antes.

_ ¿Qué dicen? ¿Qué somos los más calientes y buenazos?

_ No, en realidad, que son todos gays, lo cual estoy empezando a creer…

_ ¿Ehhhh?-el tipo estaba medio atontado pero sonrió-mi amor, en este momento te demuestro que de gay no tengo un pelo, pero vamos al auto.

_ Mirá Marcos-respiró hondo, algo que solía hacer para calmarse-¡no me interesás! No te he dado pelota en toda la noche porque simplemente no me gustás, no me provocás nada, y me das asco, es así. Si estoy acá, es por otra persona. ¡Dejáte de joder de una buena vez!

Marcos iba a contestar cuando los otros tres aparecieron.

_ ¿Pasa algo?-preguntó Melissa viendo que se callaron de repente y estaban alterados.

_ No Meli, pasa que acá tu amiga me decía que la mayoría de la gente cree que los enfermeros son gays-la miró a Carla sonriendo-y me ofrecí a demostrarle que nada que ver ¿no?

_ Marcos, no seas estúpido-le gritó Melissa-perdoná si te ofendió Carla, yo…

_ Meli, tranquila el que tendría que disculparse es el cavernícola este que en lo que único que piensa es en agarrarse todo lo que se le cruza por delante, pero conmigo no va-frunció el ceño y le lanzó una mirada de desprecio.

_ Bueno, ya, está bien, perdón-dijo Marcos sin ser sincero, después de un rato en que los cuatro lo miraron esperando.

Melissa se despidió de sus amigos y se fue con Carla hasta donde tenía el auto.

_ Carla, perdón si te arruiné la salida, no pensé que Marcos fuese a actuar así.

_ La salida estuvo divina, de principio a fin, y no importa lo de tu amigo-la morocha le acarició el cachete-vamos, subí al auto y te dejo en tu casa.

_ La próxima juro que no va haber nadie que interrumpa…

_ Hummm, va haber próxima salida, eso me parece excelente-sonrió Carla, de nuevo de buen humor.

_ Obvio, bobita, quedamos en eso-Melissa suspiró-pero pronto, te puedo llamar para quedar…

_ Sí, si no te gano y te llamo yo a vos-y de vuelta también, las palabritas que se tiraban.

Paró el auto frente a la casa de la rubia y ambas bajaron para saludarse. Estaba amaneciendo.

_ Te llamo en la semana, me gustó demasiado esta noche-dijo Melissa.

_ A mí también, y olvidáte de algunas cosas que te dije de tu amigo, y lo del beso…como si no te hubiese dicho nada de nada.

Carla no quería que lo hiciera, pero tampoco la iba a obligar a hacer algo que no quisiera.

_ Ammm, ok…-Melissa se mordió el labio pensativa, algo sexi-querés que olvide lo del beso caliente que querías darme…

_ Sí, digo, creo que me pasé un poco con eso…

_ ¡Dios Carla, no me digas eso! He estado esperando a que me beses después de lo que me dijiste y ni siquiera te me acercaste-exclamó riéndose.

_ ¿Y lo de ir lento y…?-Melissa se abalanzó a su boca sin dejarla terminar.

Carla reaccionó enseguida y le correspondió plenamente, con ternura, con pasión, con deseo. Todo junto. La tomó de la nuca y la cintura y la apretó a ella sin detenerse.

Mordió el labio inferior de la rubia y lo acarició en el borde con su lengua interminablemente, hasta cansarse. Fue al encuentro de su lengua y la recibió con un gemido, que quedó ahogado entre ambas bocas.

Carla estaba encantada, la boca de la rubia era más dulce y exquisita de lo que había soñado, y sabía por las reacciones de Melissa, que sentía igual que ella.  El beso estaba más que subido de tono, y era mejor terminarlo.

_ Para ser el primer beso, estuvo más que fantástico-le dijo a Melissa agitada, separándose de ella unos centímetros.

_ Sí, fantástico se queda corto-sonrió agitada también la otra-¿y la repetición será igual?-dicho esto la volvió a besar con deseo, haciendo que Carla pensara que si Melissa siempre tomaba esas iniciativas, terminarían en la cama muy pronto, y no era precisamente lo único que quería, más allá de todas las ganas que le tenía.

Y la repetición también fue fantástica, con Melissa un poco más desinhibida, acechando su lengua incansable, recorriendo con sus manos toda su espalda y su cabello. Ambas se habían excitado y era muy obvio.

_ Me voy de una vez, sino creo que te pediré que me lleves a tu habitación, y no sería lo mejor…

_ Sí, pero dejáme decirte que me enloquecés  y definitivamente besás como una diosa…

_ Gracias, vos también, y espero que no hayas conocido a ninguna…

Se rieron y se dieron un beso corto.

_ Te veo pronto-Carla esperó a que Melissa entrara a su casa,  y fue hasta su auto con una sonrisa del tamaño de la ciudad.

“Menos mal que no era una cita e íbamos a ir despacio…si esto es ir despacio, no me quiero imaginar el resto…”

Bueno gente, acá la continuación, espero que les guste, sino lo lamento mucho ajaj

Gracias a los que me leen y comentan siempre!

Besos y abrazos ^.^