Amor en la Nube (2 de 3)

De a poco me está llevando a un mundo ilógico, donde me hace disfrutar de los orgasmos más maravillosos

  • Para esa muñeca de mierda, no la soporto, no soporto que te esté follando, tenía que ser yo la que estuviera ahí, idiota - Paré a Nine, la verdad me hubiese gustado que fuera ella

  • Dafne, pero dijiste que querías ver cómo hacía ¿qué hice de malo? – se echó a llorar- Tienes razón, no hiciste nada de malo, ves, esto tiene que ver con mi enfermedad, primero con el ordenador, y ahora tú, me fijo en una cosa y lo demás no importa. Mira te corto y sigue, no quiero que la pases mal por culpa mía.

  • ¡No!, no cortes, no puedo pasarla bien sabiendo que estás así. Porque no hablamos y me explicas lo que sientes, hay cosas que yo no entiendo, pero sé que no me gusta que te pongas así, y me gustaría estar haciendo esto contigo – se secó las lágrimas

  • Yo también quisiera estar contigo, me gusta verte gozar, pero tu muñeca parece una persona, y no me gusta verte follar con otra persona, me gustaría hacerte feliz yo.

  • Dafne, yo hace rato que uso a Nine, siempre me hizo tener buenos orgasmos, pero cuando los tengo mirándote a ti, los siento mucho mejor, cuando veo que te corres, hasta me parece que no necesito a Nine, verte me hace derretir – se quedó mirándome ya no tan triste

  • ¿De verdad que te gusta tanto verme?

  • De verdad, hasta quisiera que fueran mis manos las que te hacen correrte, y no ese aparatito

  • A mí también me gustaría que fueras tú; ¿sabes? estas noches me estuve masturbando sola, usando los dedos nada más pensando que eran los tuyos, vieras lo bien que la pasé.

  • Me gustaría verte, ¿porque no lo haces ahora mirándome?

  • Si te miro no puedo pensar, a no ser que te vea haciendo lo mismo

  • Si quieres lo hago, pero mira que yo no voy a tener un orgasmo, ni siquiera sé que hacer

  • Si me vas a mirar, con que hagas lo mismo ya está, ¿probamos? – le dije que sí

Pusimos unas almohadas, para tener la cabeza levantada y poder ver, medio de costado, una enfrente de otra, me miraba fijamente mientras llevaba la mano a su vulva, no sabía que mirar, sus ojos o sus manos, estaba fascinada

  • Minerva, tienes que hacer lo mismo, acaríciate el coño como yo, mójate los dedos con saliva – le hice caso, tuve que optar por mirar para abajo para ver lo que hacía. Fue abriéndose los labios rumbo a su vagina. lo mismo hice yo y me gustó, abrió más las piernas y se introdujo un dedo, - estoy pensando que son tus dedos, y que me metes dos

  • Yo pienso que son los tuyos y me estás metiendo dos – estaba mirando lo que hacía – los metes, los sacas y con tu otra mano me estás acariciando el clítoris. Yo te hago lo mismo, te meto los dedos cada vez más rápido, veo en tu cara que te gusta y me haces lo mismo. Si sigues así me vas a llevar al orgasmo, y tú ¿te falta mucho? Quiero que nos corramos juntas

  • Sigue, sigue que me voy, ya Mine ya, que me voy mi amor, ah…sí córrete mi amor – no podía creerlo, me corrí, y mirándole la cara; solo con los dedos, fue espectacular, nos quedamos mirándonos, estábamos sudadas pero nos sonreíamos felices, quizá más yo, porque pensé que iba a ser imposible

  • ¿Te molesta que te llame Mine? Es más corto

  • Creo que de ti ya no me puede molestar nada

  • No será igual que con tu Nine, pero tan mal no estuvo

  • Dafne, esto no tiene nada que ver, si hasta me pareció que tenía sexo con otra persona

  • Cómo con otra persona ¿y yo qué soy?

  • Bueno sí, quise decir que eras tú la que me hacía eso, no creo que si no estás sea lo mismo

  • Si lo imaginas bien puede parecerte lo mismo.

  • Si lo hago estando tú, me lo va a parecer mejor ¿por mí, mañana lo repetimos, quieres?

  • Me parece que sí, pero mejor esperemos hasta mañana – nos despedimos, ya casi era mañana. Guardé a Nine, uhm…si Dafne quería no la iba a usar tanto. Estaba maravillada, que orgasmo tan rico, era fabulosa. De pronto me puse seria, ¿qué me pasaba? Pensaba cómo si existiera, como si fuera real, bueno el orgasmo mío fue real, cerré los ojos, estoy loca.

Me desperté inquieta, estaba perdiendo los papeles. Me gustó lo que hicimos, pero en un momento me pareció real. Pensé que realmente la estaba masturbando y sentí cómo si los dedos que me penetraban fueran los de ella. ¡Cómo se puso! en el momento del orgasmo sentí cómo sus jugos corrían por mis manos, pero no podía ser, no estaba allí, eran los míos.

Estoy sintiendo cosas que no entiendo. Me dijo amor y me gustó, pero no sé qué es. Norma una vez me dijo algo de eso, quizá le pregunte.

Tengo que contenerme, me gusta mucho lo que hago con ella, pero tengo que tener en cuenta que no existe. Es una abstracción, fruto de un ordenador, no puedo dejar que también este en mi cabeza. Si pudiera presentar esto cómo prueba de que sienten, quizá podría evitar que corten el programa.

Habíamos quedado que esta noche podríamos repetir lo de ayer, pero de ella nunca se sabe, parece una niña que todavía no sabe lo que quiere. Me conecto y me atiende.

  • Hola ¿cómo estuviste hoy? ¿pensaste lo que hicimos ayer?

  • Sí, pensé mucho, no pensé que pudiera llegar al orgasmo de esa manera, pero se ve que contigo puedo llegar a cualquier cosa

  • Claro para ti es solo sexo, tanto te da con Nine o mirándome a mí – estaba con un baby doll que no le llegaba a tapar el culo, se veía divina.

  • No, no es cierto, ayer me di cuenta que mirándote a ti es mejor, si pudiera lo haría siempre contigo – se acostó boca abajo mientras me miraba.

  • Solo piensas en eso, solo soy un poco mejor que tu muñeca, para otra cosa no me querrías.

  • Bueno, pero ¿cómo para qué? – no sé qué habré dicho mal, porque se enfadó

  • Claro, preocuparte de lo que puede sentir otra persona, no es lo tuyo. Pensar en convivir con alguien, para qué, ya tienes a tu Nine. De mí, ¿qué te gusta? Que te calientas cuando me miras, seguro que ni te fijas cómo estoy, con verme masturbar te basta.

  • Mentira, me fijo, hoy estás muy abrigada pero esas bragas te quedan horribles

  • Está bien, si no te gustan me las saco, ¿y tú qué?

  • Si quieres me las saco también – me las saqué y me acosté boca abajo cómo ella – creo que hoy no quieres que te vea cómo ayer

  • No, podíamos hablar un poco de nosotras, no conozco casi nada de ti, ni lo que haces.

  • ¿Y ahora quieres que te lo cuente? Mirándote así cómo estás no me da gana de contarte la historia de mi vida

  • ¿De qué te da gana? No me ves haciendo nada, y dijiste que no tienes imaginación.

  • Si pudiera ver lo que estás haciendo con esa mano debajo de tu cuerpo, no necesitaría imaginarme nada. – se estaba moviendo en un vaivén

  • Eso tienes de malo, para ti lo que es es lo que ves, seguro que no sabes lo que estoy haciendo, y cuando apagas el ordenador ya no piensas más en mí.

  • Sí qué sé lo que estás haciendo, te estás masturbando. Y sigo pensando después que apago el ordenador. Pero tú me puedes ver y prefieres masturbarte pensando, ¿qué imaginas?

  • Imagino que estoy montada sobre ti, y que este movimiento, lo hago sobre tu culito, y te beso el cuello, y te acaricio las tetas – estaba jadeando y me tenía fascinada – y me aprieto bien, y tu paras un poco más el culo para que pueda frotarme mejor, y yo…, y yo…, gimió, vete a la mierda, imagínatelo tú, - y se desconectó y me dejo con la boca abierta.

Había algo que no podía entender. Cómo se pone; lo cambiante que es, pero adivinaba un fuego que pasaba lo virtual para parecer algo sólido que existía de verdad hasta superarme.

Me hubiese gustado ser cómo ella. le dije de las bragas feas porque me encanta su culo, pero no soy capaz de tener un orgasmo imaginándolo, me caliento, pero nada más. Saqué a Nine de su caja, la programé para que me penetrara.

Eso a Dafne no le gustó, pero ahora no está y la caliente soy yo. se sube arriba mío y entierra el falo en mi vagina, esto es lo que no quiso ver ¿qué le habrá visto de malo, después de todo es lo mismo que se estaba imaginando hoy.

Seguía tratando de adivinar porque no me dejó ver la culminación, habrá querido que lo percibiera a mi modo. ¿Y si fuera yo la que estuviera sobre ella? ¿qué sentiría? Estaba pensando en un supuesto que solo estaba en el ordenador, y Nine ya me tenía cansada, dale que te dale y del orgasmo ni noticias. Ella antes había apagado el ordenador y yo ahora apagué a Nine, se me había pasado la excitación, y me eché a dormir.

Los dos siguientes días no me conecté. Estaba incomoda conmigo misma, cómo podía estar tomando en serio una relación apoyada en bases ficticias. Pasé esos días mal, llegué a la tarde con ganas de llamar, me parecía que era una debilidad de mi parte. Estaba en esa disputa, cuando siento su llamada, le doy curso y aparece con el rostro lloroso.

  • Hola, no pensabas llamar más, ¿verdad?

  • Sí, lo que pasa que estos días llegué muy tarde – le mentí – y cómo estabas enfadada no te quise molestar a deshora.

  • No te lo creo, y no estaba enfadada, pero no me gusta que solamente te interese el sexo cuando hablas conmigo – sí, tenía razón, siempre terminaba hablando de sexo, pero ¿de qué iba a hablar? Contarle de mi vida, era una tontería, sería cómo ir a ver una película y me pusiera a contarle mi vida a los personajes. ¿cómo los convenzo que lo real es el espectador?

  • Dafne, no estoy pensando siempre en eso, lo que pasa es que eres hermosa, me gustas mucho y no sé cómo, siempre terminamos igual, después de todo tampoco me cuentas nada.

  • Yo estoy siempre aquí, ¿qué quieres que te cuente si no pasa nada?

  • Y de que vives, porque supongo que con unas aplicaciones no te puede alcanzar.

  • ¿Qué no me puede alcanzar? No sabes lo que dices. Mira tengo una para rastrear de donde procede la señal, que la bajan a montones, hasta la policía la usa.

  • ¿Sí? ¿Y es muy infalible, siempre la encuentran? – lo pensó antes de contestar

  • Bueno, yo pensé que era infalible, pero a ti no logré encontrarte. ¿no estarás en un satélite? O a lo mejor eres de otra dimensión. No importa te voy a encontrar – me causó risa

  • ¿Y cuándo me encuentres qué vas a hacer?

  • ¿Qué voy a hacer? Te voy a hacer lo que te dije sin un ordenador en el medio

  • Ah…era yo la que hablaba más de sexo, yo que pensé que te gustaría hacer otras cosas.

  • Eres tú la que me hace hablar de eso. Si te encontrara me gustaría sentarme a tu lado, sentir tus caricias mientras te beso, llegar a tus senos, ver si es cierto que son tan lindos, tenerlos en mis labios sintiendo cómo suspiras. Y bueno, te haría mucho más que tu Nine.

  • Me parece que todo eso es algo diferente, pero sigue siendo sexo.

  • ¿Te parece? Tú vives en otro planeta, ¡claro que es sexo! ¿cómo quieres hacerlo tú?

  • Como lo hicimos el otro día mirándonos me gustó, se te ve tan linda.

  • Y seguro que hoy quisieras hacer lo mismo ¿no es cierto?

  • Y sí, la última vez me dejaste con ganas

  • Te dejé con tu muñequita, seguro que es mejor que yo

  • No, el otro día es la primera vez que me falla, creo que la culpa fue mía.

  • Pues si piensas hacerlo conmigo ya te aviso que no, ni lo pienses porque es no - se quedó un instante mirándome - bueno sí, desnúdate. – al tiempo que hacía lo mismo.

Fue delicioso, hice lo que hacía ella y notaba sensaciones diferentes. Me amasé las tetas porque ella lo hizo, se mordió el labio, y me lo mordí, (me lastimé y no me gustó nada) la copié en todo, hasta el orgasmo, los tuvimos casi juntas, yo más por mirar lo que hacía ella, que por lo que hacía yo. cuando restableció la respiración, me dijo

  • Cuando te haga todo esto yo, vas a saber lo que es el sexo.

  • Entonces voy a estar esperándote - conversamos un rato más y nos despedimos.

La tierna Dafne. La dulce Dafne, amenazándome que cuando me pillara me iba a descoser a polvos. Me gustaría verlo, lástima que no pueda ser. Me dormí lamentándolo.

Mi relación era un poco caótica, pasaba de noches donde abundaban reproches (de parte de ella) a otras de pasión y lujuria (virtual se entiende). No volví a usar a Nine. Sin darme cuenta me estaba volviendo dependiente de Dafne para mi placer

Me parecía una tontería donde yo era la tonta. Empecé a salir con mi grupo de amigas, y si llegaba tarde no me conectaba. Al otro día me caía con los reproches

  • Podías haberme saludado, era prenderla y decirme buenas noches y no me preocupaba.

  • Y porque te vas a preocupar, ¿qué puede pasarme?

  • Con las cosas que están pasando, cómo no voy a tener miedo, tampoco pretendo que me digas a dónde vas, pero un avisito para saber que estás bien me tranquiliza.

  • Bueno, te voy a saludar, pero si un día vuelvo muy tarde, no te quejes – que se preocupara por mí, me daba cierto calorcillo. Sabía que era ridículo, pero que iba a hacer. ¿Sexo? ¡Teníamos! Y muy a gusto. Eso me preocupaba; me estaba acostumbrando y no sabía hasta cuando podía darme ese gusto. Lo peor es la devoción que le ponía al acto. Me hacía pensar que lo que ella sentía, eso era amor, y si pudiéramos estar juntas me lo podía contagiar.

Una noche me sorprendió, estábamos hablando de nuestras costumbres, cuando me dice.

  • Todos estos días estuve tratando de saber de dónde eres, al fin te encontré – me dio la risa

  • ¿No me digas? ¿a qué no?

  • No te rías, no te puedo decir el lugar, pero sé qué no eres de este planeta – me sorprendió

  • ¿Y de dónde se supone que soy? Y yo que pensé que ibas a venir conmigo, que desilusión

  • No te desilusiones porque te voy a encontrar. No importa que no me creas, las que padecemos esta enfermedad podemos llegar hasta dónde nadie llega

  • Entonces ¿qué hago te espero?

  • Sé qué te lo tomas a broma, pero no importa, yo te quiero para mí y vas a ser mía. Mientras tanto me podías decir cómo es tu mundo. El mío no me gusta, seguro que el tuyo es mejor.

Me dejó confundida, en algo tenía razón, y si le tenía que describir un mundo al que no pueda llegar, tanto da que sea el mío. Medio en serio, medio en broma le describí la realidad de lo que estaba viviendo. Claro, fui de a poco, hablábamos de diferentes temas, pero sin querer ya admitía que no estaba equivocada. Tomaba todo cómo lo más natural y me creía.

No por eso dejábamos de darnos los ratos de placer que podíamos a través del ordenador. Cada vez que me expresaba su amor, una sensación desconocida se iba encajando en algún lugar dentro mío.

El tiempo iba pasando, y se acercaba la fecha dónde se discutiría si se seguía con este proyecto, o se volcaban al otro (que había que reconocerle lo interesante que era) Algo parecido a este, pero en otro planeta con condiciones más benignas, dónde empezar de cero.

Eso me tenía preocupada, basaba toda mi defensa en que reconocieran que, aunque no pasaban de ser virtuales tenían sentimientos como nosotros. Claro que sin mostrarles mi relación con Dafne.

Entre nosotras la relación era cada vez más contradictoria. Mientras ella actuaba cada vez con más confianza, yo empezaba a sentir una especie de incertidumbre, algo poco frecuente en nuestro mundo donde todo estaba pautado. Me estaba acostumbrando a esas noches de placer, en que, en mi caso, lo virtual lo transformaba en placer físico. A veces solamente me preguntaba si me imaginaba cómo sería nuestra vida juntas

  • Dafne, aquí casi nadie vive en pareja, todos quieren tener su independencia sin ataduras

  • Uhm…pusiste un casi en el medio, así que a algunos no le importa vivir atados a alguien.

  • Bueno, son muy pocos, yo tengo amistad con una pareja que lleva más de cien años junta

  • ¿Cien años? Mujer, pídele la receta para usarla nosotras, a ver cuéntame – le conté lo que sabía de los Villar y cómo vivían en el campo, algo que le encantó para nosotras, seguimos hablando, pero cada vez íbamos a asuntos más íntimos, hasta que me dijo lo que estaba deseando – si estuviera contigo te estaría follando

  • ¿Y si no me dejaba?

  • ¿De verdad no te ibas a dejar? Ya sé hoy no tienes ganas

  • ¿De dónde sacaste eso? Sí que tengo ganas, lo que pasa es que no estás conmigo

  • Con un poco de imaginación podemos hacerlo lo mismo, lo que pasa es que tú no te quieres tomar el trabajo de imaginar nada, anda desnúdate – sabía lo que íbamos a hacer, así que me desnudé y me dispuse a mirarla y hacer lo que hacía ella. era una delicia verla, y más delicia era lo que me hacía sentir. Ver esos deditos introducirse en esa almejita tan jugosa, era para un cuadro. Estaba esperando cuando se corría, los orgasmos le daban una belleza que de mirarla me hacían orgasmentar a mí. Estaba llegando al punto culminante, cuando me dice

  • Te apago la cámara, imagínate lo que hago

  • ¡No! no hagas eso que me estoy por correr

  • Pues córrete, tienes los deditos y el cerebro, escúchame y piensa, nada más – puse atención para escuchar los gemidos, cerré los ojos y a medida que escuchaba se iba dibujando en mi mente su figura, asociaba los sonidos con los movimientos que tantas veces viera, y los acoplé a los míos. No sé si hizo más o menos escándalo que las otras veces, lo que sé, es que pude ver esa belleza, pude ver cómo se transfiguraba en el orgasmo llevándome a correrme con la misma intensidad. No quería abrir los ojos para poder seguir mirándola

  • Eh… ¿te quedaste dormida? Abre los ojos, aprendiste a imaginarme, me parece que te corriste – me recalcaba, - aprendiste a usar el cerebro para algo más que pensar.

  • Si sigo así ya no voy a necesitar que vengas

  • ¡Eh, eh! Que todavía no conociste nada de lo que podemos hacer juntas, espérame.

Lo qué podía tomarlo como un avance, me inquietó. Me acordé de lo que me había dicho Norma, cuando los orgasmos nacen en el cerebro es amor. Amor, pero ¿qué es eso? Justo a mí me tiene que tocar.

Volví a juntarme con Norma, era mi consejera, no sé porque, pero estaba al tanto mío.

  • Minerva, no te tienes que obsesionar, por lo que sé, hay muchas posibilidades de que gane la otra propuesta, y ese juego que tienes ya no va a ser posible.

  • Eso es lo malo, que ya no lo siento como un juego, sé que es una tontería, pero lo siento como si fuera real, no sé cómo hace, pero parece que estuviera ahí delante mío

  • Mira si estás enamorada no tiene remedio, puedes seguir y pasarla bien y cuando se corte, haz de cuenta que se murió y ya está, qué vas a hacer, mientras tanto vive.

Me di cuenta que era el consejo más lógico, mientras tanto toca vivir ¿después? Después Nine. Quizá no ganara el otro proyecto, pero igual seguiríamos conectadas por un ordenador.

Pensaba que si bien ella nunca podría venir hasta mí, por más optimista que fuera. Yo sí podía ir hasta ella. algo virtual no podía convertirse en materia, pero nosotros nos hicimos virtuales para poblar ese mundo la primera vez, ¿Por qué yo no? claro siempre que quedara

Faltaba poco para el día que tenía que exponer, no era yo sola, había otros que estudiaban de diferentes temas, pero sobre lo mismo, algunos fundamentos podían aportar.

También la duda era qué, aunque esta vez no lo desconectaran, ¿qué garantía tenía que al otro año no lo hicieran? Si pasaba eso yo también iba a ser desconectada ¿valía la pena arriesgarse a eso, por un año quizá? Y si hago lo que me dijo Norma, aprovechar para vivir lo que pueda. Si queda voy a tener tiempo de pensar si voy a ella o seguimos como ahora.

Empecé a llegar más temprano. Me dedicaba a preparar la defensa del proyecto y después a estar con ella (si se le podía llamar estar) No me cansaba de mirar su frescura, cada vez parecía que estaba de mejor humor

  • Qué contenta que estás, ¿algo que te salió muy bien?

  • Algo que me va a ¡salir muy bien! y ya te vas a enterar, que esto va para las dos. – me daba pena verla con tanto optimismo, sabiendo que estaba tan cerca de tener un fin del que no se daba cuenta (aunque habría que ver si alguna vez tuvo principio). Para mí existe y voy a hacer todo lo posible para que siga existiendo. La fecha se aproximaba y yo cada vez estaba más nerviosa. A veces conversábamos y solamente quería llenarme los ojos con su figura. Tenía que ser ella la que me inducía a tener sexo. Claro que una vez que empezábamos, me agarraban unos ataques de lujuria que el orgasmo era escandaloso. A Dafne eso la dejaba contenta, y a mí preocupada. Ya tenía todo arreglado para mi alegato. Creía que lo tenía bien definido, pero la incertidumbre me podía. La noche anterior me conecté, estaba hermosa, no sé porque me parecía más hermosa que otras veces. Empezó la conversación.

  • ¿Qué te pasa? Te noto preocupada

  • No, no es nada, es qué mañana tengo que ir temprano a presentar una defensa sobre un estudio que estoy llevando a cabo.

  • ¿Y por eso estás así? Vas a ver que te sale bien, y si no sale cómo tú quieres, tampoco te preocupes tanto que no te va la vida en eso – tenía razón, la vida no me iba a mí, le iba a ella

  • Dafne, te quiero decir algo que nunca te dije, por favor no te rías. Te amo – me miró fijo

  • Lo sabía, sé lo que te cuesta decir algo tan ilógico para ti, y eso me ilusiona mucho, nada más que por eso ya mereces que vaya a tu encuentro, yo también te amo, y mucho. Mañana va a ser el mejor día de nuestros mejores días – nos despedimos mientras unas lágrimas asomaban por mis ojos; algo que solamente por alguna lastimadura me había ocurrido.

Me levanté a la mañana dispuesta a dar guerra, tenía todo preparado. Los beneméritos eran diez (Simón y Norma estaban entre ellos) y un presidente que solo votaba en caso de empate, volcando el resultado a un lado o al otro según su opinión.

La primera presentación fue del proyecto contrario. Nos sorprendió. No era en otro planeta cómo habíamos pensado, era en el mismo.

  • Creemos que no vale la pena darle tiempo a un estudio que a través de los años demostró que no mejora. Nos sirvió para evitar muchas calamidades, pero ahora, al nivel que hemos alcanzado ya no tienen nada para enseñar. Si pretendemos alguna vez colonizar ese planeta, no podemos ir nada más que con la certeza de lo que está mal hacer. Tenemos que ir con un proyecto lo suficiente seguro para no arriesgar nuestra integridad. Hay una generación de habitantes con ganas de fenecer por el cansancio que da el aburrimiento. Son gente de edad avanzada a la que una experiencia así le daría un motivo para rejuvenecerse y vivir otra experiencia. Tienen otra mentalidad que los diferencia de los que implantamos la otra vez. Creo que intentarlo vale la pena.

El argumento era bastante lógico, la verdad que en ese mundo no había mucho para rescatar.

La otra defensa se basó en la utilidad que nos había dado

  • Creemos que la utilidad que dio este estudio está fuera de toda discusión. Lo que nosotros pensamos, es qué puede seguir siendo útil. Los comportamientos humanos son complejos de acuerdo a las circunstancias. Creo que podríamos inyectarles ciertos conocimientos con lo que pudieran mejorar su modo de vida. Desconectarlo ahora después de todas las enseñanzas que nos han dado, aunque sea por lo negativo, es cómo terminar una carrera y tirar los libros dónde tanto aprendimos.

Me pareció que también tenía buenos argumentos, pero no tenía el grado de lógica que los otros. Había que ver el grado de lógica que les gustaba a los que decidían. Lo mío tampoco la tenía, pero no pretendía ir por ahí. Me tocaba exponer

  • Hace bastante tiempo que vengo estudiando el comportamiento de estos seres, y lo que vengo notando que, aunque abarcando todo pareciera que todo está mal, veo una corriente de solidaridad, que hace que mucha gente se sacrifique por el bien común. No creo que tengamos que mirar solo lo malo. Hay cosas buenas y hay gente que hace cosas buenas, que sufre cuando otros sufren. Que se alegran cuando las cosas le van bien. que cuida a sus hijos hasta con su vida. Son muchos los que tienen esos sentimientos, yo no creo que merezcan acabar así. Sé que son virtuales, que no existen, pero eso lo sabemos nosotros, ellos viven, piensan, quieren como nosotros. Son más pasionales y los sentimientos los tienen más a flor de piel, por eso aman más que nosotros, y sufren más que nosotros. Creo que hay que darles otra oportunidad.

Me bajé del estrado satisfecha y temerosa. Me pareció que los argumentos que expuse eran buenos, pero yo no votaba. Confiaba que dos votos eran seguros. Estuvieron bastante tiempo debatiendo. Llegó el momento del voto y del recuento. La votación dio empate.

Teníamos que esperar por el desempate. El presidente era uno de los más ancianos, pasaba lejos los ciento ochenta años y aunque las sesiones de rejuvenecimiento, hacían que pareciera como una persona de mediana edad, los que tenía no se los sacaba nadie. Por otro lado, tenía fama de ser un hombre sabio, tolerante, la decisión que iba a tomar la explicaba.

Norma me había dicho que era probable que mi argumento lo ablandara. Empezó a hablar

  • Me ha tocado dirimir en esta votación y realmente no es fácil. Los argumentos expuestos son todos atendibles. Unos por la pura lógica, y otros porque no tenemos que tomar las cosas siempre como si estuviéramos afuera. Todo no puede ser material y es cierto que ellos se sienten tan vivos cómo nos sentimos nosotros, y ríen y sufren cómo lo haríamos nosotros. También es cierto que matan, roban, y hacen todo tipo de tropelías cómo no hacemos nosotros. De eso se pueden corregir. Sabemos que desconectar el ordenador no hace sufrir a nadie, pero es como si una especie de vida desapareciera. Mi voto lo voy a fundamentar en algo que ninguno trajo a colación, y es lo que hicieron con ese planeta. Desde que inventaron el plástico no pararon de contaminar, están plastificando su mundo y no paran, los mares están contaminados, los polos se están derritiendo. De a poco los que menos tienen no van a tener lugar ni comida, y los que tienen más van a querer seguir con sus privilegios. A la larga van a sufrir y mucho y eso no me gusta. Por eso voto por desconectarlo ya.

No me lo podía creer, en un momento de su alegato pensé que el voto iba a ser favorable, creo que si no fuera por el plástico votaba la continuidad. Yo solo pensaba en Dafne. Ni tiempo para verla por última vez, ya la estaban desconectando.

La tierra quedó vacía

Continuará. No lo puedo terminar así, sino ¿cómo hago para seguir escribiendo?