Amor entre hermanos

Dani y yo a pesar de estar conviviendo con nuestros padres y nuestro recién llegado abuelo decidimos seguir teniendo sexo a cualquier hora, sin importar el peligro. Este es el capitulo 7, e pueden leer por separado o en conjunto.

Cuando nos recuperamos después de haber tenido sexo en el baño del curto de mi hermano nos vestimos lo más rápido que pudimos, ya estaba a punto de abrir el pestillo del baño pero Dani me detuvo.

  • No hullas, lo más seguro es que papá y mamá estén echando una siesta y  me gustaría que tuviésemos una charla arto memorable con el abuelo.- Dijo con una sonrisa pícara.

  • ¿A qué te refieres?- Pregunté dubitativa.

  • A esto.- En ese momento Dani sacó la bala de plata que había comprado conmigo hace tiempo y la colocó dentro mía mientras que colocaba otra en contacto con mi clítoris.

  • Dani no, por favor, se dará cuenta.- Le supliqué.

  • Bueno, si no quieres hacerlo no lo hagas, pero tendrás que ir hacia tu cuarto sin esto.- Dijo mostrándome mi vestido.

  • Es tu castigo por haber roto mi camisa.- Dijo sonriendo.

Lo pensé por un momento, mi cuarto estaba aquí al lado, y nadie me vería, además por mucho que mi sentido común me dijese que no lo hiciese me excitaba de sobremanera llevar a cabo el plan de Dani, y él lo sabía.

  • Como nos pillen te hecho las culpas. -Dije con una sonrisa burlona.

  • No se dará cuenta, está casi ciego y algo sordo. Sabes que no haría nada que pusiese en real peligro nuestra relación.

  • Eso no es lo que quiero escuchar.- Dije sonriendo todavía más.

Entonces Dani se acercó a mí, me besó y unió nuestras frentes.

  • Te quiero, sé que no lo muestro como debería pero lo ago.

  • Bueno, ¿A qué estamos esperando?- Dije con una sonrisa burlona arrebatándole mi vestido de sus manos.

Nada más salir de la habitación de Dani él encendió la que estaba introducida en mi vagina a una velocidad a la cual me costaba mantenerme en pie y andar normal. Tomé una bocanada de aire para tranquilizarme y miré a Dani con cara de que disminuyese la potencia, porque de seguir así lo más seguro es que acabase corriéndome antes de bajar las escaleras si es que antes no me caigo rodando.

-¿Qué?- Preguntó con una gran sonrisa indicándome cuanto le divertía esta escena.

  • Si no quieres de verdad que nos pillen pon esto más flojo.- Dije seria y algo enfadada.

-Entonces tendrás que darme algo a cambio... Si no sería aburrido.- Dijo aumentado su sonrisa.

  • De acuerdo.

En ese momento Dani detuvo el vibrador y se acercó para pasar su brazo por mi cadera y acercarme a él.

  • El juego será el siguiente, tienes prohibido decir sí o no. Si lo haces encenderé el vibrador, y mientras más falles más subiré la velocidad.

  • No, no me parece justo.

Entonces noté que comenzaba a vibrar y comenzaba  subir de intensidad hasta detenerse, noté como mis pezones comenzaban a ponerse duros por la excitación y  toda mi piel se erizaba.

  • Has dicho no dos veces. Admítelo, lo deseas.- Dijo mientras me acercaba aún más a él, provocando que mi pecho chocase con el suyo.

-Es verdad.- Dije totalmente excitada, apenas podía pensar.

  • Que aré contigo...- Dijo mientras acortaba la distancia entre nuestros labios para besarme de una forma posesiva y llena de lujuria. Cuando nos separamos para tomar aire él comenzó a besar mi cuello recorriéndolo hasta llegar a mi oreja izquierda, la cual mordió suavemente mientras tomaba uno de mis pechos para pellizcar mi pezón.

Notaba mi cuerpo completamente ardiendo, la ropa me sobraba, aunque fuese un minúsculo vestido. Estaba muy excitada a causa de las caricias de Dani y el vibrador que tenía dentro.

Sin poder evitarlo se me escapó un gemido algo alto, por lo que Dani se separó de mí.

-Vamos antes de que acabe quitándote la ropa y follándote en las escaleras.- Dijo con una mirada plagada de lujuria.

-No me desagradaría la idea, deberíamos probarlo.- Dije mientras me mordía suavemente el labio inferior para provocarle.

En ese momento la potencia del vibrador subió, por lo que miré  Dani con duda.

  • Has dicho no, ¿Qué clase de persona sería si no cumplo con las reglas del juego?- Dijo sonriendo como un niño que nunca ha roto un plato.

Me acerqué a él y acaricié con mi mano su entrepierna por encima del pantalón mientras que tiraba suavemente de su camisa para que se agachase. Dani entendió mi gesto y se inclinó a mi altura, por lo que poniéndome levemente de puntillas y sin dejar de acariciar su ya erecto pene mordí su oreja.

  • Tú también lo has dicho.- Dije para quitarle dos botones con la otra mano para dejar parte de su pecho descubierto. Miré una zona en especial, su clavícula. Sin pensarlo acerqué mis labios a esa zona y comencé a hacerle un chupetón.

Cuando me aseguré de haber dejado la maca de forma correcta le volví a colocar bien su camisa.

  • ¿Dónde se quedó mi hermana tímida y virgen?- Preguntó con tono burlón mientras que sonreía.

  • Se fue muy lejos, ¿Acaso quieres que vuelva?- Dije con una sonrisa igual a la suya mientras que bajaba las escaleras moviendo mis caderas provocativamente. Cuando acabé de bajar miré hacia arriba, cerciorándome de que no se había movido ni un paso, sólo me miraba tan intensamente que me estremecí.

-Como sigas provocándome así terminaré cumpliendo lo de las escaleras.- Dijo serio mientras que comenzaba a bajar los peldaños hasta llegar a mi lado.

  • Entonces me esforzaré más- Le susurré en el oído para dirigirnos ambos al salón.

Cuando llegamos nos sentamos juntos en el sofá, mientras que nuestro abuelo estaba viendo en la televisión algún documental de fauna.

-Habéis tardado la vida en bajar, un poco más y subo para ver si os ha pasado algo.- Dijo el abuelo con burla y algo de reproche.

-Es culpa de Laura, se ha puesto a pedirme opinión sobre qué ponerse para la reunión familiar. Nunca había visto tantos vestidos seguidos.

  • Oye, era lo mínimo, yo te ayudé a comprar el traje.- Dije fingiendo enfado.

  • Daniel cuanto te queda para darte cuenta de la locura de las mujeres.

  • Oye, no es mi culpa que algunos vestidos tengan cremallera en la espalda y me resulte imposible ponérmelos sin ayuda.

En ese momento vi a Dani sonreír, introdujo su mano en el bolsillo y comencé a notar como la bala de plata del interior de mi vagina comenzaba a vibrar más fuerte, tuve que morder mi labio par no gemir.

  • Por eso me he resignado. ¿Quién sabe qué hubiera hecho si me negaba ?- Dijo Dani encogiendo sus grandes y musculosos  de hombros.

  • Tu problema es que te preocupas más por tu físico que por comprenderlas.-Dije con burla mientras cruzaba los brazos para intentar disimular mis pezones erectos a causa de la excitación que me producía las vibraciones dentro mía.

  • Bueno chicos, sois unos actores fabulosos, nunca había visto  a nadie fingir así.- Dijo mirándonos con una media sonrisa.

-No sé de qué hablas abuelo, nosotros estamos como siempre.- Dije un poco nerviosa.

  • Siempre estáis peleándoos de broma, pero se nota que estáis muy unidos.- Dijo el abuelo volviendo la vista al documental.

-Nos peleamos bastante, pero si nos llevamos bien.- Dije sonriendo hasta que Dani subía al máximo la de mi vagina y encendía la situada en mi clítoris. Poco a poco comencé a estar más acalorada y comencé a respirar algo fuerte.

  • Tengo mucho calos, voy a por un vaso de agua.- Dije levantándome corriendo sin tiempo a que ellos me dijesen algo.

Cuando llegué me apoyé en la encimera, e intentando contener los gemidos comencé con una de mis manos a mover la bala situada en mi clítoris, notando como las vibraciones cada vez me excitaban más. En poco tiempo llegué al orgasmo, pero la bala no paraba de vibrar, por lo que tuve que intentar apartarla un poco para no gemir, ya que me encontraba demasiado sensible.

Cuando conseguí tranquilizarme me dirigí de nuevo hacia el salón. Dani nada más mirarme apagó los vibradores y me sentí algo más tranquila.

  • Laura te veo un poco acalorada y mareada, ¿Estás bien?- Dijo nuestro abuelo preocupado.

  • Tranquilo, estoy bien, es sólo que hace mucho calor.

  • Podríais ir a bañaros en la piscina, total, la tenéis ahí  y nunca la usáis, es un  desperdicio. -Dijo el abuelo mirando hacia el jardín.

  • Me parece bien, ¿Saco una tumbona más para ti abuelo?- Preguntó Dani.

  • No gracias, yo descansaré en la habitación de invitados, ya estoy algo viejo y prefiero descansar.

Después de decirle al abuelo donde estaban las cosas de la habitación de invitados nos dirigimos a la planta de arriba.

-Bueno, parece que el juego acaba de terminar, es una pena, me hubiera gustado verte intentando disimular por más tiempo.

-Creo que es hora de que sufras tú. Dudo que después de lo que tengo planeado puedas disimular tu excitación.- Dije mientras le guiñaba un ojo.

-Estoy deseando ver lo que me tienes preparado.

Después de esta excitante charla cada uno entró en su respectiva habitación para ponernos nuestros trajes de baño.

Después de pensarlo mucho me decidí por un bikini rojo con encaje negro en la parte superior e inferior, dando la sensación de ser lencería. La parte de abajo era bastante pequeña, haciendo que no cubriese ni si quiera mi trasero completo. Por otro lado la parte de arriba me quedaba más ajustada todavía ya que mis pechos apenas podían ser ocultos por los dos triángulos que lo formaban. Para bajar decidí ponerme un vestido azul y así causarle a Dani una mayor impresión, me estaba mojando nada más pensar en cómo reaccionaría cuando me viese.

Justo cuando estaba cogiendo la toalla de mi armario cuando mi madre pareció por la puerta.

-Cariño, tu padre y yo vamos a salir para comprar algunas cosas que nos hacen falta para la cena, el abuelo está dormido así que no le molestéis.

-Vale, Dani y yo vamos a estar en la piscina, hace mucho calor. ¿Cuánto tardaréis?

  • Creo que bastante, porque  parte tu padre quiere recoger no se qué cosa para la casa del pueblo y tendremos que llevarlo también.

-Ok, hasta luego.-Dije dándole un beso en la mejilla a mi madre mientras me imaginaba cómo se desarrollaría la tarde; cada vez estaba más caliente.

Bajé las escaleras hasta llegar a al jardín. Intenté situar la tumbona debajo de la pérgola, pero a demás de quemar por estar debajo del sol todo el día las ruedas se habían atascado y no podía tirar de ella. Cuando estaba a punto de darme por vencida noté como la tumbona comenzaba a desplazarse. Cuando alcé la mirada vi a Dani llevándola hasta la pérgola sin ningún esfuerzo.

-Por mucho que me guste ver el escote que te marca el vestido ya me cansaba de verte tirar de esto.-Dijo señalando la tumbona.

  • Y aquí tenemos una prueba de que los caballeros siguen existiendo.- Dije con ironía mientras me cruzaba de brazos sabiendo que eso remarcaría mucho más mi escote.

  • Bueno, ya sabes lo que se dice, los tíos hacen de todo por follar. -Dijo echándose en la tumbona mientras se ponía sus gafas de sol.

  • Oh, ¿Debería sentirme alagada?- Pregunté sarcásticamente mientras acariciaba con la yema de mis dedos el principio de uno de mis pechos mientras con el otro brazo seguía haciendo que se realzaran.

-Por supuesto, yo nunca me he tomado ninguna molestia para seducir a ninguna mujer.

  • Entonces tendré que agradecértelo como se debe. -Dije mientras me ponía de espaldas a él y lentamente me quitaba el vestido. Me giré un poco hacia él para ver su reacción al ver mi trasero casi descubierto, estaba mirándome atentamente.

Me giré del todo y le tiré mi vestido a la cara, cosa inútil porque él lo cogió con una de sus manos y lo tiró al suelo. Había logrado mi cometido, estaba excitado, y lo sabía gracias a el bulto que comenzaba a notarse en su entrepierna. Tomé un bote de protector solar y tumbándome en la tumbona boca abajo deshice los nudos de mi parte de arriba. Sin incorporarme demasiado pero dejándole ver parte de mis pechos mientras le tendía el bote.

  • Tu recompensa será tener el privilegio de poder ponerme crema.- Dije mirándole a los ojos con una sonrisa divertida.

Él se levantó y se situó a mi lado, dejando sus labios muy cerca de una de mis orejas y provocando que el roce de su liento me excitase, enviando una corriente eléctrica a través de mi columna vertebral.

-Más que una recompensa es una tortura.- Dijo mientras esparcía crema por mi espalda con suaves y excitantes caricias.

Sus manos viajaban desde mi cuello hasta el borde de mi bikini, excitándome con cada uno de sus movimientos. Me estaba relajando y disfrutando de sus caricias, por lo que situé mis brazos detrás de mi cabeza para estar más cómoda. Dani aprovechándose comenzó a pasar sus manos por mi costado, acariciando cada parte de mi torso. Sus manos provocaban que mi piel se erizaba por toda la zona por la que pasaba haciéndome imposible contener los suspiros de placer. Poco a poco me costaba cada vez más controlar el deseo que tenía de saltar sobre él y fundirnos de muevo en la excitación y placer de tenerlo dentro mía. Solo él provocaba eso en mí con solo una caricia.

-Acércate.- Susurré girado mi cabeza para ver a Dani el cual lo hizo sin cuestionárselo.

Cuando estaba lo suficientemente cerca mía me reincorporé sin importarme el no llevar la parte de arriba del bañador y comencé a besarle con desesperación. Dani siguió el beso con deseo, acariciando mi espalda desnuda para atraerme más a él mientras que con su otra mano apretaba y jugaba uno de mis senos.

El aire comenzó a ser una exigencia en nuestros pulmones por lo que nos separamos. Los ojos de Dani estaban oscurecidos por la excitación, cosa que demostraba que estaba haciendo bien mi trabajo. Me levanté y me separé de él con dificultad (pues yo estaba igual que él) mientras que veía como miraba mi torso desnudo.

-La temperatura ha subido, creo que me daré un baño...- Dije mientras acariciaba uno de mis pezones mientras que le miraba a los ojos sonriendo sin ninguna vergüenza y andando hacia el borde de la piscina.

Dani seguía sin moverse mientras me miraba atónito. Yo me limité a sonreírle de manera pícara mientras me agachaba de forma provocativa sin flexionar mis rodillas y comprobar la temperatura para luego tirarme al agua de cabeza. Cuando salí  a la superficie vi que Dani seguía sin moverse, por lo que me acerqué al bordillo y recargué en él, dejando mis pechos a su vista.

-Me burro.- Dije mientras que volvía al centro de la piscina para que me viese desatarme la parte de abajo del bikini y tomarla e mi mano.-Que pena que nadie quiera jugar conmigo- Terminé de decir para lanzarle la única prenda que me había cubierto mientras comenzaba a acercarme otra vez al borde más cercano a Dani de la piscina.

  • Tú lo has querido- dijo él quitándose su bañador dejándome ver su miembro totalmente erecto mientras que se acercaba a donde yo estaba. Se sentó al lado mía en el borde de la piscina.

  • Si quieres que juguemos tendrás que darme un incentivo.- Dijo sujetando mi rostro con una de sus manos mientras que con la otra me indicaba su entrepierna.

Sin más explicaciones sujeté con una de mis manos su tronco, mientras que con a otra comenzaba a acariciar sus testículos. Cuando noté que su miembro estaba totalmente duro como una roca lo introduje en mi boca, intentando abarcar todo lo que mi garganta me permitía. Los gemidos de Dani me indicaban que estaba muy excitado, por lo que fui más rápido aún, Dani al borde de la excitación sujetó mi cabeza con sus manos y me instó a que fuese más rápido. Comenzaron a saltárseme las lágrimas a causa de la profundidad con la que penetraba mi garganta, hasta que en una última estocada se corrió en mi boca.  Lo tragué todo y puse una de mis manos en su pecho.

  • ¿Y ahora jugarás conmigo?- Le pregunté haciendo morritos.

  • Jugaremos tanto que tendré que sacarte yo de la piscina.-Dijo mientras que se introducía en la piscina y me subía a mí al bordillo.

Comenzó a acariciar mis pechos, pellizcándolos y jugando con ellos mientras lamía mi cuello y mordisqueaba una de mis orejas, comencé a gemir incontrolablemente.

-Dani... por favor... ya estoy lista...- Dije totalmente excitada.

  • Todavía no, lo estarás cuando yo lo diga.- Dijo mientras que dirigía una de sus manos y comenzaba a acariciar mi clítoris mientras de vez en cuando comenzaba a introducir uno de sus dedos en mi vagina.

Poco a poco su boca fue descendiendo hasta que se situó entre mis piernas y comenzaba a lamer y recorrer toda la zona de mi clítoris mientras que introducía dos dedos dentro de mí, moviéndolos de una forma rápida pero excitante. Poco a poco la intensidad del magnífico sexo oral que me estaba haciendo Dani subió, hasta el punto en el que introdujo un tercer dedo haciendo que me corra.

Sin darme tregua Dani me tomó por las caderas y me volvió a meter en la piscina, atrayéndome a su cuerpo y haciendo que mi vientre estuviese en contacto con su pene erecto. Sin pensarlo mucho rodeé su cadera con mis piernas, notando como nuestras intimidades se rozaban.

  • Vamos Dani, tienes más ganas que yo...

  • Tienes razón cariño, pero no voy a hacer nada hasta que me lo supliques.

-Vamos.. vamos... vamos quiero jugar.- Dije moviendo mis caderas para provocar que Dani se excitase más y perdiese el control.

  • No es... suficiente.- Dijo al borde de sus capacidades de autocontrol.

Yo me limité a acercar mar nuestros cuerpos y morderle la oreja.

-Follame.- Le susurré.

Sin esperar más Dani me penetró de una estocada y comenzó a moverse de una manera rápida y fuerte, pero no todo lo que él quería a causa del efecto del agua, por lo que sin dejar de penetrarme me acorraló contra el bordillo y apoyándose en él comenzó a empujar con más fuerza. Yo comencé a gemir como una loca, Dani estaba al borde de la locura y yo lo había provocado. Poco a poco su penetraciones fueron haciendo que mi interior comenzase a contraerse involuntariamente, excitándome más y provocando que llegase al orgasmo. A causa de las fuertes contracciones de mi vagina a causa del tremendo orgasmo Dani también se corrió en mi interior, y extrajo su miembro d mi, por lo que comencé a sentirme más excitada a causa de las contracciones.

Sin decir nada Dani me giró de un tirón y me situó las manos para que me apoyase en el borde, y sin previo aviso me penetró por el culo. Dolía y ardía como mil infiernos, nunca lo había hecho por atrás.

  • Cabrón, me has partido el culo, joder.

  • Te dije que no podrías ni moverte.

  • Hijo de puta.

  • Entonces tú que eres, también es tu madre.-Dijo mientas que con una de sus manos estimulaba mi clítoris.

Poco a poco me fui acostumbrando, comenzando a sentir placer, el cual camuflaba el dolor. Mis gemidos volvieron a ser de placer, mi mente estaba totalmente en blanco, no podía pensar nada más que en el placer que estaba recibiendo. Dani al notar que volvía a estar disfrutando comenzó a penetrarme más profundo, provocando que no pudiese sostenerme por todo lo que estaba experimentando. Dándose cuenta de esto Dani me giró hacia él y volvió a penetrarme, sujetándome por mis caderas mientras que yo rodeaba con mis brazos su cuello. Sus embestidas continuaron hasta que nos volvimos a correr juntos, haciendo que perdiese completamente el sentido.

Espero que os haya gustado el relato y que comenteis en la caja de comentarios. No suelo publicar muy seguido pero deseo que la espera haya merecido la pena.