Amor en familia (3)

Siguen los encuentros en el seno de esta familia.

Amor de familia (Parte 3)

Silvia estaba aun vestida con pijamas, un pantalón viejo de algodón, y tenía el pelo sin peinar, Pablo miró fijamente sus pechos y se preguntó si ellos eran como los de su madre, como parecían serlo.

Su verga latió cuando él se preguntó como era ella desnuda. Silvia bostezó y miró la TV sin interés. Ella sentía los ojos de su padre en ella y sonrió, él siempre estaba mirándola fijamente en esos días. Era obvio que él tenía ganas de coger con ella... Ella se volvió y sonrió a su padre; Él no era en absoluto un hombre mal parecido. Su pelo encaneciendo agregaba algo de distinción a su apariencia. Él era un hombre de buena salud, tenía una pequeña barriga, pero por otra parte, él estaba en buena forma. Ella se sintió mojarse de repente entre sus piernas, sus pezones endurecieron y sentía una atracción física fuerte para con su padre. Ella se puso de pie y lo miro a los ojos, preguntó una vez mas "estamos solos Papá?"

Pablo asintió con la cabeza; Sus ojos vieron algo llamativo en los de ella, pero no estaba demasiado seguro de que...

Silvia caminó hacia su padre y se sentó en su regazo. Llevo los brazos alrededor de su cuello y dijo "te amo papá" los brazos de Pablo la abrazaron, su verga ya amenazaba con quemar los pantalones.

Silvia besó a su padre en la boca y cuando sus labios se abrieron, ella empujo su lengua dentro y gimió. Pablo también gimió. Éste era otro sueño hecho realidad, su hija caliente estaba besándolo y estaba acariciando su pelo, orejas y cuello con sus manos suaves y los dedos delgados... Él la agarró de una nalga con una mano y la apretó duro contra él. Besando y gimiendo ellos cayeron hacia la alfombra dónde Pablo quedo encima de Silvia entre sus piernas. Silvia envolvió sus piernas alrededor de su cintura cuando él besó su cara, boca, y cuello y frotó su dura verga contra su concha... "Papá, cojeme" Ella le cuchicheo al oído

"Rápido. Antes de alguien vuelva." Pablo gimió, su boca chupo fuertemente de sus pechos cuando él oyó estas palabras... Él se quito rápidamente los pantalones y la ropa interior y le apretó su ahora verga desnuda contra la concha... "Papá... Mi concha está ardiendo, necesito que me calmes, pronto…" Ella susurró, sosteniendo con una mano el tronco duro y caliente de su padre y apretándolo... Pablo quito el pijama del cuerpo joven y caliente de ella; Silvia alzo las caderas para ayudarlo, su concha velluda quedo desnuda ante sus ojos... Sosteniéndose la verga, él la frotó a través de su arbusto y la puso en la entrada de la concha. Él sintió la mojada y caliente cueva de Silvia, dándole facilidad para permitir que la cabeza de la verga entre en ella.

Él empujó sus caderas haciendo desaparecer su verga en la concha de Silvia, la sintió apretada y firme, tanto como si le agarrara la verga para no dejarla escapar de tan caliente cueva. Él empujo muy despacio disfrutando de cada milímetro, hasta que sus pelotas se sellaron herméticamente contra ella, su verga estaba en lo profundo de la ardiente concha de Silvia

Silvia estaba jadeando pesadamente; no hacia ni 24 horas desde que su hermano le había reventado por primera vez en su vida la concha, ahora la carne de su hombre mas amado, su padre, empujaba costosamente, dentro de ella.

Ella gimió y gimió cuando su padre tomo su culo firme en sus manos y empezó a cogerla despacio entrando y sacando su verga larga, resbalando en su concha llena de flujos, llegando muy profundo antes de irse hacia atrás despacio, con las pelotas palmoteando suavemente contra sus nalgas sudadas.

Ella sentía fluir sus flujos en su primer orgasmo de la tarde. Su jugo lubrico aun mas su agujero y animo a su padre entrara su verga más rápido... Pablo sentía la reducción súbita de su concha con cada contracción de esta y la forma en que apretaba su tronco profundamente enterrado, Silvia no era ninguna virgen pero ella no tenía mas que un par de cogidas muy recientes, dictamino su experiencia. Él sintió la tenacidad caliente de la leche en sus pelotas pujando por salir

Sus manos sostenían a Silvia por las nalgas, cuando su ritmo aumentó, su verga pistoneo más rápidamente y más profundamente con cada golpe dentro de ella... Silvia gimió

"Oh papá! ¡Oh papá sí! Más duro cojeme más Duro" ella susurró calurosamente.

Pablo se puso más áspero, su hija estaba pidiéndole que la penetre mas duro...

¿Qué hombre podría resistirse a tal demanda…?

"Te gusta? " preguntó con voz ronca

"Te gusta como te coge papá?

"Amor. Decime si te gusta como te coge papá. ¡Ruega por la verga de tu padre"

"Sí el papá. ¡coje a tu hija" ella gimió cuando él la cojia por la concha más y más duro

"Oh papá... papá, dale gusto a la concha de tu hija. ¡Empuja toda tu verga grande en la concha de tu Silvia"

"Estoy acabando aaahhhh ! " Así es como Silvia se vino

Pablo dio un grito de triunfo e inundó con chorros calientes la concha de Silvia, descargando toda la leche acumulada fuera de sus pelotas, a lo largo de su verga bien enterrada en lo profundo de Silvia

Cuando Silvia se repuso, jadeando en la alfombra, su padre Pablo, saco la chorreante verga de su concha y empezó a jugar con sus dedos zambulléndolos en los interiores pegajosos de la concha de su hija... Pablo bajó entre sus piernas para que él pudiera ver sus dedos entrar y salir del agujero más fácilmente... El jugo combinado de su concha y su leche cubrió sus dedos... Subiendo sus piernas, él vio como la mezcla de leche y jugo de concha se escurría por su agujero mojando su otro agujero aun virgen

Su ano brillo con las gotas jugosas que su concha vertía... Pablo se apoyó en sus codos y lamió el ano de Silvia, saboreando su propia leche y el jugo propio de la concha de Silvia.

La percepción de la lengua de su padre en su ano, envió una descarga de emociones distintas a través del cuerpo de Silvia.

Aun débil por su propio orgasmo ella no podía responder a la lengüetada en el ano que su padre le estaba propiciando.

Ella solo atino a alzar las piernas y abrir las nalgas más extensamente para permitirle acceso libre a su pasaje aun virgen pero deseoso de dejar de serlo.

Ella con sus dedos tiro de sus nalgas sosteniéndolas como una prensa, para dejarle el camino libre a la lengua de su padre.

Silvia intento separar más sus nalgas con sus dedos, cuando su padre empezó a cogerla por el culo con la lengua.

"Oh Papa" gimió "Eso es, dame mas Papá, esto es muy caliente" Pablo chupó su dedo índice y lo puso entonces sobre el agujero de Silvia y empujó, su saliva cubría el dedo por completo, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, lo vio desaparecer poco a poco dentro del culo apretado de su amada hija

Pablo sonrió cuando empezó la cogida con su dedo, volviendo su atención entonces a su concha, él la lamió saboreando cada pliegue de tan esplendida concha

Silvia estaba gimiendo y estaba gimiendo de placer, el dedo de su padre estaba bombeando su culo y torciéndose dentro de su recto tanto como la lengua la cojia por la concha llena de fluidos.

Pablo estaba nuevamente con la verga en su máximo tamaño. Cada punzada de los latidos de su verga le recordaba su placer sexual favorito... El sexo anal con una muchacha joven.

Nancy su esposa siempre había cooperado con él y muchas veces había recibido en su culo la verga de Pablo, ella lo había aceptado de muy buena gana en su noche de bodas y todas las noches después de eso, pero naturalmente, con los años y con todas las cogidas por allí recibidas, su culo se había ensanchado mucho... y para Pablo no era el mismo... Pablo había usado el culo de secretarias jóvenes, sirvientes de la casa, e incluso de prostitutas pero siempre con un condón y sobre todo en el caso de las últimas dos categorías, él no los había encontrado tan firme como le habría gustado... Ahora aquí, tenia un agujero muy firme y lo que era mejor, virgen

Quizás sólo sondeado por el dedo de algún novio, pero nunca por una verga.

Que su dedo era quien estaba cogiendo por primera vez el dulce culito de su hija era para él, lo mejor de toda su vida... Consiguió ponerse de rodillas entre las piernas de Silvia, y apuntado la cabeza de su verga con su mano, tocó su virgen agujero cruelmente, mirando cada gemido y muesca de placer en la cara de Silvia, con tres dedos le abrió aun mas la concha, viendo la carne roja en su interior, hundiéndolos hasta los nudillos para extraer todo resto de flujos y leche que quedaran en su interior, humecto con ellos su verga lubricándola para lo que se venia en forma inminente, la penetración del culo de su hija

Él apretó la cabeza de su verga contra el prieto agujero abriéndolo de a poco y empujo levemente... El engrasado de sus dedos habían dado ayuda, la punta de su verga empujó más allá del esfínter musculoso y entro en el agujero caliente... "¡OHHHHH!" Silvia abrió la boca solo para decir "despacio papá… me estás partiendo en dos." Pablo empujo un pedazo más, hundiéndose unos centímetros mas en su interior cuando ella jadeó y apretó sus manos contra su pecho... Unas gotas de sudor brillaron en su frente y en sus pechos, se desplomó, forcejeo un poco para calmar su respiración, ahora estaba empapada en sudor, se aferro a sus tetas llenas, mostrando sus pezones puntiagudos y duros claramente... Pablo acomodo sus piernas, para permitirle un mejor ángulo de penetración; salvajemente él empujó su verga dentro de ella. Con su tercer empuje termino con la verga totalmente dentro de su recto... Silvia se mordió los labios ahogando un grito de dolor y se hecho hacia atrás cuando el dolor le fue insoportable al momento que la verga de su padre atravesó por completo su culo... "Papa! " ¡Ella susurró casi sin voz "sacala fuera! ¡Sacala! ¡Me estás matando" Pablo le besó la cara y la alivió con sus palabras "Relaje hija! Será mejor para vos"

Silvia sentía latir la verga monstruosa que quemaba su ano, una ola de alivio le llego cuando por fin ella pudo relajar los músculos alrededor de su ano... Pablo sintió como los músculos se relajaron y empezó suavemente, muy suavemente a mover expertamente sus caderas, su verga resbalaba de una punta a otra por el canal de Silvia...

Tal movimiento en tan apretado canal hizo que ambos acabaran al unísono, Pablo vio como la concha de Silvia se abría para lazar pequeños chorros de flujos y él descargo nuevamente toda su leche dentro de ella Justo en ese momento Andrés y Nancy abrieron la puerta y entraron, viendo el placer en los rostros de padre e hija

Los próximos meses vieron a la familia comprometerse en una serie de orgías incestuosas en la que todos tomaron parte. Andrés y su padre Pablo tomarían en forma alternativa a Nancy (su madre) y a Silvia (su hermana) en casi cada cuarto de la mansión.

La sirviente Marta, extrañó las cogidas regulares que Andrés la daba, pero creyó que Andrés estaba saciando sus necesidades sexuales con alguna novia de la clase alta de la universidad, como una sirviente fiel y sabia, ella ya no se preguntó por qué las sabanas de la cama de Silvia mostraban muy a menudo señales de actividad sexual. Si un novio secreto estuviera bombeando a Silvia, no era nada que debía importarle a Marta.

Cada agujero en el cuerpo de Silvia era ahora un agujero para ser cogido por su hermano o padre...

A menudo ella tenía la verga grande de su padre entrando y saliendo de su ano y la verga de su hermano, igualmente impresionante, cojiendola por la concha.

En esas ocasiones ella se sentía como si hubiera alcanzado el Nirvana, chillando y gimiendo de placer.

Recibir al mismo tiempo la leche hirviente de su padre y de su hermano hacia que ella casi se desmáyese con el éxtasis.

Fue Andrés quien a Silvia aconsejo para ir a un ginecólogo para que le recete unas píldoras para evitar quedar embarazada muy joven.. Algo renuente ella había empezado a usarlas.

Por suerte sus períodos eran regulares y a tiempo. No era una molestia para ellos su sangrado mensual y eso no los detuvo. En esos días Andrés o su padre solo la cojian simplemente por la boca y descargaban sus leches en la cara ella. Aunque períodos o no, Pablo su padre siempre estaba más interesado en tomar su ano. Ella y su madre Nancy esperaban el anochecer y siempre a tiempo se metían a la cama. A menudo los cuatro terminaban en la cama grande de la alcoba del amo y cojian hasta que se quedaban extenuados, pegajosos y sudados de sexo. Ellos normalmente regresaban a su propio cuarto antes del amanecer, ante que despertaran los sirvientes. A veces Pablo o Andrés le daban una cogida rápida a Silvia por la mañana antes de prepararse para el trabajo o la universidad.

Silvia nunca estaba segura quién de los dos la cojeria. Ella aprendió eso rápidamente de Nancy, su madre, quien compartió su dilema, cuando ella era cogida también por las mañanas con quién no estaba montando a Silvia.

Continuara